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sábado, 30 de mayo de 2020

CONFINAMIENTO AL CUADRADO



Sí, los seguidores de este blog saben que llevo más de semana y media sin dar signos de vida… Y es que mi hastío, así en general, de todo y con todo, ha sido total. 

Digamos que he hecho un confinamiento en el confinamiento, o lo que viene siendo “un confinamiento al cuadrado”.

Y eso que los políticos, por ejemplo, lo han dado todo para que vuelva, llegando incluso a imitarse así mismos, tanto los de izquierdas, como los de derechas, porque en el fondo el centro nunca ha existido, hablando solo de lo suyo, e intentando sacar la bandera española todo el día a la calle, y los tanques, para los más nostálgicos, casi que también, con una ultraderecha hasta montada en autobús, pareciera que celebrando una copa del mundo de “noséqué”. Pero, ni por esas, o a pesar de esas, me inspiraba.

Con un panorama desolador, miles de muertos, que se dice fácil, todavía sin tiempo de que sus familiares asimilen su duelo, y pasamos de una dura pandemia a una carrera loca para conseguir el mayor número de fases en un tiempo récord, y al mismo tiempo intentando conseguir la mejor posición en la caza al turista que se supone, por el calendario, que ya está al caer.

¡Es de locos! Ante un panorama sólo descrito en novelas futuristas y de ciencia ficción, no es que todos hayamos perdidos los papeles, sino que nunca los hemos tenido.

No sé vosotros, pero este vecino del mundo, tras tantas semanas prácticamente enclaustrado, precisamente no ansía andar como loco a la caza de una terracita, o del mejor vermut en la mejor vista posible.

Sin embargo, se ven, e incluso se sufren imágenes, que tras lo que hemos pasado, viendo a la gente tan desinhibida en cualquier terraza, jardín, o playa, temes que ese Yahvé descrito en la Biblia, monte de nuevo en cólera, y nos mande como castigo otras diez pandemias, una detrás de otra, para que vayamos aprendiendo…y sufriendo.

Ya sabía yo que todavía no estaba recuperado, pero como hubiera dicho cualquier concursante del antiguo, y verdadero, Gran Hermano: -Hay lo que hay y yo digo las verdades a la cara. Eso sí, aunque no sea ni el momento, ni el lugar, ni nadie me lo haya pedido. Pero, como hubiera dicho, aquel presentador del Telediario, así están las cosas y así os las hemos contado…

*FOTO: DE LA RED



jueves, 14 de mayo de 2020

PRIMAVERA Y COACHING



No sé si tenéis la misma sensación que este vecino del mundo. Nos están sometiendo a, esa palabra que está tan de moda, tan anglosajona ella, un coaching, un aprendizaje, preparación, las veinticuatro horas del día. Cómo nos tenemos que comportar ahora, tanto en el confinamiento, como en la desescalada, y luego ya en esa nueva normalidad, que ya sabemos que si la describimos como “nueva”, nunca será la misma.

Es curioso, y bien pensado, está primavera está teniendo más coaching que polen.

Lo que ocurre es que llega un momento en el que se te calienta la oreja, porque hace unos minutos estaba escuchando la radio, a la una y media de la madrugada, Onda Cero. El coaching de ahora giraba en torno a que hay que consumir en las tiendas del barrio, cosa que como diría un castizo, me parece “fetén”, y que habrá que pasar las vacaciones en España, en nuestros hoteles, y en nuestros restaurantes. Que por cierto, ha dicho uno que acompañaba al presentador en ese momento, y que es propietario de un bar, que debemos de copiar también esa costumbre tan anglosajona de la propina, y nos portamos bien. Ahí es cuando se me ha irritado la oreja y la vena del cuello.

Haremos todo eso, cuando entre otras cosas, ganemos lo que ganan los ingleses, los alemanes, y los franceses. Y no me refiero a los extranjeros que trabajan en esos países, sino a los oriundos que tienen todos los derechos. Además, no se debería de pensar en las propinas a la hora de fijar una buena nómina para el currante. La propina si cae bien, pero no se debería de dejar al destino la nómina, por ejemplo, de un camarero. Pero de eso no se habla, porque entre otras cosas no debe de convenir, por de pronto, a la parte contratante.

