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domingo, 4 de marzo de 2018

¡ESPOTIFICAME!


Miedo me da, mucho miedo. Y es que un pequeño detalle te puede conducir por un camino cuya importancia ni te podías haber imaginado al dar el primer paso. Pero, recapitulemos.

Este vecino del mundo lleva enganchado a “Spotify” unas dos semanas. Antes de nada habrá que decir  para los que no saben nada de “Spotify” que es una aplicación, programa, multiplataforma empleada para reproducir música por streaming. Su modelo de negocio se conoce como Premium, con una suscripción de pago mensual, pero ofreciendo, también, un servicio gratuito básico y con publicidad que es la que utiliza por ahora este bloguero y vecino del mundo.

Ofrecen todas las semanas muchos recopilatorios de canciones unidas en grupos con ciertas características similares. Y ahora viene la madre del cordero. 

Hace unos días me han ofrecido una selección de canciones en el que en el icono simulando la funda de un disco viene mi cara, y un título: Tu descubrimiento semanal. Y aunque no me lo dicen, tiene toda la pinta de que mediante un “algoritmo” se ha seguido la pista de mis movimientos por el programa durante estos días, y se me han asignado unas canciones, que antes no he oído en esa plataforma, pero que ellos “saben” que me van a gustar.

Canciones como: “La vie en rose”, en una versión, magnifica por cierto, de Sole Gimenez; “No puedo quitar mis ojos de ti”, con Alba Molina; “Va todo al ganador”, con Nina, del musical “Mamma mia”, “No dejes de soñar”, con Manuel Carrasco… Y lo mejor de todo, o lo peor, vaya usted a saber, es que han acertado plenamente.

Al final, encontrar la felicidad, o el destino, o Dios, es sólo cuestión de un algoritmo adecuado. Quizás porque estamos en una sociedad donde lo importante ya no es el fondo sino la forma.

Cualquier día de éstos, el Papa Francisco, o el que venga después, se reunirá con los que ponen en marcha sus ideas, y mediante unos algoritmos adecuados maquillarán su credo según seas surfero, músico, artista, pobre (aunque en gran parte la religión ya nació para ellos) o… equilibrista. Observareis que de los ricos no digo nada, porque ellos ya hace tiempo que cambiaron lo que aparecía, por ejemplo, en el Evangelio según San Mateo, y de lo que decía Jesucristo a sus discípulos “Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios”, seguro que ahora se puede arreglar todo con una buena ... donación.

Al final, tendré que estudiar al respecto, pero tanto tiempo esperando a las musas y seguro que también “sólo” es una cuestión de algoritmos.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED