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jueves, 16 de julio de 2020

LA VIDA ES SUEÑO...



Me acabo de despertar, es la una y media de la madrugada, frente al televisor. Todo el tiempo escenas, una tras otra, de olas rompiendo al acercarse a la orilla, mientras surfistas rubios quemados por el sol intentan no salir damnificados. Todo ello aderezado con rock especialmente duro sobre un fondo naranja, y en algún lugar, en ese mismo fondo, montones de palmeras.

Tengo la sensación de estar soñando. Me acerco al ordenador en otra habitación. No sé por qué pero tengo la certeza ahora de que estoy soñando. Conecto con un periódico digital de  Donosti. En portada prácticamente sólo noticias del Covid. Hay un gran brote, un auténtico brotón, de 250 personas en un camping, lo conozco, de Zarautz.

Es como abrir una ventana, y ésta se ha convertido en una pantalla de televisión con un gran plano repleto de diferentes televisiones, todas ellas con noticias del Covid, y de gente comiendo en terrazas. El mundo vomita enfermedad e intento cerrar la ventana antes de que me agreda.

Huyo hacia la puerta de salida de mi casa y la abro. Me doy de bruces con el interior de mi frigorífico. Reconozco la compra, porque hace apenas cinco horas estaba en mi carrito del super.

Ahora unas cuantas vecinas están hablando con una periodista de La Sexta. Están diciendo que llevo muchos años viviendo en el inmueble y que nunca he dado ningún problema, y que siempre he sido muy atento al saludar.

Mi último recuerdo, a modo de una gran isla paradisiaca, un paracetamol también rodeado de surfistas. Espero haberlo tomado, y que todo sea un gran pequeño sueño. ¡Socorro! No me veo y no sé si llevo puesta la mascarilla. Para colmo de males, no sea que además me caiga una multa de cien euros, y ésta sea lo más real de todo. Lo último que siento, y lo siento de verdad, es mi esfínter cerrarse.

*FOTO: DE LA RED

martes, 21 de enero de 2020

EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA...



El verano suele conllevar su famosa canción, “la canción del verano”, pero esta semana pasada, y como hubiera dicho mi madre “y lo que te rondaré, morena”, estamos sufriendo el ya famoso “pin parental” , o en mi casa me tienen que firmar expresamente todas las clases a las que tengo que acudir sí o sí.

Y por las cosas que se están oyendo, si todo fuera cierto, ni a los sufridos alumnos les daría tiempo material, ni aquello sería una escuela sino como mínimo “El qué apostamos” o “El juego de la oca”.

Eso de que te enseñen a masturbarte me parece tan loco que solo una cabeza llena de ansiolíticos lo puede soportar. En mis tiempos al menos, y llámenme raro si quieren, uno ya traía lo de masturbarse de serie. Aunque seguro que para alguno de derechas, mi ADN debía de estar adulterado por algún ancestro vicioso de izquierdas.

En otro orden de cosas, ayer sobre las nueve y veinte de la noche estaba salseando en la televisión, "esta cadena sí, en ésta no", cuando dí con  la 1, y estaba nuestro señor presidente, Pedro Sánchez, hablando más que de todo un poco, de lo que a él le interesaba hablarnos, es obvio.

Por la manera que tiene de hablar, repitiendo las cosas, y haciendo las repeticiones cada vez más pequeñas hasta fijar claramente su objetivo, este vecino del mundo tenía la sensación, o bien de que nos iba a hipnotizar, o que iba a realizar un truco de magia de escena, de grandes ilusiones y aparataje, el más difícil todavía.

Llegué a pensar que en cualquier momento Pedro Sánchez se iba a desinflar en su asiento, quedando sólo las ropas y una peluca, cuando de pronto, la presentadora, Ana Blanco, se gira, sin ningún tipo de cambio de plano, y descubrimos que es el mismísimo Pedro Sánchez.

De todas maneras, seamos serios, con el año que hemos llevado en cuestión de votaciones varias, no es la primera vez en que nuestros políticos van transmutando de una personalidad a otra, de un discurso a otro, sin que nos dé, a nosotros, tiempo a parpadear, ni a ellos tan siquiera a ponerse rojos de una vergüenza que no conocen.

*FOTO: DE LA RED


martes, 3 de diciembre de 2019

LO CARGA EL DIABLO...



Ahora vivimos en lo reiterativo. Es la única manera de explicar lo que me pasó ayer por la noche. 

Me había quedado traspuesto como una Santateresa cualquiera, pero en lugar de rezando, viendo la tele, y al irme a continuar el empalme con el reino de Morfeo, pero ya en plan homologado con cama y todo, pasé un momento por el frigorífico de cabecera, porque junto con la Farmacia es lo único que está abierto las veinticuatro horas.

Al abrirlo, salió José Luis Perales, con la mejor de sus sonrisas, ofreciéndome el triple disco que acaba de sacar para así anunciarme además su última gira. Detrás, por el runrún debía de haber mucha más gente, todos hablando de lo suyo, pero acerté a ver en segundo lugar a un Carlos Arguiñano tan campechano como te puedes ofrecer en un hueco de cincuenta por cincuenta con su último libro de recetas. Y detrás de su nuca adiviné, más que acerté a ver, a Cayetano Martínez de Irujo, la clase desde luego resalta aunque solo le dejen unos centímetros, con su libro de “Cayetana a Cayetano”.

Ya he dado orden en casa: hasta que no pasemos estas fiestas navideñas no debemos abrir el frigorífico, y menos por la noche, no sea que nos acusen los vecinos de organizar fiestas ahora extrañas.

Ahora dirán que ha sido internet el que ha acercado el comercio  a las casas… Hace tiempo que nuestra televisión es el nexo de unión  con el comercio, y creándonos vinculaciones con todo tipo de fiestas y similares con  lugares hasta ayer extraños, e internet nos ha evitado quitarnos las zapatillas, y que podamos seguir restregándonos con candidez la entrepierna en la intimidad de nuestra familia o así.

