sábado, 7 de febrero de 2015

BOB DYLAN, UN GRADO Y UNA MEDALLA (...CON LA MÚSICA A OTRA PARTE)


Por aquello de las casualidades, ha caído en mis manos un disco, concretamente un compact disc, que muy bien pudiera servir de banda sonora para estos días de nevadas y mal tiempo. Iba a decir “estupenda” banda sonora, pero esa palabra parece prometer alegría, y eso precisamente no ofrece este disco.
Este vecino se refiere al último trabajo, por ahora, de Bob Dylan, que ha creído conveniente hacer una especie de homenaje a Frank Sinatra, en su último trabajo “Shadows in the night”.
Ya sabemos de antemano que no se puede pedir peras a Luis del Olmo, ni que la voz del Señor Dylan se parezca al Señor Ojos azules, pero quizás lo que se puede echar de menos en cuestión de calidad de voz se restituya en sentimiento.
Si nadie te advierte a quién vas a escuchar, creerás estar ante una mezcla entre un Leonard Cohen y un Tom Waits honrando a Sinatra, o a un Sinatra con un mal despertar.
Para los que tenían dudas, ésta es la prueba de que Bob Dylan siempre ha cantado en inglés, diferente al que se estudia en las academias, pero inglés al fin. Es de alabar el esfuerzo, pues le ha tenido que costar, por terminar las frases pronunciando todo lo pronunciable. En realidad, con el Señor Dylan y Mr. Marlon Brandon siempre he tenido serias dudas de que hablaran en un inglés real y no fueran una especie de Chiquito de la Calzada, con idioma propio, con acento pasado a lo Donald Duck (el Pato Donald, en el original).
No nos vamos a engañar, este trabajo nunca será la alegría de la huerta, pero tiene su punto, su aquel. El Señor Dylan lo ha hecho suyo, y eso es de alabar. Un disco ideal para oírlo entre amigos, no para cantarlo a modo de himnos, sino para jugar con él, y ya desde el comienzo se van admitiendo apuestas para ver quién es el primero en adivinar qué tema es, cambiando los arreglos a los que estábamos acostumbrados.
Un trabajo especialmente dedicado a los que se creen los reyes del mambo, o están en la cresta de la ola. Deprime bastante, y por eso en ese caso es bueno para poner los pies en el suelo, y no emprender un vuelo que todos sabemos que terminará con un buen castañazo de realidad.
Este vecino del mundo está seguro de que este disco gustará también a esos seguidores de Dylan recalcitrantes, es como si fuera su cara oculta, como la de la luna, de ahí quizás “las sombras” a los que alude el título del disco. Un buen motivo para revisitar a un Sinatra más tranquilo, menos comercial, en el que los amores no le vienen triunfantes por ser una estrella, sino en el que las frustraciones son la constante.
Como en España siempre vamos en lo que en el ambiente ciclista se denominaría “rebufo”, dentro de un tiempo, seguro, hay alguna obra similar. Desde aquí este vecino del mundo quiere brindar una idea del mismo pelaje, apuntando dos nombres que si a priori parecen antagónicos, si la idea se volviera de carne y hueso, este vecino desde luego no se lo perdería:
¿Para cuándo un disco de Joaquín Sabina con éxitos de Raphael? Pero del Raphael con el “PH” juvenil, y único, y no ese que ahora canta cualquier tipo de canciones, “homenajeando” a diestro y siniestro, y colaborando con otros cantantes; que no me parece mal, pero que no es el Raphael con la PH mayúsculas.

Resumiendo: “Shadows in the night” un disco diferente de un Dylan diferente, y uno de esos discos que si lo has escuchado, decirlo te da un grado y una medalla. Seguro que alguna de las canciones harás tuya. Este vecino se queda con "That lucky old sun" y "Autumn leaves", ¿ y tú?


*FOTO: DE LA RED

viernes, 6 de febrero de 2015

EL ELEMENTO BLANCO COMO GRAN ZANAHORIA


Quizás estos días llenos de estampas blancas y frías, hemos podido disfrutar, el que haya podido, de bellos paisajes, estampas navideñas sacadas de época, en las que lo único que fallaba, para que todo fuera perfecto, éramos nosotros.
¿No estamos acostumbrados a la nieve?
Eso me he estado preguntando estos días, y en realidad no estamos acostumbrados a nada, y a todo. La vida es como un gran ascensor, en el que al montarnos hablamos del tiempo para evitar hablar de nosotros a ese vecino que nunca nos ha hecho nada, pero que diríamos que tiene cara de imbécil, si en realidad supiéramos qué cara tiene un imbécil, y si los imbéciles tienen una cara logotipo, marca de agua o lo que fuera.
Este vecino del mundo nunca ha visto a un animal, a un perro por ejemplo, que al salir a la calle, ya sabemos que no hablan, pero por gestos, o actitud, se queje  de que hay nieve, de que hay agua, de que hay sol, o de que no hay nada.
En esta época del año, invierno, es NORMAL, que haga mal tiempo, si mal tiempo es que nieve. Gran parte de los medios de comunicación pasan mucho tiempo hablando de ese elemento blanco, parece que se ha instaurado una especie de primera división de campeonato nacional de nieve, y competimos entre provincias haber dónde ha nevado más.
En cualquier momento algún presidente autonómico va a pedir al Señor Mariano Rajoy, Presidente de este garito llamado España, igualdad o paridad con respeto a la nieve, alegando que es un bien, o un problema, o lo que sea, común, y que hay que repartir ENTRE TODOS, que ellos se sienten maltratados con este reparto, porque así salen menos en los medios de comunicación, y así vende menos su autonomía, que no olvidemos, al final es de lo que él vive, y muy bien por cierto.
Y es que, mientras nos quejamos de una cosa no podemos quejarnos de otra, y a alguno le vendrá bien.
¿No os parece que la nieve puede ser una especie de gran zanahoria para que todos vayamos mirando para adelante, y no miremos para los lados, que es donde quizás se corte el bacalao, o las grandes ideas, o la chispa de la vida, o vaya a saber usted qué?
¿Qué hoy estoy un poquito bastante susceptible? Es posible, pero últimamente se establecen protocolos de grandes catástrofes para cualquier cosa. No hay un día normal. Estamos, o en alerta amarilla, o en alerta roja, pero siempre hay algo. ¿Nieva? Y ya te están recordando llevar una manta en el coche, con batería de repuesto para el teléfono móvil. 
Echo de menos, siempre he echado de menos, que no recuerden al montarse en el coche llevar el testamento actualizado en la chaqueta de uno, junto con el carnet de identidad. Así la policía perderá poco tiempo en contactar con la familia del finado.
¡Veamos! Si hace cinco años, en la nevada de hace cinco años, un conductor, el Señor X, metió, avisado por los medios de comunicación, una manta en el coche, normalmente la manta seguirá allí, en el coche, junto con la rueda de repuesto que seguro que no sabe cambiar, y que para eso no hay campaña de concienciación.
Mi vecina Mari Pili, la del segundo B, cada vez que salimos a la calle estos días, debe de creer que estamos en Siberia, y nos despide hasta con lágrimas en los ojos y nos hace recordar si llevamos de todo. Ayer le dije, eso sí, de buenas maneras, que llevaba comida hasta para los seis perros del trineo, y le pareció normal mi contestación, tan metida en su papel de salvadora de cuerpos.
Lo dicho, que mientras hablamos de la nieve, no hablamos de la Nieves, o de Pablo, o de Luis, o de Yolanda, a la que le gustan los hombres una barbaridad, pero a la que desgraciadamente no le gustamos nosotros.
Y, recordad, dentro de poco hablaremos del polen y de las enfermedades asociadas, y alguna otra alerta caerá, para recordarnos que siempre hay alguien que vela por nosotros, ya que nosotros vamos como locos, y si vivimos un solo día más, seguro que es por ellos, por esos estamentos que siempre están ahí, en la sombra, en este caso de la nieve, porque nosotros nunca, nunca, hemos sabido cuidarnos solos, y ellos actúan de hermano mayor.
Además, y ya para terminar, lo voy a confesar, la última vez que se preocuparon por mí...me robaron la cartera. Solo llevaba facturas, pero me la robaron. Y eso, lo juro, no va a volver a pasar.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 4 de febrero de 2015

