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lunes, 18 de junio de 2018

PÁJAROS DE DIFERENTE PELAJE



Esta mañana, a primera hora, más de uno habrá pensado, como en las películas de espías con frases medio encriptadas, "el pájaro ya está en la jaula; repito, el pájaro ya está en la jaula".  

Y es que el Señor Urdangarín ya ha ingresado en la prisión que ha tenido a bien elegir, y que no es otra que la de Brieva, Ávila. Cárcel de mujeres, que tiene un pequeño módulo para hombres, y que en este momento no estaba siendo utilizado.

Se nos está venga a decir que aunque ha tardado el Señor Urdangarín, bastante por cierto a mi entender, que como cualquier español que haya cometido algo en contra de la ley, al final, va a prisión.

Sin embargo, llamenle a este vecino del mundo "malpensado" si quieren, la percepción que pueden tener muchos de los ciudadanos de a pie es que al Señor Urdangarín, que no deja de ser, por mucha o por muy poca condena que le haya caído, cuñado de nuestro Rey Felipe VI, le han ofrecido una especie de menú de todas las cárceles españolas, 82 en total, y de ellas ha elegido la que más le molaba, que, ¡oh casualidad!, es una cárcel de mujeres, en las que hay un pequeño módulo para hombres, y dónde en su momento también se alojó, Luis Roldán, otra joya de nuestro choriceo nacional. Y que,¡oh casualidades también!, en este momento no hay nadie. Por lo que se convertirá, aunque seguro que no lo reconocen, en una especie de “casoplón” pagado por todos, y habitado por un reo tratado mejor que a la mayoría.

Los recuerdos no dejan de ser una especie de comida para nuestro espíritu, y por eso si tengo que recordar algo de estas últimas horas, en lugar de recordar las aventuras y desventuras de un vasco en la corte del Rey Felipe, prefiero quedarme con un recuerdo delicatessen aunque el escenario no fuera el mejor. 

Algo dicho por una de las niñas, de doce años, que ayer llego con otros 629 refugiados al puerto de Valencia. Esta niña en cuestión, a modo de pequeña gaviota procedente de Guinea, y que esperemos le dejen hacer su nido en nuestro país, le ha dicho a la persona que con mucho cariño le estaba atendiendo: "Hace mucho tiempo que nadie me daba un abrazo como este".  Sobran las palabras.

*FOTO: DE LA RED



domingo, 10 de diciembre de 2017

LOS DERECHOS HUMANOS, EL SUBCONSCIENTE Y ...UN TRAJE EN BLANCO


Me desayuno, literal, con la noticia de que hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos, y con lo primero que enlazo mentalmente es que si les han otorgado un día, es que la cosa anda muy mal, casi tanto como el tiempo que se adivina tras la ventana.

La mente, la de este vecino del mundo, siempre juega con claves, que muchas veces intenta ligar con palabras, y más de una vez se pierde en el intento, pero el subconsciente, la mayoría de las veces, lo tiene más nítido que su propietario...

Por eso, las primeras imágenes que me vienen mentalmente, me llenan de intriga desasosegante, y son aquellas de un Donald Trump intentando dar la mano a su esposa durante una comparecencia pública, si mal no recuerdo durante su viaje a Israel (aunque muchas ya han sido las ocasiones), mientras ella mirando al frente, siempre al frente, se la aparta drásticamente. Y es que si las cosas andan mal, al menos lo parecen, en la intimidad, donde el respeto mutuo es indispensable, ya que a la postre es donde uno se supone se muestra tal cual es, será imposible que luego, por decirlo de una manera desenfadada, se pueda pedir peras al olmo.

Quizás esa imagen me ha venido porque el respeto en nuestros días es rara avis, y sería indispensable para “contemplar” los Derechos Humanos, junto al posicionamiento de “igual a igual” y no como ciudadanos de diferente categoría, e incluso sexo.

En cualquier asunto o materia nos ocurre que siempre nos fijamos en casos lejanos, cuando, y espero que se me entienda, tenemos al enemigo en casa. Esos refugiados, que entran en nuestras fronteras con cuentagotas, en contradicción con las cifras que en su momento se contemplaron, y esas pateras que hoy más que nunca inundan nuestras costas, y cuyos tripulantes son alojados en una cárcel sin estrenar, pero que es una metáfora viva de todo lo que ocurre.