Va a llegar un momento, si no estamos ya en él, en el que primero compremos algo, y luego nos inventemos la excusa. Un San Porque Sí, que unos lo vestiremos con kaiku vasco, sin pompones mejor, que ya nos tocan otras cosas sin que demos tantas facilidades, y otros, por ejemplo, de traje de faralaes, o de corto.

Lo dicho, cuidado con el frigorífico que estos días lo carga el diablo, que alguien lo ha desatado.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 10 de junio de 2019

QUÉ SABE NADIE...


Parece ser que las cosas ya no son como debieran, o como solían ser, que en realidad no es lo mismo. Ni el teléfono más moderno es un modelo "góndola", ni "así ha ocurrido y así se lo hemos contado".

Ayer estaba viendo el Telediario de Antena 3, el de las nueve de la noche, cuando para terminar sale de invitado en el mismo estudio y en directo, Raphael, el único, el de muchos lustros lo contemplan, para interpretar una canción de las de siempre, "Qué sabe nadie" que versiona en su último disco, y cuyol título, y además en ese programa, daría para un editorial...

Lo dicho, los teléfonos no son de góndola, aunque hay muchas en Venecia, que es precisamente donde Raphael se casó la primera y única vez, hasta ahora al menos, hace ya unas cuantas generaciones-degeneraciones, que vaya usted a saber.

Hace ya muchos años, cuando Raphael y "El niño" eran la misma persona, en el Telediario de la única cadena que había en el estado español, no se hablaba, nunca, de estrenos cinematográficos ni de discos, porque en realidad se podía considerar como publicidad encubierta, y la publicidad en España se pagaba religiosamente, por eso estábamos, además, en un país católico, apostólico y romano.

Por cierto, y aunque lo de ayer en ningún caso es achacable al cantante de Linares, siempre se le ha llenado la boca de que quiere cantar en cualquier programa con música en directo, y lo de ayer aunque salió en el plató con unos cuatro músicos, más o menos, fue sospechoso de música enlatada, aunque quizás en cinco minutos alguien me demuestre lo contrario,  y me la tengo que envainar...

Ya no nos conformamos con que en cualquier programa los invitados gentilmente aparezcan porque quieren vender lo suyo, sino que ya incluso después de la información deportiva, por ejemplo, se encuentre agazapada cualquier artista que nos quiera endiñar su catálogo. Porque este vecino, al menos, es la primera vez que ha visto una actuación en pleno informativo, pero seguro que no será la última.

Luego dirán que cada vez hay más pirateo musical, pero está claro que algo se debe de estar vendiendo todavía, aunque para ello tengan que seguir ordeñando la teta publicitaria disfrazada de lo último en información...

*FOTO: DE LA RED

lunes, 24 de septiembre de 2018

TELE DE AUTOR



¡Que sí! Que he llegado a la conclusión de que nos quieren cuando menos entretenidos, sino cabreados del todo.

Lo mismo que a los pollos de granja les aplican, por decirlo de alguna manera, una especie de microclima, mediante luces constantes, para que no paren de comer y comer, al españolito medio le quieren tener en tensión constante para así, mirando al tendido, sea más fácil robarle la cartera  y hasta su honor.

No se puede decir otra cosa, respecto al panorama televisivo, que si no ves, por ejemplo, Telecinco, para no colaborar con esa mafia que tienen montada para ver la vida a la manera que confecciona su fábrica, programas blancos, o series españolas se pueden contar con los dedos de las dos manos en cada temporada. Pero, por ejemplo, este martes vuelve en RTVE esa serie de gran éxito que es “Estoy vivo”, y la tienen que poner, para indefectiblemente seguir cabreándonos, a la misma franja horaria que en Antena 3 ofrecen la interesante y recién nacida “Presunto culpable”.

Saben, los jefes y las mentes pensantes de cada cadena, que la mayoría de los espectadores pueden bandear el problema viendo una serie en directo, y la otra, por ejemplo, mediante la página web de la cadena afectada. Parece que lo importante, sin embargo, es comprobar quién la tiene más larga (la lista de espectadores, claro). Aquí la imagen es nítida, esa del maño cabezón que al ver acercarse el tren a toda velocidad sentencia eso de: ¡Chufla, chufla, que como no te apartes tú!

Y al final, así nos van a tener, apartados de una cadena de cabecera, y preparándonos, como en la cocina de un buffet, que picas de aquí  y de allí, y al arrimar tu plato repleto de retales culinarios donde está el resto de tu familia o amigos, bautizas a tu "engendro" con el consabido “cocina de autor”. Y lo triste, es que no has mentido, sino que inventas cada día diversas maneras de sobrevivir, por lo menos, ante tanta mala leche.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 29 de agosto de 2018

BAJO EL INFLUJO DE LOS RODRÍGUEZ



Hoy, antes de nada, lo voy a decir de antemano para no llevarnos a engaño y dejar las cosas claras desde un primer momento, el tema, o los temas a tratar en este post no van a ser políticamente correctos. Normalmente nunca lo son, pero la ironía siempre actúa a modo de vaselina para que todo más o menos fluya. Esperemos que hoy también la ironía no deje tras de sí al menos ninguna mala cara, ningún mal gesto.

Dos décadas atrás, o incluso mejor antes, no había verano sin Rodríguez. Los Rodríguez, o los maridos forzados por su trabajo, a permanecer en la ciudad  mientras la familia estaba de vacaciones formaban una casta aparte. Bañados por la soledad en lo cotidiano y perdidos en lo personal sin tener al lado  a quien muchos acostumbraban a decir sus últimas palabras "Sí, cariño", los Rodriguez gozaron incluso de un cine arropado entre el "landismo" y actores-personajes coetáneos, Sin olvidar tampoco a esas "novelas de tapas blandas" de lectura especialmente veraniega tanto de Ángel Palomino como de Fernando Vizcaíno Casas.


