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lunes, 18 de mayo de 2020

NOS DARÁN LAS UVAS...



Cada vez que nos toca cambiar de fase en el mundo "coronavirus", y hoy toca, al menos en Euskadi, parece un día de campo y tengo la mesa llena de sugerencias y contraindicaciones. Pasamos del “no poder hacer”, al “hacer aunque no te apetezca porque ahora toca”.

Al final, por aquello de la seguridad, creo que será mejor que en lugar de salir yo a pasear, o a lo que toque en ese momento que se supone tengo que hacer, quizás será mejor mandar al abogado de la familia, si tenemos abogado, o familia, o lo que quede de ella.

Entre estado de alarma y estado de alarma, nos van a dar las uvas otra vez, y nunca mejor dicho, con el agravante de que para mantener la distancia social o lo que sea que se llame entonces, uno de los dos presentadores de la Nochevieja del año que apenas se usó, prefiero pensar que ella, estará en la Puerta del Sol, y él con su capa, capando lo que se tercie, o se tenga, y nunca mejor dicho, a mano en algún recondito lugar de nuestra España vaciada.

Quizás, y a modo de resumen como se hace a final de cada año, y nosotros, recordad, ya estamos en nuestra nueva, como la normalidad, Puerta del Sol, este año la mayoría nos hemos sentido como Calimero, pequeños, húmedos e incomprendidos, y especialmente negros de tanto quejarnos y de no ver de dónde nos viene la película, o lo que sea que en ese momento nos están proyectando. 

Porque no sé vosotros, pero este vecino del mundo tiene la sensación de que no está viviendo la vida, sino que se la están contando, y como diría Rosalía: -malamente.

*FOTO: DE LA RED.




domingo, 10 de noviembre de 2019

EL REBUFO DE LA HISTORIA...



Para cuando leáis el post, este vecino del mundo ya estará en la mesa electoral como segundo vocal. Primero les advertiré a los que organicen la mesa, que de un ojo, y es verdad, no veo, porque pasó no sé si a mejor vida, pero sí al menos de mí y de los doctores que durante un año han estado intentando salvarlo.

Mirando, aunque a medias como ya he confesado, y en plan positivo, podré comprobar qué es eso de vivir de la política, porque nos pagan, creo recordar, que 65 Euros. Tengo miedo de volverme un orgulloso petulante...

De todas maneras, a mis 63 años, ya es la cuarta vez que me toca. Por lo que si fuera un chollo, o pelotazo, seguro que nunca hubiera olido ni la pedrea…

Si no nos jugáramos tanto mañana, hubiera deseado despertarnos con una gran nevada y que se suspendiera todo, pero seguro que alguno de los otros partidos iría a votar,  y perderíamos lo que se daba.

Tengo una vecina, muy mayor la pobre, que hoy me ha comentado que todo el mundo está hablando por la radio sobre un muro que se debió de caer hace treinta años. Y que por la importancia que le dan, aunque no ha oído ni dónde fue, ni la cifra, seguro que debieron de morir muchos...

No le he sacado de su error, si lo hay, porque en el fondo ha estado sembrada. Murieron muchos por aquel muro de Berlín, aunque ahora también hay unos cuantos, incluso en construcción, y salvo excepciones, “nadie sabe nada”.

Por cierto, llámenme quisquilloso, que seguro que lo soy, pero me gustaría juntar todas las piedras de ese dichoso muro que dice la gente que todavía tiene por ahí, y que les creo. Seguro que el muro mediría más metros que el real. Y es que siempre que se venden “souvenirs”, ocurre lo mismo. Hay listillos que se forran. Y no vamos a mirar con cara de enfado a los alemanes, que de eso en España también sabemos mucho.