Estos días han trascendido imágenes de mafias que trafican con esclavos en estos mismos momentos. Pero eso sí, hoy más de uno de nuestros políticos se pondrá muy serio y pomposo y dirá, como en aquel anuncio de detergentes, que su partido siempre limpia más blanco, casi tanto como el traje de Melania, por siempre Señora de Trump.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 5 de enero de 2017

5 DE ENERO, O LA MADRE DE TODAS LAS VÍSPERAS...


Sí, la vida últimamente nos está tratando tan mal, que uno ya nace con el ADN modificado, mosqueado y desconfiado de serie. Por eso, mañana después de la visita real, en casa de este vecino del mundo haremos una inspección, una auditoría de todos los bienes, no sea que en lugar de dejarnos cosas, la real tropa sea sospechosa de algunas desapariciones. Por ejemplo, desde hace un tiempo no encontramos la ilusión, y parece que nadie ha sido. Y, puestos a sospechar, se sospecha de todos.

No sería de extrañar que, llegada la medianoche, empezáramos a comprobar que la comitiva real no aparece. Y es que con esas pintas, los unos, los pajes, con ropas raídas de mil y un excursiones aventureras subiendo y bajando repisas, y los otros, los Reyes Magos, con ropajes extraños y mil abalorios dorados, los primeros fueran tachados de “refugiados”, y los segundos de cualquiera de las mafias que se aprovechan de los primeros, y por una u otra razón, a todos les fuera imposible atravesar las fronteras…

A este vecino, al pensar en las Cabalgatas Reales en la noche de la ilusión, le vienen recuerdos de pólvora y antorchas, de creer en que cualquier regalo era posible, y de que esta vez sí recibiría regalos con pedigrí, de esos que salían en la televisión de los sesenta, y no regalos que se asemejaban, pero de marcas desconocidas. Saber de antemano, sin opción a equivocarme, que la mañana del día 6 de Enero, tendría una sensación de ser discriminado con respecto a otros niños, cuando todavía no sabía el concepto de “ser discriminado”, y aprendiendo a conjugarlo como nunca se olvida, en primera persona.

Visto con ojos de persona mayor, el día de Reyes era la mili de los niños, cuando vas aprendiendo lo que es la vida, bofetones de realidad tras la ilusión de la magia de la palabra,  de las promesas, y el famoso “todo es posible”.
 
Quizás, en el fondo, no convendría olvidar, que los Reyes Magos, o también conocidos por los Magos de Oriente, no dejaban de ser políticos, y que siempre serían más los sueños incumplidos que los cumplidos, las promesas que los hechos confirmados. Ya dice nuestro refranero español, ese pozo lleno de sabiduría, y especialmente de cortante realidad (por las finas aristas que tiene): Vísperas de mucho, días de nada.
 
FOTO: DE LA RED

miércoles, 6 de julio de 2016

MALPENSADO Y SU OTRO YO



Hay noticias que tienen la capacidad de crear al ciudadano, en el momento en que se entera de ellas, una especie de túnel del tiempo que le hace retroceder a algún momento pasado de su vida.


Estos días ha habido algo que me ha hecho retrotraerme aproximadamente a 1980. Estaba viviendo en Londres, mientras iba a una academia de inglés tres horas al día (quince a la semana), para poder tener un visado como estudiante y permanecer en el país. 


Eran otros tiempos, y aunque no podías obtener permiso de trabajo, siempre encontrabas la manera de meter unas cuantas horas en el trabajo que fuera, mal pagado eso sí, preferentemente limpiando platos, y así intentar amortiguar el gasto de la academia. Pero siempre, y es triste decirlo, al margen de la ley, como ocurre ahora en muchos sitios. No hay nada nuevo bajo el sol.


Ese verano al volver al pueblo durante las vacaciones, un chico, también del pueblo, con el que había coincidido varias veces en Londres en los meses anteriores, se topa conmigo en el centro del pueblo, en Elgóibar concretamente, y empieza a hablarme a voz en grito, para decirme: -Ya me he enterado de que estás trabajando en un banco en Londres, y las veces que nos hemos visto allí no me has dicho nada. ¿Tenías miedo de que te pidiera ayuda para entrar a trabajar en esa entidad?


