martes, 25 de octubre de 2016

¡CON LAS CENIZAS HEMOS TOPADO!


Hoy es un buen día,  para decir eso de “¡Con la iglesia hemos topado!", sin que nadie, además, tenga derecho a rasgarse las vestiduras.


En una época en la que, en el fondo este vecino del mundo (siempre será un inocente, tanto que en tiempos de Herodes no hubiera salido vivo), ya tenía asumido que La Iglesia estaba en cambios, y que había abierto las puertas para que nuevos vientos quitaran esos posos de lectura vieja de costumbres ancestrales gracias al nuevo Papa, Francisco; hoy, como si de una simple fábrica se tratara, nos han puesto una normativa de usos y costumbres con respecto a las cenizas de nuestros difuntos. Es decir, pareciera que aquellos vientos del cambio se han focalizado en las cenizas, y el desbarajuste, naturalmente, puede ser inmenso...


La Iglesia católica, desde hoy mismo, prohíbe esparcir las cenizas de los difuntos ("polvo somos", pero parece que siempre "juntito") y también que sean conservadas en casa, según un nuevo documento aprobado por el Papa Francisco, hecho público en las últimas horas.  Ante las nuevas prácticas, tanto de sepultura como de cremación que parece ser están consideradas "en desacuerdo con la fe de la Iglesia", la Congregación para la Doctrina de la Fe redacta  un nuevo documento bajo el nombre de “Instrucción Ad resurgendum cum Christo” enmendando el  anterior de 1963.


En el citado documento se explica que aunque la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, acepta la cremación pero prohíbe esparcir las cenizas, es más, incluso podría negar el funeral en el caso de que así se decida. "Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos", se aclara en el documento. Además, se prohíbe la "división de las cenizas entre los diferentes núcleos familiares".


Este vecino del mundo ni es entendido en materia  religiosa ni, por supuesto, teólogo, pero lo que si tiene es sentido del humor, y lo primero que le viene a la cabeza es eso de que “Dios está en todas partes”, y pareciera que de esa manera se impidiera que el pastor se mezclara con sus ovejas, aunque sea vía cenizas, con un cierto tufo a clasismo más o menos escondido.


Al escuchar la noticia por la televisión, se aludía al término “enterrar en sagrado” y eso en su significado metafórico tiene ecos de racismo y de sectario, ante unos hechos, por otra parte siempre objetos de púlpito como medio de expansión de la palabra, que nos hablan de un Señor partidario de todo de tipo de compañías, no precisamente políticamente correctas, y reacio, por otra parte, a convertir su templo en un mercado. Lo del mismo Vaticano, y otros templos, sin ir más lejos españoles, donde visitarlos a ciertas horas del día se carga para el turista con un recargo, o una dádiva en su versión "vaselina". La Iglesia vive en una continua contradicción.


Lo que supone de apertura, recordar lo ocurrido estos últimos días convirtiendo la otrora residencia de verano de Castel Gandolfo en un museo que se pueda visitar, pero dando, como siempre, una de cal y otra de arena, poniendo un precio de 20 Euros, con lo cual no pueden entrar los creyentes, sino los pudientes. Y que no le vengan a este vecino del mundo, con que es una manera de sacar para el mantenimiento del mismo, porque para eso se dice, en todo caso, que se dé la voluntad, si la hay.


Respecto a las preferencias que parece tiene La Iglesia en que se siga enterrando en lugar de utilizar la cremación, tengo un familiar siempre malpensado pero que muchas veces acierta, que diría eso de pareciera que gran parte de los terrenos de los cementerios pertenecieran a La Iglesia, y se les fuera el negocio... 


Si nuestro espíritu trasciende, debiera ser la misma “rampa de lanzamiento”, por decirlo de una manera, ser enterrado  que incinerado, o ¿es que dependiendo del “envoltorio” nuestro espíritu llega mejor o peor, como si fuera una empresa de transportes espiritual?



Lo malo de hacerse preguntas sobre la fe y sus anexos es que La Iglesia nunca se ha andado, y voy a utilizar una palabra muy conectada con el catolicismo, especialmente con “el cepillo”, con “chiquitas”, ya que la autoridad competente enseguida pasa de no opinar a excomulgar. 


Lo dicho, ¡Con la Iglesia hemos topado!.  Aunque, y ya para terminar, algunas veces en la Iglesia ocurre como con los muñecos de José Luis Moreno, que en lugar de  hablar El Señor, hablan otros, y como mínimo, nos confunden.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 24 de octubre de 2016

CHOCOLATE DEL LORO A LA DONOSTIARRA



El tema de hoy, por una vez netamente donostiarra, aunque sin duda ocurrirá en muchos lugares, no lo hubiera querido tocar nunca, y cuando lo comprendáis entenderéis perfectamente la elección de la palabra "tocar" precisamente. Lo he ido postergando de un mes para otro, dando una especie de oportunidad  a la vida, por si cambiaba la situación, pero visto lo visto, habrá que tomar cartas en el asunto.