Ahora los Rodríguez ya solo son un viejo grupo musical, y un recuerdo para los más que talluditos que pasan las vacaciones en solitario sin ya tener un clan a quien pertenecer y así ser tenidos en cuenta a modo de pedigrí.

Según un estudio reciente, este vecino se ha enterado hoy aunque mentiría si dijera que le ha extrañado, para las mujeres los hombres resultan atractivos sobre los cincuenta años. Sin embargo, para los hombres la edad perfecta en la mujer, serían los dieciocho.

Ahora es el momento de tirar piedras contra mi propio tejado, diciendo  que si a los hombres siempre les gusta, y generalizar tiene sus riesgos, todo tipo de aparatitos, incluídas las televisiones, que sean lo último en tecnología, por aquello de más prestaciones, la juventud en la mujer sería vista de la misma manera.

Muchas mujeres se pasan la vida intentando recibir por decirlo de alguna manera que no se aleje de la realidad, un reconocimiento de la “parte contraria”, y visto por este vecino del mundo, quizás ahí esté su gran fallo. Porque para reconocer, primero hay que verlo y tenerlo claro. Y el hombre nunca ha tenido, no tenemos, nada claro. Como que nos pasamos la vida creyendo que nosotros, en las relaciones, somos los que elegimos, y simplemente nos dejamos llevar.

Este vecino del mundo estos días de verano, las cosas han venido así, está solo, la Nuri, su sufrida no le ha podido acompañar, y fijaros las ganas que tiene de visitas y de conocer a nueva gente, que hace mucho tiempo que decidió no tener ni en la casa que utiliza en verano, ningún electrodoméstico Balay, para evitar que vengan es@s trabajador@s, como en el anuncio, que más que serviciales siempre los ha catalogado de pelín cotillas.


En España nunca se regala nada por nada, ni un delantal, ni siquiera una visita. Solo ver el anuncio de Balay le inquieta  a este vecino más que un paquete sospechoso a un miembro de la brigada de explosivos.

*FOTO: DE  LA RED


miércoles, 13 de junio de 2018

REHÉN DE LA ACTUALIDAD


Si lo que está ocurriendo últimamente en nuestro país fuera el guion de una serie de televisión, ahora que las series han alcanzado un punto de culto y tinte de cultura transgresora, podríamos decir que desde la última semana, cambio de partido en el gobierno, y las últimas veinticuatro horas, cambio de seleccionador nacional de fútbol, previo fichaje al mister vasco por parte del Real Madrid, y dimisión del Ministro de Cultura en las últimas horas, diríamos que a los guionistas se les ha ido la pinza, sin duda, como consecuencia, de consumir todo tipo de sustancias mezcladas, no puede ser de otra manera, con aguarrás y diluyentes varios dejados por algún grupo de pintores de brocha gorda.

Hace un mes fue el cumpleaños de este vecino del mundo y le regalaron uno de esos relojes, Huawei Watch 2que siendo de lo último en tecnología, y conectado al Smartphone te informa hasta de lo que acaba de ocurrir en cualquier sitio del mundo en ese mismo momento. Pues, bien, estoy llegando a la conclusión, de que le va a salir espuma por la esfera, porque no para de convulsionar.

Hace unos dos minutos mi reloj ha vibrado, juraría que de gusto extremo, al darme la noticia de que tenemos nuevo Ministro de Cultura y Deporte, el gestor cultural y experto en arte, José Guirao Cabrera, según publica la Cadena SER y el diario El País. El Señor Guirao, ocupó el puesto de director del Museo de Arte Reina Sofía entre 1994 y 2001.

Hay algo que no comprendo con relación al caso Máxim Huerta. Siempre se ha dicho que si cumples con la sentencia de un juez, previo juicio, con Hacienda de por medio, bien yendo a la cárcel, o pagando lo que haya que pagar, ya estás al día y puedes ejercer de nuevo todo tipo de derechos. Pero a partir de ahora, lo dicho, habrá que cuidar y observar hasta lo último de tu higiene personal.

Y ya para terminar, y relacionado con el post de ayer: Dios, si existe, debe de ser blanco. 

Porque el Real Madrid ficha, lo podía hacer, y lo hizo, a Julen Lopetegui, seleccionador nacional entonces,  y como consecuencia de ello, el nuevo Presidente de la Federación Española de Fútbol, Don Luis Rubiales, lo destituye. 

Consecuencia de ello: el Real Madrid ya ni tiene que esperar todo el mundial para tener a su nuevo entrenador trabajando a tiempo completo con ellos, ni tampoco tiene que pagar los dos millones por la cláusula de rescisión de contrato con la Federación. 

Y además, me acabo de enterar también, que al parecer, Julen Lopetegui, va a demandar a la Federación Española de Fútbol por incumplimiento de los dos últimos años que acababa de firmar, y que él a priori, antes de ser despedido, iba a desvincularse de la Federación sin más de manera amistosa, al final del mundial 

¿A eso se le llama hacer las cosas bien por parte de la Federación para que no se vuelva a repetir el mismo hecho? 

Este vecino del mundo diría que no y que huele mucho a ego herido del nuevo Presidente, Señor Rubiales. Pero es mejor aparcar el tema, porque mi tensión arterial puede escalar a máximos históricos, y mi reloj, ese de nuevísima tecnológia, explotar en mil pedazos. Al final me siento rehén, y nunca mejor dicho, de la actualidad más actual. ¡Socorro!

*FOTO: DE LA RED

sábado, 5 de mayo de 2018

...Y LA TELEVISIÓN SE PUSO BIGOTE



Hoy es uno de esos días que dices “No sé por qué me he levantado”.
Porque nada más despertarme, 8:35 horas, y poner el programa de Pepa Fernández, Hoy no es un día cualquiera, en Radio Nacional, nos ha golpeado con la noticia de que Don José María Iñigo acababa de fallecerMe he quedado sin habla, pero lleno de recuerdos. 

