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martes, 11 de julio de 2017

FROILÁN Y SU UTOPÍA



Hace unos pocos días, y es totalmente cierto, este vecino del mundo se acordaba de Froilán, y se preguntaba qué sería de él, porque últimamente al menos, no se oía nada sobre su comportamiento, y en este caso, al menos, “eso” suele ser bueno.

Y es que tras aquellas imágenes, en la boda del, entonces, Príncipe Felipe y Doña Letizia,  de aquel niño que no paraba quieto, y que además nos regalaba unas imágenes de lo más sorprendentes, al atizar una real patada, a una de sus primas, para la mayoría de los españoles, aquel niño rebelde, se convirtió en una especie de “sobrino político”, y nunca mejor dicho.

Y si antes este vecino se pregunta por él, antes vuelve a aparecer como noticia.

Nuestro Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón vuelve en todo su apogeo, pese a su pesar, ya que en su momento repitió (a eso algunos, monárquicos irreductibles, lo llamarían “constancia”, aunque, en realidad, se debería de decir “tener posibles”) tres veces 2º de la ESO, dos de ellas en España y la otra en la academia militar Culver de Estados Unidos.

Sin embargo, y ahora viene el por qué de la noticia, ha conseguido aprobar, en una especie de “milagro de los milagros”, los cinco cursos que le restaban, tres de ESO y dos de bachillerato, para acceder a la universidad, sin apenas dolerle, es un decir, en dos años, digamos que sin truco, o casi, mediante el sistema de estudios de los hijos (que cruel estoy siendo, ya lo sé) de Trump, es decir, de los estadounidenses.

La palabra clave para todo este milagro, o casi, se llama “convalidar”. Ya que nuestro sobrino, el díscolo, pero sobrino al fin, Froilán, ha conseguido convalidar sus estudios en España, según su historial, dilatado y azaroso, y acceder a lo que hace tan solo unos años, hubiera sido Utopía, y sin embargo ahora, se llama: Universidad.

Comenzará sus estudios universitarios, según se ha hecho eco la prensa, en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en el CIS The College for International Studies, universidad internacional en el mismísimo centro de Madrid.

Ahora viene, por no decir el quid, sí el “matiz” de la cuestión. El centro elegido para Froilán en Madrid, ya que este vecino del mundo, se niega a pensar que todo esto ha sido idea de nuestro sobrino y sí “Realmente diseñado” por parte, claro está y como debe de ser, del “ente” familiar, y que le dará acceso a las principales universidades de las Américas del Trump de marras, costará la nada despreciable cifra de 18.000 euros por curso, según comentado en “El Mundo”.

En una España que se sigue debatiendo entre la crisis, y ésta sí que es REAL, y la publicidad del gobierno de que ya se empiezan a atar, otra vez, los perros con longaniza, vemos, y esta noticia lo confirma, que está más vigente que nunca ese triste refrán: “El que tiene padrino, se bautiza”.


Y no nos confundamos, el verdadero padrino siempre ha sido, y es, el dinero. Lo demás, la familia, y en este caso los títulos, claro que ayudan, pero si la familia no tiene dinero, como hubiera dicho aquella miss, ya no estarían en el candelabro.

*FOTO: DE LA RED

martes, 21 de enero de 2014

LA GENTE NO APRENDE

¡Y es que la gente no aprende!
La Nuri, mi sufrida, y este vecino que les escribe, han pasado unas treinta y tantas horas en Donosti, sumergidos entre tamborrada y tamborrada, en este año que dicen que es el resurgir de la angula, antes producto de la época, y ahora rara avis.
Se han oído diferentes precios, pero la cosa, o mejor dicho, la angula, estaba alrededor de 400 Euros por kilo. Muchos se han roto las vestiduras al comprobar que hay gente que las compre y que este vecino no haya mostrado su extrañeza desde su atalaya.
Es triste, pero este vecino está ya curado de espanto. Porque puestos a extrañarse, uno lo puede hacer, en este Donosti del alma, cada día. Y si se siguen vendiendo pisos en los lugares más VIP ñoñostiarras; o la gente, nuestra gente, sigue desayunando todos los días en su bar de toda la vida, por qué no se va a comprar esa cría de anguila con pedigrí.
Además, y lo dicen las estadísticas, la crisis, la maldita crisis, ha disparado a los ya millonarios, como más millonarios todavía, mientras que los pobres han bajado a tales cotas que en cualquier momento se caen de las listas.
Y mientras por un lado nos sigue pareciendo carísimo el precio de la angula, no pestañeamos al pagar un precio de dos cifras, por harina y pasta maquillada y bautizada con el nombre de gula o similar. Eso sí,     con la publicidad de que son “frescas”, cosa que uno nunca ha entendido que se dé ese adjetivo a algo que, como diría el Señor Gallardón, nunca nació.
La Nuri, ayer más sufrida todavía, quiso llevar un recuerdo a sus sobrinos, y qué mejor que un par de tambores. Claro, no los iba a comprar en esas tiendas lindando con el marco incomparable, y que tienes también un precio incomparable. Por eso, sondeó en los “chinos” de Amara, y es curioso lo rápido que un foráneo se acostumbra a las maneras donostiarras.
Un tambor de madera, más bien pequeño, pero hecho de aquella manera, que no te garantiza que dé dos sonidos iguales, se ponía en no menos de 11,50 Euros. Ni que decir tiene que los sobrinos ahora tienen dos pequeños círculos de madera con sus respectivos palos, y al cabo de una hora ya se habían aburrido de ellos.
Por lo menos, aquel osado que pagó por sus respectivos cien gramos de angulas, seguro que tiene una foto del momento en que las ingirió. Porque lo mejor que tiene comerse una ración de angulas, es poder luego contarlo, sin faltar a la verdad.
Lo dicho al comienzo, la gente no aprende, porque se fija en las excepciones y traga con el timo diario.

*FOTO: DE LA RED