Tras más de treinta años de tener una estación de autobuses PROVISIONAL, por fin desde primeros de año podemos “lucir” en Donosti, unas instalaciones, como es debido. ¿Como es debido? No diría yo tanto, y sin volver a la opinión que di la primera vez que vi las instalaciones, y que ya expuse en este blog (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/02/estacion-espacial-donosti.html) de que la estación era pequeña, ya a corto plazo, por supuesto según la humilde opinión de este vecino del mundo.


El fin de dilatar, como dicho al principio, esta queja era por si las autoridades competentes se daban cuenta, pero al parecer o no tienen necesidades fisiológicas al ir a tomar un autobús, o directamente no necesitan ir a la estación de autobuses, o incluso, pudiera ser, tienen un servicio especial para traseros VIP.


El caso es que si por una de esas casualidades le da esa, digamos, llamada salvaje de la naturaleza, un apretón, y necesita “evacuar”, se encontrará con una desagradable, muy desagradable, sorpresa. El papel higiénico esta diseñado en ¿cómodas? tiras, porque no llega a hojas, de 11x17 cm. Haga la prueba y verá. O es una sílfide, y tiene el pulso de un cirujano, o lo que me temo: defecará doblemente, la segunda metafóricamente, sobre la empresa encargada del mantenimiento, en un ahorrarse, lo que viene a ser el famoso chocolate del loro.


Una de las veces, este vecino del mundo, se lo dijo directamente al que estaba limpiando los lavabos, pero me respondió que él utiliza lo que le dan. Y en el aire quedó un mudo “y que a vosotros os den también”.



Es una vergüenza que una ciudad que se vende al exterior para tener turismo de lujo, y cuyos habitantes tienen que soportar en carne propia durante todo el año esos precios, además nos tengamos que “manchar”, tristemente es literal, porque al parecer, es la única explicación que le puedo dar, y es que los traseros de lujo no visitan esa zona. 


No hará falta recordar, que en más de un momento me he acordado de esa célebre frase "El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin ... trasero" Al menos en Donosti nos ahorraríamos el problema en los cuartos de baño de la estación de autobuses...


Ni que decir tiene que algunas veces, muchas, el tema logístico, no va ligado a la lógica.


*FOTO: DE LA RED

P.S.: Tras mandar el post a varias instancias del ayuntamiento, y algún seguimiento esporádico en la mismísima estación de autobuses, por fin  el  28.11.16. este vecino comprueba felizmente que el modelo de papel higiénico, ya es continuo. Y aunque está marcado con puntos a la misma distancia que el anterior, el actual permite poder cortarlo en tiras más largas. Eso sí, la calidad del papel sigue siendo horrible en consistencia. 
Es lo que se suele denominar como: "victoria pírrica".



domingo, 23 de octubre de 2016

REVISITANDO ... "ENAMORARSE"


Hoy vamos a inaugurar una nueva sección, y en la que de vez en cuando, y bajo el título “Revisitando … “ recordaremos películas ya vistas en su momento, pero que por uno u otro motivo, incluso como el de hoy, porque "simplemente me apetecía",  se han cruzado en nuestro camino, por su puesto de manera consentida, ya que no me imagino a ninguna película violando a algún espectador despistado…


No es mi intención revisitar toda la historia del cine, porque compromisos a largo plazo no los hace ni el gobierno (¡Esos, menos!), sino una película vuelta a ver que en su momento quizás me dejó indiferente y ahora he descubierto (más vale tarde que nunca) “su punto”, o al revés, películas que en su momento me encantaron/deslumbraron, y ahora no le veo el “por qué”.
Aunque bien pensado la relación de una película con cada uno de los espectadores es como el de una pareja que con los años, los usos, costumbres y experiencias van separando o uniendo más.


Demostrando que en “Revisitando” no hay ningún tipo de lista ni listón, hoy vamos a recordar, o incluso para los más jóvenes “presentar”, la película “Enamorarse” (Título original “Falling in love”) de 1984, y con una pareja de actores de altos vuelos: Robert De Niro y Meryl Streep. Bajo la dirección de Ulu Grosbard (junto a esta película, otras obras destacables suyas podrían ser “Georgia”, con la que estuvo nominado al Oscar, y “En lo profundo del océano”, con una de las mejores interpretaciones de Michelle Pfeiffer, y aconsejable, además, verla sin “rimmel” por lo que pudiera ocurrir).


En “Enamorarse” además hay unos secundarios de lujo como son Harvey Keitel, íntimo amigo de De Niro en la película y en la vida real, y colaborador en más de una de sus películas, Jane Kaczmarek, su mujer en la película, más conocida quizás en televisión, pero un valor seguro, y Dianne Wiest, la amiga íntima del personaje de la Señora Streep, (dos Oscar a actriz de reparto la avalan, y en ella siempre parece más importante lo que no te cuenta, sus silencios, que lo que te desvela).


Para los que no la han visto en su momento, jóvenes la mayoría, el argumento  es simple:
Un hombre y una mujer, ambos casados y de buen nivel social, en los que el dinero no es precisamente el problema, se conocen casualmente en una librería mientras compran los regalos de Navidad (muy bien la ambientación conseguida). Debido a las prisas y a la gran cantidad de gente, tropiezan e intercambian algunos de sus regalos. Después irán coincidiendo en el tren y compartiendo cafés, almuerzos, y sobre todo sentimientos….