Además, considero que la propina es, entre otras cosas, muy española. Lo que ocurre es que ya nos están preparando para suplir este año a los turistas extranjeros que al parecer no van a poder, en el caso de que hubieran querido, venir. Y el panorama que tenemos en España es bastante…desolador. Porque el común de los españoles no es el que se lleva el dinero a Suiza, que ese a lo mejor tiene mimbres hasta para organizarse unas vacaciones en Mónaco, sino a quien está en su casita, y muy probablemente en el paro.

Personalmente, este vecino pasa todos los veranos a orillas del Mediterráneo, y este año, si puede, lo hará otra vez. Lo cual no quiere decir que ni me calle ni olvide las diferencias de trato que siempre ha habido con respecto al extranjero, especialmente suecos, alemanes y noruegos. Las cosas son como son.

Después de haber estado más de media hora haciendo cola para cenar en un restaurante, a ellos no les ofrecen una mesa al lado del W.C. o debajo mismo del aire acondicionado, y al menda sí, mientras detrás entraban, casualmente, extranjeros en el mismo momento, y les ofrecían mejores lugares. No busco venganza, pero tampoco olvido, ni que me cuenten milongas. Porque no hay carnet de impresentable, ni patria de salva-economías, y puede venir desde cualquier frontera.

Aviso, personalmente ya está este vecino del mundo empachado de tanto coaching, porque al final seré yo quien decida qué hago, y lo que hago.

Muy poca gente se da cuenta que el comprar algo en una tienda, o irse a cenar a un restaurante, siempre es una ceremonia tan íntima como decidir acostarse con alguien. Pensároslo. No vayamos a confundir a estas alturas de la película, intimar con intimidar.

*FOTO: DE LA RED



sábado, 4 de agosto de 2018

ESPAÑA, COMO PARQUE TEMÁTICO



Llámenme raro, pero todos los años, siempre en verano, tengo la sensación de que España, especialmente sus costas, se ha convertido en una especie de gran parque temático, en la que los turistas, con los británicos a la cabeza, vienen a explorar nuevos límites y a hacer lo que no hacen en su isla, o siendo incluso malos, a hacer lo que les sale del Brexit.

Si ya fue vergonzoso hace unas semanas la manera que tenían de celebrar los partidos de la selección inglesa durante el mundial de fútbol, los británicos en Benidorm, ahora, entre lo sabido del caso del indigente polaco que por cien euros se tatuó el nombre y la dirección de un novio británico que estaba celebrando con sus colegas la despedida de soltero, y ese joven británico de 25 años que intentando hacer sus necesidades desde la ventana de su hotel, en Magaluf, ha caído al vacío, ya deberíamos de tener el cupo del hartazgo cubierto.

Los que siguen a este vecino del mundo saben que más de una vez se ha hecho eco de este tema (http://patxipe.blogspot.com/2014/08/magaluf-la-sodoma-moderna.html), y de detalles tan variopintos como entrar en locales de nuestras costas, donde te invade la sensación de que sin darte cuenta te has salido de tu país, ya que no hay nadie que te atienda en tu idioma, y los que están te miran como que el extranjero eres tú.

Llevamos muchos días, especialmente por los usos políticos, fijándonos en que la gran invasión viene por las costas africanas con gente que intentando salvar su vida, bien salta las vallas de la frontera desde Marruecos, o llegan a nuestras costas en un goteo de migrantes a la deriva.

Sin embargo, hace mucho tiempo que estamos siendo invadidos, y si no, solo haría falta fijarse, por ejemplo, en Mallorca y, digamos, su colonia alemana.  Lo que ocurre es que no le llamamos invasión porque se supone que vienen con dinero. Y siempre se ha dicho que el dinero mueve montañas, e incluso este vecino diría que fronteras.

Por lo dicho, no se debe de entender que este vecino del mundo es anti-nada. Pero las cosas como son: Hay una fina línea que separa el terreno de vacaciones y el terreno conquistado. Y se pongan como se pongan muchos, hace mucho tiempo que España es terreno conquistado por los deseos del turista extranjero. 