Iñigo de 75 años, ha sido, y se dice fácil, todo en nuestra televisión cuando era una y grande. Su bigote, casi bigotón, trajo aires de modernidad a una televisión que con él comenzó a vigilar lo que se llevaba en el extranjero.

Si tenemos que dar tres nombres que han significado mucho, modernización incluida de nuestra tele, sin duda uno de ellos sería Iñigo, fichando lo mejor para sus programas. Los otros dos, y no precisamente en orden de importancia, y para este vecino del mundo serían, Don Valerio Lazarov y Don Chicho Ibañez Serrador.

Aunque Don José María, Iñigo para siempre, es de todos nosotros, él, y especialmente en las distancias cortas, siempre ha ejercido, y lo era, de bilbano.

En un programa de Euskal telebista supimos por su boca, que él nació y vivió hasta su juventud en el bilbainísimo Teatro Arriaga. Creo recordar que su padre era, por decirlo de alguna manera: “eléctrico-técnico de luces”. Y que su  interés por el inglés, lenguaje, le hizo ir abriéndose miras, para primero hacer sus pinitos en alguna emisora bilbaína, hablando de música, y así poco a poco tras un tiempo en Londres, se afincó en Madrid, convirtiéndose en uno de los críticos más serios de la música de los sesenta, antes de dar el paso a la televisión como presentador de programas inolvidables como Directísimo, Esta noche … fiesta, Fantástico.

Sus programas de aquella época eran de corte similar a los americanos, y que atrapaban al televidente, actuaciones musicales con lo último de lo último, entrevistas a personajes famosos alternando con ciudadanos desconocidos pero llenos de anécdotas o cosas curiosas que contar.

Si nos piden un recuerdo de la televisión en blanco y negro, para la mayoría, siempre nos acordaremos de aquel Uri Geller, el mentalista, y siempre alguien cercano nos dirá que vio alguna cucharía doblarse o reloj averiado que empezaba a funcionar.

Iñigo es un ejemplo claro del renovarse o morir. Ha hecho de todo: crítico de música, presentador de televisión, crítico gastronómico, revistas de viajes. Colaboró en alguna película musical como “Un, dos, tres, al escondite inglés”, en 1969, y treinta años después en “Muertos de risa”, de Álex de la Iglesia. Y como nunca le importó arriesgarse, en 1975 encabezó el reparto de la película, de las que se llevaban entonces, “Terapia al desnudo”, de Pedro Lazaga, junto a Carmen Sevilla y la por entonces conocida María Salerno.

Ha estado hasta, muchos años después evidentemente, en la isla de los Supervivientes presentando in situ el programa. Por cierto, y muy pocos sabrán: Trabajó en el circo, en un número con elefantes, y de ahí que tuvo que sacar el carnet de domador, cosa que comentaba de vez en cuando en los programas en los que colaboraba, que todavía lo conservaba.

Iñigo, en cierta forma, al ser, a su manera, un fenómeno de la naturaleza, debería de haber sido declarado: Bien de Interés Cultural, aunque quizás en su modalidad de “andante”. Hay que tener en cuenta que ha sido "un muy conocido" durante más de cincuenta años; sin poder pasar desapercibido, ni dar un paso sin que nadie le dijera nada, por lo que se le podía perdonar esa poquita mala leche que de vez en cuando mostraba.

Es una pena que nos abandone, así de improviso, sin tiempo a prepararnos para su pérdida, porque si no tontos, desde ahora vamos a ser un poco menos sabios.

Descanse en paz Don José María Iñigo. Te queremos, y mucho.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 28 de marzo de 2018

PREDICANDO CON EL EJEMPLO




Ni tanto ni tan calvo. Ni tan blanco y negro la Semana Santa de los años sesenta, donde no podías ni cantar, porque solo había música clásica en la radio (y además, estaba mal visto) y en el único canal de televisión. ¿Y las pelis? Todos los años eran las mismas: Molokai, Santa Rosa de Lima, y mil películas clase B de la vida de Jesucristo, en las que nunca se le veía la cara. Ben-Hur era demasiado reciente  como para darla por aquella televisión franquista. 

Ni tan ni fu ni fa como unos días en los que la gente menuda no sabe el origen de una fiesta lejos de los desfiles procesionarios, que seguro que algún padre te dirá "porque en la escuela no se enseña suficientemente". Ya que los niños, y todavía parece que seguimos recayendo en el fallo de siempre, o son para los abuelos, o para los profes.

Por todo lo anterior, que no es poco, hoy este vecino del mundo se ha llevado un alegrón viendo la reacción que han tenido la pareja formada por Cristina Rubio y su pareja Sergio Ramos, que al salir del Hospital tras el tercer parto, la pareja y sus dos retoños mayores han posado ante los medios con camisetas de “Unicef”, de la que él es embajador.

Mientras otros, y están en su derecho, vaya eso por delante, utilizan el evento de un nacimiento en la familia para cobrar una más que suculenta exclusiva, ellos han aprovechado el momento, e Instagram, con texto en castellano e inglés, para llevar el ascua a su sardina, y hablar de las condiciones de muchos niños en el mundo.

Más de uno considerará que dado, se supone, que tendrán sus cuentas bancarias más que saneadas, no deja de ser su gesto, continuarán diciendo, un brindis al sol. Todo lo que quieran, pero hay que hacerlo.

Siempre se habla de que los famosos, y en los primeros lugares se pone a las estrellas del fútbol, deben de ser un ejemplo para las nuevas generaciones, y Pilar Rubio y Sergio Ramos lo han sido. Y otra cosa, que a más de uno les habrá pasado desapercibida, el papá Ramos ha ejercido como tal, enseñándoles a sus hijos educación, haciendo que saludaran a la prensa con buenas maneras. 