Aunque en la película se note el paso del tiempo, en especial por esas hombreras que marcan una época, que no es la de ahora, la historia puede ser intemporal. Es de agradecer que el director no haya querido que rompamos a llorar, sino especialmente que nos veamos envueltos en un aroma a nostalgia, y a amor sin fecha de caducidad, donde lo importante no es el sexo sino los sentimientos. A destacar el tiempo que tardan en darse el primer beso.


Comprendo que pueda ser una película más para gente de cierta edad,  y que nos haga recordar especialmente esas historias que pudieron nacer, y que las dejamos morir antes de que afloraran, por miedo a un futuro incierto.


Siempre es grato recordar a un Robert De Niro, antes de que tuviera la cara más tensa que un tambor y más tics que Chiquito de la Calzada, que por una vez no tiene tampoco problemas con la ley, y a una Meryl Streep que siempre, siempre, está impecable. En esta película la Señora Streep, como dicho también para la Señora Wiest, es más lo que sugiere con sus miradas y gestos, que lo que dice, y en eso, nuestra Meryl, es una maestra.


Antes de terminar, es digna de mención la música, de David Grusin, en especial el tema principal de piano, y en el que se puede apreciar ese bagaje de jazz que el compositor lleva dentro. Todos conocemos ese tema, especialmente por programas radiofónicos, y la mayoría no sabe de dónde proviene, ahora es el momento de descubrir su origen y en todo su esplendor.



Película muy recomendable para verla en una tarde fría y lluviosa, acurrucado con nuestros recuerdos en el sofá. Me ha gustado más que en su momento; será que los años siempre te doman…


*FOTO: DE LA RED

jueves, 20 de octubre de 2016

AMOR SIN BARRERAS


Hace ya muchos años leí en algún sitio que se hizo un concurso para una imagen que evocara, metafóricamente,  el inmenso amor. Y ganó una factura de un abrigo de visón, con la firma de quien se supone era el marido, y que aceptaba el cargo.


Está claro que ahora tanto la imagen, como el mensaje que se lanza, serían, como mínimo, políticamente incorrectos, y entre otras cosas, daría también al traste con tantos años de lucha feminista. Además, si se intentara encontrar al jurado que dio ese veredicto nadie sabría nada, y un halo de amnesia hubiera poseído a la mayoría de los “sospechosos”.


¿Por qué he empezado con este comentario? Muy sencillo, me lo ha traído a colación lo ocurrido este lunes pasado en Londres, y que ha trascendido a la mayoría de nuestros periódicos hoy.


Una pareja iba en el metro hacia el centro, cuando en un momento dado, un energúmeno al ir a bajar del vagón, agredió al hombre, Jubair Ahmed, nacido en Bangladés, de 31 años, y se dio a la fuga. No se esperaba, seguramente, que la mujer del agredido, Kilian, española, de Sevilla concretamente, le siguiera sin pensárselo en ningún momento, mientras vocifera llamándole de todo en español.


Se ha sabido a posteriori que ella practica la capoeira, razón de su buena forma para seguir al impresentable.


Como las imágenes han sido tomadas en vídeo por otro pasajero, se ha sabido que la razón para captarlas, y descartar que fuera un montaje para internet, es porque el individuo en cuestión ya les había increpado al entrar en el vagón, dos minutos antes.



Más que hablar de esos tristes aires de xenofobia que están aflorando en muchos sitios, seamos sinceros, quiero fijarme en la parte positiva del asunto: ese amor que pasa de las entrañas a la acción, sin pasar por la cabeza, por la razón, y que hace que a esa sevillana no le importara poner en peligro su físico por el amor de su vida.


Ese racista a la carrera nunca podrá comprender lo que es ese tipo de amor, porque siempre antepondrá el color de una piel a lo que se lleva dentro, al sentimiento.


Pensando qué título dar a este post, he llegado a la conclusión de que le viene como anillo al dedo (y ahora no hablo de matrimonio, sino sólo de amor) el subtitulo en español que se le dio en 1961 a West Side Story, que también hablaba de un amor interracial, y que en realidad era una puesta al día de “Romeo y Julieta”.


Ese AMOR SIN BARRERAS es el que este lunes pasado dio forma Kilian en el metro de Londres, ante su marido, que seguro será la envidia de más de uno, entre los que este vecino, por supuesto, se encuentra y se encontrará siempre. 


Sin olvidar, ya para terminar, a esa otra agresión al amor, que se está llevando por delante a muchos matrimonios, y que es "la crisis", en realidad otro tipo de "racismo", el del dinero. Siempre se ha dicho que "cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana". Y, desgraciadamente, debe de ser verdad.



*FOTO Y VIDEO: DE LA RED

miércoles, 19 de octubre de 2016

EL EXTRAÑO CASO DE LA MUJER OLVIDADIZA




Algunas veces la vida te regala con unos granos de humor del bueno, de ese que tras una sonrisa te deja un poso de amargura que te va a dar qué pensar, que para sí lo hubieran querido tanto Don Miguel Gila, como los mismísimos Tip y Coll.


Hoy, miércoles, seis de la tarde en un supermercado de Donosti.


Llego a la zona de las cajas con el carro casi lleno, y me apresuro a decidir, apenas en unas décimas de segundo, en qué caja voy a desembarcar mis compras.


