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miércoles, 23 de septiembre de 2015

DEJARSE ALGO EN EL TINTERO


Lo bueno que tenemos los “bloggers”, blogueros, o sucedáneos, que de todo hay en la viña de internet, es que podemos escribir lo que nos sale de la peineta. Eso sí, algunos tienen una peineta de marca, patrocinada, publicitada o subvencionada por un ente superior, y otros nos las vemos y nos las deseamos para intentar hacernos ver en esa mar procelosa que es la jungla de las redes sociales.

Con la crisis, hay algo que ha aflorado, como cuando una botella con un mensaje es depositada en la orilla de cualquier playa, y me refiero a esos que ya no tienen nada que perder, porque han perdido casi todo, y de lo poco que les queda es una conexión más o menos fiable a internet,  o manera de mandar sus “mensajes” cada cierto tiempo. Y, por lo tanto, una voz para contar sus venturas y desventuras, que como nada hay nuevo bajo el sol, siempre habrá alguien que se sentirá representado por esas cuitas y disparates que la voz, y en este caso no me refiero ni a Frank Sinatra, ni a un morning singer, o cantamañanas patrio cualquiera, sino del bloguero superviviente que no es que haga la guerra por su cuenta, sino que cuenta sus historias, chanzas, o simplemente lo que le apetezca, porque sigue vivito y coleando. Y eso, no es poco.

Este vecino del mundo se confiesa un ferviente admirador de Elvira Lindo en su faceta de articulista, o incluso se pudiera decir de bloguera, ya que expone sus opiniones por la red de redes. Y hace unas dos semanas, se le dio leña al mono, en este caso a la mona, con perdón, todo lo que se quiso y más.

Me refiero a ese artículo (http://elpais.com/elpais/2015/09/08/estilo/1441726397_330245.html) en el que la escritora, Doña Elvira (aunque seguro que no le gusta esta manera de referirse a ella, pero es mostrarle el respeto que otros, al menos en ese momento, se lo perdieron), fantaseaba con una relación con Pablo Iglesias, a raíz de una especie de entrevista que le había hecho Ana Rosa Quintana en la intimidad de la casa del político. Pero, pocos se dieron cuenta, o al menos eso parece, que ella en ningún momento mencionaba su nombre... pero las imágenes de "esa" entrevista eran muy recientes.

Este vecino del mundo, y muy en contra de, al parecer, la gran mayoría de opiniones, considera que la opción de Elvira Lindo cuando menos fue arriesgada, bajo un formato, quizás fue lo que confundió al personal, de esa aparente pequeñez de alguno de sus artículos. Porque hay quien presenta sus escritos bajo trompetas y timbales, y quien, por su oficio, no le da importancia a lo que está diciendo, porque lo importante es decir. Y, si se puede, no dejar al personal indiferente… Y ella, está claro, que no lo dejó.

El personal, que siempre es muy entendido en todo, y para cuando tú, humilde y tranquilamente vas, ellos ya han vuelto, sin resuello, pero ya han vuelto cinco veces, te dicen que desde hace tiempo te has anclado en la nada.
Y tú, te preguntas ¿Por qué me siguen leyendo? ¿Para sufrir ellos, o para que sufra yo a posteriori con la leña que me van a dar?

Está claro que muchos no entendieron esa vuelta de tuerca que la Señora Lindo le dio al reportaje de Ana Rosa, o de lo que puedes sufrir cuando unas imágenes pasan de la retina a una especie de disco duro que de la memoria pasa, primero al riego sanguíneo, y en el caso de Elvira Lindo se le instaló en las entrañas, y de allí salió. Con mucha más mala leche de lo que la mayoría de los lectores parece que se dieron cuenta.

Algunas veces cuando intentas ridiculizar a alguien, te estás fotografiando, en una especie de selfie mortal de necesidad, a ti y a tus carencias. Porque no te estás dando cuenta de que no te has enterado de nada, ni sospechas de ello.

Si estuviéramos hablando de una novela de crímenes, en ese caso se hubiera logrado el crimen perfecto, porque el lector ni se hubiera dado cuenta de que el crimen había sido perpetrado, única manera para que el acto fuera perfecto.


Lo dicho, lo bueno que tiene un blogger es que habla de lo que quiere, y este vecino del mundo se ha despachado a gusto. Y espero fervientemente que hoy los aludidos se hayan enterado de todo. 

Por cierto, para los malpensados, no conozco de nada a Doña Elvira Lindo, lo cual es una pena, ni le debo pleitesía de alguna manera. Pero los hechos, siempre son como son, y si uno cree que se tiene que partir la cara por alguien, pues lo hace, y punto. Porque quien escribe, si algo no debe de hacer es, dejarse algo en el tintero. especialmente cuando el tintero, además, es lindo.

*FOTO: DE LA RED