Y yo, que lo he podido apreciar en el reportaje televisivo, estoy convencido de que le ha salido del alma, sin nada de afectación. Y llámenme malo, pero me he acordado de la cantidad de veces que bebiendo algo en un bar, intentando pasar un rato agradable, ese niño que no paraba de sacar bulla, y los padres  solo le llaman la atención al adulto que se queja.

Al Cesar lo que es del Cesar, y a Ramos y a Rubio, o al revés, mi sincera felicitación por algo que tenía que ser normal, pero no lo es.

Por cierto, y ya para terminar, como me sé las cosas más por viejo que por diablo, diré que los que me siguen, por si hay dudas, ya saben desde hace mucho tiempo, que no soy blanco, sino txuri urdin; pero en educación y principios todos deberíamos de ser del mismo equipo.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 19 de octubre de 2017

EN DEFENSA PROPIA

He llegado a la conclusión de que mis musas, si es que no han dimitido, y como un desodorante cualquiera han decidido dejar de acompañarme, “a media tarde”, o a cualquier hora, deben de estar cerca del asunto catalán. 

Porque llevo varios días que no coincido con ellas, y es que he decidido desintoxicarme de todo asunto de “actualidad”. Porque si te dejas llevar, o peor, te implicas, te adentras en un mundo de medias verdades e incluso de verdades-mentiras, o viceversa, que no te dejan vivir.

Bastante “hemos” sufrido, y me he permitido incluiros, porque hay que ser insensible, para no haberte sentido abatido con todo lo ocurrido en Galicia y Asturias este fin de semana, e incluso en días posteriores.

Esos incendios, que mucho más allá de las pruebas, la lógica te hace ver, ya en un primer momento, que han sido provocados por, cuando menos, unos hijos de malos padres (repartiendo responsabilidades por la educación, o muy posiblemente, por la falta de ella). Y que no me vengan diciendo, que son “pirómanos”, que lo son, pero no desde el punto de vista de enfermos, sino sólo desde el hecho de que provocan fuegos.

Habrá duchos en la materia que, en su momento, tendrán que hablar. Pero está claro que las leyes que regulan los incendios, se han debido de quedar cortas hace años. Porque alguien debe de seguir sacando beneficio provocando zonas calcinadas. Y no debemos olvidar a los que les han arrebatado su vida, por el momento parece ser que cuatro personas, y a los muchos que en pocas horas, y se dice pronto, lo han perdido todo.

Antes, los solitarios, podían sentirse un poco más acompañados con la que ya entonces se denominaba “caja tonta”, la televisión. Pero, ahora, para ver la tele, cuando menos es aconsejable, poner a buen recaudo la cubertería, y todo objeto que pueda ser usado para cortarse las venas.

Porque prima, a horas decorosas, noticias tan inquietantes, que pudieran ser acompañadas por la banda sonora de “Tiburón”. Y además envían, los propios canales, a sus, en teoría, mejores profesionales a cubrir in situ todo tipo de tragedias, o cuando menos, momentos, que por algún motivo, y el tiempo lo dirá, puedan convertirse en históricos.

Y a ti, espectador de primera fila, te bombardean con informaciones, y peor, declaraciones de los implicados, de sea lo que sea, intentando que veas “las cosas” a su manera. Y tú, te puedes llegar a sentir, una especie de Doctor Jekill, y Mister Hyde, intentando comprender a todos.

Lo  dicho, si mis musas siguen tomando notas de la actualidad, creo que no nos vamos a ni tan siquiera cruzar, durante mucho tiempo. Más que nada para salvaguardar mi salud mental, o lo que ya quede de ella, si queda.

*DIBUJO: DE LA RED

jueves, 27 de julio de 2017

TÚ PROPONES, Y LOS HIJOS DISPONEN (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Algunas veces, y por una serie de circunstancias, vas al cine a pasar un rato tranquilo, especialmente si es verano y te quieres “refrigerar” de una noche más que cálida, caldosa, y te encuentras con una película, "Señor, dame paciencia" que no es una obra maestra, ni lo intenta, pero quizás en el baremo, en tu baremo, de películas graciosas, crees que puede estar mucho mejor, por ejemplo, que el supertaquillero “Ocho apellidos vascos” (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/03/euzkadi-tiene-un-color-especial-estas.html), aunque ambos argumentos no tengan nada que ver…¿o sí?

¿El argumento? Gregorio (Jordi Sánchez), un banquero ultraconservador, del Real Madrid en su ADN y más que gruñón, un “tocapelotas". Al fallecer repentinamente su esposa (Rossy de Palma), cumplirá su última voluntad esparciendo sus cenizas en el río Guadalquivir. Para ello, Gregorio tendrá que pasar un fin de semana en Sanlúcar de Barrameda junto a sus hijos, dos chicas y un chico, y sus respectivas parejas que son de todo menos adecuados para su arquetipo de “gente de provecho”.

Un reparto de campanillas a nivel de actores/personajes muy queridos en el ámbito (series) televisivo.

Megan Mortaner, Silvia Alonso y Eduardo Casanova, como hijos, están rodeados por actores que repiten tipo de papel por el que se hicieron famosos en la pequeña pantalla, y que al espectador no le importa en absoluto, porque es en realidad lo que están esperando de esos actores-personajes. A destacar el caso de David Guapo, y no es una crítica sino solo una observación, cuyo personaje se comporta como el propio humorista en "Tu cara me suena".