He tenido suerte y en una de las filas solo hay una mujer que ya está cargando las compras, pocas, en una bolsa. Tras ella hay una señora de edad avanzada sentada en una silla de ruedas. No sé si van juntas, pero observo que la señora mayor no lleva cosas para pasar por la caja. 


Termina la primera, paga y comienza a irse, ya da dos pasos para alejarse. La cajera como si la señora mayor no existiera me mira con una sonrisa, dándome a entender en qué me puede ayudar. Con cara de confusión, le pregunto: -¿La señora?- mientras apunto a la espalda de la señora en silla de ruedas.
En ese mismo momento la señora que se alejaba, como si hubiera sido electrocutada pregunta en alto, pero para sí misma:- ¡¿Señora?!- Y da un giro de ciento ochenta grados que para sí lo hubiera querido el mejor Cristiano Ronaldo.


Al darme cuenta de la situación,  y con el sólo ánimo de teñir el extraño momento con un poco de humor, ya que en situaciones embarazosas tiendo a empatizar con el que las está pasando canutas, he comentado:  -Por un momento he pensado que ahora se venden señoras en el super.-  La mujer olvidadiza, medio cabreada, medio sorprendida, repite en un tono neutro, pero a modo de pregunta: -¿Vender señoras en el super?

Con la sola intención de explicarle el chiste, le aclaro: -Ésto es un super y veo a una mujer en un carro…


La mujer sorprendida en el despiste, comienza a ponerse muy roja y me ataca diciendo: -Usted debería de tener un poco más de educación.


Intentando que la escena no fuera a más, y con una sonrisa en los labios para demostrarle que mis palabras sólo eran de fogueo, y que en ningún momento había pretendido “matarla” le digo: -Le recuerdo que no he sido yo el del olvido.


Y cuando ya el termómetro de la cara de la señora había alcanzado más de cincuenta grados, y parecía que estallaría en cualquier momento, se oye la voz de la señora en silla de ruedas, mientras le mira a la primera, que sentencia lo que yo acababa de decir con un: -¡Eso!


Lo de Fernando Alonso en sus mejores momentos en Renault ha sido poco para la velocidad que han alcanzado las dos señoras mientras desaparecían.



Cuando la joven cajera terminaba de atenderme, he comprobado una vez más que la cara es el espejo del alma. Y el alma de la joven se estaba preguntando si había visto lo que había visto.


*FOTO: DE LA RED


lunes, 17 de octubre de 2016

TANTOS AÑOS DE DUCHA...



Tristemente he llegado a la conclusión de que el hombre, así, en general, tiene mucho de oso, especialmente el estar en letargo mental, aunque nosotros no necesitamos que sea invierno.


Tantos años de ducha, lucha no, ducha, por aquello de no despilfarrar agua, aunque tenga una bonita y gran bañera. Pero ayer me dio por pensar, y de cabrearme, naturalmente, (que es lo que me pasa generalmente cuando me da por sopesar temas), en que últimamente se están poniendo de moda esas duchas verticales en las que te salen “chorritos” de agua de las zonas más insospechadas, incluida la retaguardia,  cuando no se opta directamente  por tener, el que tiene sitio en su casa, un jacuzzi. Y me dio también por pensar, que parte de esa agua es mía; el agua que nunca usé porque aprendí bien esa lección de que solo hay que usar el agua necesaria.


Imaginé, para más inri,  que esa agua usada en el jacuzzi es una especie de agua depositada en Suiza, e incluso en Panamá, porque es una manera de saltarse todas las normas morales, con regodeo incluido.


Y me retrotraje a aquellos años de mi infancia cuando siempre oía eso de “hay que portarse bien, decir siempre la verdad, y no hacer lo que no quieres que te hagan a ti”.


Algo ocurrió desde mi niñez hasta ahora que me perdí. Como en aquella película, “Lost in translation”, o en ese dicho tan español, “Del dicho al hecho hay un trecho”.


Además estoy seguro de una cosa, todos esos que utilizan el agua, y otras muchas cosas, sin orden ni medida, no eran obligados de niños a repartir, bajo vigilancia materna, galletas a los otros niños que se te quedaban mirando en el parque, para que no pasaran envidia. Todos esos, eran entrenados por sus padres para ir al parque sin galletas, y practicar el verbo "gorronear".


Sinceramente, no me imagino a Esperancita Aguirre, dando sus galletitas a otros niños, pero sí aparcando su triciclo en algún lugar prohibido. Aunque tampoco imagino, para ser justos, a Pablito Iglesias dando sus galletitas; pero sí le veo, en cambio, arengando a los demás niños en el parque, para que lo hagan más grande y mucho más cómodo.



Tantos años de ducha, y desperté ayer. Ese letargo del oso que llevamos dentro…

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P.D. Para los que se pregunten qué hacía Marianito Rajoy en el parque. Muy sencillo, él solo esperaba.

sábado, 15 de octubre de 2016

LA VIDA EN VERSIÓN "VENCEDOR"



¿Nunca os ha ocurrido que al volver, muchísimos años después, a un lugar del que teníais muy bonitos recuerdos de niñez, se estropea todo el disco duro de tu pasado porque nada casaba? Principalmente, porque lo que “veíais” como grande y espacioso en vuestra versión de niño, ahora podía caber en cinco metros cuadrados, y eso que nunca jugarás en la NBA porque no pasas del metro setenta.


