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jueves, 6 de febrero de 2014

LA PLANCHA COMO MODELO DE REFLEXIÓN

Hay gente que para encontrarse con su “yo”, necesita crear un ambiente propicio, e incluso irse a algún sitio remoto, que, dicho sea de paso, le puede costar un potosí. Y en lugar de recordar, quiere olvidar la factura y lo que le llevó a ello.
Por la época que estamos viviendo, hay que amoldarse como el camaleón a los vientos que corren, y hoy el ambiente propicio, si se necesita, hay que saber encontrarlo en tu hábitat diario.
Hoy me ha tocado sesión de plancha, y he de confesar que ha sido un buen momento para, entre prenda y prenda, elevarme a las más altas cumbres.
Primero piensas en los ancestros de la persona que te ha fallado para que te hayas visto abocado a hacerlo tú mismo, pero tras este ramalazo egoísta, y entre humo y humo de la plancha en cuestión, se va creando una especie de tugurio mental donde corre el opio y el olvido, y entre arruga que borras y jersey que doblas, tu mente amodorrada, va destilando todo tipo de recuerdos, quizás sin orden ni concierto, pero va creando una especie de puzle desmontado, pero con todas las piezas que te preocupan. Es cuestión de ir ordenándolas, comprobando las aristas comunes, y que te van permitiendo el ir colocándolas unas con otras,  y haciendo una lectura, digamos que global.
Si llega  a manos de un psicólogo este post de hoy, cualquier día y tras mantener tumbado en la camilla al paciente correspondiente, le dirá que ya vale de estar tumbado, y que hay que enfrentarse a los miedos. Y para ello tendrá preparado al efecto una buena ración de ropa para que la vaya planchando, mientras comienza a sonar en la sala, una música taimada y sugerente.    
Por experiencia y mientras planchaba hoy, le he quitado las arrugas a la funde de la almohada Rajoy, que dicho sea de paso está bastante ajada, y pidiendo recambio, y especialmente a Ruiz-Gallardón, intentando que le desaparezcan esas arrugas disonantes en cuanto a la cuestión del aborto, y que no concuerdan con la realidad actual.
Mientras intentaba planchar una sábana Cospedal, he comprobado lo deshilachada que estaba, y aunque en apariencia nueva y cara, en realidad está pasada de moda, siendo una burda imitación del ajuar de una mujer bien preparada, pero solo en apariencia diferida.       
Ya para terminar, y al relacionar parte de la ropa con el hoy todavía gobierno, he dejado el montón correspondiente, en el balcón, para que se airee un poco, e incluso si coge pulmonía no importa, porque así probará en primera mano, lo que han repercutido los recortes en la atención hospitalaria.                                                                                                                           
*CUADRO: PLANCHANDO, PINTURA HIPERREALISTA CESAR SANTOS.