Una refrescante, al menos a este vecino del mundo le ha parecido, comedia dirigida por Álvaro Díaz Lorenzo, y protagonizada por Jordi Sánchez (el “mayorista” de La que se avecina), los ya comentados Megan Montaner (protagonista absoluta de esa gran serie que fue “Sin identidad), Silvia Alonso, Eduardo Casanova (el inolvidable Fidel, en Aida), y Rossy de Palma (por siempre chica/mujer Almodóvar). Película que se presentó fuera de concurso, en la sección oficial, del Festival de Málaga 2017,  y que su fin último está claro que será la televisión (Atresmedia).

Una clara pista, observando las carteleras españolas, que proporciona esta película de que merece el cariño del público es que en un mundo de comida y cine rápido, se estrenó el 16 de Junio, y sigue resistiendo en los cines.

Es una película que te pone en una disyuntiva: tan sospechoso puede resultar mostrar y demostrar que te lo estás pasando bien, como que no, de las situaciones provocadores que el guion plantea, sabiendo todos ya, que la vida diaria, especialmente en esta España, da sorpresas cada segundo.

Tal como estamos, estas cintas son necesarias para reírnos de nosotros mismos y hacer una especie de catarsis y quemarnos, metafóricamente, como si fuera la Noche de San Juan.


Este vecino del mundo no va a ganar nada con ello, monetariamente hablando, pero… vete a verla, te reirás, y eso, con perdón, no es moco de pavo.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 1 de marzo de 2017

LA CEREMONIA DE LA CONFUSIÓN EN PRIME TIME


Puede que incluso para los que me sigan desde hace mucho tiempo, hoy pueda sonar a carca, derechón, aguafiestas, tele-predicador, o todo junto, pero si algo practico siempre es el decir lo que siento, y últimamente, en los medios de comunicación, especialmente en algunas cadenas de televisión, estamos asistiendo a la ceremonia de la confusión.

Se predica una cosa,  y por otro, se hace la contraria. 

Por un lado, se crean una serie de programas antibullying,  cosa que a este vecino le parece genial, y por otra, el mismo grupo, en otra cadena , el Canal Alegre (bautizado así por este vecino del mundo en contraposición a las lindezas que suelta a su competencia) lleva una política de realities, y de programas pseudo-informativo-shows, en los que claramente se practica la antropofagia cultu-sentimental, cercenando todo rasgo empático, y con odas a la tableta de chocolate física en los hombres, y al carácter “poligonero” en las mujeres. Con, además, colaboradores que tienen a gala no haber leído un libro en su vida, y sin embargo se permiten la ligereza de declarar y vender libros que se supone han escrito ell@s.

El Canal triste, bautizado así por la cadena anterior, también tiene lo suyo, y además, ha originado la gota de agua que ha colmado el vaso de este vecino del mundo.

"El Hormiguero" lleva mucho tiempo, dando una de cal y veinticuatro de arena, dándoselas de modernos, y que muchas veces lo son, estando a la vanguardia en muchos asuntos, y otras haciendo lo contrario de lo que predican con, por ejemplo, entrevista, gracieta, y un baño de pompas y bombo, a una Isabel Pantoja, que solo se “suelta” cuando ya tiene el campo en el que quiere convencer y vencer, acordonado y libre de todo tipo de minas dialécticas en contra, pero peca al creer que la audiencia tiene memoria de pez.

Lo de ayer, la entrevista-programa con Ernesto Sevilla y Pablo Chiapella fue una oda a la insensatez, a charla de bar a partir de la tercera copa, y concurso de comprobar quién la tiene más grande, en este caso, la broma, bromazo o falta de educación para con los demás.

No está el patio para dar cursos, cursillos o master-class, bajo la premisa, no dicha pero pensada por la mayoría, de que “haciendo lo que hacían, han sabido reconvertirse y llegado al estrellato”.

Luego se dirá que son los futbolistas quienes tienen que dar ejemplo entre sus seguidores, que también, pero todo aquel que tiene una ventana al exterior con seguidores fieles, al margen de que sean miles, millones o incluso tan solo cinco, debe de medir sus palabras y actitudes, cuando además su programa tiene una vitola de rompedor, y al que todo el mundo se pega por ir.

Cada uno tiene que tener “su metro” para medir las consecuencias de sus actos, pero muchas veces, ese metro puede ser manipulado por lo que ve en la televisión, y lo que es más grave, admira. Más tarde, a hechos consumados, nos rasgaremos las vestiduras, y como mucho, al margen de poner en tela de juicio, la educación familiar, incluiremos a sus maestros, pero dejaremos al margen a esos medios que todos los días nos bombardean con publicidad y maneras de comportarse.

Convendrá siempre tener presente la célebre frase: “Aquellos barros trajeron  estos lodos”. Y no estamos hablando del tiempo atmosférico, sino de nuestro futuro, del de todos. 

*FOTO: DE LA RED


martes, 13 de diciembre de 2016

¿SERIE, O CIRCO?



La vida moderna, digital, o como quieran ustedes denominarla, sus usos y costumbres, están haciendo aflorar a unos colectivos que parecen creerse estrellas ellos mismos: los políticos, los periodistas deportivos (los futbolistas, unos cuantos, hace tiempo que lo son) y los guionistas de series de televisión. Otra cosa es que estos últimos, en la mayoría de los casos, ni son muy conocidos, excepto a ojos de verdaderos frikis televisivos, ni ganen lo que debieran merecerse.


He comenzado así tan fuerte y determinado hoy, porque hay cosas que me cabrean, y en este caso solo voy a hablar en este post, con relación a las series de televisión...


Todo viene a raíz de dos noticias motivadas por la finalización de las dos series españolas que están ahora triunfando: Velvet, y Mar de Plástico.


La primera de ellas, haciendo un doble tirabuzón, en el último capítulo va a ofrecer escenas en directo, y la segunda, que ya ha rodado varios finales, y ofrece dos, para elegir en votación.