Voy a ir preparando mi rutina de dentro de unas horas, porque seguro que el futuro de esta nación pasará muy cerca de dónde me toca estar mañana,  y estaré atento por si siento el rebufo de la historia…

*FOTO: DE LA RED


jueves, 24 de mayo de 2018

EL DEMONIO Y EL SELFIE



En estos tiempos en que nos levantamos creyéndonos ya con poderes de futurólogos porque sabemos que hoy también nos vamos a enterar de algún que otro corrupto de campanillas, y que por eso nos sentimos curtidos en todo tipo de infortunadas sorpresas, una simple foto puede actuar, nos decían en nuestra infancia allá a principios de los sesenta, como un "soplamocos" que puede hasta remover tus fantasmas del pasado. Y es que ya está comprobado que a los selfies también los carga el diablo.

Hoy en Twitter he visto primero un fotograma de un selfie cuyo original era un corto video, y luego tras indagar un poco, he verificado la estupidez al completo, y comprobado, una vez más, cómo te puede cambiar la vida de un segundo a otro, especialmente si tienes uno de esos días, y voy a ser irónico, en que tu ángel de la guarda está un poco despistado. Lo ocurrido en el video, al parecer, no ha llegado a mayores pero el protagonista ya debería tener la sensación de que está viviendo una prolongación de su vida.

La gesta estúpida debió de ocurrir a finales de enero de este año, en el que un joven de la India siente la imperiosa necesidad de hacerse un selfie mientras se acerca un tren, me atrevería decir de esos de corta distancia. Aunque tratándose de la India, cortas distancias a lo mejor se consideran también los mil kilómetros.
Como mínimo el joven debe de tener incrustada a modo de tatuaje en su mejilla derecha parte de chapa y pintura de la máquina del tren, y esperemos que se le haya “pegado” al mismo tiempo un poco de juicio para el resto de su vida.

Y a este vecino le ha dado por pensar la cantidad de gente que ya ha visto irse quedando en el camino desde la más tierna juventud, por cosas, o por causas, que se veían venir, como malos hábitos por mucho que se disfrazaran de modernez muy moderna.

Los setenta/ochenta fueron muy crueles. Pertenezco a un pueblo guipuzcoano en el que durante mucho tiempo tuvo reflejado en cifras a nivel mundial un alto porcentaje de caídos por la droga, ya que fue una cuadrilla entera en un pueblo más bien pequeño que compartían algo más que sustancias, y las estadísticas siempre tienen mucho de frialdad.

Y lo más triste es que tú te ves envejeciendo cada vez que te observas en el espejo, y compruebas tu trayectoria cambiante, pero los recuerdos de aquellos que ya no están siempre vienen vestidos de caras jóvenes y sonrientes, cada día un poco más ajadas y claras, eso sí, por el paso del tiempo. Y en momentos que como hoy, parece que me ha pillado un poco flojo, hay recuerdos que te golpean con la frialdad de aquella situación, y aunque tú, protagonista de tu historia, sigues vivo, quizás por eso mismo, te sientes un poco culpable por vivir, aunque sólo les conocieras de vista.

Ser inmortal, siempre que solo lo fueras tú, si lo piensas un poco, tiene que ser el peor de los castigos: una continua sensación de déjà vu,  y los demás preguntándose al verte “¿Éste de dónde viene?”. Y lo peor de todo, ya que se puede entender de todas las maneras: ¿Quién le ha dado vela en este entierro?


*FOTO Y VIDEO: DE LA RED



domingo, 21 de enero de 2018

DE MASCOTAS Y DESEOS CUMPLIDOS...


He oído hoy en la radio que los españoles que tenemos mascota nos gastamos una media de 1200 euros al año en ellos

En nuestro caso (y no estoy hablando mayestáticamente, sino que en cuestión de mascotas al pertenecer al núcleo familiar, debo de hablar como uno más de la familia) sí creo que sea el caso ahora. También hay que destacar que “Afgano”, del que ya he hablado más de una vez en este blog, es un bichón frisé, que ya tiene diez años, y hace tiempo que comenzó con sus achaques. Durante años, aunque la que lleva la contabilidad de eso, como de casi todo, es La Nuri, mi sufrida, yo creo que habrá sido menos.

De todas maneras, y relacionado con este asunto es muy difícil hablar para los que no tienen una mascota, y no entienden cómo se les puede querer tanto, y sentir lo que se siente por ellos.

