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domingo, 10 de mayo de 2020

EL TWITTER NUESTRO...



Normalmente me levanto por las mañanas, me preparo mis pastillas, mi zumo y me pongo delante del ordenador para ver cómo se nos presenta el día a través de varios diarios, y el Twitter nuestro que está más cerca del infierno que del cielo. Y después de todo esto, me despierto.

Hoy el viaje ha sido más que accidentado. Y la culpa ha sido de la foto que encabeza este artículo. Y no, no es la de Díaz Ayuso, en plan Virgen de Murillo, y a la sazón Presidenta de la Comu. de Madrid, como seguro que le gustaría decir a ella, entre medias verdades y confusión con la palabra “comu-lgar” al fondo. Y es que ella nunca da puntada sin hilo, o a lo mejor sí,  vaya usted a saber.

La foto que me ha impactado es la de ese individuo que se supone que viene, o va, en realidad da lo mismo, de una manifestación en Raleigh, Carolina del Norte

Son Fans de Trump que protestan contra el confinamiento. Qué mejor que un sándwich para desayunar, con un bazoka para bajar el hambre y el apetito de libertad de los demás.

A Trump también se le eligió en unas elecciones, se supone que democráticas, y no dignas de una mente como la de Stephen King.

En realidad, el futuro apocalíptico de finales de los setenta, con el comienzo de la saga “Mad Max”, hace tiempo que quedó en pañales. Y tristemente nuestro presente tiene bastante más de “Joker” pero en versión ultraviolenta si se puede.

No hay más peligroso que normalizar lo que siempre ha sido irracional. Porque si metes algo explosivo en tu vida, en tu bolsillo, y lo normalizas (la nueva normalidad, ¿os suena?), el día menos pensado te explotará. Y tus vecinos dirán aquello de “era una persona normal, tirando a simpático, y nunca dio ningún problema."

Mis pastillas, me faltan mis pastillas...

*FOTO: DE LA RED

lunes, 13 de febrero de 2017

¿DESCUBRIENDO A LA NUEVA TONTA DEL BOTE?



A medida que uno se va haciendo mayor, su mente como que se va “disipando” y borrando los pequeños detalles que le rodean. Hoy, sin ir más lejos, y es la pura realidad, estando en la ducha, y mientras me mojaba he descubierto que llevaba las gafas puestas…

Y es que uno no es perfecto. Dicho, lo cual, seguro que esa frase, “uno no es perfecto” serviría como base de defensa a todos esos, por no decir “epidemia”, que están en los juzgados, políticos de todo tipo de jerarquías, que muchos de ellos han servido de ejemplo para futuras generaciones, y que ahora no saben, no recuerdan.

Por cierto, hoy ha tenido que declarar Ana Mato, y en momentos como el de hoy, todos esos grupos feministas que se manifiestan en fechas señaladas, deberían de esperarla, es un decir, a la entrada y a la salida de los juzgados. Porque flaco favor hace ella  y otras esposas, como la del Señor Rato, que no se enteraban de nada, y lo peor, es que dan la sensación de que no les importaba el saber o no, sino que no han hecho esfuerzo por entender porque su cerebro no iba a dar para más. 

Sin ir más lejos, la mujer del Señor Rodrigo Rato le acompañaba a los bancos de Suiza, y ella ni se daba cuenta de que estaba en un “Banco”, y es que según las palabras de ella “los bancos suizos son de otra manera”. Por la manera de contestar de ella, este vecino del mundo llegó a la conclusión de que quizás en Suiza los bancos directamente te dan dinero por tu cara bonita…

Ya le he dicho muchas veces a La Nuri, mi sufrida, que a cambio de que este vecino del mundo no tenga un euro, ella al menos no es tonta, ni se le escapa nada, porque, le he dicho muchas veces, que por definición, la mente de las esposas de maridos ricos deben de ser “corta de luces”, y a lo mejor por ese motivo, ellos, los millonarios, también desgravan o tienen algún tipo de subvención. 

La Nuri, estoy seguro, cada vez que me escudriña la ropa, conoce mi caspa grano a grano, y si algún día alguna rubia, despampanante o no, o incluso rubia o no, intercambiara... granos de caspa con este vecino, lo detectaría antes de lo que se tarda en decir: ”Hoy duermes en el sofá, mañana te buscas la vida”.

