Mostrando entradas con la etiqueta zapatillas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta zapatillas. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de enero de 2020

LA OTRA NIÑA DE LA CURVA...



Lo bueno que tiene nuestro propio ordenador es que ya nos conoce, y en cuanto balbuceamos en Google, prácticamente una palabra, y a través de la experiencia, ya sabe lo que le queremos decir.

Hoy, "finde", he escrito “luz”, y ya Google automáticamente  me ha ofrecido Luz Sánchez-Mellado, “El País”, y es que San Google conoce mis filias, las fobias las vamos a obviar, y según te estás colocando las zapatillas, virtuales o no, ya tienes tu deseo en pantalla. 

En la visita a  Luz hoy, ha escrito, aunque su artículo es del día 16 de Enero, sobre mi particular niña de la curva politiquera, y Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su aventura, sin velo y cortapisas, en Arabia Saudí, reiterándose llamándola “macarra”, y dando por supuesto sus argumentos que seguro que a Díaz Ayuso no convencerán.

Y es que las personas que al mirar hacia donde tú estás, parecen ignorarte, mirando a través tuyo hacia el más allá, con una sonrisa en sus labios, siempre con una sonrisa, me dan mucho miedo. Y tanto ella, como el actual alcalde de Madrid, José Luis Martinez-Almeida, tienen la virtud, además, de apropiarse por obvio de lo ya conseguido por los anteriores en sus cargos, y lo demás, lo que hagan a partir de ahora, como lo hacen ellos, y porque ellos lo valen, siempre será lo mejor de lo mejor.

Díaz Ayuso es tan vidente, que tiene la capacidad, como ya lo demostró incluso antes de ser Presidenta, de ver la belleza de los atascos de madrugada en pleno centro de Madrid, e incluso de sentir orgullo porque esos atascos formaran parte de la identidad madrileña.

Lo dicho, da mucho miedo la otra niña de la curva, porque de eso, a promocionar, por ejemplo, un tour de las noches del homeless madrileño, sólo hay un paso.

Va un churro virtual, pero muy madrileño también, para brindar por este sábado, sabadete,  que aunque se ponga mal nos puede saber incluso a sexo por, en el peor de los casos, tener que hacer aquellas cosas que nos joden…

*FOTO: DE LA RED



viernes, 8 de noviembre de 2019

REFLEXIONES EN ZAPATILLAS



Estos días pasados se nos ha dicho hasta la saciedad que el número de millonarios en España se quintuplica en los últimos nueve años.
Para que luego sigan diciendo que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades. Habrá que quedarse aquí, y a lo mejor, por esas cosas del destino, o por mera aproximación, algún día nos toca a nosotros. Más que por persistentes, como diría ese filósofo de la vida que es José Mota, por “cansinos”.

Y todavía los políticos se estarán preguntando a quién habrá que subir los impuestos. ¿Qué tal un impuesto al millonario y millonaria? Además sería como un reconocimiento oficial a su estatus, “un impuesto que no se pone a cualquiera”, un espaldarazo, una especie de premio “posh” (“pijo”) al millonario reconocido y no solamente presunto.

Por otro lado, que todos estén tranquilos porque según un estudio que se ha dado a conocer en Euskadi, se prevé que en el futuro  se recortará la diferencia entre el salario del hombre y la mujer. Pero no echemos las campanas al vuelo, porque no es que se va a acortar la diferencia porque las mujeres van a ganar más, sino que se va a recortar el salario de los trabajadores varones. Y es que para que siga subiendo el número de millonarios de algún lado deben de salir los cuartos.

Son este tipo de reflexiones las que no me dejan vivir una jubilación que no es que sea dorada, sino que como en la mayoría de los temas de hoy en día, al final siempre llegas a la conclusión de “virgencita que me quede como estoy” porque conoces a unos cuantos, bastantes además, que están peor que tú.

Antes de terminar estas consideraciones de andar por casa, o reflexiones en zapatillas, recuerdo también que este vecino del mundo ya ha visto, hace unos tres días, el primer anuncio navideño de este año, que no es original, sino que ya viene de las navidades pasadas: los paquetes cantarines de Amazón.

Hasta las grandes compañías, por muy americanas que sean, se reciclan, por aquello de ahorrar gastos. Al final, va a ser verdad la reflexión con la que comenzábamos el post de hoy: Habrá que quedarse en España como tierra de las oportunidades, o simplemente porque como ya estamos aquí, nos va a salir más barato, o menos complejo, como hubiera dicho mi madre, “irnos con la música a otra parte…”

*FOTO: DE LA RED

sábado, 11 de junio de 2016

UNA PARÁBOLA EN ZAPATILLAS



Es curioso el poder asociativo que puede tener nuestra mente.


Esta misma mañana me preparaba a atacar el frigorífico a la hora del desayuno, cuando las ganas han podido con el orden, como la mayoría de las veces, y un frasco de guisantes a medio terminar ha caído al suelo. Naturalmente, por aquellas tonterías de la ley de la gravedad, se ha roto, y la verdad es que se veía venir, con un frasco que desde hace varios días pedía su libertad apareciendo por todas partes cada vez que quería coger algo.


Limpiando el desaguisado, y los guisantes, claro, a mi mente han venido, mientras observaba, por última vez espero, esas “caras” verdes y húmedas, y ahora viene la asociación de ideas a que me refería,  me he acordado de todos esos “amigos” que aparecen muy de vez en cuando, como si se despertaran de su hibernación, y tienen anotado en su calendario “Vamos a tocar los pies a Fulanito”. Y lo hacen como sin molestar, pero cuando se van, desgraciadamente no para siempre, Fulanito, que eres tú, tiene más problemas que antes, y una mala leche que te sale por las orejas. Y deseas tener una escoba gigante, y el coraje necesario, para barrer de tu mapa, y de todo mapa, a esos problemas disfrazados de amigos.


Un poco avergonzado (el vecino del mundo es como es), por haber sido tan malo para asociar a “amigos” con guisantes, me he preguntado por el por qué de esa asociación que más que atacarme a traición, me ha violado y hecho suyo, aunque sólo sea por unos minutos. Y tras ducharme, y ducharme, para limpiarme por dentro y por fuera, creo que he encontrado una respuesta: la influencia de la religión, y en este caso, de esa manía de explicarnos todo con parábolas, y atribuirle a una simple historia, un significado. Porque si a la parábola le quitamos todo el halo místico, o religioso, no deja de ser un cuento con su moraleja.


Sin olvidar, claro está, ese concepto de "culpa" con el que siempre se nos ha atacado, y en cierta manera, "domado", especialmente desde nuestra Iglesia. Espero que Dios me perdonará por todo lo dicho, ya si eso ...


Y mi parábola de hoy ha sido la del guisante, mediante la cual se nos “sugiere” no almacenar amistades que normalmente estarán ya caducadas; siendo, la mayoría de las veces sin darte cuenta, en una especie de sufridor del Síndrome de Diógenes; recopilador, más que de almas en pena, de almas que producen pena, y …sufrimiento.


Os dejo, por hoy, ya perdonareis. Voy a urgencias, porque parece que con el “flagelo” de los recuerdos y culpas, me he debido de exceder y tengo alguna heridita de …nada.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 21 de marzo de 2015

LUTO POR UN RENACENTISTA EN VAQUEROS



Ya sabemos que una definición, quizás chabacana y muy manida, es que la vida es una película. Y en toda película no solo son importantes los actores principales, que en este caso somos cada uno de nosotros, sino que es conveniente rodearse de un buen elenco de actores secundarios. Y hoy, hace apenas unas horas, nos hemos enterado de que ha fallecido uno de esos actores secundarios de mi vida, y me imagino que de la mayoría, como ha sido Moncho Alpuente.

Para las nuevas generaciones ese nombre tristemente no significará nada, pero  para los nacidos, como es el caso de este vecino del mundo, hacia mediados o finales de los cincuenta, Moncho Alpuente tiene un significado de nuevos aires, de cambios, de otra mirada, más moderna, nunca mirando hacia atrás. Unos fotogramas en color en una película, otra vez, en blanco y negro.

Se suele decir que quien mucho abarca, poco aprieta, pero en el caso del Señor Alpuente (periodista, escritor, cantante, compositor, y con recorrido tanto en radio como en televisión, incluyendo la dirección de un capítulo de una serie) debe de ser la excepción de la regla. Es una persona que ha sabido evolucionar de acuerdo a la época que le ha tocado vivir, cosa que quizás aprendió al mismo tiempo que, en su juventud, tenía que torear a una censura muy estricta. Si alguien me pidiera una definición de Moncho Alpuente, este vecino del mundo lo tiene no claro, sino nítido: un hombre renacentista en pantalones vaqueros, que puede ser confundido con un aprendiz.

Lo importante del Señor Alpuente será por siempre, su manera de decir las cosas, con cercanía y quitándole siempre la aureola de lo culto para dárselo al pueblo. Muchos estarán diciendo en estos momentos que ha muerto un humorista. Pero el Señor Alpuente ha sido más que eso, una especie de filósofo en zapatillas, que ha sabido contar y argumentar su manera de ver la vida, con humor, tanto en verso como en prosa. Prueba son las miles de columnas que habrá escrito en periódicos, hablando de “su” actualidad, y de varios libros entre los que se podría destacar, por nombrar uno, “Hablando francamente”, que es una especie de biografía, con acento netamente satírico, de Franco.


En la música siempre fue ingenioso hasta para ponerle nombre a sus grupos, desde el primero, “Las madres del cordero”, Desde Santurce a Bilbao blues band”, "Moncho Alpuente y los Kwai" y "The Moncho Alpuente Experience". Su gran éxito, e himno de los conductores de los setenta fue “El hombre del seiscientos”, con su grupo de ese momento “Desde Santurce a Bilbao blues band”.

Desde hoy, para sus seguidores al menos, la vida va a ser un poco más aburrida, y consecuentemente, más larga.

Descanse en paz el bueno de Moncho Alpuente, todo un renacentista camuflado de hombre corriente.


*FOTO: DE LA RED