En nuestro caso, por cierto, el traerle fue un asunto muy meditado, como debiera de ser siempre, incluso la elección de la raza no fue al azar porque queríamos que nuestro “chucho” tuviera unas determinadas características, no físicas, sino que digamos que psicológicas, como sociable y responsable. Y por nuestra parte, también aceptamos una serie de compromisos, para repartirnos los diferentes horarios de pasear con el perro.

Acabo de hablar con La Nuri, y mientras a mí me parecía que los 1200 euros de marras los situaba más hacia la vejez de “Afgano”, ella me ha dicho  que esa cantidad de dinero nos hemos gastado, más o menos, en cualquier época de él.

También hay que aclarar que hay propietarios y propietarios, y diferentes mantenimientos de la mascota, y no es dicho desde la crítica sino de la realidad del día a día. Por ejemplo, hay gente  que mantiene  a su perro, o gato, dándole sus sobras. Nosotros siempre le hemos dado comida específica para su raza y condición, y recomendada por su veterinario.

La Nuri siempre ha creído, y no le falta razón, que tener un perro, por ejemplo, y que se me entienda, es tener siempre un niño, con sus cuidados, por ejemplo sus vacunas.

Comprendo también que hay todo tipo de comportamientos y de opiniones. Y que a aquel que igual le parece mucho gastarse ese dinero anualmente en una mascota, y que además se ría de ello, quizás, no se dé cuenta que él, o ella, puede tener "otro tipo de mascota o sustituto", como es el mantenimiento de su coche. Porque también hay quién en lugar de que el coche viva para él, él vive para el coche. Y tampoco es una crítica, sino la vida diaria.

Siempre he pensado y practicado eso de “vive y deja vivir”. Y si a unos nos da por cuidar mascotas e incluso de llenarles de mimos, pues bien, y si a otros les da por tener el coche tan cuidado que parece recién salido de la fábrica y sólo le falta la pegatina del precio, pues bien también por él.

Ahora mismo he recordado el caso de mi madre, uno de aquell@s niñ@s de la guerra, que fueron llevados en su caso a Francia, y que hubiera valido, sin apenas estudios pero nunca tonta, como buena ministra de economía. 

Nunca se le ha escapado nada y controlaba cada artículo a comprar en “su” casa. Pero siempre tuvo, ha tenido, un deseo, una aspiración, y cuando pudo se compró uno de esos relojes de pared, con su correspondiente “Tempus fugit”. Cada vez que daba las horas, la sonoridad de la casa no distaría mucho de la que se pudiera conseguir en El Vaticano, y ella, mi madre, siempre pequeñita, parecía crecer, o levitar, un palmo.


Lo dicho, vive y deja vivir.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 22 de octubre de 2017

LA VIDA EN GERUNDIO


Hoy, 22 de Octubre, un gran amigo, y por aquello de la vida vivida (practicada siempre en gerundio, desde luego), cómplice en aprender a sobrevivir, ha recibido el título de, por decirlo de una manera diferente, "sexagenario". Que puede no ser nada, pero lo es todo.

Y claro, funciona, como en todo, el efecto dominó. En el que unas personas se intercalan con otras, formando parte de tu vida, y tú de la de ellos.

Quizás la vida es como el mar y nosotros, que desde muy pequeños aprendemos a flotar, como boyas, muchas veces titubeantes, nos vamos dirigiendo, pese a estar sujeto a tus raíces, a tus creencias, más que a donde queremos, a donde podemos. Dirigidos por el esfuerzo, la suerte,  los miedos y complejos, que entre todos son mareas muy fuertes que hay que tener muy en cuenta.

Los años, añadido a lo dificultoso de seguir flotando, al final siempre te van dejando, otra vez tus raíces, tus creencias, en lugares más cercanos, no es una ley que siempre se cumpla, a los paisajes de tu infancia.