Quizás, por el mismo motivo de que la historia la reescriben los ganadores,  no tiene nada que ver tu relato de tu vida, con lo que es en realidad. Seguro que si la viera un notario desde fuera, le quitaría varias estrellas, si hubiera una Guía Michelín de vidas, porque no da la talla de lo que se esperaba de ella.


Cuando relatamos nuestra vida, siempre la pasamos por el tamiz del Photoshop de los deseos, y no es lo mismo lo que vives, que lo que desearías vivir. Pero relatar asépticamente tu vida, sería sufrir innecesariamente. Y quizás, por aquello de que el espectáculo tiene que continuar, te niegas a que se vean los hematomas de tus decepciones, y las arrugas de lo que pudo ser y no fue.  Porque sabes que antes enseñarías tus vergüenzas epiteliales que las morales.


Quizás, además, el error sería de base,  ya que cuando alguien nos quiere conocer en un momento dado, no nos mostramos como somos, sino como creemos que políticamente debemos ser.


Ningún hombre nunca confesará que después de comer lo que más le gusta es abandonarse en el sofá y que la siesta le viole una y otra vez mientras amortigua el sonido de sus ronquidos un televisor que servirá de coartada ante el oído del vecino. “Me gustan los documentales de la dos después de comer”.


Y ninguna mujer reconocerá que seguirá y perseguirá a un hombre romántico que le muestre y le demuestre sus sentimientos hacia ella. “Lo que busco en un hombre es que me haga reír”.


¿Que lo expuesto anteriormente es un esquema netamente machista? Puede ser. Sin embargo, este vecino del mundo está totalmente convencido de que tanto los hombres como las mujeres son iguales: mentirosos.



Y es que, en el fondo, siempre cometemos el mismo error que un extranjero al intentar aprender el castellano: confundir los verbos “ser” y “estar”. Porque queremos ser una cosa, y en realidad, siempre estamos en otra.


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viernes, 14 de octubre de 2016

LA LLUVIA Y SU METÁFORA



Antes de nada un aviso, he quitado todos los objetos cortantes de mi entorno para evitar tentaciones. ¿El motivo? He inspeccionado por el balcón, y el día, al menos en Donosti, es tan malo que parece una metáfora del futuro de mucho españolito de a pie: negro. Y eso no viene nada bien para el estado de ánimo, de ahí las precauciones tomadas.


Hemos pasado de un verano prácticamente tropical, a un escenario a lo “Blade runner”. Quizás, con la meteorología se debería de hacer lo que ocurre en la política española. Tiempo antes de un cambio brusco se van mandando globos sondas, metafóricamente hablando, ya que los verdaderos se utilizan precisamente en meteorología, y se nos va alertando de que vienen cambios, y así al final parece que duele menos; una especie de sufrimiento en diferido, como lo hubiera definido María Dolores de Cospedal, visionaria de un lenguaje que ahora es practicado por muchos bienquedas, que en lugar de luchar porque nuestro presente sea bueno para la mayoría, solo se preocupan de maquillar la realidad.


Una de las últimas verdades verdaderas la he oído de Ignacio Escolar, Director y fundador de eldiario.es, asegurando que “La lealtad a España se declara en el IRPF, no frente a una bandera. La pobreza se combate con impuestos para mantener el Estado de bienestar, no con caridad. No hay solidaridad más hipócrita ni patriotismo más cínico que el de aquellos que loan su amor por España o “los necesitados” mientras esconden su fortuna”.


Está claro que al Señor Escolar, ahora, como siempre, le darán por todas partes. Y es que además es muy fácil porque desde hace un tiempo se ha inventado una palabra comodín que vale para todo, y que con ella no es posible ninguna defensa, porque ya todo suena a excusa, y es: "populismo".



Por cierto, parece ser que el populismo solo se práctica en “las izquierdas”. Porque alguien que está en el centro, ya que a la derecha en España no hay nadie, los asuntos que comenta son promesas, que al final no se podrán cumplir por circunstancias siempre ajenas a ellos.


Tal como están las cosas, aunque sigue lloviendo en Donosti, y mucho, quizás merezca la pena salir a la calle. Por aquello de tener una posibilidad de ahogarse ante tanta belleza.


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jueves, 13 de octubre de 2016

EL GRAN PARIPÉ O EL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA



Para todos aquellos que siguen a este vecino del mundo por Twitter (@PATXIPE) también, acabo de escribir el tweet más corto de mis cinco años que llevo ya en esa red social: #FelizJueves, eso dicen.


Ayer contemplando ciertas imágenes, y eso que este vecino quiso “ver” más bien pocas (no por nada sino por una gran sensación de empacho de todo), de nuestros políticos en el desfile de las fuerzas armadas con motivo del 12 de Octubre, día patrio donde los haya, advertí cierta sensación de “colegas”, entre políticos que se debieran repeler como el agua y el aceite, que me hizo contemplar la posibilidad de que todo lo que vemos en el día a día es “EL GRAN PARIPÉ”. Vaya por delante de que no sugiero que nuestros políticos de diferentes partidos tengan que andar a la gresca. Es otra cosa. Quizás el estar todos, en ese momento, viendo la vida pasar, ayudara.