Teniendo en cuenta que él precisamente estaba trabajando, con "enchufe" por supuesto (y que conste que este vecino opina que cada uno se busca las habichuelas como puede) en unas oficinas en Londres, y en ningún momento se había interesado por si él me podía ayudar a mí, a pesar de todo me lo tomé, es un decir, con filosofía. Y le respondí con mucha sorna, y sin perder los nervios: -Es la primera noticia que tengo de que trabajo en un banco en la City. Luego, cuando vuelva a casa, hablaré seriamente conmigo mismo para que la próxima vez me cuente las cosas como son, y a su debido tiempo.


Lorenzo, como así se llamaba, y se llama, el listo quisquilloso, ponía cara de alucinar, y como ya le había toreado bastante, antes de irme y con cara de  acordarme de algo en ese mismo momento le dije: -Por cierto, ahora que me acuerdo, tenías razón. Trabajo en un banco, pero sólo dos horas cada dos días, eso sí, limpiando las oficinas.


Mientras a Lorenzo parecía que el suelo le desaparecía bajo sus pies, con intención de no hacer más leñas del árbol caído, me fui con un aire más que digno.


¿Qué noticia le ha hecho a este vecino acordarse de esa antigua anécdota?  El hecho de que el Partido Nacionalista Vasco, para abrir unas conversaciones con el Partido Popular en orden de llegar a un acuerdo para la investidura del Señor Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno en la nueva legislatura, pusiera en primer lugar sobre la mesa el asunto de los presos vascos y su acercamiento a las cárceles de Euskadi.


He tenido la sensación de que era el único vasco al que otros asuntos, tales como el paro, la economía, la pobreza, los desahucios, los refugiados… le habían despistado al preocuparle más, y no se daba cuenta de que lo más urgente debía ser, sin ninguna duda, que los presos vascos estuvieran cerca de sus respectivos hogares. Y que más tarde, como en la anécdota de hace muchos años, ya hablaría en la intimidad que da el cohabitar conmigo mismo. Y que conste que no tengo nada en contra de este tema, pero de eso a ponerlo en primer lugar de importancia,  dista mucho.

Jeanette, en aquella antigua canción, decía que era rebelde porque el mundo le había hecho así, y a mí, al vecino del mundo los años me han hecho malpensado.  


Huele mucho a que el PNV ya está preparando la estrategia para las próximas elecciones al Parlamento Vasco, que presumiblemente serán hacía el próximo Noviembre. Y  parece ser que pretenden pasar tanto a Podemos y a EH Bildu, nada menos que por la izquierda.


Siempre me ha hecho gracia, por el descaro que gastan, cada vez que un partido y tras unas elecciones, dice que ya ha entendido el voto de su electorado: Indefectiblemente cada uno arrima el ascua a su sardina,  y además sin parpadear.


Al final, y tras 36 años, descubriré  que sigo trabajando en un banco londinense, y además se lo deberé al PNV.



Lo bien que nos sientan los partidos del centro. Porque a la derecha ya no queda nadie…


*DIBUJO: DE LA RED

sábado, 26 de diciembre de 2015

EL BELÉN ACTUAL, NI DE CORCHO, NI DE BARRO


Quizás lo que más me gusta del día de Navidad es el paseo que me doy por la gran ciudad, en este caso Bilbao, y que la gente, todos en general con los que me cruzo, si hablan, en contadas ocasiones, lo hacen bajito. Nunca he sabido si es para que no les oigan los damnificados por los excesos nocturnos, o porque les duele la cabeza a ellos también.


Este año, la mañana de Navidad, he tenido la sensación de que hemos sido arrollados por el espíritu navideño. Incluso me pareció, esa mañana del fun, fun, fun, más que nunca, que eran los perros quienes sacaban a sus amos a pasear, para que tomaran un poco el aire y se les fuera esa melopea mezcla de alcoholes varios y borrachera de abrazos y buenos sentimientos hasta con la gente que no conocen.

La verdad es que este vecino del mundo ya se quedó noqueado en “Nochebuena”  con el discurso del Rey, en el momento que dijo que nos hablaba desde El Palacio Real, que era de todos los españoles.

Sinceramente, pensaba que no era así, que no era mío, cuando el año pasado, visitando Madrid, en plena Semana Santa vi una cola inmensa de gente, pasando por taquilla, y que tras ver los precios, y como íbamos tres, tuvimos que elegir entre alimentarnos física o culturalmente. 