De todas maneras, estoy convencido, que Ana Mato si algún cargo no hubiera podido ejercer es el de Directora General de Tráfico, porque tener uno o dos Jaguar en casa, y no darse cuenta, es de nota, mejor dicho, de dar la nota, o de reírse de todos, que uno ya no sabe.

Lo voy a decir por todas las Ana Matos que en España son, una cosa es ser la tonta del bote, y otra, darse el bote mientras tu voz interior te grita: ¡Sálvese el que pueda!


Os dejo por hoy, voy a comprobar si ya se me han secado las gafas, y con la esperanza de que todo lo que he creído ver, era por la suciedad de las lentes... Por oportunidades, que no sea.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 16 de enero de 2017

LOS GOBERNANTES DE MENTES


En el #diainternacionaldelacroqueta me da ganas de revindicar lo bueno que están las rabas, y si es en bocata, mejor, que mejor.

Lo anterior es un tweet que le ha salido del alma a este vecino del mundo, al enterarse de que era, es todavía, el "día internacional de la croqueta", momentos antes de que un algo interior, le motivara a escribir este post, y que quizás sea uno de los últimos vestigios, o  rasgos, que todavía lleva dentro de aquel joven protestón de los primeros años de la Democracia, en aquel famoso “contra Franco vivíamos mejor”.

Y es que cada uno puede ver la vida como quiera, pero algunas veces es muy evidente eso de que nos quieren gobernar, incluso en cualquiera de nuestros movimientos, con “mando a distancia”, y que nuestros pensamientos se muevan sólo por el terreno que los gobernantes de mentes quieran que nos movamos, una especie de alienación más o menos encubierta.  

Este vecino del mundo, si algo ha tenido claro siempre, es que la libertad se debe de practicar desde el pensamiento, y hacer lo que su “yo interior” verdaderamente le pide, porque ve, y quiere practicar su vida a su manera, siempre, claro está, y requisito indispensable, no altere la de los demás.

Nunca ha entendido este vecino, esas ganas de aparentar querer lo que se lleva “de moda” y no me refiero a artículos materiales, sino clichés de maneras de vivir. Y de que, por ejemplo, y soy consciente de que me puedo meter en un jardín, de que se defienda la vida de los animales, incluso por encima de la importancia de los seres humanos que te rodean. Como en el caso del niño taurino, que parece ser, para más de uno, su vida valía menos que la de los toros a los que defendía.

Si algo tiene de bueno, y nunca me arrepentiré, el llevar un blog, y ya van para más de seis años (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/08/otra-tarta-mas-y-su-significado.html), es que uno tiene la punta de su curiosidad siempre afilada, a la búsqueda del “tema del día”, en cualquier curva de su actividad diaria. Y hoy, el detalle de la croqueta, le ha llegado al alma a este vecino. Porque, entre otras cosas, y que no me pregunten por qué, porque no lo sé, llevo varios días añorando aquellas sopas de ajo, que comía en mi juventud, como herencia, plato muy barato y rico, de los años de la postguerra que vivieron mis padres.

Y lo mismo que me ha salido el tweet revindicando los calamares, tranquilamente podía haber pergeñado otro, revindicando la añorada sopa de ajo, y que cualquier día me la volveré hacer. Es más, se la dedicaré a modo honoris causa, en la intimidad de mi hogar, a Victoria Beckham, por aquellas declaraciones, que luego negó haberlas hecho, en las que decía que “España huele a ajo”. ¿Y qué pasa, si hubiera sido verdad?


Ya para terminar, y recordando a la Señora Becham y a los que intentan dirigir nuestros gustos y disgustos, daremos la receta de la sopa de ajos: ¡Ajo y agua! (Y pan duro, naturalmente)…

*FOTO: DE LA RED

sábado, 11 de junio de 2016

UNA PARÁBOLA EN ZAPATILLAS



Es curioso el poder asociativo que puede tener nuestra mente.