Hoy, Jose, sin acento, como a él le gusta que le llamemos, ha cumplido sesenta años, y a sus allegados, queramos o no, nos da por hacer una especie de viaje al pasado y recordar años en los que nos conocimos, en mi caso, mediados de los sesenta. Y aunque ahora se diría eso tan manido de una época en blanco y negro; la vida, nuestra vida, sí tenía color, y mucho. El color recién impreso, de primer y único uso.

Descubriendo la vida a cada paso, eso sí, sin dar a entenderlo. Con el gesto de que ya lo sabías, de que a ti no te tienen por qué prevenir, y mucho menos aconsejar, porque lo sabes todo. Con el falso sentimiento de que mientras los demás van, tú, vas y vuelves cada día.

Hoy, en realidad, no es un día de echar de menos, porque los amigos ya ausentes, en realidad nunca lo están mientras vivamos nosotros, sino de darnos un abrazo, aunque en nuestro caso sea en una distancia forzada por eso que se suele clasificar como “imponderables”, y con una llamada telefónica  ahora, y la cita para un ágape cuando se pueda, se recargan las baterías.

Los "amigos, amigos", siempre son buenos. Y la bondad, nunca hay que alejarla de nosotros.

Jose, muchas felicidades, y más gracias por tenerme entre tus amigos. Porque, quizás, después de todo, la vida no nos ha ido tan mal, ni tenemos nada, eso es lo importante, de qué avergonzarnos.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 3 de abril de 2015

PRACTICANDO EL GERUNDIO



El exceso en todo siempre es perjudicial, aunque también lo es la otra postura, la que, en el argot futbolístico denominaríamos como “lamiendo el poste”. Es decir, “cada cosa en su justa manera”. Y al decir esto último, a este vecino se le han cruzado los cables, y por un momento ha oído la voz de su madre diciendo “… y Dios en la de todos”.  Porque las madres son así, sin darse cuenta siempre actúan como contadoras de cuentos, o filosofías varias, y a cada cosa que ocurre le tienen que sacar su moraleja, chascarrillo final, o voz en off. Algo que indica que ellas han vivido más que nosotros, que para cuando vamos, ellas ya han vuelto, y que son cocineras (vaya que lo son, y las mejores) antes que frailes.

Y todo ésto, lo de que “cada cosa en su justa manera” venía a cuento, a que algunas veces es necesario vivir la vida sin más, y quitarse las gafas, en mi caso, o de blogger  o de pintor, y vivir la vida sin estar tomando apuntes de nada y para nada. Porque la vida es para sentirla, y no para leer el manual de instrucciones (se pierde mucho tiempo, y además no sirve para nada). La vida hay que descubrirla cada mañana, y no que te la cuenten. Y sí se toman apuntes, se deben de hacer, si procede, al final del día, pero el resto del tiempo hay que vivirlo.

Algunas veces ocurre, algunas veces me ocurre, por ese defecto, digamos que profesional (aunque es más vocacional, porque este vecino del mundo no cobra por abrir todos los días esta atalaya desde donde observar), que estás todo el día pendiente sobre qué escribir, o qué pintar, y tienes que recordarte cada cierto tiempo que la vida no eso, solo hay que vivirla. Y luego ya puestos, hay mucho tipo de opciones, si te acompaña la suerte, componente indispensable. 

Hay quien opta por hacerse rico, y está todo el día acumulando dinero, para que sean sus herederos, en la mayoría de los casos, quienes disfruten de unas posibilidades creadas por alguien que en el peor de los casos solo salía de su despacho para comer, reunido, siempre reunido, en los mejores restaurantes, de las mejores ciudades, de los mejores países, del mejor de los mundos posibles.

La vida es para practicar vida, y naturalmente, para querer a los que te rodean, porque uno, el protagonista de su película, no puede tampoco querer a todo el mundo. Suficiente ya es, que no fastidie, por no decir una palabra más fuerte, a nadie. Porque los hay, y ya se me ha calentado no sé si la boca  o los dedos para teclear,  o todo a la vez, pero hay quienes son verdaderos profesionales de la jodienda, y pasan por este mundo como Atila, incluso odiando a la ecología, y no vuelve a crecer la hierba.