Y quizás por eso, al levantarme esta mañana, he tenido la sensación, quizás por el regusto de algún sueño que me haya invadido con nocturnidad y alevosía, nunca mejor dicho,  de que nos pasamos nuestras vidas en una gran lavadora, siendo centrifugados, mientras a nuestro alrededor nos amenizan “el viaje” con millones de imágenes que sólo sirven para distraernos. En el argot taurino sería que entre unos y otros hacen una tarea de aliño, y nos colocan donde quieren, en el tendido que quieren, hasta darnos una y otra vez todo tipo de estocadas.



Una sensación de hartazgo, y no creo ser el único en sentirlo, nos invade. Esa sensación, otra vez, de que nada es verdad ni mentira, sino un gran show por todos lados para robarnos la cartera y que además tengamos sensación de culpa. La misma sensación de culpa que debe de tener esa mujer maltratada una y otra vez por su marido, que además constantemente le recalca que la culpa es de ella y que lo hace por su bien.


Un malestar general, ya para terminar, que se pudiera agravar si uno no creyera en una vida posterior llena de recompensas, ya que por una vez que has tenido, la suerte o no, de obtener la vida, haya otros que quieran vivir su vida, y si te despistas, la tuya también.


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lunes, 10 de octubre de 2016

ESOS RINOCERONTES QUE ME RODEAN...



Hace muchos años, cuando solo había un canal de televisión, con muchas cosas malas, pero con cosas buenas también, como aquel siempre recordado “Estudio 1”, vi precisamente aquella obra, dicen que cumbre en el llamado “Teatro del absurdo”, “El rinoceronte” de Ionesco, con un colosal José Bódalo.


Según el argumento, resumiéndolo al máximo,  hay una especie de plaga en el mundo en el que poco a poco todas las personas se van convirtiendo en rinocerontes. 


Han debido de pasar tranquilamente más de cuarenta y cinco años, y aunque era niño, nunca he olvidado aquel tan dramático momento. Y como el significado de la obra es de los que se calificarían como “abiertos” a muchas teorías, hay momentos en los que tengo la sensación de que nos estamos convirtiendo en verdaderos rinocerontes, por ejemplo, no destruyendo nuestro idioma, el castellano, pero sí maltratándolo una y otra vez.


Ocurre que últimamente que se predica "igualdad", la única igualdad verdaderamente alcanzada es la manera de hablar. Un día descubres una palabra, o un dicho, y a los pocos días te das cuenta que hasta lo dicen por televisión o en tu programa de radio favorito.


De un tiempo a esta parte, por ejemplo, ya es común esa expresión que cuando pides una opinión a alguien, en lugar de contestar directamente, te dicen eso de “...no, lo siguiente”. 


Preguntas: ¿Te gusta eso?  Y te contestan: No, no me gusta, lo siguienteNo dices nada pero piensas, dentro de tu lógica: Si es algo más que gustar, sería, por ejemplo, que le chifla. Hasta que te das cuenta que gran parte del día, esa persona en cuestión utiliza el mismo cliché. Ya es un rinoceronte completamente perdido, y sin remisión. Y tú ya tienes miedo de que te haya contagiado ese virus, porque te vas pesando “Ese no es tonto, sino lo siguiente”.


Gracias a Dios ya pasaron las elecciones del 25 de Septiembre, y con ellas ese empacho de “SORPASSO”. Y este vecino del mundo siempre se preguntaba por qué no utilizaban el verbo “ADELANTAR”. Muy probablemente porque de esa manera pretendían ser “los primeros de la clase”. Y seguro que algo de eso había.


Mención aparte merecen esos anglicismos que ya nos han invadido hasta lo más íntimo. Hoy mismo, en un negocio donostiarra, he visto que en su publicidad, era una pastelería, anunciaban pasteles “home made”. Y he llegado a la conclusión de que la diferencia entre “casero” y “home made” seguro que indefectiblemente está en el precio, mucho más caro.


Y ya lo último, y que me ha motivado a escribir este post es esa manía en la que últimamente, los periodistas deportivos especialmente, pero que hoy ya lo he oído en otro tipo de ámbito, cada vez que entablan una comparativa dicen que algo es “muy favorito”.  Que este vecino del mundo sepa, favorito solo puede ser uno, por eso precisamente lo es, por lo que “muy” sobra.


He tomado una determinación; ya no voy a salir a la calle nunca más, porque la calle ya está llena de rinocerontes. Y, por supuesto, he quitado los espejos de casa… Más que nada, por si veo uno… 

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domingo, 9 de octubre de 2016

ARCHIVANDO LA SEMANA...



Ya lo dijo en su momento el poeta Don Ramón de Campoamor:

---Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.


Y por eso, esta semana ya pasada, muchos la archivaran como la semana en que Kiko Rivera le dijo no a la soltería y sí, se presupone, a una suculenta exclusiva, que para eso es un niño bien enseñado por su madre.