Por otra parte, de la gente que visita todos los días tanto el Palacio Real , como los otros bienes culturales,  todavía no he recibido, no hemos recibido, parte del botín, aunque seguro que si pregunto me dirán eso de lo comido por lo servido, lo que se gana, por lo que cuesta el mantenimiento del pasado. Esa fue una de las razones por las que decidimos irnos a comer, porque si no nos buscamos la vida nosotros…


Desde hace unos años, desde la crisis concretamente, las Navidades me parecen en blanco y negro, remedando a aquellas películas españolas de principios de los sesenta, con un Casto Sendra (Cassen), José Isbert y José Luis López Vázquez, entre otros, buscándose la vida y, algunas veces, la muerte.  


Al atardecer del veinticuatro, me pareció  oír clarísimamente a alguien gritando: Chencho, Chencho… Sé que es muy probable que los lectores de menos de cincuenta años no me entiendan ésto, y deban de ver “La gran familia”. Quizás vean reflejado, en cierta manera, versión 3.0., eso sí, lo que está ocurriendo otra vez.  Y es que de vez en cuando no hay que hacer oídos sordos al pasado, y ver de dónde venimos y hacia dónde, desgraciadamente, parecemos ir.


La estampa de la Señora Carmena, Alcaldesa de Madrid, sin olvidar por supuesto al Padre Ángel, y no es hablar mal de ellos, sino al contrario, nos remite a un pasado del “siente un pobre a su mesa” verdaderamente estremecedor.  Y mientras, los partidos políticos, todos los partidos, discutiendo si son galgos o podencos, y en lugar de enseñar a pescar, entre otros a los que estaban en la cena celebrada en el ayuntamiento madrileño, intentando conseguir la caña más grande y lujosa, para que se note quién manda de verdad.


Este año, me imagino que lo habréis notado, no he felicitado las fiestas a nadie, no nos lo merecemos mientras hay un montón de desgracias, incluyendo esos que ya han quedado marcados como “refugiados”, y en realidad no están al refugio de nada, sino a plena intemperie. Quizás, este año el tiempo invernal sea más permisivo que nosotros, que nuestros corazones, y se avergüence de tener que “atacar” a un grupo que no importa a nadie, muy al contrario, molesta y mucho.


Os voy a pedir realizar una pequeña prueba, acercaros a ese pequeño, o gran belén que habéis montado por vuestros pequeños preferentemente, mirad al niño, tan bonito, tan limpio y reluciente. Ahora, sustituirlo por cualquiera de los niños vistos en esas fotos de “pequeños refugiados”. Pues eso. No tenemos vergüenza. ¿Que la culpa no es nuestra, es de los que mandan? Seguramente, pero les seguimos apoyando con nuestros votos, a todos.


Desear “Feliz Navidad” es ocultar todo tipo de problemas, y calmar nuestra conciencia. Y ya no estoy dispuesto a hacerlo, en mi caso, porque nacimientos, de los de verdad, y no de corcho y barro, hay todos los días.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL PRECIO DE UN FRACASO


Alguien dijo alguna vez: “Donde termina el esfuerzo, comienza el fracaso.” Y en el caso de la Unión Europea y los refugiados ya no sé si el por ahora fracaso viene motivado por la falta de esfuerzo, o que ésta es solo una apariencia, para que creamos que el fracaso viene motivado por ello, y así no poner en duda la “potencia” de cada uno de los diferentes cargos, o mejor dicho la impotencia de los mismos.

Hay algunos días en que uno se avergüenza de ser humano, y por consiguiente de tener el don de pensar. Y de comprobar que las autoridades, a todos los niveles, mueven el culo, y lo que hay por delante, para que no pase ni un minuto, sin ayuda a las entidades bancarias y a su estado financiero, y por otro lado, para ayudar a los refugiados  convoquen reuniones  de “urgencia” a más de dos semanas vista.

El amanecer de ayer, martes, 15 de Septiembre, fue uno de los más desasosegantes de mi vida, al comprobar ya fuera de toda duda, la banda de personas, habrá que llamarles así todavía, frías y sin escrúpulos, que está al mando de este buque que es Europa, capaces de dilatar una solución por una lucha de egos patrióticos. Lo de, por ejemplo, Gran Bretaña, limpiándose las manos, porque ellos no están en el denominado "Acuerdo de Schengen", puede ser una más de los que conducen por la izquierda, o por donde les da la gana.