Cada vez que una serie triunfa, es como si los que la manejan, y con esto me refiero, no a los guionistas, sino a los “peces gordos” de las cadenas en cuestión, pareciera que tienen caviar en sus manos, y en seguida quieren subir sus precios. Estoy hablando de una manera metafórica, porque de la otra, de la real, seguro que ocurre también y subirán los precios de los anuncios. 


Pero con respecto al espectador, que es donde este vecino se encuentra ubicado, le suben el esfuerzo de verla. Más capítulos, más publicidad (más espera ante la pantalla). Mucha incertidumbre, porque ahora cada vez que empiezas a ver una serie, no sabes si va a ser una temporada corta, que quizás ni termine, porque aunque a ti te pueda gustar, si no triunfa claramente, como mínimo le cambiaran el horario y te perderás en las profundidades de la madrugada…


Y si triunfa, tampoco es bueno, porque puede que terminen de verla tus nietos, con lo cual en el testamento te tendrás que tomar las molestias de darles indicaciones de cómo va el esquema de las tramas y personajes. Eso, sin contar con que los guionistas, a tenor del supuesto triunfo de la serie que han parido, quieran lucirse más de lo necesario, y en plan selfie quieran sacar la patita de la autocomplacencia con un doble tirabuzón de argumento que solo se pueda asumir con una mezcla de varias drogas de diseño en nuestro cuerpo.


Hay series, como “Hospital Central”, que murieron longevas, pero que el éxito no les sentó bien, ya que a los protagonistas les pasaba de todo, incluso la amputación de un brazo al cirujano protagonista, y tras bastantes capítulos de sufrimiento (toda la temporada), su reimplante, y optimización de las habilidades del brazo en cuestión, el espectador era recompensado con que ese médico, sufridor donde los haya, podía volver a operar. Matrimonios bien avenidos que luego casi montan “La guerra de Los Rose”. Maneras de ser de unos personajes bien trazados, que con el tiempo parecían sufrir esquizofrenia y cambiar su carácter totalmente, quizás porque había cambiado el equipo de guionistas, o simplemente para que sirviera de coartada a un divorcio inesperado, porque alguno de los actores quería dejar la serie...


Los espectadores de vemos de sufrir o alegrarnos por las tramas, no por nada más, incluido el que haya un puente y se paren las emisiones, eso sino dejan a medias la serie hasta la siguiente temporada... Y ahora, parece que quieren hacer como en los partidos políticos, la responsabilidad a las bases. Y cada vez que hay un problema, el final de la serie en este caso, que decida el público. Eso no debería de ser así.


Se tiene que exigir una sensación de seguridad. De que esas vidas que son representadas por actores, tienen un destino definido desde el principio. Y no ir al albur de éxitos o gustos comerciales. Y si vas a dar varios finales, como ya ocurrió con “El príncipe”, en opinión muy personal de este vecino del mundo, ya se desvirtúa todo, porque se ven los engranajes y los trucos de la serie, que se supone que debe de ser la vida misma, y no convertirla, como en el caso de estas dos grandes series que nos ocupan, en un circo mediático.


Eso, sin contar con esa especie de norma no escrita, que parece existir ahora, en la que los guionistas o personas que deciden el desenlace de una serie, pareciera que no quieren que termine felizmente esa historia, quizás con la excusa de que la vida misma termina siempre en tragedia. 


Los finales tienen que ser clásicos, a opinión de este vecino del mundo, los buenos triunfan y los malos sufren. Los que hemos visto toda una serie nos lo merecemos. Lo otro es la vida, que siempre acaba mal, y para eso, no vemos la tele sino que nos asomamos por la ventana, e incluso quizás nos tiremos, protagonizando así nuestro propio "spin-off", aunque sea cortísimo...


En mi pueblo, en todos los pueblos, existe mucha sabiduría de taberna, y siempre se ha dicho que “lo que es, es” y no lo que unos cuantos de éste u otro lado de la pantalla, quieren que sea.

*FOTO: DE LA RED






jueves, 27 de octubre de 2016

"INVESTIDURA, LA SERIE"


Hoy viendo la sesión de investidura, por ahora el intento, de Mariano Rajoy, ha habido un momento en que los ojos de este vecino del mundo, siempre hábiles en detectar buenas películas, ha considerado esas imágenes como algo que pudiera ser usado, tal cual, sin tamices, ni segundas tomas, como capítulo piloto de una interesante serie de televisión, al estilo de Dallas o Falcon Crest.


La verdad es que las escenas vividas dan para mucho. Porque por lo visto y sentido, tiene un ingrediente básico de toda serie que se precie ahora: no hay buenos, porque cada uno, desde la primera toma nos están intentando vender, de mejor o peor manera, su mentira.


Hay una gran dama de la escena: Doña Ana Pastor Julián, que desde un primer momento ha dejado claras sus preferencias: su amo y señor, que es su partido, y principalmente el Señor Rajoy, por quien es capaz de moldear los usos y costumbres de la cámara a la manera en que hagan falta.


Antiguamente los políticos eran más de esgrima en sus palabras, de florituras dialécticas. Lo que en comida se caracterizaría por grandes platos de costosa elaboración, tanto en cuanto a materia prima como a condimentación.


Lo visto hoy en la cámara, en el capítulo piloto, no ha habido nada de florete, ni tan siquiera de sable. Lo más usado en la palabra ha sido el garrotazo y tentetieso. Lo que en comida equivaldría a lo que se expende en cualquier hamburguesería, especialmente con acento americano.


De todas maneras, lo curioso de hoy ha sido, una especie de nueva versión del dicho de "Los tres mosqueteros": Todos para uno, y uno para todos. Al salir Pablo Iglesias repartiendo a diestro y siniestro, los aludidos luego lo han tenido fácil de defenderse bajo el manto de Venezuela y Maduro, que dicho sea de paso, nadie ha podido comprobar de que sea verdad.