Esta misma mañana me preparaba a atacar el frigorífico a la hora del desayuno, cuando las ganas han podido con el orden, como la mayoría de las veces, y un frasco de guisantes a medio terminar ha caído al suelo. Naturalmente, por aquellas tonterías de la ley de la gravedad, se ha roto, y la verdad es que se veía venir, con un frasco que desde hace varios días pedía su libertad apareciendo por todas partes cada vez que quería coger algo.


Limpiando el desaguisado, y los guisantes, claro, a mi mente han venido, mientras observaba, por última vez espero, esas “caras” verdes y húmedas, y ahora viene la asociación de ideas a que me refería,  me he acordado de todos esos “amigos” que aparecen muy de vez en cuando, como si se despertaran de su hibernación, y tienen anotado en su calendario “Vamos a tocar los pies a Fulanito”. Y lo hacen como sin molestar, pero cuando se van, desgraciadamente no para siempre, Fulanito, que eres tú, tiene más problemas que antes, y una mala leche que te sale por las orejas. Y deseas tener una escoba gigante, y el coraje necesario, para barrer de tu mapa, y de todo mapa, a esos problemas disfrazados de amigos.


Un poco avergonzado (el vecino del mundo es como es), por haber sido tan malo para asociar a “amigos” con guisantes, me he preguntado por el por qué de esa asociación que más que atacarme a traición, me ha violado y hecho suyo, aunque sólo sea por unos minutos. Y tras ducharme, y ducharme, para limpiarme por dentro y por fuera, creo que he encontrado una respuesta: la influencia de la religión, y en este caso, de esa manía de explicarnos todo con parábolas, y atribuirle a una simple historia, un significado. Porque si a la parábola le quitamos todo el halo místico, o religioso, no deja de ser un cuento con su moraleja.


Sin olvidar, claro está, ese concepto de "culpa" con el que siempre se nos ha atacado, y en cierta manera, "domado", especialmente desde nuestra Iglesia. Espero que Dios me perdonará por todo lo dicho, ya si eso ...


Y mi parábola de hoy ha sido la del guisante, mediante la cual se nos “sugiere” no almacenar amistades que normalmente estarán ya caducadas; siendo, la mayoría de las veces sin darte cuenta, en una especie de sufridor del Síndrome de Diógenes; recopilador, más que de almas en pena, de almas que producen pena, y …sufrimiento.


Os dejo, por hoy, ya perdonareis. Voy a urgencias, porque parece que con el “flagelo” de los recuerdos y culpas, me he debido de exceder y tengo alguna heridita de …nada.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 12 de marzo de 2015

SOLEDAD EN LOS MARES DEL SUR



Soledad en los Mares del Sur”. En algún lugar he oído esa frase, o quizás la he soñado. Algunas veces vienen frases a la mente como restos de un eco que va muriendo, pistas de un pasado, o quizás de un futuro, que tienes que utilizar como piezas de un rompecabezas, y colocarlas en su debido lugar de tu mente.

“Soledad en los Mares del Sur”, tropical, pero soledad al fin y al cabo. Soledad teñida de azules de un mar perdido, aunque en este caso parece que el perdido soy yo, no sé si en los mares al sur de la nada o de un recuerdo que lucha por asomarse en la monotonía de la realidad. Soledad con sabor a sal, y poco a poco vas apareciendo en el lienzo de mi mente.

Soledad, eres tú. Hace tanto tiempo que ya no me acordaba. Fueron solamente siete días, una semana de un cruce de caminos que no nos juntaba, sino que nació separándonos. Soledad, era tu nombre, debe de seguir siendo tu nombre. Aquellos ojos de gata, con siete vidas diferentes, y ninguna para vivirla conmigo, siete pecados capitales en una capital de una provincia cualquiera. Y ni el lugar, ni el ambiente, ni siquiera el calor era tropical.

Poco a poco las imágenes se van enfocando. Una joven de mechas rubias y acaracoladas, un pelo frío para una piel tan morena como retadora. Dos miradas que no debieron de cruzarse, rompiendo el silencio de un paisaje prohibido. Un bar nuevo jugando a  antiguo, madera cara recreando el continente de unas vidas siempre ocupadas en el mañana. 