Para otros en cambio, decimos adiós a la semana en la que descubrieron que Dios existe, porque nadie terrenal ha podido crear a una Cristina Pedroche, y menos vestida, o vestida de desvestida a lo Jennifer Lopez en “Tu cara me suena”, y guapa hasta decir basta.


Quizás en el fondo, cualquier excusa es válida, por ejemplo, para olvidar desgracias que ya se hacen eternas en lugares como Haití, en donde no se quiere arreglar el problema de raíz, y cualquier desgracia meteorológica se convierte en desgracia humanitaria crónica.
Luego, eso sí, puntualmente “el mundo” les ayuda durante meses en una especie de exculpación de penas.


Y no hace falta salir al extranjero, o para que suene más políticamente correcto, no hace falta mirar allende los mares.


Algo tenemos que estar haciendo terriblemente mal en esta España nuestra para que prácticamente pase desapercibida la noticia de una niña de ocho años hospitalizada en Palma de Mallorca, tras una paliza en el recreo por doce alumnos en edades comprendidas entre doce y catorce años. Y que presuntamente la encargada de la alumna (y no sería sólo su culpa, ya que autoridades en su lugar de trabajo tendrá por encima de ella), esperara a que viniera su familia a recogerla, como el resto del año, e intentara zanjar el tema con un lacónico “parece que ella está bien”.


Ahora, como siempre, presuntamente se está intentando “embellecer” el tema desviando la atención. Por de pronto, el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó este pasado sábado que la niña de ocho años que el pasado miércoles sufrió heridas tras ser golpeada por otros niños en un colegio de Mallorca, fue víctima de "una agresión y no de bullying". Eso huele más bien a intentar salvar el trasero, por de pronto al departamento educativo, aun cuando ya se ha dicho por parte de la familia de la niña, que la madre ya había hablado anteriormente en el colegio.


Discutir a estas horas si es bullying o agresión puntual (lo de “puntual” lo añade este vecino del mundo, porque, seamos serios, es lo que se quiere sugerir) es una vez más discutir sobre si son galgos o podencos cuando, en realidad, en la fábula las dos razas cazaban.



Y es que en el fondo, todos queremos “archivar”, y consecuentemente olvidar, la semana de la mejor manera posible, sin dejar flecos pendientes y sin que nadie ni nada nos despeine o nos haga sentir lo ruin o despreciable que puede llegar a ser la raza a la que pertenecemos.


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 5 de octubre de 2016

EL INGLÉS Y LA BILBAINADA DE LA PAELLA



Cuando apenas han pasado 48 horas desde que se sepan más noticias sobre la  puesta en marcha del Brexit para el próximo marzo por parte de la primera ministra británica Theresa May, pareciera que los británicos no quisieran que nos olvidáramos de ellos; no antes, al menos, que ellos lo hagan de nosotros, y del resto del continente.


Quizás, esa fuera la oscura intención del cocinero inglés Jamie Oliver al añadir chorizo a la paella, en una receta que acaba de publicar. Y ya se sabe que los puristas, de todo, están a la que salta, y les ha faltado segundos para tratar como anatema la comentada receta del cocinero de Essex.


La única solución que le doy a esa creativa de Mister Oliver es que simplemente ha mezclado conceptos, y con tanto “chorizo” que últimamente, incluso desde el extranjero se sabe que hay en España, ahora él se ha convencido de  que debe de haber hasta en la paella.


Ya solo falta para comenzar la guerra gastronómica británico-española, que Karlos Arguiñano, por ejemplo, se descuelgue haciendo una receta tan típica británica como el pastel de riñones, y diga sin parpadear que uno de los ingredientes de ese famoso plato es las angulas; y para terminar la faena, cuente un chiste sobre Gibraltar y su pertenencia a España.


Quizás tengan razón los que opinan que ya son demasiados meses sin nadie que se haga al mando de este barco llamado España. Nos pueden subir desde Europa todo tipo de impuestos, y recortar la sanidad y las ayudas sociales, pero, eso sí, y rotundamente, la paella no se toca. Y el gobierno, todavía en funciones, debiera hacer algo al respecto. Este vecino se imagina a un serio, y con cara de circunstancias, Don Mariano Rajoy, acercándose a una paella, y mientras se cerciora de que nadie le ve, dice: “Paella, se fuerte”.


Este vecino del mundo, recuerda que sería en 1980 cuando estando en Londres, una mujer inglesa a la que conocía, le pidió la receta de la tortilla de patatas, y como al dársela, cometió el craso error, según ella, de omitir un ingrediente tan importante como el tomate, el de ensalada, se negó a seguir apuntando la receta, porque estaba convencida de que no la sabía.


He admirado a los ingleses, y a los británicos en general, porque siempre tienen la suerte de tener inevitablemente razón, y sino, se la otorgan. Practicando "bilbainadas", por supuesto que los mejores son los bilbainos, por algo las crearon, pero detrás vienen los ingleses, aunque ellos sin quererlo, hablan en serio.


Cualquier día Mr. Oliver se nos descuelga con un “marmitako”, y dice sin titubear, como se dicen las mayores mentiras, que es típico de los pescadores de Cornualles, y que los vascos, y el demonio que ellos representan, solo la copiaron, eso sí, de la peor manera posible.