Para que sea una serie redonda solo nos va a hacer falta un guionista a lo Gore Vidal en "Ben-Hur" que nos cree, o nos haga creer, una relación amor odio entre dos de los personajes, mejor para el espectador, además, si los dos son del mismo sexo y de posturas encontradas, por aquello de crear aún más morbo.


Y es que en la política actual, al menos en nuestro hemiciclo, falta amor, y a cambio hay mucho sexo honoris causa, unos a otros se mandan a joder continuamente. Incluso, comenzando hoy con Doña Ana Pastor que ha negado la réplica a un Pablo Iglesias que las circunstancias le han otorgado el título de Señor de Hur, por el comportamiento de un desatado Rafael Hernando, que sus palabras y actos le han convertido en Messala en una tarde de cuadrigas trucadas y permitidas por la Presidencia de la Cámara.


Si yo fuera Netflix compraría inmediatamente toda la serie, porque promete no dejar a nadie impasible. Otra cosa ya será como quede el país, aunque estos meses, casi un año, de interinidad han demostrado, quizás, que nuestro gobierno en realidad se puede asemejar más a una máquina de expedir tabaco. Solo hay que acordarse de rellenar las cámaras….


*FOTO: DE LA RED

jueves, 21 de abril de 2016

¿POR QUÉ SE VA ASÍ "EL PRÍNCIPE"?



Antes de nada, y evitando decir la palabra en inglés que ahora se utilice tanto, y rompiendo mil lanzas por nuestro castellano, quiero avisar a todos aquellos seguidores de “El príncipe” que no sepan cómo ha terminado la serie, que es mejor que se abstenga de leer el post de hoy, ya que aunque no voy a contarlo todo abiertamente, al quejarme de ciertas cosas, es probable que les “estropee” sus expectativas. Quedan avisados a partir de este momento.


No me dirijo directamente ni a los implicados en el mundillo del cine ni de la televisión, pero hablo a todos los que quieren las historias de ficción en general, especialmente visto desde el lado del espectador/telespectador, que es el lado al que este vecino del mundo siempre ha pertenecido, y últimamente sufrido.



Siempre se ha considerado al cine, televisión y series incluidas, como una escapada de la realidad aunque se vista de ella, una cierta ventana a la ensoñación, e incluso como somos los espectadores los clientes últimos, proclives a que nos hagan en cierta forma la pelota, endulzandonos un poco el paladar, con un final feliz o convencional.


Por tal como se están poniendo las series, aunque este vecino del mundo no es un gran conocedor ni consumidor de ellas, diríamos que a nivel internacional, sino que las series que ve son, casi en su totalidad, españolas, parece que se ha puesto de moda que el final de ellas, tengan un cierto regusto amargo, por aquello de que quizás la amargura nos dirija más hacia la realidad, y consecuentemente se pueda pensar que la serie tenga más calidad.


Ni que decir tiene que “El príncipe” es una serie, a entender de este vecino, de gran calidad, tanto a nivel de guiones, con buenas interpretaciones, en algunos casos soberbias,  y con lo último en tecnología. Y todo ello, además, se nota en el resultado final de la serie. Pero aquí este vecino quiere hablar de otra cosa…


Antes de comenzar el capítulo final de “El príncipe”, y se puede demostrar, lancé un tweet, previendo lo que podía ocurrir, y dejando clara mi opinión: Estoy harto de esa moda de finales agridulces. Tras más de dos años nos merecemos un final de cuento.


Y por lo testado personalmente en Twitter,  especialmente al final del capítulo y serie,  muchas personas eran de mi opinión.


Esta serie, y me ceñiré a ella, para intentar no generalizar, nos ha “costado” a los espectadores más de dos años de  espera, y miles de anuncios violando nuestras retinas. Sé que la productora no es la culpable, ni de los anuncios, aunque en cierta manera viva de ellos también, ni sobre todo de esa especie de “coitus interruptus” en plena segunda temporada, que la cadena nos causó, al postergar parte de esos capítulos, sin explicación alguna (y es que no la había), al año siguiente; quizás pensando que los telespectadores enganchados seguirían de esa manera pegados a sus pantallas, proyectaran lo que proyectaran.


Se supone, ya lo sabemos, que entrar en el mundo del hampa o del terrorismo, tiene sus costes que pagar a los que lo hacen, pero la ficción es la ficción, y en lo que respecta a “El príncipe” concretamente, ya bastante lo han pagado, con sus vidas incluso, tanto malos como buenos, incluyendo a “Fran”, el amigo del “prota”, y una soberbia interpretación de José Coronado.


No es de recibo, se vista como se vista, con razones de todo tipo, que ayer la pareja protagonista, unos convincentes Älex González e Hiba Abouk, no siguiera junta para guardarlos así en nuestro baúl de los recuerdos. Y en el fondo, esa decisión se ha tomado, en la opinión de este vecino del mundo, para que todo se revista de una pátina de más realismo, y de que no se pueda calificar a esa serie como “dulce”, cuando en realidad nunca lo será, por todo tipo de tramas y sucesos como han ocurrido. 


La mayoría de los espectadores no pedíamos ayer el Edén, sino que solo dos personas fueran felices, quizás para que el regusto de todo lo ocurrido nos hiciera olvidar “que en El Príncipe todo acaba en agua salada”, y no nos lo fue concedido.


Por cierto, y antes de terminar, es también imperdonable, por supuesto que desde el punto de vista del vecino, naturalmente, que en el último capítulo no se haga ninguna referencia, a excepción de una última escena ya en los títulos de crédito finales, a Faruq, ese otro “héroe/villano” en la trama, y que al no verle en el capítulo final, pareciera que “sale” por la puerta de atrás de la importancia.



Nuestros políticos claramente solo miran por su partido y por su ego, y a nuestros personajes favoritos, que juegan en nuestros sueños, no les dejan ser felices, porque “eso” parece que no viste de calidad a una serie. ¿Qué nos queda?


*FOTO: DE LA RED