Creo recordar, otra pista del rompecabezas. Te pregunté por una dirección, y tú me dirigiste. Dirigiste mi vida durante siete días, y no volví a verte. Volví al bistró, diseño francés para una ciudad castellana, siete veces más, siempre el siete, y no estabas, nunca estabas. Y juré no volver a buscarte, no volver a recordarte, ni a ti, ni al bistró “Los Mares del Sur”, tan sugerente como equivocado. Un mensaje mecido por los mares del olvido para no llegar a ninguna parte, como su historia.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 23 de junio de 2014

¿CARA RARA? NO, ESTOY PENSANDO.

¿No os ha pasado nunca eso de que, sin darte cuenta, debes estar poniendo una cara muy rara, porque el que está al lado tuyo no tiene más remedio que preguntarte qué estás  pensando? Y lo peor no es eso. Lo peor es cuando en un alarde de honestidad respondes: -Nada. Pero, no queda ahí la cosa, porque  la respuesta podría ser aun peor si contestas: -Pues no sé.
En cambio, los blogueros, o "bloggers" si le damos un aire internacional, eso lo tenemos más fácil. Por ejemplo, este vecino del mundo para saber lo que le preocupa, lo que piensa habitualmente, no tiene nada más que leer su post diario, y así se entera de lo que le está preocupando. Y hay algunas veces, incluso, que no le ha gustado lo que ha escrito, y puede estar varios días sin hablarse, aunque se deje mensajes en el mismo blog.
Y es que la mente del hombre es muy compleja, y cuando este vecino del mundo dice “hombre” se refiere también a la “mujer”, que tampoco se escapa .
Cuando estamos mucho tiempo sin volver a un mismo sitio, por ejemplo, a nuestro pueblo, pensamos eso de “lo mayor que está menganito”, o “lo fondón que está fulanito”. Pero nunca pensamos en cómo nos habrá visto fulanito, o menganito a nosotros.
Y es que como nosotros somos el héroe de nuestra propia película, el héroe nunca ni se despeina, ni se constipa, ni hace el ridículo.
De todo esto quizá venga el misterioso hecho de que las leyes se han hecho para cumplirlas, pero siempre, naturalmente, los demás.
Ayer estaba esperando un autobús, que por cierto, creo que lo esperé por un montón de pasajeros, porque prácticamente estuve  casi una hora, y en frente de la marquesina, ya en el asfalto, estaba bien marcado en el suelo la palabra “bus”, que además no puedes poner por excusa que no entiendes ese idioma, porque es internacional, y un coche aparcó, no paró solo, sino que hizo la maniobra de aparcar encima de la palabra escrita en el suelo, para que no se viera.
En un principio este vecino dio el beneficio de la duda, y quizás pensando eso de que “será alguna urgencia”, porque eran más de las nueve de la noche, y al lado mismo había una farmacia abierta, dio un margen prudencial. Los dos hombres, de alrededor de los cuarenta, sin embargo, solo hablaban tranquilamente entre ellos, con risotadas incluidas, que, así, a la distancia, se podían traducir como “qué inteligentes somos, y qué tontos son los demás”.
Y cuando este vecino ya vio que la única urgencia que había era la de la cara dura que ambos tenían, y que un autobús acababa de parar en paralelo para que se bajaran varios pasajeros, sin que los dos se inmutaran, se acercó a ellos, y cuando les empezó a decir lo egoístas que eran, y que el cemento era menos duro que su rostro por aparcar en la parada del autobús, la expresión de ambos fue la misma que pondría un marciano al ver un desfile del Corpus Christi, vamos, de total incomprensión. Y, así, sin inmutarse, optaron, pero con tranquilidad, mucha tranquilidad, por irse con la música a otra parte.
Nos quejamos de los desmanes que nos hacen los banqueros, empresarios o políticos de turno, en el uso de su poder, y sin embargo, hay mucha gente de esa que se queja, que en cuanto roza ligeramente un poco de ese mismo poder, aunque sea encarnado en el volante de su coche, se convierte en otra persona, y no es, desgraciadamente, como en el caso de Clark Kent que se transforma en Superman para salvar a la humanidad, sino en un auténtico peligro de dos patas, repleto de egoísmo, y que solo piensa en que se aparte el otro.
Por cierto, y de acuerdo con lo comentado al principio, voy ahora mismo a leer mi blog, para ver lo que hoy me preocupa, porque al mirarme ahora mismo en el espejo, me acabo de dar cuenta de que estoy poniendo una cara muy rara y se me está alterando la tensión.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 7 de octubre de 2013

DE TAL PALO...

