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viernes, 19 de junio de 2020

A PROPÓSITO DE PABLO ALBORÁN



A propósito de Pablo Alborán, o mejor dicho, de sus declaraciones manifestándose homosexual, todo es cuestión de opiniones, pero para este vecino del mundo, parar las rotativas, o acercarse a los medios de comunicación para hablar solo de ello, de tu opción sexual, aunque sea, siempre se dice, para ayudar a otros muchos, especialmente fans, este vecino no cree que sea ayudar a normalizar el tema. 

Pareciera, llamenle malpensado a este vecino del mundo, que ese cambio de conducta de hasta ahora sólo querer hablar de su trabajo, pudiera estar motivado, seguramente no será el caso, a que alguien  hablara de ese tema, o no hablarlo, previa petición remunerada. 

En primer lugar, no se debería de dar importancia a ese asunto. No se habla de que uno es rubio, o moreno, cada cual es como es, o como quiere ser, por lo cual, la mejor manera de hablar del tema, de normalizarlo, sería darle la importancia que tiene, más bien poca. 

Por ejemplo, este vecino recuerda a Paco León en el programa de Bertín Osborne, hablando de su vida, comentó así de pasada, que hasta que conoció a su mujer, siempre había tenido ligues con hombres. Porque la vida va como va y en cualquier momento puedes conocer a alguien del que o de la que te enamoras, y circunstancialmente tiene un sexo u otro.

Otra persona que es un claro ejemplo de que ella lo tiene totalmente normalizado, y que cuando tiene que hablar se refiere a su novia, sin tapujos, es Anna  Castillo. En este caso, quizás pueda intervenir su juventud y que ella ya proviene de una época en que a los jóvenes, o los tomas o los dejas, porque debes de cambiar tú y tu opinión, en el caso en el que se te haga, como mínimo, muy raro esa opción sexual, porque ellos saben que no están para perder el tiempo dando explicaciones.

Tampoco, en opinión de este vecino, es de ayuda para normalizar la homosexualidad el hacer continuamente alarde de ello. Cosa que pasa,  en algún canal de televisión. Pero diría prácticamente el mismo discurso para aquel que esté diciendo continuamente que es muy macho, o a aquella que es una mujer, muy mujer.

Se comprende que tras muchos años de tener que vivir prácticamente en la clandestinidad haya al comienzo de la “normalización” una especie de eclosión aplastante, pero todo debería de tener, como se dice ahora en otro sentido, una nueva normalidad. Y no preguntar a alguien “¿Qué hora es?" Y te responda, prácticamente a la manera de Rajoy, "Yo soy  homosexual, y mucho homosexual".

Siempre se ha dicho que el movimiento se demuestra andando, …viviendo, …amando.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 18 de mayo de 2020

NOS DARÁN LAS UVAS...



Cada vez que nos toca cambiar de fase en el mundo "coronavirus", y hoy toca, al menos en Euskadi, parece un día de campo y tengo la mesa llena de sugerencias y contraindicaciones. Pasamos del “no poder hacer”, al “hacer aunque no te apetezca porque ahora toca”.

Al final, por aquello de la seguridad, creo que será mejor que en lugar de salir yo a pasear, o a lo que toque en ese momento que se supone tengo que hacer, quizás será mejor mandar al abogado de la familia, si tenemos abogado, o familia, o lo que quede de ella.

Entre estado de alarma y estado de alarma, nos van a dar las uvas otra vez, y nunca mejor dicho, con el agravante de que para mantener la distancia social o lo que sea que se llame entonces, uno de los dos presentadores de la Nochevieja del año que apenas se usó, prefiero pensar que ella, estará en la Puerta del Sol, y él con su capa, capando lo que se tercie, o se tenga, y nunca mejor dicho, a mano en algún recondito lugar de nuestra España vaciada.

Quizás, y a modo de resumen como se hace a final de cada año, y nosotros, recordad, ya estamos en nuestra nueva, como la normalidad, Puerta del Sol, este año la mayoría nos hemos sentido como Calimero, pequeños, húmedos e incomprendidos, y especialmente negros de tanto quejarnos y de no ver de dónde nos viene la película, o lo que sea que en ese momento nos están proyectando. 

Porque no sé vosotros, pero este vecino del mundo tiene la sensación de que no está viviendo la vida, sino que se la están contando, y como diría Rosalía: -malamente.

*FOTO: DE LA RED.




lunes, 27 de agosto de 2018

EMPAQUETANDO LA NADA



Ayer al atardecer caminando sin pretensiones por el paseo marítimo iba despidiéndome de lo que veía. No hay nada más melancólico que una palmera a media asta. Porque en estos días inciertos en los que las horas son importantes, sabes que de un día para otro los que te acompañan e incluso tú, ahora estás, pero mañana ya estás “devuelta a la normalidad”. Como si tus vacaciones hayan sido una especie de “asalto al Jardín de las delicias”.

Últimamente algún amigo me ha llamado al móvil, muy preocupado porque al leerme tenía serias dudas, según él, de estar usando “psicotrópicos”.

La verdad es que no sé si he arreglado el tema al decirle que la realidad es más peligrosa que esnifar pegamento. 

Si llega a vivir el bueno de Rafael Azcona, se hubiera vuelto al Edén donde sin duda estará eternamente, porque las cosas han tendido al superlativo hiperbólico (me acabo de despertar y todavía estoy con ramalazos de una vida que no es la mía en el día a día). 

Ya no se lleva el “buscarse la vida” si eres el hijo de un famosillo. Si no has seguido estudiando porque te quieres ganar la vida, y puedes, como tus padres, de exclusiva en exclusiva, nunca dirás, por ejemplo, que no haces nada. Sino que sorprenderás a todos,  proclamandote “influencer” de tu comunidad y "coacher" en gestión de tiempo libre.

Ahora somos especialistas en empaquetar la nada y ponerle un lazo vistoso al tocarse las pelotas, o al pelotazo, que aunque parecen muy diferentes, en realidad provienen de la misma familia.

Mientras escribo, me voy dando cuenta de que lo mismo que mi madre me prohibía bañar en la playa sin que pasaran tres horas de haber comido, me voy a tener que prohibir acercarme al ordenador si no se ha cumplido una hora desde que me levanté. Estoy convirtiendo el teclado en un arma de destrucción masiva. 

Además, no se puede regalar nada, ni siquiera tus tribulaciones. Hay que guardarlas y en su momento darle forma de “memorias”. Tendrán un bonito precio si consigues hacerte famoso, que en realidad viene siendo la póliza antigua que se incrustaba en cualquier documento, y que ahora autentifica el valor de lo vivido. O eres famoso, o tu vida no vale nada.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 31 de agosto de 2013

RODEO DRIVE A LA DONOSTIARRA

Ha llegado el día. Con el atardecer este vecino del mundo cogerá un autobús que le devolverá a Donosti, y al llegar, pensará en aquel hogar-dulce-hogar, o el más normal, como-en-casa-en-ningún-sitio. Aunque en realidad, como en casa en muchos sitios, siempre que haya salud y dinero, ya que, en el fondo, es una manera de conformarse con lo que te toca ahora.
Antes para este vecino, y ya lo tiene explicado más de una vez, decir Torrevieja, era recordar el famoso programa de televisión “Un, dos, tres”, y su mejor premio: el famoso apartamento cerca de la playa. Desde hace unos años, Torrevieja es la palabra clave que se materializa en las vacaciones y unos días sin preocupaciones, y en los que se vive de día y de noche. Y mientras para los foráneos ir a Donosti significaría ir a una de las ciudades más bonitas del mundo, para este vecino con su atalaya desde la que normalmente os habla, con su sede social allí radicada, supone la cotidianidad, aunque en realidad sea como pasear por Rodeo Drive para alguien que vive en Beverly Hills. Ya sé que es un tanto exagerado, pero por los precios que tenemos que soportar durante todo el año, algo de razón me asiste. Y es que la costumbre es lo que tiene, asomarse a la playa de la Concha y comprobar que la isla, esa famosa isla, sigue en su sitio, y que, por ahora al menos, no se la han quedado los vizcaínos.
En este mes largo, he echado de menos mis pinceles, y el problema de cómo abordar un nuevo lienzo en blanco. Toda actividad, al ser retomada se coge con nuevos y renovados bríos, y seguro que los azules serán más brillantes en los nuevos paisajes, y los verdes se ceñirán en las hojas de los árboles, para secarse, a modo de recordatorio, y sugerir paisajes que durarán más vidas que la propia.
Emprender un viaje, como el de hoy, siempre, y a pesar de su cotidianidad, me originan unos nervios que solo se calmarán al cerrar la puerta de casa tras llegar. Y es que todo viaje implica un adiós y un reencuentro, lo triste con la alegre. Por eso, quizás, a la llegada de la La Parca se le compara con el comienzo de un viaje, y en el que todas las religiones, a su manera, se empeñan en que compres los billetes en sus oficinas, para lo que me temo pudiera ser el mayor timo de la historia, pero que nadie ha podido desvelarlo.
Como se decía en aquella trilogía cinematográfica, que luego por el poder del dólar se convirtió en dos trilogías, y lo que queda por venir, que la fuerza nos acompañe a todos, y que cuando vuelva a abrir mi atalaya espero reencontrarme con todos vosotros, y posibles nuevos invitados, porque la vida es para vivirla, y naturalmente para contarla. Y aquí, de contar, y de dialogar, sabemos mucho. Un abrazo, y hasta ahora...

*FOTO: DE LA RED