CARTA ABIERTA A LA SEÑORA BOTELLA, Y A SU PEINETA

  
                             San Sebastián,  3 de Febrero, 2015

Att.: Señora Ana Botella

Muy Señora mía,

Hace unos pocos días me he hecho eco de una noticia que casi pasa de puntillas, pero de la que me congratulo haberme enterado, porque ella, la noticia, da una imagen detallada de lo que usted realmente es, y de su sentir por los problemas de la Villa y Corte.
Parece que desde hace un tiempo se están cambiando las marquesinas de esa, su ciudad, con un supuesto desembolso económico que en otras partidas se vigila y mucho. En realidad, el cambio estriba en que los asientos, en ellas habilitados, tengan reposabrazos. No, no se está velando por el bienestar y el descanso de los usuarios de los autobuses, sino por la imagen del partido en el gobierno, tanto del país como de su autonomía.
Es sumamente inteligente su postura como primer edil de esa su ciudad, porque hasta nuevos comicios, la ciudad es suya y de su partido. Y con ella, con la Villa y Corte, hacen lo que a usted se le pone en su peineta, que con ese donaire que le caracteriza, tan bien lleva en importantes ocasiones.
Como no se puede cambiar la realidad, esa pobreza  que ha forzado a mucha gente a dormir al raso, por lo menos que no se vean, y menos que destaquen. Porque,  siempre es más fácil falsear la realidad, que mejorarla. Y ya que los pobres existen, por lo menos que no duerman al resguardo de esas marquesinas. Por eso se están poniendo esos reposabrazos que en realidad son artilugios anti-pobres.
Le escribía la presente, no solo para felicitarla por su gran idea para “disimular la pobreza” que junto con “the relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” ayudan a dar una exacta idea de su perfil profesional, y de su sentir diario por los que tienen la suerte de cohabitar con usted.
Estoy seguro de que, como además debe de seguir muy ocupada en hablar catalán con su marido en la intimidad de su hogar,  y en estos momentos que además no serían muy bien vistos, si saliera a la luz pública, por parte de su partido, en tiempos en los que precisamente se está poniendo en cuestión la unidad de España, por eso este vecino del mundo se atreve a molestarla para traer a colación una idea, que muy bien le pudiera parecer de utilidad.
Quizás, y como los pobres no pueden desaparecer con este sistema social que ustedes están promoviendo, y visto lo visto cada vez habrá más, se les pudiera ataviar con ropa a modo de los pobres pintados por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez en sus famosos lienzos, y de esa manera, calentitos con pesadas ropas de época, y bien alimentados con el dinero ganado como “figurantes”, pudieran ambientar los rincones típicos del Madrid de los Austrias, dando además una imagen más realista de la época. Con ello se conseguiría una idea exacta del Madrid que una vez fue, y una especie de gran plató del denominado Siglo de Oro español, y que ustedes al parecer tanto añoran, y que a fe de pensar en él lo están consiguiendo. Un país en el que los pobres son muy pobres, y los ricos hacen como usted, lo que se les pone en la peineta.
Ya sabemos que ahora los bandoleros se visten de traje, e incluso abren cuentas en Suiza, pero siempre daría gusto ver a unos cuantos bandoleros ataviados a lo Luis Candelas, y que por un plato caliente seguro que se romperían hasta el alma. Lo que además, en realidad, está ocurriendo en cualquier parte de esta España, que los políticos de su raza nos han puesto, más encaminados al pasado, que a un futuro en el que si se cuidan las marquesinas para el pudiente, de las marquesas y del resto de la nobleza ni hablamos.

Atentamente,

Un vecino del mundo

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martes, 3 de febrero de 2015

¿DIEGO, O RODRIGO?