¿A quién no le ha pasado nunca ir a algún sitio estando ejerciendo como turista en nuestro propio país, y tener la sensación de que somos platos de segunda? 

Pues eso. Cervantes, hace muchos años, nos describió como quijotes y... ahí seguimos, fieles a nuestra tradición.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 2 de agosto de 2017

OTRA VISIÓN DE AGOSTO


Sí, sé que llego tarde para decir eso de ¡Por fin, estamos en Agosto!  Más que nada  porque ya han pasado veinticuatro horas, y hoy en día algunas noticias nada más nacer ya huelen a rancio, y ésta además, ligada inevitablemente al tiempo, está claro que caducaba ayer.

Lo que ocurre es que os voy a confesar mi noción de cómo se traduce cualquier año, esquemáticamente primero, y más ¿profundamente? después, y veréis la importancia de instalarnos en Agosto.

Un año se puede resumir en una rampa ascendente hasta Agosto, y en una descendente más pronunciada hasta el final del año, y como si fuera el concepto del antiguo Finisterre, después… el abismo más abismal.

Lo de la cuesta de Enero, a mi entender (porque este blogger no hace como otros que parece que lo suyo, su blog, es más una secta, y si no estás de acuerdo con él/ella serás, más que un raro, un marginal), siempre se ha quedado corto, quizás primando el nivel de cómo se encuentra nuestros bolsillos, pero el estado de ánimo es otra cosa.

Agosto (para otros claro está, o Julio, o Septiembre), siempre es el Unicornio Azul, el Edén, el Dorado, aunque al final muchas veces sea, como casi todo, una estafa. Es lo que nos guía, nuestro horizonte, con la salvedad de que éste si está realmente más cerca.

Lo de la estafa muchas veces viene porque nunca vas a recibir en ese mes lo que imaginabas, o deseabas. Y, especialmente si te quedas dentro de nuestras fronteras, siempre serás, como mínimo, el segundo, o tercero a la vista de cualquier negocio, especialmente costero. Porque parece, siempre ha sido así, y ahora más claramente, que el euro, por ejemplo, teutón, vale más que el nuestro, cuando debería de ser al revés, porque nosotros tenemos menos, y debiera de ser, otra manera de verlo, más valioso, de cara a las empresas, conseguir nuestro tesoro.

La mayoría del turista extranjero (y ésto no tiene nada que ver con los tristes sucesos de radicales que están ocurriendo en algunas ciudades de España, y que por supuestísimo condeno), no viene aquí para conocer al “aborigen” y su entorno, por decirlo de una manera clara, sino porque muchos países que siempre han sido más baratos, y con un cierto misterio, ya no pueden ser visitados; y podemos ser, a su vista, los más dóciles, por calidad y precio.

Mucho británico, alemán, y ahora, ruso, por supuesto que este vecino del mundo probablemente estará equivocado, viene “a terreno conquistado”, y hace lo que en su país nunca haría; y lo que es más triste, la mayoría de las veces no se le llama la atención, por miedo a que no vuelva.

Y, quizás, con el recuerdo que desde muchos anuncios se nos hace, y este año, para más inri, para que lo compren los guiris también (algo se me debe de dar la razón de lo dicho en el párrafo anterior), de que ya se puede “conseguir”, los décimos de la Lotería de Navidad, llegamos a la pendiente que nos llevará hasta las Navidades.

Primero con la “vuelta al cole”, y los anuncios, televisivamente hablando, del regreso, en los quioscos, de todo tipo de colecciones por fascículos (¿Para cuándo "una colección con los héroes y frikis de la Cadena Alegra? Arrasaría).

Más tarde, todo tipo de ropa invernal, siguiendo la visión televisiva, del Corte Británico, nos llevará a nuevos juguetes para los pequeños consumidores, quizás en su primer año de vida, y a todo tipo de espumosos para los más mayores y propietarios de la tarjeta bancaria; y en su recta final, ya casi a punto de llegar al orgasmo de una presunta felicidad, llegaremos a la arenga sentimental, de los que vuelven por Navidad, muchas veces … a coger lo que pueden, porque las están pasando de todos los colores.