Cuando España entró en la Unión Europea lo hizo como aquel que sabiéndose dueño de una piscina, aunque solo fuera de una pequeña parte de ella, se tira de panza como si fuera un nuevo rico, y con el razonamiento de que “como la piscina es mía me tiro como me da la gana, aunque me pueda romper la crisma”.

En cambio, los británicos siempre han sido, aunque sea para zambullirse en la piscina, o en cualquier charco, más de meter primero un dedo del pie, y luego ya veremos. Ahora estoy en la Unión Europea, pero no en la de todos, sino en la que a mí me conviene. Otra cosa es, y muy deprimente, que les dejen hacerlo.

Si uno se da una vuelta por las “Españas” de la costa mediterránea, descubrirá muchas urbanizaciones que son como pequeñas avanzadillas de Gran Bretaña allí, con sus pubs y tiendas muy “british”. Porque, y esto no es una crítica, sino una realidad, el británico allí donde va no se mezcla con el nativo, extiende su territorio

En la Unión Europea, unos cuantos países han extendido su país, para llegar sin mezclarse con los demás. Y así estamos ahora. Con unos políticos que deben de estar mirando de reojo a que los civiles se organicen y hagan algo (el crudo invierno, especialmente para los refugiados, se avecina), porque ellos están en una partida de póquer, que saben cuándo comenzaron pero no cuando van a acabar, ni cómo. Y en el fondo tienen la esperanza, y casi la seguridad, de que las ONGs harán algo, mientras ellos se miran y vigilan para descubrir quién la tiene más grande.

Hemos estado criando con tanto cuidado y esmero a una camada de políticos europeos tan bien cebados, mantenidos, y atendidos desde un punto de vista crematístico , que al final se han creído que son diferentes a nosotros; que ellos vienen directamente de la perfección. Y que las gotas del caro perfume con el que aderezan sus cuerpos y que, no lo olvidemos, pagamos todos, en nosotros se transforma en simple sudor por el esfuerzo, precisamente, de poder ganar lo que ellos nos cuestan.

En el fondo, y visto lo visto, la pasada madrugada, llena de indecisiones y faltas de compromiso, no deja de ser el precio de un fracaso.

*FOTO: DE LA RED



miércoles, 9 de septiembre de 2015

LOS PRIMEROS DE LA CLASE




¡Esto es acojonante! Que sí, que lo es. Que hace unas semanas, la mayoría de los países comunitarios se hacían los suecos, aunque no fueran de Suecia, con el goteo humano, camino de convertirse en chorro, que entraba por el sur de Europa. Pero, ahora, que se comprueba que los que entran por el Sur, tienen querencias de irse a Alemania y Gran Bretaña, algunos países, los mencionados especialmente, “se conciencian” de lo que está ocurriendo.

La foto de un niño de tres años ahogado en una playa ha sido el detonante de que la gente haya despertado su conciencia, y al ver el percal, los políticos de turno en lugar de ponerse a la cola, pues hacen lo de siempre, se ponen en cabeza, y parece que la idea ha sido suya, y que lo sienten así de toda la vida.

No va a ser este vecino del mundo el que ponga una pega a las ganas de ayudar a los migrantes, inmigrantes o refugiados por las guerras. Pero, ¡ojo!, no se trata de acoger, y me entenderéis, una mascota, ni sacarse una foto y pasar las Navidades juntos, y ya está.

Tampoco va a ser este vecino, el que recuerde que ya hay, y mucha, escasez en España, y que el hambre ya está instalada entre nosotros, y en muchos casos se disfraza de “apretarse el cinturón”. Porque los políticos que ahora se han puesto, viniendo desde atrás, los primeros en la cola de la indignación, son los mismos que llevan mucho tiempo siendo cicateros incluso con los que les votan, y especialmente con los que votan a otros partidos en su mismo país.

Ahora el Señor Rajoy está muy afligido con los avalanchas de personas, porque eso es lo que son, personas por encima de las cifras, que entran en Europa por algunos de sus puntos, y dónde antes apenas había cupos para poder acoger a gentes, sólo unos dos mil,  por el problema acuciante del paro, declarado por ellos mismos,  ahora se ve que el paseo con la Merkel le ha contagiado las ganas de ayudar, y ya se sabe que en cuestiones de quedar bien, podemos ser los primeros y por goleada, ahora ya no les parecen muchos, ni quince mil.