“De tal palo tal pastilla”. Es lo primero que me pasó por la mente al ver la cantidad de medicamentos que la Señora Gutiérrez, íntima amiga de mi madre se estaba endilgando.
En realidad -me aclaró ella- es medicina preventiva. Lo tomo para prevenir futuras carencias. Son extractos de todo tipo de plantas.
Y seguro que había pensado en que no le faltara de nada, porque para desayunar empezaba los prolegómenos, con las dichosas pastillas, media hora antes.
La Señora Gutiérrez era en realidad, como un personaje superviviente sacado de una novela de Agatha  Christie, y con mucho sentido del humor, por eso prosiguió diciendo: - Aunque de la principal carencia, que es la afectiva, no se puede prevenir con pastillas. Hace muchos años que me quedé viuda de mi Jorge, y a mi hija, Valentina, le veo muy poco desde que se casó con un biólogo americano. Pero para eso también he encontrado el antídoto. - Y bajando la voz mientras comenzaba a reírse, confesó - Y se llama “skype”. Unas gotitas de Skype por las mañanas, en forma, claro está, de videoconferencia, eso ya después de haber desayunado, y otras gotitas de Skype al anochecer, y como nueva. ¡Ah! Sin olvidar claro está de darle a mi vida un toque moderno, y para eso, - la Señora Gutiérrez comenzó a poner ojos picarones - no me voy a la cama sin haberme tomado un chupito de “licor de hierbas”. Ya sabéis, para hacer la digestión.
Por un momento, y tiempo después, me imaginé a muchas personas por la calle, vendadas y escayoladas, diciendo que en realidad no les pasaba nada, pero que su futurólogo de cabecera les había dicho que durante su vida iban a tener varios accidentes, otro tipo de medicina preventiva, se supone, y que por fechas de trabajo, les venía mejor ser enyesados ahora, que no tenían nada importante
que hacer. 
Y es que a lo mejor, con la crisis que nos ha caído encima, la lista de espera para que nos atiendan en los hospitales, dentro de un tiempo, será peor.
Este vecino del mundo también es partidario de prevenir, pero de otra manera, porque para él la mejor medicina es hablar abiertamente, en el caso de la Señora Gutiérrez por videoconferencia. En otros casos, con uno mismo, que aunque parezca lo más fácil, no lo es, y no irse a la cama con asuntos pendientes a modo de preocupaciones.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 2 de octubre de 2013

