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viernes, 26 de junio de 2015

EN EL FONDO, UNA HISTORIA DE AMOR...




Cuando te estropean un excelente día…


Eso es más o menos lo que me ha pasado hoy. Este vecino del mundo se ha despertado, no lo sabía todavía, con la noticia de que el Señor José Ignacio Wert ya no era ministro de Educación, Cultura y Deporte, en favor del eurodiputado Íñigo Méndez de Vigo.

Podía haber sido un día de esos pintados en rosa y con tal exceso de luz que no dejara ver el futuro, sino solo adivinarlo con una alegría extrema. Sin embargo, al leer la noticia en un periódico digital, en el mismo momento lo he comprendido todo, y no me ha hecho ninguna gracia.
No es que el Señor Rajoy, todavía Presidente del Gobierno español, haya tenido un momento de lucidez y pensado: -Vamos a arreglar un poco lo que hemos estropeado, más que nada con vistas a las próximas elecciones…

El Señor Rajoy no ha tenido en cuenta, una vez más, a los españolitos de a pie, sufridores de todos los desaguisados, y pagadores, literalmente, de todos los errores y mamandurrias, como hubiera dicho la mismísima Señora Aguirre. 

Bajemos de la nube de alegría, el Señor Wert ha sido sustituido para hacerle un favor y se pueda ir con su pareja a París. Ya que la Señora Monserrat Gomendio, hasta ahora 'número dos' de Educación, y pareja sentimental de Wert, había sido designada nueva directora general adjunta de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y ahora viene lo más importante, con sede en París.

Todavía no se ha aclarado el destino del hasta ahora ministro, quizás para que no sea más que evidente “el color” del cambio, pero se rumorea insistentemente que se va, por casualidades de la vida, ya me entendéis… de Embajador ante la OCDE, y así la pareja seguiría junta.

Al parecer, ese va a ser todo el cambio con el que Señor Rajoy nos ha estado mareando a todos, desde las elecciones del 24 de Mayo. Como diría un buen aficionado al cine, tanto metraje para un guion tan enclenque.


En el fondo, y como en casi todas las películas, hay una historia de amor. Lo que ocurre no es que, en este caso, y como debería, los protagonistas sean Rajoy y los españoles a los que se supone debe de servir, y no al revés, sino el Señor Wert y la Señora Garmendia, quienes como en la mayoría de los cuentos de este tenor, serán los que comerán perdices y a nosotros, como siempre, nos darán con el plato en las narices, que por cierto, también lo pagaremos.

*FOTO: DE LA RED