Ya para terminar por hoy, no me extrañaría que en un momento dado descubramos que la letra de aquella bilbainada tan famosa ya ha cambiado:


Un inglés vino a Bilbao,
por ver la ría y el mar,
y al descubrir la paella,
con chorizo la quiso aliñar.


*FOTO: DE LA RED



martes, 4 de octubre de 2016

AL BORDE DE LA MAÑANA



Hay amores que duran una mirada, y equivocaciones eternas, dolores que buscan personas a las que inundar, y culpas buscando inquilino. Y tú, te paseas por el borde de la mañana sin tan siquiera la protección de un paraguas de sueños que te haga de contrapeso.


Es otro día, y no sabes si quieres vivirlo, porque en la mayoría de tus veces vivir se transmuta en sufrir. Has vivido en lo políticamente correcto, y tienes la sensación de que ha sido la vida de otro, de un yo desconocido, de un paisaje en busca de autor.


Hoy ves lluvia y te alegras, estás convencido que servirá para limpiarte por dentro, ya que tu vida ha sido tan superficial como un grafiti en una calle abandonada, como un tatuaje que disfraza el nombre de un antiguo amor.


Hay amores que duran una mirada, y vidas tan largas como un parpadeo. Has vuelto a recordar a aquel chiquillo que se quería comer el mundo, y ahora se muere de hambre sentimental. Y sabes que el carburante de la vida es una mezcla a partes iguales de  humor y curiosidad. Y tú, solo tienes ganas de reírte de ti mismo, ¿ y de curiosidad?, la misma que la vaca al paso del tren.


No sabes si hoy es un día más o un día menos. Solo tienes claro lo perdido que estás, esa oscuridad que te invade aunque el cielo fuera poseído por el más brillante de los soles.


Hay aciertos que duran una mirada, y errores que te perseguirán siempre. Pero tienes que encontrar una razón para vivir; nuevos castillos que levantar en nuevos aires.  Aunque tengas que creerte que esa razón vital la vas a encontrar en la próxima esquina del próximo sueño disfrazado de futuro.


Eres joven para morir, pero mayor para fingir inocencia. Quizás ya no puedas escribirte una nueva historia, pero sí hacer que la que tienes sea cuando menos interesante. Y si ya no tienes protagonistas de tu historia, por lo menos vuelca tu interés en esos secundarios que pueden ser de lujo. Porque siempre es un lujo tener amigos de los que nunca fallan.



Hay memorias desmemoriadas y amores que se rompieron al descolgarse de aquella mirada, para ellos, siempre la última.


*CUADRO: "SIEMPRE JUNTOS" (ÓLEO), de PATXIPE.

lunes, 3 de octubre de 2016

FERRERAS, ¿HITCHCOCK O WALLY?



Hay programas televisivos que se les dan de progresistas, y realmente, en el mejor de los casos, lo son, y de ir en contra de toda decisión discutible de gobierno en funciones o no, y al final, bien pensado, cometen los mismos errores contra los que un día sí y otro también, van en contra.


Sin ir más lejos, el programa de la SextaAl rojo vivo” suele buscarle las vueltas a todo, y sin embargo, este sábado, se vio claramente que por el espectáculo todo vale, y por cierto, cuanto más barato mejor.


Si bien el seguimiento de la cadena ya mencionada fue muy riguroso con la crisis del PSOE en su sede de la Calle de Ferraz, para cualquiera de los televidentes que conectaran sucesivas veces a lo largo del día, aquello ya a simple vista olía a sudor, esclavitud y a “morir con la alcachofa en ristre”.


Siempre se ha dicho que un periodista es como un médico, no tiene horas fijas de trabajo, aunque visto lo visto, en realidad lo que se quiere decir es que “cualquier hora, intempestiva o no, es del periodista que quiera mantener su trabajo”.


Estamos todos los días con esa presunta explotación empresarial y a los de la Sexta no se le cae los anillos en que el Señor Ferreras y sus tres ángeles estén desde las ocho de la mañana del sábado hasta más de la una de la madrugada del domingo (aunque para ser exactos, el jefe, Ferreras, creo que dejo de aparecer en pantalla sobre las nueve de la noche) siguiendo el asunto Ferraz como, y nunca mejor dicho, no hubiera un mañana.


¿Eso es dar ejemplo a las nuevas generaciones de periodistas, o simplemente un aviso a navegantes? ¿Es necesario como en toda película de Hitchcock descubrir en qué momento aparece él, o lo importante es la noticia?


Por un momento este vecino del mundo se imaginó tanto a Ferreras como a sus tres chicas disfrazadas del inefable Wally intentando entrar en las oficinas de Ferraz. Hubiera sido un puntazo para el programa que hubiera valido esa votación que intentaron los partidarios de Pedro Sánchez con la urna oculta, y que al hacer el recuento hubieran aparecido tantos votos a favor, tantos en contra y tres gorros de Wally con el logotipo de la Sexta.


Quizás, entre los programas estrella, se debería de enseñar también a conjugar el verbo “delegar”, porque puede llegar un momento en el que lo importante  no sea la noticia sino el que la sirve y su estado emocional e higiénico. 

*FOTO: DE LA RED