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sábado, 26 de diciembre de 2020

ASUNTOS QUE TRAEN COLA...

 Hay personas que cogen el rábano por las hojas y quienes creen que sus gustos son los gustos de todos.

El día de la Lotería de Navidad había entrado un momento en Twitter para publicitar este blog, cuando de pronto alguien al hablar presuntamente en nombre de todos, se erigió en el ombligo momentáneo del "pájaro azul", preguntándose el por qué si a nadie le gusta la fruta escarchada, en el roscón de reyes los fabricantes se empeñan en seguir poniéndolo.

Estuve a punto de decir que a mí sí me gustaba, pero como soy consciente de cómo está el patio de las redes sociales, evité que alguien me agrediera con fake news creadas exprofeso para romperme la cerámica de mi honor. Y como se dice en “Lo que el viento se llevó”, una vez que eso se rompe, por muy bien que lo pegues siempre se notará la rotura.

Estaba claro que al ombligo tampoco le había tocado la lotería y quería tirar sus presuntas pedreas a dar posiblemente en el ojo de cualquiera que moviera su opinión con el derecho que por supuesto le asiste.

Parecido les pasa a muchos políticos que confunden sus deseos con los de su electorado.  Y ni todos los de izquierdas perdemos el sueño por la república, ni entonamos “Galapagar, mon amour”.

En política los Reyes Magos, Santa o el Olentzero, entre otros, como autónomos que deben ser, solo vienen en las elecciones. Y ya hay bastante carbón acumulado para repartir. Y que luego nadie se queje de que las izq¡uierdas ya no llegan al mínimo para seguir mandando. Como decía aquel  anuncio de la Dirección General de Tráfico: Las imprudencias se pagan.

Por lo demás, estos días y con el frío que hace me acuerdo mucho de las llamadas colas del hambre, y de esos hogares que llevan meses sin electricidad, y con lo que es peor, sin ningún atisbo de que la cosa mejore… ¿Feliz Navidad?

*FOTO: DE LA RED

jueves, 12 de octubre de 2017

CUANDO LA MANTA SE ROMPE


Algunas veces este vecino del mundo tiene la sensación de que más que débil de ideas para el blog, está yermo. Sin embargo, en cualquier momento, como hoy, alguien viene, en forma de declaraciones y parece transformarse en un brazo muy largo cuya mano llega a tu lengua y comienza a tirar de ella hasta que sientes una necesidad inmensa de “inaugurar” otro artículo, lo prefiero a “post", aunque no sean exactamente lo mismo.

Esta mañana, estaba ojeando mi cuenta de Twitter (@PATXIPE), cuando una joven actriz a la que sigo porque me parecen muy juiciosas sus apreciaciones personales, adjuntaba como idea a 

Hombres de la política y de las mesas de debate, un apunte:

Un hombre comienza a ser interesante cuando aprende a dudar.                                                        
                                                         Carmen Rico-Godoy

Este vecino del mundo, que siempre se aplica el cuento de todo, incluso a modo de conejillo de indias, ha llegado a una rápida conclusión:
-No hay duda, yo soy interesantísimo.

Lo que ocurre es que hace tan solo unas semanas, lo ha recordado inmediatamente, coincidió con una excompañera de trabajo, y siempre sabes si tienes química con alguien, y con ella, siempre se había adivinado, que de haber habido algo, hubiera sido “armas químicas”, por estar uno en las antípodas del otro. Y tras estar un rato hablando, ella me confesó “siempre he sabido que eras una buena persona, pero (era inevitable que apareciera el “pero” a modo de indicación de que ahora venía la bofetada) eres muy indeciso”.

Está claro que ella nunca ha llegado a plantearse, ni remotamente, que quizás nos seguimos hablando precisamente por eso, porque algunas veces tras la indecisión se esconde el saber a qué conduce el paso al frente, y en su caso, o en el mío, sólo hubiera sido el leernos las famosas “verdades del barquero”. Y  ya se sabe que  “barquero” es todo aquel que coge el mando del relato, e inefablemente el de protagonista y, por supuesto, héroe de la historia, porque siempre la cuenta, de otra manera es cuando menos más infrecuente, desde su punto de vista.

Está claro que la persona, con su buen deseo que ha originado este artículo, se estaba refiriendo a lo que ocurre entre el Gobierno Catalán y el Central, pero uno, este vecino, siempre relaciona todo, en primer lugar, con lo que tiene; y a la mayoría ya sólo nos quedan los recuerdos.

Con respecto a Cataluña, este vecino, sin ser politólogo, ni historiador, ni mucho menos futurólogo, está convencido de que este asunto tiene mucho que ver con lo ocurrido a los británicos y su Brexit.

Siempre tan cuidados, con medidas especiales, y ojo, aviso para los que no me conocen, soy vasco, y todo ésto, no me trae de nuevas, porque siempre nos han hecho sentir, a los vascos en general, como dentro de un polvorín, llega un momento en el que te puedes creer imprescindible, e incluso el rey, perdón, en este caso el republicano de la fiesta. Hasta que tiras tanto de la manta, para intentar quedartela, que se rompe, y con la avanzadilla que llevabas te quedas al borde de la nada. Y sino, lo dicho, que se lo pregunten a los británicos, que de ser, al menos ellos así lo creían, el ombligo del mundo, han pasado a tener el trasero muy prieto.

*FOTO: DE LA RED
 IDEA: PATXIPE



domingo, 20 de marzo de 2016

FELICIDAD, ¿MAPA DE UNA UTOPÍA?


De un tiempo a esta parte parece que se quiere etiquetar todo, y por eso  ahora muchos días están “esponsorizados” por tal o cual estamento para dedicarlo a un asunto determinado…


Ahora resulta que hoy, y declarado por Las Naciones Unidas desde el 2013, es el DÍA INTERNACIONAL DE LA FELICIDAD, así en mayúsculas. Un amigo me diría con mucha sorna, que entonces es el día de la utopía.


De todas maneras, me pregunto ¿Hay que ser feliz, el que lo consiga, solo en su fuero interno, o que se note que eres feliz? Porque llegados a este punto me acuerdo del torero, y padre de la ahora saga “Bosé”, Luis Miguel Dominguín, que cuando se acostó con la mujer, se supone, más bella del mundo, en  aquel entonces, Ava Gardner, él no fue feliz hasta que lo contó, que no tardó, por cierto, nada en hacerlo. Por lo que deducimos que en el caso del torero, en ese momento al menos, para ser felíz él debía, cuando menos, dar envidia a los demás.


Sinceramente, tal como está el mundo actualmente, el que diga que es feliz creo que puede tener muchas dosis de egoísmo, no mirando más allá de su ombligo, y no quiero enlazar con el párrafo anterior, aunque quizás tenga mucho de ello también.


Con la cantidad de personas, y que muchas veces olvidamos que lo son, rebajándolas  a simples cifras, que tienen que huir de sus lugares de origen por los conflictos que están sufriendo, no se puede decir que el terreno esté abonado para ser feliz.


Si ponemos a la felicidad por bandera, hoy, y tristemente, diría que debería de estar a media asta como condena a perpetuidad.

Creo que no se puede, y quizás incluso por respeto a los demás,  pedir ser feliz, como diría un pijo, “full time”, a jornada completa, porque además eso parecería un trabajo (de profesión: feliz), o incluso una condena.


Hay momentos de felicidad, sin duda los hay, una mirada, un buen paseo, especialmente con la persona a la que quieres, una velada...


Hoy por ejemplo, en el accidente de Fernando Alonso, si fuera una receta para hacer un cóctel, ha tenido doble y mitad de extra-suerte etiqueta negra, y un cuarto de alivio, pero felicidad, es otra cosa. Incluso, y en una opinión muy personal de este vecino del mundo, requisito indispensable de la felicidad es que ocurra en pequeños periodos de tiempo, más bien, en momentos. 


Si hubiera alguien que fuera feliz las veinticuatro horas del día, todos los días del año, correría el riesgo de acostumbrarse, y ya no sería plenamente feliz, ya que si la felicidad fuera un medicamento, en mi opinión, se debería de usar en pequeñas dosis, quizás para no acostumbrarse, y dejar de disfrutarla.


Ya para terminar diré que, personalmente,  cada vez que oigo hablar de “felicidad”,  y cómo conseguirla, me imagino vestido como un explorador, con salacot incluido, y con un pico y una pala, para currarse su búsqueda.


Quizás, lo más triste de estos momentos que estamos viviendo, en una España cogida con alfileres, por todo lo que se han llevado unos cuantos y lo que nos han quitado a la mayoría, que no siempre es lo mismo, llamarse “feliz” puede ser cuando menos una falta de tacto.


Este vecino del mundo es más partidario, en contra de la opinión de muchos, de que la felicidad no está en la acumulación de cosas, o incluso de dinero, sino que  es un estado de ánimo. Por eso, una vez oí una frase que me gustó mucho, y que aquí viene, como diría un cursi, pintiparada:


Hoy no sabía qué ponerme… y me puse contento.”


*FOTO: DE LA RED

martes, 7 de abril de 2015

BASÁNDONOS EN LAS CIFRAS



Un día sí y el otro también nos despertamos, o mejor nos despiertan, con cifras. Ayer fueron las del paro. A destacar el detalle de que Euskadi es la única autonomía en la que ha subido el paro. Con lo propensos que solemos ser a mirarnos el ombligo, qué diremos ahora sobre el espíritu emprendedor vasco. Mejor no preguntar, porque al final como siempre la culpa la tendrá el consumidor; en este caso, el sufridor, el currito de siempre, que seguro que ahora dirán de él que no quiere trabajar…

Hoy, olvidadas ya las cifras del paro, por aquello del muerto al hoyo y el vivo a donde le dejen, nos aseguran que según un estudio las personas que realizan una actividad intensa (hacen running, aeróbicos o tenis de competición) durante el 30% de su entrenamiento semanal, tienen una tasa de mortandad del 9 al 13% más baja que los que hacen ejercicio moderado.

El estudio al parecer se ha realizado, durante más de seis años, por investigadores australianos, y basado en la experiencia de más de 200.000 adultos de más de 45 años. 

A este vecino del mundo lo que más le gusta del estudio realizado, por un tal Klaus Gebel del Centro para la prevención de enfermedades crónicas de la universidad James Cook, es cómo termina su estudio. Según las propias palabras  del investigador: -Quienes tienen alguna limitación médica, ancianos en general y los que nunca realizaron una actividad física intensa o ejercicio, siempre es importante consultar a un médico.

El mecanismo del cerebro humano es todo un misterio, y este vecino del mundo, tras el citado estudio, se ha acordado de aquellas palabras que oyó una vez sobre la etnia gitana, no sé hasta qué punto verdaderas, y que decía que era costumbre a sus recién nacidos darles sopa de ajo. Que les hacía más fuertes y les daba una especie de inmunidad  a muchas enfermedades.  Y en su momento llegué a la misma conclusión que he llegado ahora, tras el citado estudio: Al que sobrevive, en este caso al ejercicio intenso, en el anterior a la misma sopa de ajo.

De todas maneras, en el caso del estudio australiano me hubiera gustado saber también cómo calculan lo que hubiera vivido la gente sin hacer ese ejercicio tan fuerte.

Al final, con este estudio ocurre como con muchos gobiernos, dictan una norma, o una ley, y después si las cosas van mal, ellos en lugar de envainársela te dicen que la culpa es tuya. En este caso por no haber ido previamente al médico, en el caso de algún gobierno que conocemos, por haber vivido por encima de nuestras posibilidades.

Tengo un amigo, Josetxu, trabaja con el ganado de su caserío, y es un filósofo nato. La base de toda su ideología es: -Si no es macho, es hembra.

Al final nos van a hacer odiar hasta a los gimnasios, incluso a los bares que tienen esos gimnasios…

*FOTO: DE LA RED


sábado, 12 de octubre de 2013

LA HISPANIDAD Y SU PALCO

Uno de estos días atrás, en la mayoría de los hogares españoles, algún miembro de la familia habrá tenido que recalcar el hecho de que hoy, sábado, era fiesta, más que nada para asegurarse de que hubiera de todo en la cámara frigorífica para poder hincarle el diente. Y en más de algún hogar también, se habrán tenido que concentrar para llegar a la conclusión de que el sábado era fiesta por ser el día de la     hispanidad, un concepto que desde hace mucho tiempo, en esta España de las autonomías, huele a rancio y tiene, al menos se lo adjudicamos sin pestañear, ecos franquistas.
Hispanidad es un concepto que ya nos queda hueco, en una sociedad que quien más quien menos intenta aprender inglés, o finge que sabe, como alguna alcaldesa española. Mientras, esa misma cultura anglófila acusa a los españoles de inmensas tropelías durante la época del descubrimiento de América, como si tanto ingleses como americanos no tienen cuentas pendientes, los primeros con países conquistados, muchas veces les llaman “colonias”, será para que huela bien el estropicio, otras veces también dejan el trabajo más sucio a los “piratas”, y los segundos, los americanos, con los primeros habitantes de su continente y a los que, a la postre arrinconaron en su propio territorio. Resumiendo, que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
En esta España cabreada y tiesa por la crisis, solo tiene razón de ser este día, y visto por un vecino desde su atalaya, que aunque privilegiada, solo alcanza a ver lo que alcanza, y lo que le interesa, porque es el día de los que tienen la sartén por el mango, las fuerzas de orden público y la clase política.
En realidad, esta fiesta siempre ha sido un acto de mirarse al ombligo para recordar lo que fuimos, y que muchos intentan que nos avergoncemos de ello, y para otros el ver a dónde hemos caído, y que nos avergoncemos también. Eso sí, vestidos de fiesta, porque sea lo que sea y pase lo que pase, como dijo Ernest Hemingway, americano también, España siempre es una fiesta, aunque cada vez haya menos razones y medios para celebrar.
Quizás, y solo quizás, sea un símbolo también, de lo que fue y lo que queda, el palco de autoridades en el desfile de hoy en Madrid, porque más de uno que antes se pegaba por estar en primera fila, hoy pactaría con el diablo para que nadie le conociera.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 4 de octubre de 2013

PALABRA DE TANGO

“…que veinte años no es nada…” y a medida que vas cumpliendo años, lo que dice este tango se va quedando corto. Quizás al final somos no muy diferentes a una cebolla, que nos van saliendo capas, no se sabe muy bien si para protegernos del exterior, o es otra manera de mirarse al ombligo ir enroscándose sobre sí mismo.
“…que veinte años no es nada…” a lo sumo unas dos generaciones, lo suficiente para discutir entre ellas, y mientras unos llaman  a los otros retrógrados, éstos, creyéndose experimentados aprenden de sus propios errores. Y es que aquél que esté libre de pecado que tire la primera  piedra.
Hoy parece que este vecino se ha despertado pesimista. Los lectores más observadores se habrán dado cuenta que he dicho “despertado”, porque para “levantarse” tardas toda una vida, y eso, si lo consigues.
Lo importante quizás sea tener una idea exacta de cómo y dónde nos encontramos en cada momento de nuestras vidas. Eso, y tener realmente claro quiénes somos. Porque cuando nacemos, ni tenemos manual de instrucciones, ni batería de recambio, ni más vidas…pero lo realmente importante, y quizás se tarde toda una vida en comprender quiénes somos, y si podemos dar un golpe de timón para cambiar el rumbo de nuestras vidas, ya que lo que se adivina en el horizonte, allá en ultramar, no nos gusta.
“…que veinte años no es nada…” pero quizás es ya, en el mejor de los casos,  lo que nos queda por vivir, y para cambiar el desenlace de la novela de nuestra vida. Eso, si se puede elegir, el tipo de libro que pudiera ser nuestra vida. En el caso de este vecino, siempre ha preferido que fuera una novela, porque siempre pasan cosas, y no un libro de ensayo donde se juega con quimeras y con supuestos. Siempre es preferible vivir la vida propia, que emplear tu tiempo en estudiar la de los demás.
No hace falta ser muy sesudo, para al menos adivinar “…que veinte años no es nada…” porque ya no te da tiempo ni de terminar de pagar la hipoteca. Eso, si en su día tu viste suerte, o mala suerte, y te endiñaron una.

*FOTO: DE LA RED