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lunes, 4 de abril de 2011

LA NIÑA DEL AUTOBUS


Hoy he tenido que hacer un corto viaje y como siempre utilizo el autobús. Detrás mio se ha colocado un hombre con una niña pequeña, por lo que los dos iban en el mismo asiento; debían ser padre e hija. La niña nada más sentarse ha empezado a pegar patadas al asiento de delante, es decir al mío. Me ha dado un profesional masaje en los riñones que me ha dejado como nuevo. Es una manera de tomarselo, por no hacer sangre en las relaciones paterno-filiales, eso sí, remarcando el hecho de que en ningún momento el adulto ha insinuado en lo más mínimo a la infanta de que cesara en sus ejercicios de piernas.

Como decir autobús es decir sueño, entre el "run-run" del vehículo y el masaje del angelito de atrás, me he quedado roque.

Llevaba un buen rato en brazos de Morfeo cuando el mismo angelito me ha tirado del pelo, pero he fingido seguir durmiendo, y así la vez siguiente. A la tercera vez, al darme cuenta, me he girado y le he pillado a la niñita en cuestión a punto de tirarme, del poco pelo que me queda, por cuarta vez. Me he enfadado y dirigiéndome a su padre le he dicho: - ¡Creo que ya está bien! – arrastrando el sonido de la "n" final para que se notara que estaba ofendido y bien ofendido.

El padre de la futura gamberra me ha dicho: - Es una niña.- Me lo ha dicho con un tono de desvelar un gran secreto. No lo he entendido, pues era obvio que yo ya sabía que era una niña. Como al parecer yo no he reaccionado como él esperaba, me ha vuelto a confesar su gran secreto: - Es una niña. - Hemos entrado en un bucle, y cuando ya me lo había repetido por tercera vez, al ver que yo seguía cabreado, el padre y su niña se han quedado sin pilas, y han permanecido quietos hasta el final del viaje.

Una pregunta ha rondado por mi cabeza: -¿Me he debido de dejar arrancar la cabeza por la buena educación de la niña en cuestión?
Ahora muchos padres son de la opinión de no coartar la libertad de sus hijos y les dejan convertirse en pequeños tiranos, que con el tiempo se pueden revelar incluso en contra de ellos mismos. He llegado a pensar que incluso son los propios niños quienes disponen del sueldo total, y son ellos quienes dan la paga a sus padres.

Ese tipo de casos cada día saltan a la luz pública con más frecuencia. Madres que incluso han tenido que interponer demandas por malos tratos de sus hijos.

Tengo amigos que son maestros y hace tiempo que me comentan que ahora a los niños no se les puede tocar ni un pelo, pues se pueden buscar la ruina, pero niñas a calvos sí por lo que adivino del viaje de hoy.

Aunque han pasado muchos años, recuerdo como si fuera ahora, el sentimiento que nos invadía en nuestra niñez. Cada vez que recibíamos un castigo, sabíamos que si lo comentábamos a nuestros padres lo primero que nos iban a decir era el célebre: - Algo habrás hecho tú.

Ahora si pasa lo mismo, es probable que sea el padre quien diga al maestro: -Algo habrás hecho tú.

Eso, sí directamente no aparece el padre acompañado de un abogado cuya minuta si pierdes el juicio puede que  la termines pagando tú.


*DIBUJO: DREAMSTIME