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martes, 22 de octubre de 2013

SENSACIÓN GENERAL

Hay una sensación general de contradicción. Lejos quedaron, al menos eso queremos creer, los momentos de sentirse integrante de una manada, y ahora aflora el individuo, el “yo soy yo y mis circunstancias”, la persona única y diferente, “porque al parirnos nuestra madre, se rompió el molde”, aunque en realidad lo rompimos nosotros mismos porque somos unos egoístas, y no queremos a otro a nuestro lado.
Hay una sensación general de ser observados, pero observados por nosotros mismos. Una sensación de escrutar lo que hace, más que el prójimo, el próximo, el cercano. Una sensación de querer confirmar en los ojos vecinos lo que estás sintiendo en tus carnes, y es que las cosas no van nada bien. Y llevamos tiempo, y no nos hemos acostumbrado, ni nos acostumbraremos.
Sin embargo, hay una sensación de búsqueda de alguien que diga las famosas verdades del barquero, pero que no las diga con el sabor del resquemor, con la cara roja llena de ira, sino con palabras suaves, llenas de experiencia y con ecos de bondad. Por eso, cuando se encuentran personas de lógica aplastante, como el Señor Miguel Ángel Revilla, uno se olvida si es de izquierdas o de derechas, y se hace admirador suyo, y cree que mientras existan personas como él, el mundo, al menos el nuestro, tiene arreglo.
Y es que las buenas personas, no son ni de izquierdas ni de derechas, tienen partido propio, y aunque quisiéramos crear un partido con él, el Señor Revilla es tan inteligente que nunca va a estar por la labor, porque siempre harán falta los francotiradores de ideas, que lanzan sus pensamientos a modo de bengalas, para marcar en la oscuridad la dirección a seguir, y él lo sabe, y lo practica.
Es una lástima que sin embargo, Don Miguel Ángel, necesite foros para dejarse oír como son los canales privados de televisión, en los que, dicho sea de paso, están encantados de brindarle “su púlpito”,  y del que él nunca cobra nada, como lo ha confirmado en muchas ocasiones. Otra cosa es, que esos mismos canales solo vean en él una manera segura de subir las audiencias, y vender más publicidad, la cual pagamos a precio de oro, a la hora de comprar. Una más de las paradojas de esta sociedad que observa, y muchas veces paga por ello.
Hay una sensación general de contradicción, de lo que hay que hacer, y de lo que quiero hacer.

*FOTO: DE LA RED


martes, 10 de septiembre de 2013

ATRAPADO EN SU PALABRA

Algunas veces te levantas y te sientes como el protagonista  de la película “Atrapado en el tiempo”, que muchos de vosotros, en realidad, la conoceréis como “El día de la marmota”. Lo que he leído hoy, Luis del Olmo se retira, ya lo leí hace más de diez años.
 ¡Ver para creer! Entre los gestos que caracterizan a una persona inteligente, es saber cuándo se debe de dejar una profesión, y ésto precisamente no es un rasgo del Señor Del Olmo, quien lleva retirándose unos cuantos años, y al final le van a retirar por aburrimiento, porque lejos está aquella figura que representaba el buen hacer de una profesión, y se le llenaba la boca de dar oportunidades a las nuevas generaciones, aquellas a las que niega con su actitud de que "me voy pero vuelvo", su puesto de trabajo.
Desde hace unos años el Señor Del Olmo hace su programa más largo en  horas,  y más cortas sus comparecencias,  por aquello de intentar  reflejar, en el famoso  “share”, la cantidad de gente que le escucha.
A este vecino del mundo se le ocurre que se debería de hacer un estudio sobre el porcentaje de intentos de suicidio, tanto por ahorcamiento como por corte de venas varias,  por parte de la gente que le escuchaba. Y es que el gran error de muchos periodistas-locutores-analistas es convertir su micrófono en un púlpito desde el que quieren convertir a sus oyentes. Lo mismo le está ocurriendo a Carlos Herrera, con momentos en que incendia las ondas con su vehemencia. En cualquier momento corre el riesgo de ser detenido por pirómano. Son muchos los veranos, estando de vacaciones en Torrevieja, en que al enterarme de algún incendio en el monte, siempre me imagino que ha pasado el Señor Herrera por ese lugar mientras llevaba el micrófono pegado a su boca, y las venas de su cuello a punto de reventar.
Desde el punto de vista de este vecino del mundo, Iñaki Gabilondo, Don Iñaki Gabilondo, sería el prototipo de periodista-locutor-analista, que se pone al servicio de la noticia, sin exacerbarse en el tono ni en su presión arterial, pero siendo perspicaz y sagaz en sus pensamientos. Y él sí que lo está dejando poco a poco, aunque su empresa se opone a ello, para que sus seguidores se vayan acostumbrando a verlo cada vez menos.
Lo importante en este caso, y es curioso tratándose de un comunicador, no son las palabras, sino los hechos, y parece que al Señor Del Olmo, a pesar de los años, con tantas idas y venidas, eso se le ha olvidado.

*CARICATURA: DE LA RED