La vida no es para arrasar, en todo caso para acariciar y que te acaricien. Ese viento ligero, con el frescor de la mañana recién horneada, una mañana fresca y crujiente, y sentir su frescor con esa mejilla todavía anhelante de esa almohada a la que acaba de dejar calentita en la cama.
La vida es para reconocer cada minuto de ella la suerte que se tiene en vivirla, sin que te la cuenten porque no te puedes mover, porque estás enfermo.


La felicidad es estar lleno de vida, y cuando te aburres de ser feliz, pues eso, lo cuentas a tu manera en un blog, o en un cuadro al óleo. Pero, y no hay que olvidarlo nunca, la vida es para vivirla en gerundio: viviendo.

Por cierto, y ya para terminar, aquellos que al leer todo ésto, se hayan quedado preocupados porque creen atisbar que se le puede, a este vecino del mundo, haber ido la mano con los medicamentos y sus dosis, que se queden tranquilos. Solo he aspirado un poco de oxigeno fresco de esta tarde que ya languidece (puede que haya quedado un poco cursi, pero es así), y quizás ya no estaba acostumbrado... No sé, pero me ha sentado muy bien. Lo dicho, la vida siempre en gerundio.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 17 de agosto de 2014

ALGUNOS MISTERIOS INSOLDABLES DE ANDAR POR CASA


¡Es curioso! Estamos a 17 de Agosto, y ayer ya oí que a este mes le quedaba poco, quizás en un intento de “tocar la moral” a aquellos que acababan de llegar a su hogar vacacional durante la segunda quincena, por aquello de que la felicidad no sea completa. Sin embargo, cualquier semana de China, o de Corea, anunciada por El Corte Inglés, dura más que siete días. ..
Y es que hay misterios insoldables, como que los llamados periodísticas del corazón, otro misterio insoldable, no tienen que ver nada con “hacedores” de crónicas médicas sobre el citado órgano, sino con el cotilleo puro y duro. Esos mismos periodistas, precisamente, que también tienen problemas para medir el tiempo, pues con relación al hijo de cualquier famoso que ha podido cometer cualquier tropelía, la mayoría de las veces, con excepción del hijo de José Ortega Cano, intentan maquillar sus “fallos” bajo el epígrafe de “que el niño es inexperto todavía”, y el niño o niña puede que ya tenga treinta años o más.
Por cierto, ayer a este vecino del mundo le tocó ir a despedir a La Nuri, su sufrida, a la estación de autobuses, ya que volvía a Bilbao. Cuando el autobús, repleto de turistas en proceso de dejar de serlo, estaba abandonando las instalaciones, se oyó la voz de un iluminado diciendo eso tan manido, y que hasta ahora este vecino solo lo había oído aplicado a festejos, como los Sanfermines: “Se han terminado las vacaciones, ya queda menos para Agosto del año que viene”. 
Odié esa expresión, más que nada porque los mismos que nos tachan a todos los españoles de haber vivido por encima de nuestras posibilidades,  y que este vecino no recuerda, por mucho que lo intenta, cuándo él lo hizo, inventen ahora  una frase profética, cada vez que alguien pierda su puesto de trabajo, y le digan con una sonrisa “profiden”: “Tranquilo, ya queda menos para el próximo trabajo”. O que al mismo Ortega Cano, o en un futuro, presumiblemente a un presunto Bárcenas, o a algún presunto Pujol, que estando en la cárcel, su abogado defensor con una sonrisa y mirada proféticas le diga a su cliente: -Tranquilo, ya queda menos para que salgas en libertad.
De todas maneras, sí hay algo de verdad en todos "estos misterios insoldables", y es que la vida pasa tan rápidamente que mejor sería que nos dejáramos de poner obstáculos en el camino propio o ajeno, y disfrutar de lo mucho o poco que nos quede, porque, y es la única verdad irrefutable, la muerte siempre nos va a venir demasiado pronto para algo, especialmente para seguir viviendo.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED