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domingo, 21 de enero de 2018

DE MASCOTAS Y DESEOS CUMPLIDOS...


He oído hoy en la radio que los españoles que tenemos mascota nos gastamos una media de 1200 euros al año en ellos

En nuestro caso (y no estoy hablando mayestáticamente, sino que en cuestión de mascotas al pertenecer al núcleo familiar, debo de hablar como uno más de la familia) sí creo que sea el caso ahora. También hay que destacar que “Afgano”, del que ya he hablado más de una vez en este blog, es un bichón frisé, que ya tiene diez años, y hace tiempo que comenzó con sus achaques. Durante años, aunque la que lleva la contabilidad de eso, como de casi todo, es La Nuri, mi sufrida, yo creo que habrá sido menos.

De todas maneras, y relacionado con este asunto es muy difícil hablar para los que no tienen una mascota, y no entienden cómo se les puede querer tanto, y sentir lo que se siente por ellos.

En nuestro caso, por cierto, el traerle fue un asunto muy meditado, como debiera de ser siempre, incluso la elección de la raza no fue al azar porque queríamos que nuestro “chucho” tuviera unas determinadas características, no físicas, sino que digamos que psicológicas, como sociable y responsable. Y por nuestra parte, también aceptamos una serie de compromisos, para repartirnos los diferentes horarios de pasear con el perro.

Acabo de hablar con La Nuri, y mientras a mí me parecía que los 1200 euros de marras los situaba más hacia la vejez de “Afgano”, ella me ha dicho  que esa cantidad de dinero nos hemos gastado, más o menos, en cualquier época de él.

También hay que aclarar que hay propietarios y propietarios, y diferentes mantenimientos de la mascota, y no es dicho desde la crítica sino de la realidad del día a día. Por ejemplo, hay gente  que mantiene  a su perro, o gato, dándole sus sobras. Nosotros siempre le hemos dado comida específica para su raza y condición, y recomendada por su veterinario.

La Nuri siempre ha creído, y no le falta razón, que tener un perro, por ejemplo, y que se me entienda, es tener siempre un niño, con sus cuidados, por ejemplo sus vacunas.

Comprendo también que hay todo tipo de comportamientos y de opiniones. Y que a aquel que igual le parece mucho gastarse ese dinero anualmente en una mascota, y que además se ría de ello, quizás, no se dé cuenta que él, o ella, puede tener "otro tipo de mascota o sustituto", como es el mantenimiento de su coche. Porque también hay quién en lugar de que el coche viva para él, él vive para el coche. Y tampoco es una crítica, sino la vida diaria.

Siempre he pensado y practicado eso de “vive y deja vivir”. Y si a unos nos da por cuidar mascotas e incluso de llenarles de mimos, pues bien, y si a otros les da por tener el coche tan cuidado que parece recién salido de la fábrica y sólo le falta la pegatina del precio, pues bien también por él.

Ahora mismo he recordado el caso de mi madre, uno de aquell@s niñ@s de la guerra, que fueron llevados en su caso a Francia, y que hubiera valido, sin apenas estudios pero nunca tonta, como buena ministra de economía. 

Nunca se le ha escapado nada y controlaba cada artículo a comprar en “su” casa. Pero siempre tuvo, ha tenido, un deseo, una aspiración, y cuando pudo se compró uno de esos relojes de pared, con su correspondiente “Tempus fugit”. Cada vez que daba las horas, la sonoridad de la casa no distaría mucho de la que se pudiera conseguir en El Vaticano, y ella, mi madre, siempre pequeñita, parecía crecer, o levitar, un palmo.


Lo dicho, vive y deja vivir.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 23 de mayo de 2016

EL MOMENTO EMOTIVO, Y SU CIRCO MEDIÁTICO




Los que siguen a este vecino del mundo ya saben que en nuestro ático normalmente no se habla de fútbol en su versión de deporte puro y duro (no por nada, sino porque hay prensa especializada), pero sí de alguna anécdota  que pudiera venir a colación. Y ayer este vecino estaba viendo los fastos de la Final de la Copa del Rey, siempre posicionado, a falta del equipo de sus amores (Real Sociedad), a favor del más débil,  y en este caso, claro está, del Sevilla, cuando observó y degustó “el momento de la noche” en opinión este vecino: el hijo de Messi con la camiseta como la de su padre, con su número, el 10, pero que sólo la puede llevar él, porque de nombre sólo llevaba PAPI.


Lo que ocurre, es que luego, ese cielo, se ensombreció primero con los nubarrones de la realidad,  qué hacen unos niños tan pequeños (porque también estaban los de los otros miembros de su equipo, los hijos de Piqué incluidos) a esas horas, entre la una y una y media de la madrugada, lejos además de su casa, porque estaban en Madrid. Si han ido hoy al colegio, lo habrán hecho no habiendo dormido sus horas, se supone, que reglamentarias.


Digamos que el momento emotivo duró unos segundos y todo lo siguiente fue de la más pura y dura revista del corazón. Porque con los niños, claro está, estaban madres, novias y… el cotilleo puro y duro. Si hubiera sido la Fórmula 1, el titular hubiera sido obvio, “su circo mediático”.

Y ahora viene una pregunta que me ronda desde el mismo momento en que vi todo lo referido en el párrafo anterior: ¿Dónde termina la celebración y empieza la ostentación de un cierto poder o estatus? ¿Los cimientos de un futuro por ser hijos de, novias de, mujer de?


Con un rictus de sonrisa congelada, y con ironía en vena, me pregunté ¿cuántas futuras estrellas de reality teníamos delante nuestro?, ya que para más inri la retransmisión se hacía por “Telefive”.


Hace años, famosos eran los futbolistas, actores y artistas varios, pero ahora ya lo son sus familias, y muchos viven de eso, de lo que lograron sus padres (dinero y presunto estatus). Pero, eso sí, cuando quieren, tanto unos como otros, se ponen al “amparo de su intimidad”. Como decía aquel viejo chiste “o semos, o no semos, pero ser somos”.


Sinceramente, si por ley hay que proteger al menor, hubiera sido deseable evitar esas imágenes de hijos pequeños. Como se evitó, presuntamente, dar demasiadas imágenes de esteladas, y culés demasiado culés, descafeinando convenientemente el lado político del tema. Y creo que se me entiende si digo que por otra parte se derrochó imágenes sevillistas como si no hubiera un mañana. Y recuerdo que desde el principio he dicho que éstos tenían mis simpatías.


Ahora,  y ya para terminar, voy a decir una perogrullada como una casa, pero la tengo que decir: una noticia, es una noticia, pero luego hay maneras de tratarla. Y ayer se dio un primer paso, y se va a entender perfectamente, para la creación, si todavía no está creado, cosa que lo dudo, del “Deporte Sálvame”.  Y eso puede ser muy peligroso, aunque también me temo que muy rentable, y razón importante para cuidar y alimentar ese peligroso germen.


*FOTO: DE LA RED




miércoles, 9 de septiembre de 2015

LOS PRIMEROS DE LA CLASE




¡Esto es acojonante! Que sí, que lo es. Que hace unas semanas, la mayoría de los países comunitarios se hacían los suecos, aunque no fueran de Suecia, con el goteo humano, camino de convertirse en chorro, que entraba por el sur de Europa. Pero, ahora, que se comprueba que los que entran por el Sur, tienen querencias de irse a Alemania y Gran Bretaña, algunos países, los mencionados especialmente, “se conciencian” de lo que está ocurriendo.

La foto de un niño de tres años ahogado en una playa ha sido el detonante de que la gente haya despertado su conciencia, y al ver el percal, los políticos de turno en lugar de ponerse a la cola, pues hacen lo de siempre, se ponen en cabeza, y parece que la idea ha sido suya, y que lo sienten así de toda la vida.

No va a ser este vecino del mundo el que ponga una pega a las ganas de ayudar a los migrantes, inmigrantes o refugiados por las guerras. Pero, ¡ojo!, no se trata de acoger, y me entenderéis, una mascota, ni sacarse una foto y pasar las Navidades juntos, y ya está.

Tampoco va a ser este vecino, el que recuerde que ya hay, y mucha, escasez en España, y que el hambre ya está instalada entre nosotros, y en muchos casos se disfraza de “apretarse el cinturón”. Porque los políticos que ahora se han puesto, viniendo desde atrás, los primeros en la cola de la indignación, son los mismos que llevan mucho tiempo siendo cicateros incluso con los que les votan, y especialmente con los que votan a otros partidos en su mismo país.

