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lunes, 1 de julio de 2019

JULIO Y SU RAYA



No sé si os pasará lo mismo que a este vecino del mundo. Pasar esa raya  ficticia que separa la primera parte del año a la segunda siempre me genera esa sensación de cómo están las expectativas creadas al comienzo de año, sobre los deberes a realizar para cambiar a mejor, se supone.

Si fuera justo, lo debería de resumir con una frase que con frecuencia empleaba esa gran filósofa, y doctorada por la Universidad de La Vida, que fue mi madre: “Caca de la vaca”. Tan sencillo como eso: Caca de la vaca. O en palabras más bonitas, pero que enmascaran o maquillan la realidad: Aquellos castillos en el aire, y será por el cambio climático o por lo que sea, cayeron, como cayó la inocencia de Casta, que se seguirá llamando, o mejor dicho llamándole, así pero que ya no lo es.

Quizás este sentimiento entre realista de las cosas que son como son, y ese poso humorístico con un regusto amargo es lo mejor, o menos malo, para seguir adelante bailando el tango de la vida cuando muchos de nosotros nacimos con menos ritmo que un caracol de piedra.

Tengo un amigo, otro filósofo, éste  lo es de las pocas tascas que van quedando, que ayer me decía que si la primera parte del año no ha sido muy allá, entendiendo por “allá” positiva, habrá que prepararse porque “segundas partes nunca fueron buenas”.

La verdad es que de siempre, estos meses de Julio e incluso Agosto me han alucinado por las declaraciones que suelen hacer a la alcachofa televisiva todo ese tipo de gente, famosa o famosilla, que realmente además nunca has tenido muy claro lo que hacen, partiendo de que hagan algo, salvo estar en primera línea de cámara.

Los más, y las más, de ellos suelen poner cara de sacrificio para decir “sacaremos unos días para descansar” y cuando menos, luego lo ratificas un año tras otro, con noticias que vas oyendo de aquí y de allá, que confunden el no trabajar con el descansar, ya que no perdonan ningún festejo, y siempre tienes la sensación de que están más ocupados que el resto del año.

Hemos cruzado la raya, pero habrá que andar con cuidado en no pasarse de ella. Porque entre otras cosas este vecino, al menos, ya tiene una edad que las cosas todavía todas, pero como hubiera dicho cualquier obispo, ya en pequeñas “diócesis”.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 14 de septiembre de 2017

NO "IMAGINE"


Sabía que estábamos en una mala época, para todo, sobre todo para hacerse rico de manera legal. Pero ya, al enterarme de la carta pastoral del Obispo Munilla en el que pone en la misma balanza al Daesh y a John Lennon con su Imagine, se me han caído los palos del sombrajo.  Y en cambio no ha hecho ninguna mención a esos curas, que recordando una canción de “La Orquesta Mondragón”, se les podía denominar “de los caramelos”, y que en vez de enseñar su fe, supuestamente enseñaban otras partes, que siempre se las ha denominado, como pudendas.  

Se suele decir que la música amansa a las fieras, pero parece ser que el Obispo de la diócesis donostiarra no opina lo mismo.

Ayer estaba hablando con mi vecina Gladis, sexagenaria y ex pía donde las hubiere, hasta que por alguna movida que tuvo con el párroco por póngame unas velas de más o de menos, a ser posible de las más caras que vendemos nosotros mismos, me dijo que al final todo se reduce a que John Lennon no compraba sus libros de texto, es un decir; que no “comulgaba”, tampoco es broma, con sus ideas era más que evidente, y seguro que lo de ponerse en bolas con la Ono para protestar, tampoco tuvo que ayudar.

Siempre me habían dicho, y estudié en un colegio de curas, que lo importante es como en La Bella y La Bestia, el interior, más allá de credos, y nunca mejor dicho, y religiones. Pero al final siempre se demuestra que hay que oficializarse y pagar todo tipo de tasas; y como Lennon era de todo menos practicante católico, la culpa siempre tiene la competencia, y si además va por libre, peor que peor.

Por eso debía de decir Gladis (mi Gladis, que sin duda tiene que tener el contador de los pecados sin inaugurar), lo de los libros de texto, porque al final es como las velas que le separaron a ella de la conducta oficial: si pasas por taquilla te homologamos.

No pierdo la esperanza de que el Obispo Munilla,  José Ignacio, en algún momento, y repleto del vino de misa, diga que la derecha española también tiene sus defectitos; pero ahora que lo pienso, esos, ya por definición, de bebés debieron de caer en una marmita de homologación, y son católicos, apostólicos y romanos. Se pueden equivocar, eso sí, pero sin ellos quererlo. Siempre, claro está, que nunca se les ocurra tocar sus posesiones aquí en la tierra.

Por mucho que me diga, que nos diga, el Obispo Munilla, del peligro de la letra de “Imagine”, tampoco veo a esa canción, como saliendo de los altavoces del infierno, para hacer más malos a los peores.


Quizás, lo peor de la canción de Lennon, a ojos de Munilla, sea que el título, idéntico en castellano, ese IMAGINE, suene a orden, a inventar, a improvisar,  por imperativo, nuevas propuestas de vida, y eso para la Iglesia, y para el poder establecido, siempre es un peligro. 

¿A quién se le hubiera podido ocurrir, sino es a John Lennon, utilizar una cama ... para protestar?

*FOTO: DE LA RED