Mostrando entradas con la etiqueta responsable. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta responsable. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de julio de 2014

KIKO, ¿REALMENTE ERES ASÍ?

Ayer este vecino del mundo había entendido que se proyectaba un documental, y le extrañó que fuera, como dicen los entendidos, en “prime time”, u hora de máxima audiencia, porque los documentales siempre son a la hora de la siesta, y además, era, para variar, en Telecinco, cuando normalmente son en la 2 de Radio Televisión Española. 
Y es que juntando los dos conceptos: “documental” y “televisión”, asocias en un primer momento que es un documental sobre animales, y en efecto, y que se entienda bien, era sobre todo un “animal social y televisivo” llamado Kiko Rivera.
Y como tal, se mueve por su hábitat marcando territorio, al que solo deja entrar a los que le adulan, viendo, entonces, la verdad completamente distorsionada. Además, emplea un muy viejo truco para salvar su vida artística. En la primera ocasión que tiene ofrece su yugular, su punto débil, porque dice que no es cantante, que no es actor, que no es disc-jockey, con lo cual intenta que nadie le critique,  porque "honestamente" hace lo que puede. 
Lo que ocurre, es que todo lo anterior se ve en contradicción por lo que cobra, porque no lo hace como un aprendiz, ni mucho menos como “un becario”, sino como una estrella a la que le prestan la luz sus dos apellidos: Rivera Pantoja.
Kiko Rivera no debe de conocer la expresión “Por la boca muere el pez” porque entonces no hubiera concedido la cantidad de declaraciones que ha hecho al equipo de televisión encargado del citado documental, y por el que presuntamente ha cobrado vía contrato.
Al ver las primeras imágenes promocionales, en las que se ve a un Kiko Rivera desatado en la mitad de un escenario, sin dejar de desafinar ante el asombro de todos los presentes, y que habían pasado por caja, conviene no olvidar, a este vecino le recordó al famoso documental que tanto daño hizo a Michael Jackson. Con la única variante de que mientras en el video de la estrella americana, en el montaje final se vertían opiniones contrarias al primer espíritu del proyecto, y que hizo que el artista ya fallecido, colaborara en el mismo, por lo que en cierta manera fue engañado. Sin embargo, Kiko Rivera da vía libre al proyecto, y es el propio no cantante, no actor y aprendiz de disc-jockey quien se desacredita a la vista del espectador intentando dar una versión muy alejada de lo que éste desde su casa acaba de ser testigo. Pero así y todo, y haciendo más de un esfuerzo, se puede aún creer en la buena voluntad de intentar ir aprendiendo de un mundo que, como el propio Kiko Rivera reconoce, no es el suyo. 
Sin embargo, todo se viene abajo, cuando se nos informa, ya en el debate del estudio,  que dos canciones con las que ha triunfado, vendiéndonos que eran parte de sus vivencias más íntimas, están compuestas por otra persona, que además no ha visto un euro, y que en el mismo estudio de televisión ha mostrado pruebas irrefutables, según los presentes, y adjuntando además un vídeo en el que él mismo, Guille El Invencible, canta sobre un escenario la misma canción que dice Kiko Rivera que acaba de componer, pero eso sí con dos años de diferencia.  
Lo mismo que la ignorancia de una ley no exime de su cumplimiento, el que los que están alrededor tuyo te muevan el agua y rían tus gracias e incluso te puedan presumiblemente "aconsejar", no impide que a la postre seas tú el único responsable de tus hechos.
Este vecino está convencido de que teniendo en cuenta de que España y los españoles son como son, Kiko Rivera seguirá ganando dinero con sus actuaciones en directo, pero lo más importante que un artista puede tener, es su credibilidad, y esa ya la ha perdido, o al menos ha quedado muy mal parada, en la humilde opinión, de este vecino. Y eso siempre suele ser el principio del fin. 

*FOTO: DE LA RED

martes, 15 de octubre de 2013

LAS PERAS Y SU MOVILIDAD EXTERIOR

Esta mañana, a primera hora, he bajado a mi frutería de guardia, de esas tiendas que se abren ahora, en plan boutique, y que con el look de modernas que tienen, ya sabes que es probable que te apuñalen a la hora de pagar, y que te tengas que hacer responsable de la obra entera al comprarte dos manzanas.
La tienda se supone que es una franquicia, y se llama algo así como “Viva el trópico”, y está decorada no con colores chillones, sino con colores que te insultan a la vista, pero que se supone que es lo que sugiere el concepto de “trópico”, al menos para el decorador.
Este vecino estaba hablando con la cajera sobre sí el melón que acababa de escoger era mejor pagarlo a plazos o hacerse solo responsable del pago en metálico de la mitad, cuando de pronto, ignorando la cola, una mujer con cara de que se le estaba incendiando la casa, ha preguntado si la pera que tenía en la mano, y cogida al parecer del interior de la tienda, era igual que las que estaban en un expositor fuera de la misma tienda.
Intentando quitar tensión a la escena, y que por un momento la interrogadora se olvidara del incendio, este vecino, ante el gesto afirmativo de la dependienta, ha confirmado que la pera era igual pero con más mundo, por aquello de estar en contacto con el palpitar de la sociedad.
En realidad lo que ocurre con las peras del exterior de la tienda, es lo mismo que está pasando con miles de jóvenes que sufren, según nuestro gobierno, de “movilidad exterior” y se tienen que busca la vida, las peras, en otros países. Es probable que lo pasen igual de mal, o peor, allí, por aquello de añadir morriña al “montón” de sus problemas, pero al menos aprenderán a quejarse e insultar en varios idiomas. Lo cual nunca está mal. Así, cuando vuelvan, le podrán informar de su experiencia al Rojoy de turno con diferentes versiones, dependiendo del número de idiomas aprendidos durante su peregrinaje personal, con la esperanza de que por fin entiendan, de que un parado aquí, o en el extranjero, sigue siendo un parado. ¡Vamos! Como las peras de “Viva el trópico”, que dentro o fuera siguen siendo peras, quizás con más mundo, pero peras al fin.
Y es que, con las tiendas boutique se paga un ojo de la cara, pero parece que hasta los pensamientos son más elevados, ya que con lo que te cobran te acuerdas de la dependienta, y de sus diferentes ancestros.

*FOTO: DE LA RED.