Ahora el Señor Rajoy está muy afligido con los avalanchas de personas, porque eso es lo que son, personas por encima de las cifras, que entran en Europa por algunos de sus puntos, y dónde antes apenas había cupos para poder acoger a gentes, sólo unos dos mil,  por el problema acuciante del paro, declarado por ellos mismos,  ahora se ve que el paseo con la Merkel le ha contagiado las ganas de ayudar, y ya se sabe que en cuestiones de quedar bien, podemos ser los primeros y por goleada, ahora ya no les parecen muchos, ni quince mil.

Seamos serios, las cosas no han cambiado en veinticuatro horas, o este vecino se ha perdido algo. El problema que tienen algunos países, como los sirios, está desde hace tiempo, pero los políticos con recolectar sus votos,y comprobar que nadie más se sienta en su sillón, ya tenían suficiente,  y ahora, la foto de un niño, que podía ser nuestro, les ha sacado los colores, que el niño ya no tenía.


Siempre se ha dicho que una foto (que este vecino del mundo no ha querido mostrar por ser mucho más que una simple imagen) vale por mil palabras, y las mil de esa foto, han sido de reproches para todos nosotros, y para los que nos debían de guiar, que en lo importante siempre andan por detrás, aunque luego jueguen a ser los primeros de la clase, de una clase que nunca han tenido.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 20 de abril de 2015

CLASIFICANDO LA TORPEZA



No damos abasto. Esta es la única expresión que se me ocurre ante todo lo que se nos acumula alrededor. Las malas noticias no cesan.

En política, corrupción que apesta. El Señor Rato ya nos está asombrando más que lo que dice su apellido, y lo último ha sido el descubrir que tenía más de setenta cuentas en diferentes bancos. Cualquier día de éstos se demostrará, presuntamente, que el nombre del Señor Rato es más fácil que aparezca en el Libro Guinness de los récords,  que como imputado.

En el ámbito exterior, la aparente  apatía de la mayoría de los gobiernos europeos, ante cientos de seres humanos muertos que se nos acumulan en aguas de mares que nos acarician tarde o temprano.

Y por si fuera poco, esa juventud que hoy, en Barcelona, representada por un niño de trece años, porque llamarle “chaval” queda grande, ha jugado a cazador de vidas, y ha terminado con la de un profesor mediante un machete, llevaba también una ballesta casera y un cóctel molotov, causando heridas graves a otras cuatro personas.

Este vecino del mundo siempre ha tenido claro, que si nos mantenemos con vida cada uno de nosotros, es por una serie de circunstancias, y principalmente por la conmiseración de los otros seres humanos. Y hoy uno, todavía un niño, no la ha tenido. Ahora, vendrán los entendidos, y tras arduos estudios nos dirán mil y un datos sobre lo que posiblemente le ha podido inducir a este final.

Se dice que le gustaba vestirse con ropas militares, y le encantaba tal o cual serie de televisión. Pero si algo tiene el ser humano es la libertad para poder elegir, y lo que miles de personas tienen por costumbre, ahora no se va a convertir en señal de una posible maldad.

Como la sabiduría popular diría: después de visto todo el mundo es listo. Y ahora, habrá quienes se quieran apuntar al carro de un linchamiento general al primero que se ponga en medio, o por acción o por omisión, a padres, profesores, a amigos, a las leyes establecidas…Porque lo que no nos gusta es todo aquello que no podemos explicar. Lo hecho hoy por ese niño en Barcelona, no tiene explicación, porque solo se da en la peor de las pesadillas.

Sin embargo, lo que está ocurriendo con esas personas que intentando conseguir un futuro mejor, se quedan sin futuro ante una muerte anticipada, tiene mucho que ver con la ambición desmedida de los que ponen unas barcas en mal estado a personas que pagan primero con el poco dinero que tienen, y luego en muchos casos incluso con su vida. Y mientras, los países europeos nos la cogemos con papel de fumar, se supone que para no dejar nuestras huellas, y parecemos demostrar con nuestro comportamiento, que lo que no ocurre dentro de nuestro propio país, no existe.

Hay días en que preferiría que me llamaran “perro” como excusa  para poder decir que yo no tengo nada que ver con semejante vergüenza que nos rodea, pero, entre otras cosas, mi perro tampoco tiene la culpa, y no sería justo, que un animal que está más abajo en la escala de la evolución cargue con algo que no le corresponde.

Y ante todo tipo de problemas, como los hoy expuestos, nos seguimos comportando como en la fábula, dudando entre si son galgos o podencos, o intentando explicar, explicarnos, si son "inmigrantes", "emigrantes" o simplemente "migrantes"; clasificando, antes de pasar a la acción por unos seres humanos, que en realidad, es lo que menos nos interesa.

*FOTO: DE LA RED


viernes, 13 de marzo de 2015

APRENDIENDO, O SER TONTO



¿No os ha ocurrido nunca que os pasáis todo el día buscando algo, un papel por ejemplo, sin ningún éxito, no está donde crees que lo dejaste, y en el momento en que cejáis en vuestro empeño, al cabo de varias horas, aparece? Hoy precisamente me ha vuelto a ocurrir, y le he encontrado un cierto paralelismo con la vida misma.

Me recuerda a ese momento en que estas alabando las excelencias  de un niño, de tu hijo pequeño por ejemplo, acaba de aprender a andar en bici, y lo comentas con tus amistades, porque tú, porque te da la gana, quieres creer que para la edad que tiene va muy adelantado, y le dices que lo haga delante de tus amigos, y él bajo ningún motivo se quiere montar en la bici. En ese momento, y es casualidad, no le apetece nada. Y cuando tus amigos ya se han ido, tu hijo no solo se da una vuelta con la bici sino que no para de pedir su inscripción en el Tour de France.

Y lo peor del cabreo por no poder encontrar algo que tú mismo has guardado, es eso, que has sido tú, y como normalmente te llevas bien contigo mismo, no queda más remedio que hacer uso del famoso “ajo y agua”.

Se podría hacer un paralelismo con el mundo de la política, y el no encontrar algo pudiera tener cierta semejanza con las promesas incumplidas de los partidos en el poder. Cuando se va acercando la siguiente cita electoral, y como se dice vulgarmente “ya está prácticamente todo el bacalao vendido”, el todavía presidente quiere seguir amarrado a su poltrona, y necesita un golpe de efecto, aunque muchos de sus decepcionados conciudadanos le quisieran dar otro tipo de golpe, y se decide por bajar los impuestos, eso sí, con cara de “tan pronto como he podido los he bajado. A mí tampoco me gustaba la medida. Toda la culpa es del anterior partido en el gobierno”.

Conviene ir aprendiendo de nuestros errores, más que nada para que no nos vuelvan a meter el mismo gol por la misma escuadra y agarrar el mismo cabreo. Pues como dirían en mi pueblo: Una cosa es ser tonto y otra cosa entrenarse para serlo más.  

Lo dicho, al final no me ha quedado más remedio que alegrarme por haber encontrado el papel que estaba buscando, y que no dejaba de ser una factura que había que pagar. Así están las cosas…



*FOTO: DE LA RED

martes, 10 de junio de 2014

EL LISTO DE TURNO

En estos tiempos de crisis se habla mucho de la gente que tiene que irse allende (me encanta esta palabra) nuestras fronteras para buscarse el sustento, y con este hecho se relaciona, también, la famosa fuga de cerebros.
Sin embargo, España más que por personas inteligentes, se caracteriza por “el listo de turno”, la famosa "picaresca" desde tiempos de "Lazarillo de Tormes". Vas caminando, y sin intención, das una patada a una piedra y te aparecen unos cuantos listos.
Esta mañana, sin ir más lejos, he entrado en la “tienda de cabecera”, al lado mismo de casa, y tras coger lo que tenía que coger, esperaba a la persona que estaba siendo atendida por la cajera, y cuando ya me tocaba, ha aparecido el listo de turno, que solo hubiera tenido que esperar a que pagara dos cosas que llevaba en la mano, y ha dicho que las manzanas que estaban en el mostrador eran suyas, y que le tocaba a él. Por supuesto, que traía una especie de bolsa de plástico con dos ruedas de la misma tienda, hasta los topes.
Con aparente frialdad, y sin levantar para nada la voz, le he dicho mientras le miraba a la cajera y le guiñaba un ojo: -Tranquilo, ya he aprendido la lección. La próxima vez, según entro, ya dejaré los calzoncillos o el peluquín, eso sí, bien limpios para que nadie proteste, y así luego no pierdo tiempo, como usted, que hay que hacer caso al dicho “El tiempo es oro”, y usted debe de ser millonario en tiempo ahorrado.
El señor ha puesto cara de que la fiesta no iba con él, o que era un extraterrestre acabado de aterrizar.
Y en esto de los listos hay que mencionar también a los que utilizan a sus hijos como patente de corso para colarse en cualquier sitio.
Vas a coger el autobús, respetando fielmente la cola, y como jugando, se cuela un niño a toda la fila, ¡benditos niños!, se sienta y ocupa el sitio para sus papás y para los amigos de los papás. ¡Casualidad! “El “urbano” ya no tiene sitio para sentarse. En ese  momento entran los cuatro adultos y con cara de no darle importancia, se sientan sin mirar siquiera si hay gente mayor a la que ceder el sitio. Y, ahora viene lo mejor, el niño con cara de ser el primero de la clase, va donde su madre, porque por su puesto él se ha quedado de pie, y le dice: -Mamá, lo he hecho bien ¿verdad?
Y como uno hace mucho tiempo que tomó la determinación de que es mejor que te tomen por maleducado que por tonto, le dice al niño eso sí con una sonrisa y entonación inocente: -Lo has hecho muy bien, no se ha notado que os habéis colado.
En ese momento la mujer se pone muy, muy roja, y su marido va a sacar el macho que lleva dentro, cuando ella le espeta a que lo deje estar.
El problema que crean los listos es que irremediablemente tiene que haber un tonto, y al menos a mí no me gusta que me tomen por tal cuando no me lo merezco.

*FOTO: DE LA RED

martes, 6 de mayo de 2014

EL DIABLO Y SU RABO

Mi madre siempre ha dicho eso de que “cuando el diablo no sabe qué hacer, mata moscas con el rabo”. Y de eso se ha acordado este vecino cuando se ha enterado de que en Rusia, como si no tuvieran suficiente con la que está montada en Ucrania, se va a castigar a todo aquel que utilice palabras malsonantes en los medios de comunicación, películas, piezas teatrales, espectáculos, conciertos, libros y obras de arte.
Este mismo lunes, Vladimir Putin ha promulgado una ley, que entrará en vigor el 1 de junio, con multas de 2.000 - 2.500 rublos (40-50 euros) para particulares, entre 4.000 - 4.500 rublos (80-90 euros) cargos públicos, y entre 40.000 y 50.000 rublos (800-1000 euros) para personas jurídicas. Y, curiosamente, debido a esta ley, y desde nuestro punto de vista, en castellano naturalmente, decir su apellido ya podría costar algún disgusto. Según parece expertos filólogos serán los que determinen si  las palabras o expresiones empleadas en cada caso son merecedoras de sanción, que irónicamente lo veremos como una manera curiosa de crear más puestos de trabajo.
A partir de ahora, y según la nueva ley, no debe de haber palabras malsonantes en actos públicos (artísticos, culturales, o de entretenimiento). Con relación a las películas, cintas conteniendo diálogos con “tacos” o palabras soeces,  no recibirán certificados para su exhibición en cines.
De todas maneras, puestos a insultar o hablar mal, lo importante en realidad nunca es el, al menos desde el punto de vista de este vecino, el significado de una palabra, que también, sino la intención con la que se dice. Porque malsonante, como todos sabemos, viene literalmente de “sonar mal”, y qué diferencia hay entre los fonemas de “puta, ruta, fruta”, todos suenan de una manera bastante similar.
Es conocido eso de que los niños siempre dicen la verdad, pese a quien pese, y desde su mentalidad hay momentos en que ellos expresan, aún sin saberlo, verdades como templos.
Este vecino conoce a un mocetón ahora, niño en el momento de lo que va a relatar, y que se supone que por haberlo oído alguna vez, atribuía a palabras acabadas en “ón el poder del insulto. Por eso, cuando se enfadaba, y empezaba a soltar una retahíla de improperios, según su mentalidad, para acabar con broche de oro, utilizaba su insulto más sonoro, la palabra “salchichón”. 
Según la nueva orden establecida por Putin, esta palabra pasaría la criba establecida, pero para el niño de entonces, “salchichón” solo hubiera ido dedicado al peor de los hombres malos, dicho además, y ésto es lo importante, con toda su intención.
Y ya para terminar, quién no recuerda, las escenas de "El gran dictador", en las que en un idioma inventado, el gran Charles Chaplin, da toda una exhibición de insultos, sin que, en realidad, se entienda nada. Está claro que el Señor Putin nunca ha visto esa película, porque seguro que tendría otro concepto de la palabra y su significado


*FOTOGRAMA: "EL GRAN DICTADOR".


martes, 8 de abril de 2014

EL APRENDIZ DE PETER PAN

No hay como un paseo por el campo para templar los ánimos, para ver la vida, con sus problemas, de otra manera. Y cuando este vecino se refiere al campo no es perderse por tierras que no están ni contempladas en el mapa, acompañado solo por una brújula y una cantimplora, sino que en este caso, y dado de que se encuentra en Ortuella, en el lado vizcaíno de su  vida a caballo de dos provincias, Guipúzcoa y Vizcaya, con solo andar una hora, uno se encuentra alejado de todo, al menos de su todo, que en realidad es muy poquito. Y quizás la vida es eso, una pura contradicción, hablar de todo cuando cada vez se tiene menos.
Habrá otras historias más interesantes, seguro, pero en el libro de tu vida, eres el protagonista, y has aprendido con los años, que quizás lo importante son los capítulos en sí, y que hay que vivirlos, cada uno de ellos, como si fuera el último, porque no sabes, en realidad, si de verdad lo será.
Estaba en ésas el vecino en el paseo de hoy, cuando ha visto a un niño, de poco más de un año, en esa época en que los niños andan marcando mucho los pasos y que parece que en cualquier momento se pueden caer, porque no saben qué hacer con su trasero, y les da problemas para guardar el equilibrio, cuando de repente ha “descubierto” su sombra en un pequeño momento de resol que ha habido, e intentaba escaparse de ella, como un aprendiz de Peter Pan. 
Y el vecino, ya en casa, ha llegado a la conclusión de que quizás la vida es eso mismo, un juego de luces y sombras, de creer ver y de lo que ves realmente.  De encontrar momentos mágicos entre momentos catalogados como “normales”, y saber vivirlos y saborearlos. Y por un momento, y aunque quizás no tenga relación, este vecino se ha acordado de aquel caballero de la Mancha, que confundía molinos con gigantes, y que quizás es bueno tener ese gramo de locura que hace la vida, sino más feliz, si al menos de dos lecturas.


*FOTO: DE LA RED

martes, 5 de noviembre de 2013

LA QUINIELA DE LOS NIÑOS

Con los años, y este vecino no va a descubrir nada al  decirlo, la vida se hace más corta, aunque no creo que sea sólo por la experiencia, sino por el “diseño” que se hace, últimamente,  de los días para vender o intentar vender.
Quien más y quien menos, recordará las navidades de su infancia, y especialmente por la cancioncilla de la lotería de Navidad, cantada por los Niños de San Ildefonso, que se oía el día 22 de Diciembre, los más viejos dirán que en la radio, y los más jóvenes en la televisión.
Aquella visión se va modificando con los años, y ahora ya sabemos que incluso podemos comprar esa lotería en las vacaciones de verano, el que tenga vacaciones, y el que distinga el verano del resto de las estaciones, quizás porque ande escaso de esperanza, y todos los días, tristemente, le parecen iguales.
El sábado pasado ya estaban mis sobrinos, de tres y cinco años, eligiendo sus regalos para el próximo Día de Reyes, y algunos de los lectores del vecino descubrirán con estas líneas que solo quedan dos meses. Y es que los fabricantes de juguetes, desde hace años ya, han tenido “la feliz idea” de editar catálogos de sus productos no para las tiendas, que sería lo normal, sino para el cliente final, que a la postre siempre es el niño.
De todas maneras, en este diseño entre oferta y demanda, hay un desfase entre el consumidor final, el niño o niña, y el que paga, el panoli, en forma de padres, tíos, o allegados varios,  por lo que el abrir un catálogo de juguetes se convierte en una especie de ruleta rusa, que al final no se sabe quién pasará por caja, aunque seguro que alguien tendrá que hacerlo.
Ya los niños están avisados que no podrán recibir todos los regalos que pidan, por lo que el catálogo de juguetes se convierte en una especie de quiniela para niños. Y alguno de los niños, ya presenta cierto grado agudo de inteligencia, y parte de que cuanto más pida, más es probable que reciba por aquello de “quien no llora…”.
 A grosso modo cada uno de ellos pidió unos siete regalos, más que nada para asegurarse de ser vistos en las oficinas reales. Mi sobrina, Laura, tres años, ya me dijo que era importante captar la atención de los pajes reales, por lo que ella les iba a enviar una carta con todo tipo de dibujos, nada más que para caerles bien, y facilitar de esa manera, la llegada del pedido.
El niño, su hermano, Raúl, aunque tiene cinco años, vive más en su mundo, un mundo de dragones con alas, y donde él es el héroe, y por eso mismo, por ser presuntamente valiente, y noble, ya piensa que se merece de todo…
Para que luego no digan que el futuro es de las mujeres…E incluso, acordándome de La Nuri, mi sufrida, el presente también, por la cuenta que nos trae a los hombres. 

*FOTO: DE LA RED

martes, 1 de octubre de 2013

SE LO VOY A DECIR A TU PADRE


De sobra es conocida esa teoría de que los niños tienden siempre a adorar a la madre, y las niñas al padre. Este vecino tras pensar mucho en su pasado, que se supone no debe diferir mucho del de la mayoría de vosotros, piensa que la figura paterna es esa gran desconocida, y estamos hablando de una época, que siempre hay que tener en cuenta, de mediados de los cincuenta a comienzos de los setenta, en la que haciendo un paralelismo con aquella cursi canción, pero pegadiza, de Julio Iglesias, este vecino pasó de niño a hombre.
Si a un matrimonio le quitas todo ese atalaje de amor y contigo-pan-y-cebolla, queda en realidad una sociedad diríamos que mercantil, en la que se reparten los roles entre los dos socios, uno es el poli bueno y el otro el malo, o la relaciones públicas y al que se suponía, y más por entonces, el amo del garito.
Si vamos haciendo un viaje introspectivo a nuestra niñez, la mayoría de las veces la figura materna queda suficientemente clara con todo tipo de imágenes, explicaciones y amenazas que todavía están dentro de nosotros. Sin embargo, el padre aparece poco, y la mayoría de las veces como repartidor de justicia.
Una de las frases que más hacía acordarnos de nuestro progenitor, es esa lanzada un día sí y el otro también por parte de nuestra madre cuando ciertamente al borde del paroxismo nos lanzaba aquel “se lo voy a decir a tu padre”. Y es que en el mundo de los niños, Dios siempre queda muy lejos,  y la mayoría de las veces encerrado en un templo y en una religión, y el que reparte justicia es el padre.
Como hubiera dicho una de mis abuelas, oír la palabra “padre” equivalía a que se me pararan los pulsos. Siempre me pareció enigmático ese presunto poder paterno, cuando luego muchas noches, y al llegar el susodicho a casa, recibía por razones que entonces se me escapaban, abundantes broncas por parte de mi madre, en forma de quejas, primero apresuradas, y luego más calmadas aunque con evidente aumento de decibelios.
Había algo que no lograba entender  un niño de entonces, entre el presunto poder de un padre,  y la leída de cartilla por parte de su mujer, que con el tiempo dio como resultado el pensamiento filial de que el padre tenía poder cuando se lo dejaba la madre.
Muchos años después y al conocer la célebre frase “la historia la cuentan los vencedores”, por unos instantes vi mi casa de la niñez convertida en una maqueta como la de los soldaditos de plomos en la que se libraba la batalla diaria de la vida, y en la que distinguí perfectamente quién lucía las medallas, y quién sin embargo el poder, aunque en ese momento su figura estaba junto a la cocina.

*FOTO: DE LA RED

martes, 17 de septiembre de 2013

CRÍA CUERVOS...Y ÉCHATE A TEMBLAR

Una de las frases de este siglo, del XXI, es esa de el mundo como aldea global, y mezclando un poco los términos, que si alguien se constipa en Florida, por ejemplo, otra persona como consecuencia de ello puede estornudar en Donosti, San Sebastián. Algo de eso me ha pasado estos días al enterarme de la noticia de esa niña de doce años, en Estados Unidos, que se ha suicidado, saltando al vacío, como consecuencia de, según parece, un ciber-acoso realizado por parte de otras niñas.
Siempre se ha utilizado la expresión “juego de niños” para referirse a algo inocuo, pero o ahora los niños no son tan niños pese a su edad, o en el tiempo en el que todavía deberían de jugar lo hacen con conceptos que no se prestan a ello pese a que haya videojuegos, por ejemplo, en los que sí puedan hacerlo. Y es que un niño, o una niña naturalmente, los conceptos son intercambiables, pueden ser muy crueles, porque dicen lo que piensan, sin cortapisas, aunque quizás en eso, los mayores, tengamos algo que decir.
Lo mismo que detrás de un gran hombre suele haber una gran mujer (una amiga mía, Toñi, luchadora feminista elevada a la enésima potencia, diría que detrás de un gran hombre hay una mujer grandemente sorprendida, pero de eso hablaremos otro día), detrás de un niño siempre deben de estar sus padres, especialmente con su ejemplo, porque en el mundo de los niños es más importante los gestos que las palabras.
Con los niños las únicas moralejas que funcionan son las de los cuentos, porque por lo demás, es más importante para ellos la imagen que la palabra. A un niño no le puedes enseñar ser un buen peatón por la boquilla, mientras luego te ve pasando los semáforos en rojo sin parpadear.
Hace muchos años ví una película española, dirigida por el televisivo Narciso Ibañez Serrado, titulada ¿Quién puede matar a un niño?, que bajo la forma de un cuento de terror, es más que todo eso, y en ella se puede comprobar como el arma más mortal que puede tener un niño es su rostro, su expresión, que te desarma, mientras su interior puede albergar de todo, y quizás ese todo se lo hemos permitido previamente nosotros, por aquello de Cría cuervos..., y lo triste es que muchas veces los ojos que sacan no son los nuestros, sino los de otros seres humanos, aunque sean niños también.

*FOTO: Fotograma de ¿Quién puede matar a un niño?

jueves, 5 de septiembre de 2013

URDANGARÍN, EL COLA-CAO, Y LA MARIPOSA

Recuerdo que mi madre siempre ha dicho que el “trabajo” de un niño es jugar. Por esa regla de tres, y ya es cosecha de este vecino del mundo, un joven normalmente tiende a ser, y para que nos entendamos, de izquierdas, queriendo dar la vuelta al mundo, literalmente y en el planteamiento de la sociedad actual, como si fuera un colador de esos antiguos para el café. Sin embargo, a medida que uno va adquiriendo algo de propiedad va tendiendo más a la derecha, a señorito/a de su cortijo.
Por otra parte, con respecto al corazón, se pasa de aquel amor platónico, y del contigo pan y cebolla, al hoy nos queremos tu y yo, pero mañana Dios, o el que sea, dirá.
A medida que uno va peinando canas, e incluso va dejando de peinarse porque no hay nada que peinar, va ampliando su diálogo consigo mismo delante del espejo cada mañana, y lo que hace años le parecía un anatema ahora ya no lo es tanto.
Cada persona tiene sus alarmas, y estas van sonando cada vez que hace algo que no está bien con su planteamiento vital. Sin embargo, poco a poco se van trucando esos límites, con todo tipo de excusas, como si el vecino lo hace por qué yo no, o si al final me voy a arrepentir por no haberlo hecho.
Todo esto viene a una encrucijada vital por la que estoy atravesando...
En mi casa, en la de mi madre, se ha tomado siempre cacao para desayunar, es decir, el Cola-Cao de toda la vida, aquel que como decía la celebre canción del negrito, es un desayuno y merienda ideal. Pues desde hace un tiempo, en mi casa, en la de la Nuri, con los aires nuevos de los miembros más jóvenes de la familia, han entrado también ideas nuevas, y con ellas el caos en forma de desayuno con Nesquik. Este vecino no tiene nada contra esa marca, pero se ha perdido ese gusto a pegada del boxeador y sprint del ciclista de la canción del Cola-Cao. Ésta es una bebida del pueblo, del albañil que se cuida, y la otra ya es más del señorito después de un día de pecado.
Además, no nos engañemos, Nesquik tiene acento suizo, y personalmente Suiza me recuerda a Urdangarin y compañía, y como que a este vecino se le revuelve el estómago y se le dispara la tensión, aunque es curioso que esa familia también tenga todos los boletos para que sean clientes del Cola-Cao por aquello de que parece que, presuntamente al menos, les gusta chupar del bote. Será el denominado “efecto mariposa”, ese que dice que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo. En la picaresca española sería algo así como si meten muchas personas la mano en caja ajena para llevárselo crudo, al final solo quedará la caja y el paisano de turno que pasaba por allí, y al que se le culpará por haber vivido alegremente en compañía de los suyos.
Por todo lo anterior, no voy a dejar de tomar Cola-Cao por la simple y comprensible razón de que no me da la gana, y por el mismo motivo que aunque no es políticamente correcto lanzar un eructo, lo bien que te quedas después es indescriptible, y porque sencillamente este vecino es así porque le sale, vamos, como el eructo.

*FOTO: DE LA RED