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domingo, 29 de marzo de 2020

OTRA VUELTA DE TUERCA



Es curioso. Siempre que hay un cambio horario, como el acaecido esta mismo noche, hacemos, o fingimos una especie de algarabía sobre el particular. Hoy, en cambio, con todo lo que tenemos montado desde hace un mes largo, y tenemos la casa propia, y la metafórica, como tenemos, lo de menos va a ser hacia dónde apuntan las puñeteras manecillas del reloj, que en la mayoría de los casos ya cambian automáticamente.

Si algo tenemos en estos tiempos del coronavirus es horas de darle al magín. Y hoy estaba pensando que si por un momento el coronavirus fuera consciente de la que ha montado, no me cabe la menor duda de que, como mínimo, nos pediría perdón.

Y es que así, a lo tonto, como se diría en mi pueblo, ya se ha acaparado el bicho de todo un año. Y para las mismas tiendas, esas que lo mismo están en Manhattan que en Motrico, famosas a nivel mundial, cómo superan al coronavirus. 

¿Quién anuncia este año un Black Friday sino hay campaña más grande e incluso más black que la del corona y la madre y el padre que lo parieron? Además de qué te va a servir una televisión nueva, por ejemplo, con más pulgadas que la mayor existente en tu barrio, si ya te has visto todas las series del mundo mundial y tus ojos tienen forma de pantalla plana.

Hoy, como domingo que es, echaré de menos un vermut bien cargadito con mis amigos, que por cierto cada vez quedamos menos, y a este ritmo de bajas, el que diga que cambiemos de bar, y el que cierre la puerta tras irnos, va a ser el mismo. Y así no se puede.

A partir de mañana, otra vuelta de tuerca y ya se quedan en casa los que no tengan un trabajo que no sea de los imprescindibles. Y acordándome de las primeras imágenes sobre la influencia del coronavirus en el comportamiento de la peña, peñita, peña, más papel higiénico necesitado en las casas. Será por aquello de que la familia que defeca unida, permanece unida.

*FOTO: DE LA RED

martes, 15 de diciembre de 2015

EL DÍA DESPUÉS A "UN CARA A CARA"


Lo bueno que han traído los nuevos medios de comunicación, redes sociales incluidas, es que se ha democratizado la voz popular, y quien más y quien menos puede dar su opinión sobre aquello  que le preocupa o disgusta directamente, en tendido todo ello, que ya es otro cantar, desde el prisma de la buena educación y formas.

Dicho ésto, ahora, el que quiera va a oír mi opinión desde la orilla del día después del cara a cara que ayer noche mantuvieron Pedro Sánchez, líder del PSOE, y Mariano Rajoy, todavía Presidente del Gobierno, y candidato del Partido Popular.

El “acto” en sí tuvo un sabor rancio, no a añejo, que puede incluso sonar a abolengo, a tradición, sino, como se dice ahora, a “viejuno”.  En realidad sonaba y mucho, a noche poselectoral en que cada uno leía las cifras como le daba la gana. Durante un tiempo se oyó los mismos discursos de siempre por parte de los dos.

Se mantuvieron las formas que en realidad favorecían al Señor Rajoy hasta que el Señor Sánchez quiso. Y aquí se vio la herencia de los otros dos partidos, los nuevos, que ya han dejado en el poso de las formas.

Personalmente este vecino del mundo cree que si Pedro Sánchez le leyó la cartilla muy duramente a un Mariano Rajoy fingiendo, eso quiero creer, extrañeza, fue por no querer perder ese viento a nuevo, a renovación, que los que vienen por detrás parecen traer.

He empleado la palabra “fingir” porque si a estas alturas de la película, el Señor Rajoy ignora que el pueblo está muy enfadado con los casos de corrupción vengan de donde vengan, en realidad, entonces, está confirmando que vive en su burbuja particular. Él mismo tenía que estar seguro que la "B" de Bárcenas, en un momento dado debía de salir a colación.

Una de las frases más empleadas en el día después es que el Señor Sánchez se pasó de frenada a la hora de increpar personalmente al Señor Rajoy por la corrupción, e incluso todo este batiburrillo de opiniones que se han formado a favor y en contra puede oler a cortina de humo para ocultar lo que no se habló, como el programa electoral de ambos. 

Personalmente este vecino del mundo cree que el líder socialista se quedó corto al pararse ante el despliegue amanerado de darse por ofendido el candidato del PP, mostrando un sentimiento que en sus cuatro años al mando de este país no ha dejado ver con sus incomparecencias, sus frías apariciones vía plasma, y sus reiteradas negativas a explicarse ante tomas de decisiones que en nada tenían que ver con lo prometido en su campaña electoral.

Al parecer nada más terminar el cara a cara, el partido popular se encargó de difundir que el candidato socialista se había radicalizado, influenciado por los nuevos partidos, especialmente por las maneras de un Pablo Iglesias que en muchas partes del cara  a cara de ayer su recuerdo fue más que evidente.

Si ese muy ligero giro de tuerca del discurso del candidato socialista es “radicalizarse” este vecino del mundo cree que evidentemente vamos por el buen camino, y que hasta ahora los dos partidos con alternancia en el poder podían haber jugado al poli malo y el poli bueno. Y todo lo que sea “juegos”, siempre son una manera de fuegos de artificio en el que siempre, siempre, correrán los gastos de los platos rotos, por parte del ciudadano, que ya estaba tan desmoralizado que no esperaba nada bueno.

Muchos, al terminar el programa, tuvimos la sensación de que este tipo de actos, y más con los mismos partidos, habían acabado para siempre. Otro tema es el de “el moderador”, Don Manuel Campo Vidal, que sin dudar de su extensa experiencia, en algunos momentos parecía superado por los acontecimientos, pero que visto desde el día después, dejó hacer, convencido de que eso era lo mejor para los espectadores, que en realidad no eran tales, pues desde el mismo comienzo se nos concienció de que lo que “iba a ocurrir en realidad era una búsqueda de personal adecuado para ser el nuevo Presidente del Gobierno".

Visto lo visto, este vecino no se va a quedar con ninguno de los dos. Uno parece no poder, y el otro ni poder ni querer. ¡Así están  las cosas!

Mucho me temo, pero ayer el realizador apuntó con las cámaras, a opinión de muchos, hacia el lugar equivocado, porque "eso"ya, ese cara a cara, carecía de interés.

*FOTO: DE LA RED