Me acaba de pasar una cosa muy curiosa. Se han puesto en contacto conmigo para pedirme la dirección de la “agencia”, así la han definido, encargada de hacerme la publicidad en twitter. Intentando teñir de inocencia mi voz, les he comentado que lo que realmente debe de ser importante es el blog en sí, que la publicidad es solo abrir una puerta al blog para que la gente entre.
Tras unos momentos de silencio, me han dicho que todo es cuestión de opiniones, pero que para ellos “soy muy de izquierdas”, que en lo que realmente están interesados es en las frases para publicitar el blog. Intentando dar una sensación de frescura y simpatía les he preguntado:  -¿De izquierdas, o como se dice ahora “transversal”?-
Parece que tanto la pregunta como la entonación en sí les ha hecho bajarse de lo estrictamente correcto, y me han contestado, ya con una entonación de conversación de bar, que todas las ideologías son respetables, y que aunque no conocen la mía, creen que no comulgaría con la suya. A lo que he contestado sin parpadear telefónicamente:
- Efectivamente, comulgar, comulgar, hace mucho tiempo. Y visto que los del Gobierno del P.P. parece que siguen comulgando, y no les va muy bien, ni con la presunta ayuda del altísimo, y eso que siempre se ha dicho que desde arriba se ven mejor las cosas, mejor seguiré sin cambiar mi dieta moral.
Aparentemente confundidos por la rotundidad de mis palabras, y tras unos segundos de gélido silencio me han preguntado: -¿Entonces, no quiere darnos la dirección de la agencia?- 
En ese momento he sentido una especie de “click” que ha denotado la rotura del freno de contención, y ya a tumba abierta les he dicho: -Lo triste del caso, es que están dando a entender que una persona de izquierdas, o transversal, o que posiblemente, según ustedes, de pensamientos insidiosos, no puede expresarse en apenas dos líneas y venderlas, aunque sea gratis, a modo de publicidad, o simplemente para animar a un posible lector a entrar en mi mundo, lo que en realidad es mi blog.
Tras unos segundos intentando recomponerme,  y ahora en plan moviola, ralentizando las palabras, y como haría un torero al final de su faena, gustándose así mismo, he rematado diciendo: - En realidad, ustedes no necesitan una agencia, porque en sí mismos, y solo con su voz, ya representan sus ideales y sus objetivos. Su voz es su mejor tarjeta de presentación.
Cuando parecía que la comunicación, en todos los sentidos, se había cortado para siempre, y con un tono que recordaba a la de un premiado en la lotería de Navidad, me ha dicho: -¿Le importaría que me quedara con esa última frase para mi negocio? Represento a una compañía de telefonía móvil que quiere abrirse mercado, y creo que su frase “Su voz es su mejor tarjeta de presentación” nos puede valer para nuestra campaña. Si no le importa nos volveremos a poner en contacto con usted. Ya sabe, en el trabajo no hay ideologías, hay objetivos.
Aunque han pasado varias horas, acabo de colgar el teléfono. Algunas veces, como ésta, sobran las palabras, e incluso el teléfono. Y solo me acuerdo de esa frase tan española “Donde dije digo, digo Diego”, o “Rodrigo”, como dice el bueno de Chiquito de la Calzada.

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lunes, 2 de febrero de 2015

ACTUALIZANDO A GILA


La vida actual en nuestra España me recuerda a una película de Ingmar Bergman. Gracias a Dios, a los hados, al destino, o a lo que sea, con mucha más gracia, por supuesto.
Lo de Ingmar Berman se refiere a los recuerdos de cuando este vecino del mundo fue a ver “Gritos y susurros”, hace más de cuarenta años, creo que fue mi primera incursión en el firmamento del director sueco. Y antes de ir a ver la película, leí todas las críticas, habidas y por haber, y me pertreché con una brújula para no perderme. 
Pues eso, que ahora cualquier cosa que pasa en España, te puedes, si quieres, asesorar con mil cantos de sirena, y al final es posible que tu barco de opinión se hunda, porque cada cual pinta la vida con el color que quiere. Y, generalmente, con grises, y “marrones”, especialmente los que nos atañen más de cerca.
De todas las maneras, el que no se toma sus pequeñas venganzas es porque no quiere. Esta mañana, sin ir más lejos, estaba dentro, como se dice ahora, de una entidad bancaria, y a la persona que me ha atendido no le he visto muy centrada. Por eso le he dicho, ante sus continuos chascarrillos y risas, a un punto de ser desaforadas, que lo bueno que tienen ellos en su trabajo, es que trabajan con red. En el mismo instante se ha notado perfectamente que ha entendido que, aquello, su postura, le iba a traer factura, y nunca mejor dicho, porque se ha puesto en modo “autodefensa”, y me ha preguntado el por qué de lo de la red.
-¡Hombre! Está muy claro, pase lo que pase en el negocio en que usted trabaja, siempre “pagamos” nosotros…
Me ha dado la impresión de que esa misma conversación ya la había tenido con anterioridad, y que él se habría defendido con eso de que “es un mandado, que el negocio no es suyo, y que cumple órdenes”. Y alguno de sus interlocutores ya le habría dicho, que lo mismo había ocurrido con lo de las preferentes, y que luego nadie sabía nada, y que órdenes eran órdenes; y mientras, sus jefes en lugar de plegar velas, las desplegaban en lugares paradisiácos, y todo pagado gracias a sus tarjetas “black”.
Por eso, ese empleado se ha callado, porque su defensa era una huida hacia adelante, y a mí me ha dado cargo de conciencia, amén de los otros cargos que había ido a pagar.  Porque ni ellos cambiarán, ni nosotros tampoco, y como a lo largo de la historia se nos ha echado todo tipo de culpa, ya nacemos, no con un pan debajo del brazo, sino con un saco de culpa heredada. A favor del empleado, el que ya tiene clarísimo a quién no va a conceder ninguna hipoteca.
Por todo eso, entre el universo de Bergman, y el de Miguel Gila, sin dudar me quedo con este último, es más nuestro. Su juego entre bromas y veras, forma parte de nuestra idiosincrasia, y su famosa frase: “Y si no sabe aguantar una broma que se marche del pueblo”. No es muy democrática, pero sí visceral, y con un punto de inocencia dicha por el auténtico Gila.
Poniendo al día el universo de Miguel Gila, la única variante que se podría dar ahora, para buscar a un culpable mediante indirectas, en su famosa frase “alguien ha matado a alguien” es “alguien ha robado a alguien”. Lo demás sigue igual, nadie se da por aludido.

