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domingo, 5 de agosto de 2018

CAROLINA MARÍN, FELICITACIÓN Y AVISO A NAVEGANTES



El termómetro fuera marca los implacables 36 grados, y en casa sólo me alejo un rato del aire acondicionado del salón porque creo que es justo y necesario. 

Creo que es justo y necesario que este vecino del mundo haga dos cosas: mandar un mensaje de felicitación y un aviso a navegantes.

Un mensaje de felicitación a Carolina Marín, porque ni se puede ser mejor ni tener ese pundonor que antes se nos vendía cada vez que alguien de España perdía a nivel internacional, y volvíamos a casa, con perdón pero creo que es la mejor expresión, con el rabo entre las piernas, porque nos habían dado un buen meneo en algo o en casi todo. 

En el caso de Carolina Marín está clarísimo que es precisamente su pundonor el que toma las riendas de ella y no le hace cejar en su empeño de ganar. 

Este vecino del mundo tiene miedo de que los jueces internacionales se den en cualquier momento cuenta de que Carolina infringe toda la normativa internacional de bádminton ya que en realidad siempre juega acompañada de ese pundonor que a modo de turbo le hace aplicar un extra de velocidad, de visión de juego, y cuyo ruido inequívoco de "turbo" se disfraza de gritos de todo tipo.

Hoy, Doña Carolina Marín, acaba de ganar, y desde aquí le felicitamos por ello, el mundial de bádminton por tercera vez, y que es la primera vez que en su deporte se logra. Hecho que acarrea, al menos lo estimamos desde aquí, que sea una especie de extraterrestre, y que a partir de ahora ya solo pueda ampliar su leyenda.

Llegados a este preciso punto, es cuando viene el aviso a navegantes:

Esperemos que el hecho de que el bádminton no sea un deporte, digamos que mayoritario, y que desgraciadamente hay diferentes varas de medir el éxito, en cuanto a deporte y sexo, no afecte a que se valoren los logros y méritos de la Señorita Marín como se merecen. Y pronto, no es que sea nominada a los Princesa de Asturias del deporte, sino que se lo otorguen.

En realidad, y salvando las distancias temporales, Doña Carolina Marín supone para el bádminton, lo que en su momento lo fueron Manolo Santana y Severiano Ballesteros para el tenis y el golf respectivamente; con la mala suerte para el Señor Santana de que entonces no existieran dichos premios, y de los dos deportistas, solo el de Pedreña sea Príncipe de Asturias. 

Ellos fueron pioneros, en su momento,  de deportes minoritarios, y a través de sus gestas, tanto el tenis como el golf recibieron tremendos empujones de popularidad. Y Carolina, por su lado, todavía es pionera, pero desde hoy, no lo olvidemos, ya se ha convertido en leyenda.

Carolina, muchas felicidades por tu victoria de hoy y por toda tu trayectoria. Y perdónanos ya de antemano, porque es muy probable que en esta España nuestra, como casi siempre, no estaremos a tu altura, para agradecértelo. Y, un consejo de corazón, vigila tus trofeos, por aquello de que la victoria tiene muchos padres…

*FOTO: DE LA RED


domingo, 2 de febrero de 2014

DON LUIS ARAGONÉS, CONQUISTADOR DE CORAZONES

Ayer nos despertamos con la triste noticia de que Don Luis Aragonés nos había abandonado, que aunque había dicho que ya no se iba a dedicar al fútbol, acababa de fichar por el cielo.
Seguro que a él no le gustaría la conmoción que se ha montado, porque no debía de ser amigo de agasajos. Otra cosa son los reconocimientos, y él sabía que hace tiempo que tenía la llave del corazón de todos los aficionados.
Luis Aragonés, Luisito en sus años de futbolista, tenía ese aire despistado que se supone que deben de tener los hombres sabios. Una especie de Colombo del fútbol, descifrando las claves que llevarán a su equipo a perforar la portería contraria. Y una especie de Columbus que supo llevar la nave de su equipo nacional a conquistar territorios vedados.
Buen conocedor de psicologías y caracteres, supo hacerse con una buena selección de corazones y de eso que siempre se ha llamado pundonor, convirtiendo Europa en un patio de nuestra casa.
Nunca quiso que le llamaran el “Sabio de Hortaleza”, aunque tenía hechuras para ello. Si acaso se identificaba con el apodo de “Zapatones”.
Eterno cascarrabias pero siempre entrañable.
Defensor de su verdad a ultranza, y si ésta, su verdad, se encontraba detrás de un muro, pues qué le vamos a hacer, había que derribarlo o al menos intentarlo.
Se nos ha ido un hombre de ademanes quizás un tanto rudos, pero siempre bueno. Con esa bondad que tienes que defender para que no te coma el contrario, porque en el mundo en el que él se movía, existían los suyos, y los adversarios. Pero incluso el equipo contrario le ha sabido reconocer su valía, y preferían tenerlo junto a ellos que en contra. Por eso la gran cantidad de equipos que dirigió.
Todos llevamos hoy, y lo llevaremos para siempre, un crespón negro en nuestra alma deportiva.
Nos ha dejado, ha fichado por otro equipo de gran altura, Don Luis Aragonés Suárez. Descanse en paz

*FOTO: DE LA RED