...RECUERDOS ENTRE BRUMA Y NIEVE



Los mejores viajes se hacen con la mente, recordando algún viaje anterior, o mediante la lectura rememorando algún viaje relatado en algún libro.
Esta mañana nos hemos despertado nuevamente con las cifras del paro. Resumiendo, que en el país de los ciegos, y uno no tiene nada contra la O.N.C.E., el tuerto es el rey, y que pronto llegará el momento en el que cese la cifra de parados, porque sencillamente España haya sido un negocio que se cierre por defunción del único en activo.
Lo del viaje mental referido al comienzo de este “post” es el que mi mente me ha “fletado” mientras leía las cifras de nuevos parados este mes.
Este vecino dejó de ser estudiante (aunque si tienes alguna inquietud por algo nunca dejarás de estudiar, al menos, digamos, de un modo amateur) a finales de los setenta, y recordando el film “Vente a Alemania, Pepe”, se fue a ver cómo era la vida allí fuera, a Londres.
Recuerdo que llegué un 29 de Noviembre, de 1978. El gran error fue pensar que como lo había estudiado, hablaba inglés. Lo único que ocurría es que el resto de los habitantes de aquella isla no habían compartido mi mismo profesor, y no entendía nada. A ésto se unió algún que otro pequeño detalle sin importancia, como que para las tres de la tarde prácticamente ya se hacía de noche, y de que nevaba copiosamente. Me tuve que “poner las pilas”, o dicho de una manera cursi, haciendo de tripas corazón, me prohibí tajantemente quedarme recluido en casa, es un decir lo de “casa”, y pertrechado con un libro callejero, me fui a conocer a los londinenses nativos, en el caso de que todavía quedara alguno.
En aquella época no se podía llegar a la pérfida Albión para trabajar, porque hacía falta el célebre permiso de trabajo, y sólo podías entrar como estudiante. Pero como se suele decir hecha la ley, hecha la trampa, y al matricularte como estudiante de inglés, tres horas diarias de lunes a viernes, siempre encontrabas algún trabajo “bajo manga”, que quiere decir en malas condiciones y escasamente remunerado.
Como en España todavía existía la mentalidad de haber salido de una guerra y de haberse buscado cada uno las habichuelas como había podido, no se hacía tan duro o al menos no podías quejarte abiertamente, porque cada uno llevaba su propia historia que te la podía “endiñar” en cualquier momento en que te encontraras bajo de moral.
Este vecino, se libró del servicio militar, y por eso no puede contar sus “historias de la mili”, ni hablar, como sus abuelos, del hambre de la guerra, pero sí de la soledad que pasó en un Londres que acababa de ser abandonado por el movimiento “punk”, y en el que comenzaban a aparecer  individuos con ganas de bailar sobre patines.
Quizás, algo que diferenció mi viaje al que ahora hacen los jóvenes, es que este vecino sabía perfectamente que tenía una fecha de caducidad, porque allí era muy difícil, sin permiso de trabajo, encontrar un trabajo a perpetuidad. Sin embargo, los jóvenes que se van ahora, no saben ni si volverán, y eso es más triste todavía.
Algo que aprendí de aquella época es que el individuo se sobrepone de casi todo, y que desde la barrera, como diría un torero, todo es bonito, y que conocí agente maravillosa, de la que ahora ignoro qué fue de ellos, pero que en su momento era una amistad para toda la vida

*ACUARELA: DE KUBI

miércoles, 18 de septiembre de 2013

UN BALCÓN PARA MR. SHERLOCK

Sin quererme poner trascendente diré que los mecanismos de la mente son inescrutables. Esta mañana como todas las mañanas me he levantado, y lo primero que he hecho ha sido abrir la puerta del balcón y salir a ver el tiempo que hacía, comprobando la actividad matutina. Es una manera de catar el día que ya ha llegado, y ver pistas que te pueden ayudar a afrontarlo.
No sé si por lo de las pistas, el caso es que mientras miraba la casa de enfrente, la misma casa de siempre, me ha dado por pensar en la variedad de balcones que hay, unos más ordenados que otros, y mediante esa idea no sé cómo he enlazado con Sherlock Holmes y he pensado que este personaje tras unos segundos de observación de cada balcón, nos informaría de los gustos, pecados y virtudes del propietario o arrendatario de cada casa, y rizando el rizo de su nombre con sus dos apellidos respectivos, y datos aproximados de la procedencia de sus padres. Y este vecino del mundo en unos segundos se ha transformado en una especie de ayudante de Mr. Sherlock, y de acuerdo con los dictados de mi mente, transmutada por unos instantes en el Sr. Holmes, he comenzado a estudiar con avidez algunos de los balcones.
La verdad es que la variedad es impresionante y cada uno de ellos un auténtico mundo. Algunos están totalmente ordenados, otros parecen un auténtico almacén con vistas a la calle. Algunos dan a entender que los propietarios no saben ni que tienen balcón, ni que de vez en cuando, sólo de vez en cuando, conviene adecentarlo un poco.
Un balcón, un sólo balcón, ha atraído mi atención. Estaba totalmente vacío, con la excepción de una foto en color, enmarcada a modo de cuadro, y colgada de la pared mirando hacia la calle. Era una mujer de mediana edad que sonreía, no sé si al infinito, o al vecino de enfrente.
Al principio me ha sorprendido, pero al cabo de un rato, en el que no paraba de mirarla, una sensación de inquietud iba creciendo en mí. Más que la foto en sí, era el significado de estar colgada-para-siempre, diría este vecino. Y es que salir un poco al balcón puede ser un privilegio, pero estar perpetuamente allí ya se convierte en castigo. Y esa sonrisa, sin motivo aparente, inducía a creer que, o no se había dado cuenta de su situación, o que lo que pasaba en el interior de su casa, nunca le había importado nada., y quizás había sido castigada, pero por quién, a perpetuidad.
Intentando escapar de mis pensamientos, he salido de mi balcón, y mientras cerraba la puerta, he cortado con mis pensamientos, intentando convencerme de que no hay cosa que más atraiga que aquello que no se comprende, aunque haya alguna razón obvia, si la hay, Pero si la encuentras, ese aura romántica de la historia se desvanecerá y se convertirá en algo mundano, tanto como el comienzo de otro día.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 17 de agosto de 2013