Ya estamos en Agosto, y yo sin Biodramina, para el gran descenso que nos llevará al Finisterre, ahora rebautizado como Navidades.
¡Qué pereza! ...Y mucho miedo, nunca te acostumbras por muchos años que pasen.

*FOTO: DE LA RED.


lunes, 10 de julio de 2017

UN SINPA SANFERMINERO, O TURISMO ITALIANO EN HORAS BAJAS?



Ayer mismo por la noche me enteré de que catorce italianos intentaron irse sin pagar de un restaurante en Pamplona, lo que vulgarmente se denominaría "hacer un sinpa" en plenos sanfermines, mediante el tweet que pusieron desde la Policial Foral

Por cierto, no sé hasta que punto es necesario dar esa información, aunque seguro que están en su derecho a hacerlo, a no ser que sea, llámenme mal pensado, para apuntarse un tanto.

Hoy, muchos medios de comunicación se hacen eco de la noticia, y del detalle de que se añadió, por lo que tengo entendido por mediación también de la Policía Foral, a la cuenta un diez por ciento como propina (que, dicho sea de paso, está muy bien, como escarmiento).

Lo primero que me viene a la mente, utilizando el sentido del humor, es el paralelismo entre aquel chiste de "cien mil chinos jugando a fútbol en una cabina telefónica y al encajar un gol, su portero se queja de que le han dejado solo" y que catorce italianos, también, es muy difícil por mucho "sanfermines" que sea, que no den el cante, porque en hablar alto y en jurar cuando menos nos empatan, pero en lo que realmente nos ganan es en hacerse ver, especialmente si tienen público femenino alrededor.

Por otra parte, que pillen a catorce, y todos de la misma nacionalidad, es, en realidad, como mandar una postal a su país, gobierno incluido, para que vean la imagen que están publicitando de Italia y ¿de un tipo de turismo? en la Pamplona que hace mucho tiempo ya fue de Hemingway.


Sin embargo, y quizás es la razón que me ha movido a escribir ésto, es que mucha gente, en especial en Twitter, al comentar esta noticia, se pone del lado de los escapistas, o mejor dicho de los aprendices a escapistas, porque el menú les parece muy caro. 

Seamos serios, y con un poco, solo un poco, de experiencia de cómo va la vida, 40 euros por cabeza en un menú por la noche, y en plenos sanfermines (importante dato a tener en cuenta), no es nada caro, desde mi punto de vista (hay que tener en cuenta, también, que este vecino del mundo vive en Donosti, y su punto de vista pueda estar un poco distorsionado por los usos y costumbres del lugar), y no soy de los que derrocha el dinero, entre otras cosas porque no lo tengo. Pero aunque el motivo sea que el menú era caro, tampoco es razón para correr más que en los encierros, a no ser que desde el principio vayas a hacerlo.

Es posible que la mayoría de los discrepantes en Twitter sean esos mismos que al morir un torero de una cornada, siempre se ponen a favor de los toros. Y es que en este caso lo entendería, porque aquí también estamos hablando de cabestros, o de ese turismo que se supone nos va a sacar de pobres.

Aunque ignoro si es labor de la Policía Foral, me gustaría saber si ya que estuvieron en el restaurante, y llámenme "cabroncete", antes de mandar el tweet, que a este vecino del mundo le sigue pareciendo una manera de hacerse "un selfie de autocomplacencia", comprobaron que todos los contratos de los trabajadores del local, estaban en regla y de acuerdo a la legislación vigente. Ya puestos, y como el Arga pasa por Pamplona...

*FOTO: DE LA RED


martes, 9 de agosto de 2016

DE TORREMOLINOS A PALOMARES, UN VIAJE DE MUCHOS AÑOS



Hoy es uno de esos días en que tengo un cúmulo de sensaciones que me hacen sentir desde sorprendido / confundido a humillado.


Me imagino que más de uno de mis lectores quizás ya lo ha visto por televisión, periódico, o en información digital. Lo están vendiendo, y en parte es así, como que anteayer, domingo, una cadena humana intervino en una playa de Torremolinos para intentar salvar a  varias personas, entre ellas a algún socorrista. Vaya por delante, que la mar estaba bastante peligrosa, con bandera roja todo el día.