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sábado, 31 de enero de 2015

DE MUNDOS PARALELOS


¿Crees en los mundos paralelos? Yo, sí.
Esta mañana de sábado, Afgano, mi bichón frisé me ha sacado a pasear, temprano, a las siete y media, y durante la caminata, al pasar al lado del apeadero del tren, una unidad de Renfe se iba, y ha dejado a una decena de jóvenes. Indudablemente había una desconexión entre ellos y los demás. Estábamos en días diferentes, y  ellos todavía en viernes, y me he planteado si del mismo mes y año al ver lo liviano de su ropa. Afgano y yo nos hemos mirado ante lo absurdo del momento. Él enseguida se ha rehecho y no ha perdido el tiempo ante un árbol de buen ver. Lo dicho, los mundos paralelos existen.
También hay un mundo paralelo entre el actual gobierno del P.P. y la gran mayoría de los españoles. Este vecino del mundo no es ningún analista político, pero está claro que el actual gabinete está convencido de vivir sus últimos momentos, algunos dirán que de mangoneo, o de “mamoneo”. ¿El por qué de esa opinión?
A Don Mariano Rajoy, porque lo cortés no quita lo valiente, le está faltando tiempo para “decorar” su pisito, que es España, a su manera, y al que venga después le costará más ponerlo otra vez como estaba, o de otra manera, y seguiremos gastando. Solo así se puede comprender la rapidez para la aprobación del real decreto que va a reorganizar la duración de las carreras universitarias, reduciendo los grados a tres años.
Una vez más el Señor Wert toma a los españoles por tontos, queriendo destacar "el importante ahorro que provocará en las familias la reducción de algunas carreras universitarias de cuatro a tres años”. Obviando el hecho de que si los grados se acortan en un año, los másteres aumentan en otro. Y ahí es precisamente donde está el truco de más gasto y sangría para las familias, las que puedan. Cada vez España es un coto más cerrado a las familias con recursos y a crear mundos paralelos pero desnivelados.Lo dicho, diferentes mundos, que todos están en éste, y con la terrible certeza de que todos los pagamos nosotros. Como el pisito de la España que no se cansa de redecorar un gobierno, y un partido, en clara huida hacia adelante.
Estamos en mundos paralelos con un gobierno para lelos.  Y le vuelvo a mirar a Afgano, y no sé por qué le veo dentro de un cartel a Presidente del Gobierno, y no creo que lo haría peor. Al menos tendría, como en el famoso libro, más sentido y sensibilidad. Triste pero cierto.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 30 de enero de 2015

EL TRUCO DEL TIEMPO


Hace dos días, y viendo una serie de televisión, estaban dos niños con un tablero de la oca, y uno de los niños le preguntaba al otro que por dónde se enchufaba aquello, y el otro sin dudarlo le indicaba un determinado punto del tablero.
Todos recordarán aquella primera vez en que un niño se nos acercaba con cierta precaución,  y hablándonos de usted, nos preguntaba qué hora era. Esa sensación sentida por nosotros, con tanto enojo como sorpresa, y lanzada al silencio del aire de ¿Por qué me hablas así si todavía soy muy joven? Tonto de niño.
Con el paso de los años, y por experiencia propia, uno se va sintiendo cada vez más mayor, normalmente por nada físico, sino cuando en los medios de comunicación, por ejemplo en la radio, y hablando de algo de un pasado inmediato, en teoría, para nosotros, a uno de los interlocutores de turno se le ha de explicar algo que ignoraba, porque evidentemente eso no era de su época y no tenía por qué saberlo.
El  problema de cumplir años, es que cada vez hay más gente a la que hay que explicar muchas cosas que nosotros conocemos, como si el tema en cuestión fuera de ayer mismo, y han pasado, quizás, más de cuarenta años.
Todavía recuerdo el famoso “comediscos” que nunca conseguí que me regalaran. Eran finales de los sesenta y comienzos de los setenta. Mucha gente nacida con posterioridad no tiene ni “pajolera” idea de qué era. En realidad, y visto desde ahora, fue un invento con fecha muy corta de caducidad. Su mismo material de fabricación, pasta o plástico puro y duro, fue un intento de llevar el disco de paseo, en una especie de bandolera.
Muchos ignorarán también,  que durante unos años, una película dirigida por Narciso Ibañez Serrador, por siempre conocido por todos como el creador del mítico “Un, dos tres”, fue una de las películas más taquilleras de España: La Residencia, rodada en 1969. Una historia del género de terror, con un “algo más” de calidad, del que siempre el célebre “Chicho” ha sido gran aficionado. Y cuyo decorado, la fachada de aquella “residencia” de cartón piedra, en su momento fue el más caro del cine español, tres millones de las pesetas de entonces.
Decir también que el guion fue de un tal Luis Peñafiel. ¿Poco conocido? Depende, escribió todas las historias que el bueno de “Chicho” llevó adelante en televisión, y el guion de sus dos únicas películas. Ambas, muy, muy, interesantes, y abriendo el cine español más allá de nuestras fronteras. Y es que en realidad el tal Peñafiel, es el mismísimo Chicho. Mis amigos me suelen tildar de muy “enterao” cinematográficamente hablando.  Y quizás habrá que ir pensando, en que en realidad lo único que ocurre es que tengo todavía buena memoria, para los años que este vecino ya va cumpliendo.
Por eso, y viendo la vida de otra manera, lo importante no es el tiempo que nos queda, que nunca sabremos cuánto es, sino la cantidad de cosas, datos, sucesos, que nosotros sabemos no por haberlos estudiado, sino por estar vivos y atentos. Porque quizás la vida, es un gran truco de magia ejecutado por un gran prestidigitador que es el tiempo, y tenemos que estar siempre atentos para averiguar el truco.

*FOTO: FOTOGRAMA DE "LA RESIDENCIA".

jueves, 29 de enero de 2015

¿DEVUELVES LA CARTERA?

