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miércoles, 25 de marzo de 2015

A CUENTAS CON LA ADMINISTRACIÓN



Cuando intentas hacer un trámite, mediante el ordenador, con la ADMINISTRACIÓN, así en mayúsculas, conviene dejar las tijeras y todo objeto cortante a buen recaudo antes de comenzar a intentarlo, porque es como para cortarse las venas. Tras pasar, y si lo consigues, mil y un pantallas, por lo que ya te vas dando cuenta de lo importante que eres, NADA, al llegar a la última, sale el consiguiente ERROR, también en mayúsculas.

De todas maneras, y uno se ríe por no llorar, éste es un país anacrónico total, porque hasta para ser pobre y pedir cualquier tipo de subsidio, necesitas hacerlo mediante la famosa CITA PREVIA.  Pero, seamos serios, si no tienes para comer, cómo vas a tener internet. La famosa pescadilla que se come la cola, aunque en este caso es más bien “pesadilla”, y que evita a muchas personas como posibles “pedidores”. ¡Viva las cosas absurdas! Como la famosa frase “prohibido poner carteles” que aparece en muchos solares o en comunidades, que para prohibirlos, ellos primero ponen uno. Así con dos…, ustedes ya me entienden.

Lo que me está ocurriendo con la ADMINISTRACIÓN, me recuerda más a un videojuego: imposible llegar al final de la aventura. En cierta manera, la figura del GRAN HERMANO ya existe, y no solo nos está vigilando, sino que me imagino a “alguien” escrutándome desde detrás de la pantalla, riéndose a mandíbula batiente, mientras él mismo me induce al error y exclama a voz en grito: -No puede, no puede.

Es curioso también, que cada vez haya menos funcionarios, entre otras cosas, amén de recortes varios, por unas máquinas; porque a la postre, es eso lo que son, máquinas, que además no funcionan. No pueden reclamar sus derechos, pero necesitan a un currito que las ponga al día, un currito que ganará lo mínimo de lo mínimo; porque si éstos ganan, luego no queda dinero para choricear, o para pasearlo por Suiza.

Ya me veo el resto del día ante el ordenador, como si estuviera jugando con las maquinitas de los bares esperando a que las tres figuras sean iguales. Al final esa reflexión filosófica de que la vida depende del azar es verdad, porque si consigo pasar la pantalla me ahorraré un viaje a ventanilla, y haré que mi tensión, que en estos momentos está en la estratosfera, disminuya a parámetros normales.


Antes, en cuestiones del destino, se hablaba de los hados, ahora seguimos igual, pero eso sí, bajo el nombre Hados.2.  Ya se sabe, todo es cuestión de derechos; pero de los nuestros, nada de nada.

*FOTO: DE LA RED