Por lo que compruebo, los esfuerzos aclaratorios están siendo centrados en distinguir que la gente ayudó, que es de agradecer, pero que en realidad no era necesario porque todo estaba controlado por los socorristas. Hasta ahí todo me parece correcto, y a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar.


Este vecino del mundo vio el reportaje completo de uno de los centros territoriales de RTVE, que era mucho más amplio, en el que se destacaba lo arduo y sordo que estaba siendo el trabajo de los socorristas ese día, en la zona de La Carihuela, en Torremolinos. A la postre he leído que fueron un total de 19 intervenciones.


Lo que ocurre es que en ese mismo reportaje se habla de que al poco tiempo de haber salvado a tres turistas que corrían peligro, les tuvieron que salvar una segunda vez, porque se volvieron a meter en el agua.  Y la persona que llevaba el reportaje le preguntó a uno de ellos, que por qué se habían vuelto a meter, recordándole, además, esa bandera roja, que parecía ser olvidada, despreciada por muchos. La persona en cuestión, guiri, y todo un adulto, hablando bastante bien castellano dijo en un tono de niño consentido: -Venimos desde muy lejos, y no nos vamos a quedar sin bañar.


La duda que ahora le invade a este vecino del mundo es el por qué se han quitado esas imágenes. Seguro que dirán que es por tiempo, pero por ellas, por las declaraciones se puede ensalzar más al colectivo de los socorristas. Y ver, en cierta manera, la manera de pensar de muchos turistas que se acercan a nosotros. Y que puede que tengan, algunos, mucho dinero, pero otros, por no tener, no tienen ni escrúpulos.


Por las declaraciones del individuo en cuestión, pareciera que los actos heroicos también están incluidos en los servicios que contratan, y eso, aparte de injusto, es muy triste. Que pueda pasarle algo a un socorrista, o a una persona bondadosa que pone en riesgo su vida por ayudar a alguien, que en este caso, y es muy crudo lo que voy a decir, no se lo merece, por lo pueril de su comportamiento, es una verdadera injusticia.


Mi olfato me dice que ha habido cierta censura para que no pensemos que “todos los turistas son así”. Y me molesta, por no decir “me jode”, que se pueda pensar que por nosotros solos no vamos a ser capaces de llegar a la conclusión de que “no todos los turistas son así, sino solo una minoría”, y se nos tenga que “ayudar”, mediante la censura, para no poner en riesgo esa gran ubre que siempre ha sido el turismo en España, y podamos seguir mamando de ella.


Hay cosas que no cambian por muchos años que pasen. En su momento, 1966, se intentó, también por el turismo, en teoría, que no nos enteráramos de las cuatro bombas termonucleares, por un accidente de los cazas americanos que las transportaban, y que habían caído en Palomares, Almería, y por eso el entonces ministro Manuel Fraga se bañó para dar ejemplo de que nada ocurría (imágenes que en su momento se vieron hasta la saciedad).


Lo de ahora, turistas atolondrados, solo supone un juego de niños, para unas autoridades que aunque, se supone, son mucho más democráticas, están acostumbradas a velar por nosotros. Y de ahí, a ser nuestros pastores, y guías, hay muy poca diferencia.



Nos vestimos diferente, ¿nos comportamos igual? 


*FOTO: DE LA RED


miércoles, 13 de julio de 2016

CON ESO NO SE COME



Ya me he visto unos cuantos vídeos, "tutoriales" se dicen ahora, de cómo se hace una maleta, y la mía no avanza. Todavía es el momento en que tengo más artículos fuera de la maleta, que dentro.


Sí, me voy de vacaciones, pero es como una fuga de cerebros sin cerebro; como una huida hacia al futuro, pero con más presente que futuro; como una emigración interior. Porque no nos engañemos, si tienes un sitio en el que poder dormir, por ejemplo, en algún pueblecito de la zona de Alicante, en el que no molestes a nadie, ni te molesten a ti, no en primera línea de playa naturalmente (pero en el que el sol también te encuentra), la vida, el condumio, te sale mucho más económico que vivir, no gozar, en el “marco incomparable”.


Y es que vivir en una Donosti preparada para la gente guapa de dinero, rebosante de dinero al menos durante unos días, no cuenta con el pequeño detalle de que los donostiarras, y aquí incluyo a todos los que desde hace muchos años viven en San Sebastián, tienen que vivir todo el año, ("the whole year", ya que aquí siempre se hace pensando todo desde un punto de vista internacional) o sobrevivir en una ciudad que tiene de lo bueno lo mejor, pero que él, precisamente, se conforma con comer y vivir normalito.  Y pagar, esa es la madre del cordero, sin tener en cuenta que tenemos la bahía y la isla, que dicho sea de paso, ningún partido político ni las trajo, ni las creo.


Dicho de otra manera para los que no quieren ver, si uno está corto de dinero, se puede vivir más barato en otros lugares, aunque no te pases el día aplaudiendo por lo bonito que es el marco incomparable, porque allí no se llame así, pero que tampoco le hacen ascos sus paisajes.


Y es que este vecino del mundo, y otros con los que él ha hablado en múltiples ocasiones, está un poco cansado, y exhausto de bolsillo, de que todo o casi todo en su ciudad, ya está diseñado para el turista, y a ti solo te queda el papel de relleno o de comparsa en la película que los cabezas pensantes, o gerifaltes, han diseñado para los que puedan venir, mochileros por favor abstenerse, más que para los que viven aquí.



La crisis no perdona, y también nos ha atacado a muchos donostiarras, que tienen que dimitir de serlo al menos unos meses al año, para que su bolsillo pueda respirar. 


¿Morriña? Mucha.  Pero como hubiera dicho la madre que me parió:  Con eso no se come.


*ÓLEO:"PEINE DEL VIENTO-2", de PATXIPE

jueves, 22 de agosto de 2013

FIEBRE VERANIEGA (Y III)

Hoy vamos a cerrar esta ventana abierta hace ya tres semanas, con lo que nunca se dice, ni se contempla, en los “sesudos” estudios sobre el veraneante medio.
La mayoría de los turistas extranjeros que vienen a España, no es, ni por la belleza de sus pueblos, que la tienen, ni por la cordialidad de sus gentes, que también. La gente elige España, especialmente en la actualidad, porque otros países que podían ofrecer “artículos” parecidos, como son Túnez y Marruecos, son menos seguros y problemáticos, y los precios son más baratos que en los países de origen del visitante en cuestión. Lo mismo ocurría en su momento, y ahora otra vez, con el rodaje de películas extranjeras, como la que va a rodar sobre Moisés, en breves semanas, Ridley Scott en tierras de Almería. Los precios son más baratos, y la calidad de los técnicos muy buena, y lo demás son zarandajas y excusas para no decir la verdad.
La colonia británica que se pasea por nuestras costas, cerveza va y cerveza viene, es totalmente alérgica a cualquier tipo de ejercicio, a excepción del de levantamiento de vidrio sobre barra fija proveniente del día anterior, antes de la tempranísima y aterradora hora de las once de la mañana.
Está comprobado además, por aquello del todavía quijotismo hispano, que los peores sitios de un restaurante, junto a las corrientes del aire acondicionado, y posibles efluvios provenientes de los aseos, los camareros se los quieren “endiñar” al turista nativo, por el simple pensamiento de que si no vienes hoy, vendrás mañana, pues no tienes la “capacidad crematística” para trasladarte fronteras afuera.
Las disparatadas ganas que entran al turista medio, especialmente a la hora de la cena, de hacerlo fuera del recinto donde reside esos días, bien sea en apartamento alquilado o en hotel, aunque todavía haga mucho calor y la humedad reinante bata records un día sí, y el otro también. Es frecuente, al menos en Torrevieja, y pueblos aledaños, el guardar cola en las terrazas, incluso de más de un cuarto de hora, para cenar, y no estamos hablando de restaurantes de rancio abolengo, sino en cualquier chiringuito del tres al cuarto.
Y ya para terminar, recordar también la fiebre de comprar, comprar todo e irracionalmente, que nos entra estos días, y que incluso se traslada a la misma playa, en la que aparece el equivalente del top manta hispano, o retazos del mercadillo de toda la vida, vendiendo batas, biquinis, camisas, pantalones cortos..., todos de marcas extrañas, si las tienen.

*FOTO: DE LA RED