Últimamente estoy muy preocupado porque aunque ni me he hecho rico, muy al contrario, estoy en el paro, y pertenezco a esa franja de más de 57 años, que lo del milagro de las bodas de Caná sería más fácil de realizar que encontrar un trabajo, noto que he cambiado en mi manera de ser, y eso no me gusta.
La gran prueba de que he cambiado, una especie de prueba del algodón, es que antes, por ejemplo, si me hubiera encontrado una maleta o una simple cartera llena de dinero, sin dudar la hubiera devuelto. Ahora, cuando menos, lo dudo muy seriamente.
Y es que según ese famoso ejemplo que nos han puesto siempre de que si pones una manzana podrida en un cesto de manzanas sanas, todas se echarán a perder, qué podemos decir de una sociedad que está como está, y que los que tienen que dar ejemplo, lo hacen, pero de lo que no se debe hacer, y además tienen excusas para todo. Y si no hay pruebas, o  ya ha pasado mucho tiempo para pedir responsabilidades, enseguida dan una rueda de prensa diciendo que el juez ha determinado que son inocentes. Y una cosa es, como hubiera dicho mi padre, no ir a “chirona”, y otra ser inocentes.
La verdad es que la palabra “chirona”, desgraciadamente en desuso, me gusta porque nos remite a otra época de trapicheos, posguerra y contrabando. Y estos chorizos de ahora no se merecen ir a la cárcel, sino a chirona, porque no son inteligentes, son "listos", entre otras cosas porque a nosotros nos toman por “tontos”, que sería la palabra opuesta. Pero en el fondo son unos pobres de espíritu que miden a todos por su cuenta corriente…
Yo siempre había estado orgulloso de  mi interior, porque, y ya sé que no tengo abuela, desgraciadamente ninguna de las dos, siempre he considerado, como decía Antonio Machado, que “soy, en el buen sentido de la palabra, bueno”. Y ahora siento que ya aquello se perdió, como la virginidad, como la primera vez. Y eso me duele mucho. Y lo triste es, que últimamente estoy más convencido que nunca, que sé dónde están aquellos buenos pensamientos, el ver la vida sin maldad. Alguno de esos chorizos con corbata y traje azul de marca italiana, seguro que se llevó mi bondad mezclada en esos billetes del Banco de España que ingresaba una y otra vez en Suiza.
Y me imagino esa caja en Suiza, en una pared metálicamente limpia, bajo una discreta y fría luz fluorescente, repleta de cientos de cajas brillantes como espejos e iguales, solo diferenciadas con un número, sin huellas, como los trapicheos,  y al abrirla aparece mi cuerpo, como en la Morgue, pero con los ojos abiertos, vivito y coleando , o mejor dicho, vivito e intentando agarrar del cuello, o cuando menos de la corbata, al propietario pirata y choricero. Y directo a chirona, pero en las mismas condiciones que el españolito que ha robado un bocadillo para comer, y que expía sus culpas y las de los demás.

Yo antes no era así, y es una pena.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 28 de enero de 2015

EL CAMALEÓN NEOYORQUINO


Llevo veinticuatro horas deglutiendo una foto que me ha gustado e intrigado a partes iguales. Seguro que la habéis visto en muchos medios de comunicación, con motivo de la gran nevada de Nueva York. Es esa imagen en la que, para ser políticamente correctos,  un afroamericano está parado en la mitad de una calle mientras lleva un gran bolso de cuero en la mano izquierda.
Desde el primer momento  me ha llenado de intriga el por qué está parado en la mitad de una avenida por una vez que ese lugar solo está dominado por el hombre y no por las máquinas…
¿Se está haciendo una gran pregunta por la que, y limitaciones de hombre, no puede hacer dos cosas a la vez, y por eso se ha parado?
¿Ha encontrado previamente una de esas puertas del tiempo, y ha aparecido de pronto en una ciudad que no conoce y está tomando consciencia del clima y los problemas que eso le van a acarrear? En contra de esta teoría puede ir la misma vestimenta del individuo, que denota que, al menos en las prendas, ya estaba preparado para lo que le podía esperar.
¿Se está viendo mucho más pequeño de lo que en realidad indica su cuenta corriente, porque contra la naturaleza no hay prima de riesgo que se arriesgue a retar a un clima cabreado?
Quizás sea una mezcla de todo y de nada, pero sí parece que en primer plano se imponga la pequeñez del ser humano ante la potencia de una naturaleza desbocada. Y sobre todo una gran pregunta en el aire: ¿Quién me mandaría a mí estar aquí?
Por una vez, ese gran plató cinematográfico que es la ciudad neoyorquina,  parece que se ha preparado más para rodar una secuela del Doctor Zhivago, que una historia cualquiera de su día a día.  Y quizás, en realidad, eso es lo importante, que en cualquier momento nos podemos ver forzados a cambiar nuestro tan importante día a día , esas reuniones inaplazables, esos negocios vitales, porque a unos simples vientos gélidos les ha dado por visitar terrenos que normalmente no gozan de su interés.
Tampoco sería descabellado el pensar que cualquier día de estos nos enteremos que alguna productora esté interesada en rodar un spin off sobre este personaje, cuando menos tan enigmático, que en cualquier caso bien pudiera estar en cualquiera de los dos lados de la ley, de acuerdo con los intereses de una industria que hace de cualquier evento un espectáculo. Y no va a ser este vecino del mundo quien critique algo que luego puede ser el primero en verlo.


Hoy ha sido noticia, y mañana quizás simplemente un recurso cinematográfico para un arte, el séptimo, que es una especie de camaleón de la vida diaria.