ALGO MÁS QUE PAYASOS

No sé si os pasa a vosotros también, pero cuando veo un rostro de alguien y estoy convencido de que le conozco de algo, mi mente inmediatamente juega a situarlo en algún lugar, en alguna circunstancia. Y, además, lo que veo es un alejamiento de ese rostro para intentar recordarlo en un ambiente, en un momento. En el argot cinematográfico pasaríamos de un primerísimo primer plano a una panorámica, con lo cual ya tendríamos más datos para recordar a esa persona, y en el momento que la conocí, y cómo.
Con el verano, la sensación déjà-vu es total, especialmente cuando has pasado los doce últimos agostos en el mismo lugar: Torrevieja.
Se puede decir, y nunca mejor dicho, que no hay nada nuevo bajo el sol. Tampoco es eso lo que este vecino del mundo busca, sino estar tranquilo en un lugar ya conocido, y cada vez más conocido, por gente de todo el mundo.
Últimamente, con tanto ruso al rededor, tengo la sensación de que en cualquier momento me voy a topar con el Doctor Zhivago mismo, con el rostro de un Omar Sharif inmenso.
¡Es curioso!, porque mientras al pueblo llano hace tiempo que se le puso mirando a Cuenca, con perdón por Cuenca que no tiene la culpa de nada, el gobierno se ha puesto por motu proprio, mirando a Gibraltar. Lo del pueblo, desgraciadamente, se entiende, porque ha llegado un momento en que entre impuestos anteriores, nuevos impuestos, aumento del I.V.A., choriceo administrativo tanto en directo como en diferido, la única opción que nos queda es mirar, y mirar a Cuenca hace tiempo que tiene connotaciones sexuales no consentidas sino impuest-as.
Sin embargo, lo de mirar a Gibraltar es periódico y tardío, amén de que no deja de ser un intento de cortina de humo para cambiar de tema, y lo triste es que ni quieren hacer nada, ni van a cambiar nada, en un grano que hace mucho tiempo que nos salió a todos los españoles, y por enquistarse, cada vez es más grande, y ya pronto tendrá hasta un puerto deportivo.
Este vecino nunca ha entendido como los británicos, que no quieren abandonar su espíritu isleño, y que trasladarse al continente es ir a Europa, porque ellos son continente aparte, con moneda propia, sin embargo, luego, tienen tanto apego a la geografía del sur de España, e intentan “mover” a las instituciones europeas por una supuestas irregularidades del gobierno español, cuando ellos, los ingleses, y los británicos en general, se han pasado siempre por el forro de sus caprichos las leyes internacionales, moldeándolas a su antojo.
Con las actuaciones de Gran Bretaña también tenía sensación de déjà-vu, hasta que un día me acordé de que lo mismo había visto hace muchos años en el circo.
Una vez viendo la actuación de un trío de payasos, uno de ellos atizaba unos tortazos impresionantes al otro, mientras el payaso listo de rostro blanco estaba despistado, y además, el mismo payaso que atizaba, luego empezaba a llorar estruéndosamente, mientras se acariciaba el moflete en el que supuestamente había recibido el monumental tortazo. El supuesto agresor, mientras tanto, se miraba las manos con ojos desorbitados, y cara de no comprender nada. Lo mismo que está ocurriendo ahora, y seguirá ocurriendo en el siglo que viene, a no ser que Gibraltar ya ocupe toda la península ibérica.

*FOTO: DE LA RED