Seamos serios, las cosas no han cambiado en veinticuatro horas, o este vecino se ha perdido algo. El problema que tienen algunos países, como los sirios, está desde hace tiempo, pero los políticos con recolectar sus votos,y comprobar que nadie más se sienta en su sillón, ya tenían suficiente,  y ahora, la foto de un niño, que podía ser nuestro, les ha sacado los colores, que el niño ya no tenía.


Siempre se ha dicho que una foto (que este vecino del mundo no ha querido mostrar por ser mucho más que una simple imagen) vale por mil palabras, y las mil de esa foto, han sido de reproches para todos nosotros, y para los que nos debían de guiar, que en lo importante siempre andan por detrás, aunque luego jueguen a ser los primeros de la clase, de una clase que nunca han tenido.

*FOTO: DE LA RED

martes, 1 de septiembre de 2015

¿QUIÉNES SOMOS "TODOS"?


 Como se suele decir, somos un poco “cansinos”.

Ahora, 1 de Septiembre, toca hablar del fin del verano y de la vuelta al cole. Todos, la mayoría, confunden la vuelta al trabajo con el fin del verano, y para redondearlo nos adjuntan unas imágenes de playas que ya se están quedando vacías, y como banda sonora “El final del verano” del Dúo Dinámico, y que a la  mayoría nos recuerdan también al final de “Verano azul” y, por supuesto, a aquel Chanquete, que cada vez que reponen la serie revive para volver a morir.

Ni Chanquete vivió nunca, ni acaba el verano ahora. Todo son tópicos, en una estación del año que, ésta, pasará a la historia de los tópicos también como UNA TRAGEDIA HUMANITARIA con una gran afluencia de refugiados que intentan cruzar las fronteras europeas, cayendo al mismo tiempo en las garras de la mafia. 

Y mientras, en Europa, repartiéndonos cifras, porque desgraciadamente eso es lo que son los que cruzan nuestras fronteras europeas, meros números; como alubias sobre un tapete en una partida de mus. En realidad, la ayuda debería de venir desde el convencimiento, y no desde "el qué dirán, y vamos a quedar bien porque nos están observando".

Llámenme malo pero es la única vez que veo a la Merkel dispuesta a repartir algo. De acuerdo que hay que ayudar a los refugiados, aunque sea solo, y esto es para los más reacios, como nos ayudaron a nosotros, o a nuestros padres o abuelos, durante la guerra civil. Pero en este caso, como en todos, cada uno cuenta la feria como le va, y solo cuando los refugiados se adentran en la, digamos, Europa profunda, o se acercan a las Islas Británicas, “todos” empiezan a ponerse nervios. Con lo cual, y no hay que ser muy listos, hay muchos “todos”, y algunos parece que son más importantes que otros. Lo mismito que en España, cuando hablamos de que “Hacienda somos todos”, y luego nos enteremos de que “todos” tienen que regularizar cuentas porque se les ha olvidado unos ahorrillos que tenían por Suiza.

En Europa también existe el “Sur”, y el sur tiene ese problema, llamémosle así por definirlo de alguna manera, desde hace mucho tiempo, y nada se solucionará mientras no se vaya a la raíz, que en algunos casos es la escasez de todo en los países de origen, y en otros pueda ser la intolerancia a todo tipo de pensamiento, desde religioso hasta vivir la sexualidad de manera diferente.

Y mientras, la Merkel intentando mostrar  su cara buena, durante su paseo con el Señor Rajoy, para intentar convencer a todos, aunque alguno ya empieza a mover el telón detrás de ella,  y a dejarse ver por el escenario dando cantos de sirena poniendo en cuestión el Acuerdo de Schengen, que contempla la supresión de los controles en las fronteras interiores (de los países que lo acataron) y por el que se trasladaron esos controles a las fronteras exteriores. Y a este vecino del mundo esa amenaza le recuerda a cuando su madre le decía que si no se portaba bien, le dejaba sin paga. Y realmente, le dejó sin ella…


En un tiempo de tópicos, la tragedia de los refugiados no lo es, aunque se repita como el “Verano azul de Chanquete” muchísimas veces, porque, como siempre, en los casos realmente importantes nunca estamos a la altura, porque seguiremos mirándonos al ombligo, al nuestro, naturalmente.

*FOTO: DE LA RED