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martes, 27 de enero de 2015

LA SOMBRA DE DON PANTUFLO


Quizás el enfrentamiento en el circo mediático de estos días entre  Pablo Iglesias, y el periodista Eduardo Inda, y la consiguiente definición como Don Pantuflo por parte del primero hacia el segundo, nos ha devuelto una versión más de carne y hueso, del personaje que se ha convertido en una especie de mando a distancia por parte del sufrido españolito de a pie de nuestros días, al que deseamos que haga lo que nosotros quisiéramos hacer. Quizás, con ese comportamiento tan políticamente incorrecto del líder de Podemos, tengamos la primera mancha en un personaje tan medido hasta el momento.
Hay que recordar que si alguien no ha sido dudoso en cuanto a su opinión de un líder, que es tan nuevo que todavía se podría encontrar la marca de su precio si fuera un simple objeto decorativo, es este vecino del mundo.  Y es de comprender esas ganas, por parte del respetable, de dar su merecido a unos políticos de los dos grandes partidos, que con su alternancia en el poder, se han convertido más en una versión de poli bueno y poli malo, que unos competidores legítimos en el mundo de la política.
Una mancha puede fastidiar una buena foto, y la salida de pata de banco por parte de Pablo Iglesias insultando tan banalmente a un periodista que le llevaba buscando las cosquillas durante mucho tiempo, quizás haga recordar a muchos, que en el fondo todos somos iguales, y que no hay nada nuevo bajo el sol. Y que de una verdadera posibilidad de ser un nuevo Moisés en el intento de encontrar el camino a una nueva tierra prometida, hemos podido pasar a un simple showman del prime time.  ¡Una verdadera pena!
Ese insulto, por otra parte más que trasnochado para las nuevas generaciones, que más parece la rebeldía de un niño en los primeros años de su vida, quizás nos tenga que recordar que no hay nada nuevo bajo el sol, y que ese Don Pantuflo es más un guiño al espectáculo por el espectáculo que un paso por construir un futuro nuevo o un escape a este tiempo de crisis.
Quizás este Don Pantuflo sea un equivalente a esa vida en España de una Ava Gardner de la que estos días recordamos que hace veinticinco años nos dejó. La Señorita Gardner, porque ella siempre fue muy suya, fue durante muchos años la representación de la belleza en la mujer, calificada por sus estudios cinematográficos como «el animal más bello del mundo», quizás ese animal escénico que traspasaba la pantalla, y que con el tiempo nos enteramos de todos los devenires y “películas” que se montó en nuestra España en blanco y negro.
Esa Ava Gardner, no de muchas juergas nocturnas, sino de una sola pero continuada a lo largo del tiempo, y que dio como resultado que su personaje en “55 días en Pekín” tuviera que morir en pantalla por los retrasos que causaba en el rodaje de la superproducción del Señor Bronston.
A las figuras mediáticas siempre se les intenta apagar los focos y hay cientos de enterradores dispuestos a cavar su tumba, por eso no conviene dar facilidades. Una cosa son las presuntas irregularidades  de las que un día sí y el otro también se les va a intentar “colgar” al Señor Iglesias y a los suyos, y otra, y quizás tristemente menos perdonable, en esta España acostumbrada a la corrupción, que se pierda las formas en un cuerpo a cuerpo. Porque hay que recordar que tanto en el cine como en la vida, los malos siempre son sujetos mal encarados, y “el bueno” siempre tiene que ir muy bien peinado aunque acabe de salir del fango. Y esta vez Pablo Iglesias,  aunque lleve coleta, se nos ha despeinado, y eso siempre puede ser el principio del fin.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 26 de enero de 2015

LAS ENTENDEDERAS DEL PERSONAL



Hoy, y revisando “papeles” por internet, quizás he encontrado la clave a muchos problemas de hoy en día. ¡Todo es cuestión de léxico!
En la “noticia” que me he encontrado, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), adscrita a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha actualizado el Manual de uso de términos meteorológicos que ya ha empezado a utilizar en sus predicciones. Desde ahora, y para evitar malentendidos en las predicciones de AEMET, desaparecerán palabras como "moderado" y "riesgo", que pueden llevar a malas interpretaciones. Al igual que el término "posibles", que ahora pasará a utilizarse "baja probabilidad".
Por lo que dicen miembros de la citada agencia, hay gente que mediante la palabra “moderado” puede entender o “mucho” o “poco”. Con un atisbo de malícia, solamente un atisbo, quizás de este galimatías tengan también la culpa los políticos, y esa información que desinforma.
Desde hace un tiempo ya sabemos que la emigración no existe, sino la movilidad exterior. Y que no es lo mismo “estar en paro” que “estar parado”.
Mientras pensaba en todo esto, que con el problema de la única neurona que según las mujeres de hoy en día tenemos los hombres de hoy en día, he tenido para largo, me he encontrado en twitter una fotografía con una simple nota, por supuesto, llena de ironía. La fotografía la podéis ver al comienzo de este post, y la anotación es “Me he atrevido y me he hecho un tatuaje.” Lo triste del caso, y visto los problemas que ha tenido AEMET con las entendederas del respetable, más de uno es posible que se la haya tomado en serio, y ahora ya no podrá distinguir nunca más entre “hacer una nota”, y “hacer un tatuaje”. O quizás simplemente, el problema venga de que mucha gente ya no entienda el concepto “ironía”, porque desde hace un tiempo ya no se escogen los circunloquios ni los dobles sentidos, sino el enfrentamiento cara a cara. Y lo más cercano que el personal esté de la ironía será cuando hable con coña.
Quizás dentro de toda esta pérdida de norte, del entendimiento en general, lo que sí ha conseguido sacarme una sonrisa es la no utilización, por parte de AEMET, de “posibles”, en favor de “baja probabilidad”. 
Si sacamos ambas palabras del mero ámbito meteorológico, una persona con posibles, siempre ha sido alguien con cierto poder digamos que crematístico, pero ahora, y siguiendo esos cambios, se quedaría en una persona con baja probabilidad, y en este caso el entendimiento es perfecto, desde el momento en que hay personas que pueden seguir con su mismo trabajo de siempre, pero ganando mucho menos, y "por consiguiente", como decía aquel presidente de gobierno, con baja probabilidad de poder comprarse cualquier cosa
Por cierto, y ya para terminar, en este caso también casan la ironía con la coña.

*FOTO: OBTENIDA EN TWITTER.

domingo, 25 de enero de 2015

JUEGO DE MÁSCARAS (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


"Autómata" puede haber sido una gran película del oeste llevada al futuro o una historia negra revestida de parafernalia futurista, pero en realidad es un juego de máscaras donde lo que importa es el interior.
En un futuro nunca especificado, pero no muy lejano, vemos un planeta, el nuestro, víctima de la desertización. Jacq Vaucan (Antonio Banderas), agente de seguros de la compañía que tiene el monopolio robótico, tiene que investigar un caso aparentemente menor, que derivará en algo mucho más grande para la humanidad. El Señor Banderas produce y protagoniza este thriller futurista con estética vaquera, que especula sobre lo que ocurriría si la inteligencia artificial superase a la humana.
A todo el que haya visto o vaya ver esta película, le vendrá a la mente “Blade runner”, e incluso "Yo, robot", pero como siempre se ha dicho, las comparaciones son odiosas. Y quizás en esas pretensiones, no de superproducción, sino filosóficas, quizás esté el talón de Aquiles de esta película.
Esta historia puede tener una lectura, como ya se ha comentado, profundamente filosófica, e incluso religiosa, y en opinión de este vecino del mundo, en ellas la historia se hace muy pequeña,  pero si simplemente el espectador quiere dejarse llevar, puede ser una afectiva historia de amor, o incluso un singular triángulo amoroso, en el que se da preferencia a los sentimientos en detrimento de la sabiduría. Las máquinas en poco tiempo podrán ser más “listas” que nosotros, pero las historias vividas con la piel, con el tacto de los sentimientos, son un mundo aparte.
Es un trabajo de honestas pretensiones en el que nunca se han asimilado correctamente todos los componentes,  y de pronto, haciendo una especie de paréntesis en la trama de la película, se lanzan frases, bien aparentes, a modo de comida para el hambriento de significados.
Personalmente me gusta más lo que no se dice, por las caras inexpresivas de los autómatas, que lo que se cuenta. Esa peluca de la autómata de sugerentes formas, es un claro guiño a la replicante de “Blade runner”. Cleo es tan inteligente que se da cuenta de lo que nunca podrá entender, las cuestiones que atañen a los sentimientos, y tal vez por eso, al final, se quite la máscara, para no expresar esa dulzura que nunca podrá tener.
Quizás, y para este vecino del mundo, en esta ocasión el trabajo de Antonio Banderas es demasiado exagerado, como gustándose así mismo, y mostrando un catálogo de tics, demasiado empalagosos para la parquedad del resto de personajes, autómatas incluidos.
Ha sido un gusto el rencontrarse con un Tim McInnerny, por siempre recordado como uno de los entrañables amigos de “Notting Hill”, haciendo de un malo más al estilo de las películas del oeste de Clint Eastwood.
Una obra de grandes intenciones, por parte del director Gabe Ibañez, siempre a la sombra y al servicio de Antonio Banderas, y de un presupuesto más que ajustado que sin embargo de lo único que adolece es de un guion, quizás un poco más consistente, y que está más dirigido a lo pretencioso que a lo eficaz.
Es una pena el pensar que esta película es una especie de testamento del binomio Banderas – Griffith, que aunque Melania, en la película aparece poco, en el original en inglés pone incluso la voz a la bella Cleo.
Este vecino no quiere cargar las tintas en las partes más débiles de la película, porque siempre es un lujo que haya personas valientes como Antonio Banderas, y su productora “Green Moon”, que no tengan miedo en jugarse su patrimonio en la ruleta del séptimo arte.
Gracias, Antonio, por existir y porque te guste el cine. 

*FOTO: DE LA RED

viernes, 23 de enero de 2015

SOÑANDO CON OVEJAS ELÉCTRICAS (NO ES EL FUTURO, ES LA REALIDAD)


Uno, este vecino del mundo, está tan atento a todo, que en cualquier momento le va a pasar como a Don Quijote con las novelas de caballería, que va a mezclar varios temas, y no va a saber dónde está la realidad y la ficción, o mezclar varias realidades a modo de collage para crear una ficción.
Estaba viendo ayer, a última hora, la salida de la cárcel de Luis Bárcenas, con esas ganas renovadas de vivir, más chulo que ocho millones de ochos, como si se hubiera metido un Cola-Cao en vena, y además sin arrepentirse de nada, por lo menos disipando futuros malentendidos, que por un momento pensé que como fuera más rápido, si se descuidaba, aparecía en la casa de las casas, en este caso la de Gran Hermano VIP. Y la idea, como se dice ahora, me moló.
Un Bárcenas, en Gran Hermano VIP, estaría como pez en el agua. Intentando manejar las finanzas de la casa, y si se descuidan de todo Telecinco. Creo, sinceramente, que enseguida tendría algún problema bastante gordo con La Esteban, más que nada por demostrar  quién es más de derechas. Porque la de San Blas tiene que ser la que más en todo, más que nada porque siempre le sale del mismísimo…Y sino, llora, y todos sus compañeros de programas, todo el engranaje de la cadena le ayuda, no por ella, sino porque así ayudan a sus finanzas, y a esa máquina de hacer dinero que tienen.
Bárcenas ha sido la sombra de un PP en sombras, y la Esteban es la parte negra de una televisión de colorines, que a fuerza de repetir cuatro mandamientos no crean fans, sino “creyentes”. Quizás la diferencia, la gran diferencia entre los dos, es que el mundo de La Esteban se puede apagar con un click del mando a distancia, y en cambio, es posible que Bárcenas siga mandando a distancia, la distancia que crea el silencio y el saber muchas cosas de muchos, a los que con un simple click puede apagar.
Y mientras, en la casa Bárcenas viviría además como todo un señor, porque siguiendo la filosofía de La Esteban, no cogería una fregona y limpiaría, porque hay tías que lo pueden hacer.
Entre la sombra de Bárcenas y el poder de La Esteban, la prepotencia de uno y los tacos de la otra, el futuro es más negro que los mundos creados en “Blade Runner” y “Automata” juntos. Al final, este vecino del mundo solo va a desear, como los androides, poder soñar con ovejas eléctricas, porque éstas solo balan, y no hacen tanto daño como las palabras de diferentes mundos que están en  éste.


*FOTO: DE LA RED

jueves, 22 de enero de 2015

LOS RESTOS DEL NAUFRAGIO

Ahora que Irina Shayk y Cristiano Ronaldo, la pareja pluscuamperfecta,  han tarifado, para el común de los mortales, tanto le guste la carne o el pescado, se abre todo un mundo de posibilidades. Es como si la puerta de la esperanza se hubiera abierto sin nadie esperarlo.
Ahora que Mario Draghi, el Presidente del Banco Central Europeo (BCE) nos va a inundar, en teoría, a todos con millones de euros, se abre para el común de los mortales todo un mundo de posibilidades. Es como si la puerta de la esperanza se hubiera abierto sin nadie esperarlo.
Lo que ocurre es que este vecino del mundo, gran amante del cine por otra parte, se sabe todo tipo de argumentos, y le da, que tanto lo de Irina y Cristiano, como lo del Señor Draghi y  sus millones esperanzadores van a pasar sin tocarnos.  Quizás porque para que haya “divos” tiene que haber, siempre, “espectadores”, y a nosotros nos ha tocado lo de ser espectadores.
La vida, desde que naces, te va poniendo en tu sitio, y al final sabes que aunque se reparten cartas en el juego de la vida todos los días, siempre se llevan las mejores los tahúres, bien porque marquen las cartas, o porque el dinero llame al dinero. Personalmente este vecino  desde que se desenamoró platónicamente de Meg Ryan, cuando nos dejó a su marido Dennis Quaid y a este sufridor empedernido, procura no volver a ilusionarse, ni pensar que todo el monte es orégano.
Tras varios años de que nos han apretado el cinturón en plan torniquete, ya se sabe que a los torniquetes hay que liberarlos cada cierto tiempo para que aquello no gangrene, y ahora toca ilusionarnos otra vez para que sigamos comprando, que a la postre es lo único que les interesa de nosotros, los de a pie. Pero no se dan cuenta de que antes que comprar hay que vivir, y si has tenido suerte últimamente y has conseguido uno de esos empleos que hoy precisamente nos han informado que han aumentado en España, llegarás a la conclusión que aún trabajando, ni llegas a final de mes, ni sales de pobre.
Antes, en cuanto encontrabas un empleo, salías de la zona de pobreza, ahora no, hay mucho pobre que trabaja, y seguirá trabajando en las mismas, o incluso peores condiciones, por mucho que Mario Draghi haya sacado  su manguera de millones a pasear.
Los organismos europeos están nerviosos por las elecciones griegas, y el miedo que tienen a que el mapa político europeo pueda cambiar, y ahora toca hacer el paripé de Santa Claus y sus regalitos, aunque ya no sea Navidades y Santa Claus solo exista en nuestros corazones. Los mismos que nos han empobrecido, no nos van a sacar de pobres ahora.
Este vecino prefiere mirar a parejas como Cristiano Ronaldo e Irina Shayk, por aquello de donde hay amor hay alegría, y donde hubo fuego siempre quedan restos. Porque al final eso es siempre lo que nos queda a nosotros, los restos del naufragio.


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 21 de enero de 2015

JOSEMARI Y SU EXPERIENCIA VITAL

Hace apenas un rato he sufrido en mis carnes la famosa expresión española “por si acaso”.
He quedado con un amigo a tomar un café para ponernos al día, pues nos vemos muy de vez en cuando. Y tras desempolvar viejos recuerdos, y poner de vuelta y media, solo a aquellos que realmente se lo merecen, la mayoría, volvía tranquilamente para casa cuando he notado la llamada de la selva, en su versión “ganas de orinar”. Y usando el GPS mental en su aplicación mapa de la zona de váteres municipales he recordado que había uno bien cerca.
La verdad es que en Donosti, la ciudad en la que normalmente tengo la suerte de residir, ese tipo de servicio municipal no tiene ninguna queja, más bien al contrario. Me explico.
Ahora ya se sabe que las técnicas modernas se utilizan para todo. Y lo mismo que muchas cabinas de W.C. tienen lavado automático, una vez que sales, lo mismo ocurre, o al menos debería ocurrir con la parte adjunta (resguardada por una especie de biombos fijos) que está habilitada para que los hombres hagan, digamos, sus "necesidades verticales".
Pero sucede, como en el caso de hoy, que hay sensores más rápidos que el gatillo de Billy El Niño, y cuando he llegado, ese sensor al reconocerme me ha debido de saludar a su manera, que se traduce con un buen chorro de agua. Lo que ocurre es que ese sensor debe de tener vida propia y, por lo que se ve ha debido de estar solo toda la mañana, muy solo, y se ha puesto contento de verme. Esa es la única explicación que le doy, ya que en el medio minuto, como mucho, que ha durado nuestro encuentro, me ha “saludado” con agua un total de tres veces. Con lo cual, si no hubiera entrado, y el “problema” me lo hubiera echado encima, me habría mojado menos, y con menos cara de sorpresa y cabreo.
Por lo que he podido comprobar tristemente en mis carnes, los fabricantes de baños públicos no deben de tener personal encargado de probar  “sus inventos”, porque el citado departamento se hubiera dado cuenta rápidamente, de que a ese sensor habría que "educarle" para que esperara, un minuto más o menos, a hacer aquello que se le requiere, y NO en el momento en el que el “cliente” está allí. Da la impresión de que el único fin es demostrar que “aquello” funciona, y por eso te lo repiten en persona, por el famoso “por si acaso”, tres veces.
Tras este incidente, y por este incidente, me he acordado de un gran amigo “Josemari”. Es arquitecto, y cuando empezó en su profesión, me acuerdo que le pregunté si no tenía miedo a que alguno de sus edificios se cayera. Y me dijo tranquilamente, que eso era prácticamente imposible, porque tras los cálculos, y como ya sabía que más de una vez en el proceso de construcción se podía “extraviar” algo de material, añadía bastante más de lo necesario, por si acaso. Y ese "por si acaso", tan banal, pero tan lleno de experiencia, ha vivido en mi durante toda la vida. Y en momentos como el de hoy, me acuerdo siempre de Josemari y de su experiencia vital.
Que no se me olvide, a partir de ahora, salir de casa siempre con un sobre de jabón en el bolsillo por si acaso, así en momentos como el de hoy me lavo por completo, y mira, eso que me ahorro…


*FOTO: DE LA RED.