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lunes, 12 de septiembre de 2016

EL FUTURO DE UNAS ALAS CORTADAS ...



Ayer tras enterarme, por esas noticias que están en los recovecos de los periódicos digitales, de que Luis Eduardo Aute está tristemente en coma, recordaba que él siempre ha sido uno de mis referentes, incluso cuando esa palabra, “referente”, no se utilizaba.


Y luego, este vecino con sus pensamientos siempre tiende a empeorar su entorno, me dio por pensar en los referentes que los jóvenes tienen ahora. Y si el futuro fuera el cielo de una ciudad, se tornó el más negro que pueda haber, de la ciudad más industrial en su día más arduo de trabajo.


Para los que rompíamos el huevo de la niñez a finales de los sesenta, principios de los setenta, nos interesaban las personas que luchaban por mejorar nuestro entorno (hay que recordar que todavía Franco y los suyos marcaban nuestra ley). Admirábamos a artistas, cantantes y actores,  que claramente se decantaban por buscar e intentar atrapar la utopía. Nos interesaba conseguir una vida mejor, pero no necesariamente en dinero, sino en cuestión de derechos; triunfaban los llamados "cantante protesta", y era por algo


Ahora, y por lo que veo en la juventud, sus referentes son deportistas triunfadores, no en la “ejecución de su trabajo”, con sangre, sudor y lágrimas, sino en su Paraíso conseguido. ¡Ojo! Este vecino del mundo no discute que se lo merezcan, por lo que generan de negocio, sino la imagen que se utiliza de ellos. 


Sin ir más lejos, en pleno eclosión de medallas para-olímpicas, dos de los periódicos deportivos más influyentes de este país se decantaban ayer, domingo, por una foto de Cristiano Ronaldo con su hijo disfrazados, disfrutando de una barbacoa con su equipo.


Y no nos engañemos, esos dos periódicos, y más, conocen muy bien los gustos de sus lectores, y no optaron por ofrecer la imagen de una estrella deportiva sudorosa y con gesto de dolor durante su esfuerzo realizado. 


Ahora, seamos realistas, se busca el triunfo fácil. Y para muchos jóvenes de ahora, triunfo significa dinero, fama y mujeres (lo mismo pero con hombres, si hablamos de ellas).


Y eso del esfuerzo, quizás, para muchos de ellos, es mejor bailar en una pista de una discoteca mientras intentas ligar a ser posible con una famosa, y si ha estado antes con otro famoso, muchísimo mejor. Luego, ya se intentará aparecer en algún reality de la Cadena Alegre, en la que todavía los no famosos, se puede comprobar una y otra vez, ya se conocen de antemano por haber recorrido las mismas aulas en la Universidad de la vida


Siempre recuerdo las palabras de uno de mis profesores: La vida nos da alas de mariposa para volar y conseguir nuestras metas, pero la misma vida te las va recortando. El problema viene, cuando con las alas intactas, coges una dirección equivocada, y al quedarte sin ellas, al cabo de los años, el lugar en el que caes, se supone que para siempre, dista mucho de ser aquel que deseabas; e incluso con el juicio que dan los años, ya no lo deseas.


Quizás, lo más adecuado, será ir escribiendo una plegaria por todos nosotros; por aquello de que más sabe el diablo por viejo, que por diablo, y lo que viene...

*FOTO: DE LA RED


jueves, 5 de septiembre de 2013

URDANGARÍN, EL COLA-CAO, Y LA MARIPOSA

Recuerdo que mi madre siempre ha dicho que el “trabajo” de un niño es jugar. Por esa regla de tres, y ya es cosecha de este vecino del mundo, un joven normalmente tiende a ser, y para que nos entendamos, de izquierdas, queriendo dar la vuelta al mundo, literalmente y en el planteamiento de la sociedad actual, como si fuera un colador de esos antiguos para el café. Sin embargo, a medida que uno va adquiriendo algo de propiedad va tendiendo más a la derecha, a señorito/a de su cortijo.
Por otra parte, con respecto al corazón, se pasa de aquel amor platónico, y del contigo pan y cebolla, al hoy nos queremos tu y yo, pero mañana Dios, o el que sea, dirá.
A medida que uno va peinando canas, e incluso va dejando de peinarse porque no hay nada que peinar, va ampliando su diálogo consigo mismo delante del espejo cada mañana, y lo que hace años le parecía un anatema ahora ya no lo es tanto.
Cada persona tiene sus alarmas, y estas van sonando cada vez que hace algo que no está bien con su planteamiento vital. Sin embargo, poco a poco se van trucando esos límites, con todo tipo de excusas, como si el vecino lo hace por qué yo no, o si al final me voy a arrepentir por no haberlo hecho.
Todo esto viene a una encrucijada vital por la que estoy atravesando...
En mi casa, en la de mi madre, se ha tomado siempre cacao para desayunar, es decir, el Cola-Cao de toda la vida, aquel que como decía la celebre canción del negrito, es un desayuno y merienda ideal. Pues desde hace un tiempo, en mi casa, en la de la Nuri, con los aires nuevos de los miembros más jóvenes de la familia, han entrado también ideas nuevas, y con ellas el caos en forma de desayuno con Nesquik. Este vecino no tiene nada contra esa marca, pero se ha perdido ese gusto a pegada del boxeador y sprint del ciclista de la canción del Cola-Cao. Ésta es una bebida del pueblo, del albañil que se cuida, y la otra ya es más del señorito después de un día de pecado.
Además, no nos engañemos, Nesquik tiene acento suizo, y personalmente Suiza me recuerda a Urdangarin y compañía, y como que a este vecino se le revuelve el estómago y se le dispara la tensión, aunque es curioso que esa familia también tenga todos los boletos para que sean clientes del Cola-Cao por aquello de que parece que, presuntamente al menos, les gusta chupar del bote. Será el denominado “efecto mariposa”, ese que dice que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo. En la picaresca española sería algo así como si meten muchas personas la mano en caja ajena para llevárselo crudo, al final solo quedará la caja y el paisano de turno que pasaba por allí, y al que se le culpará por haber vivido alegremente en compañía de los suyos.
Por todo lo anterior, no voy a dejar de tomar Cola-Cao por la simple y comprensible razón de que no me da la gana, y por el mismo motivo que aunque no es políticamente correcto lanzar un eructo, lo bien que te quedas después es indescriptible, y porque sencillamente este vecino es así porque le sale, vamos, como el eructo.

*FOTO: DE LA RED