Mostrando entradas con la etiqueta longaniza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta longaniza. Mostrar todas las entradas

martes, 12 de noviembre de 2019

RESACA DE SUEÑOS INCUMPLIDOS



Este vecino del mundo, tiene el ordenador encendido prácticamente las veinticuatro horas del día, con el “procesador de textos” (para no decir marcas) preparado para cazar ideas al vuelo. Uno nunca sabe dónde se esconden las musas, pero como alguien dijo, siempre te tienen que pillar trabajando.

Hoy, mañana para mis lectores, es ese famoso “día después” que la mayoría de las veces siempre tiene un sabor a resaca de sueños incumplidos. Y la resaca de hoy de “Ciudadanos” se ha llevado por delante al mismísimo Albert Rivera. Era de prever, porque el descalabro ha sido colosal. Es como ir a por patatas y volver a casa habiendo perdido hasta las escrituras del piso, porque en un momento dado se te cruzó el Casino, y no sabes decir que no…

Sólo que al Rivera le ha pasado al revés, porque se convirtió en el rey del “no”, y al final ese matrimonio con Pedro Sánchez que los mentideros de los empresarios acariciaban, tuvo menos futuro que Chiquito de la calzada, Don Gregorio, del que se cumplen dos años de su fallecimiento, como galán de telecomedia.

Viendo el mapa de la zona donde vivo, en Donosti, ha ganado el PSOE, según me dijeron los interventores ayer, concretamente en la mesa en la que estuve, normalmente ganan ellos. Seguidos por el PNV, UNIDAS PODEMOS y BILDU. Está claro que en nuestras mesas no triunfa el Ferrero Rocher, al que tampoco diría que no, sino algo con más sabor a pueblo, como un pintxo de chaca, que en algunos recetarios por internet, lo describen como “Pintxo Donosti”, y como se suele decir, algo tendrá el agua cuando la bendicen…

Por cierto, y ya para terminar, oigo en la radio a sesudos analistas políticos que achacan el tremendo ascenso de Vox, a la avaricia de los jubilados que no quieren perder lo que tienen.

Generalizar es siempre malo, y está más cerca de hablar por hablar que de blindarse de razones. Extremistas hay en todas partes, e incluso los ricos, o más que acomodados, y sus familiares, también se jubilan.
Dudo, por ejemplo, que esos jubilados que probaron las porras de los grises en los setenta, no solo en el País Vasco, sino en muchas zonas obreras, hayan cambiado sus miradas, políticas o no. Porque esos abuelos que están ayudando con sus “dineros” a los hijos y nietos, que están sufriendo, en el mejor de los casos, salarios mileuristas, o posiciones como hoy tengo contrato, mañana vaya usted a saber, crean que los de los tirantes rojo y gualda, les van a sacar las castañas del fuego, a lo mejor sí, pero para quitárselas y no pagarles nada por ellas.

Muchos de nuestros jubilados, recuerdan al menos por referencia, la famosa “época del hambre”, y saben que si no se buscan la vida ellos, al famoso perro atado con longaniza se lo va a llevar otro, siempre otro.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 2 de diciembre de 2016

YA ESTAMOS EN DICIEMBRE ... Y YO CON ESTOS PELOS


A este vecino del mundo siempre le ocurre igual. Para cuando se da cuenta, ya estamos en Diciembre. En muy pocos días nos han cambiado la decoración a nuestro alrededor, como a aquel niño que le dicen que le van a poner una moneda en su frente, apretándola bien, y si consigue andar con ella durante un minuto, sin que se le caiga, será suya. En ese minuto naturalmente descubre que le han tomado el pelo, y ya deja de ser un poco menos inocente… Y nosotros, sin embargo, seguimos sin ver el truco de “Ahora ya es Navidad”.  Pero seguro, que nos volverán a robar la cartera, aunque ya sea sólo lo único que nos quede, la cartera en sí misma...


Porque los problemas continúan, y si el resto del año no atan los perros con longaniza, mucho me temo que en Navidades tampoco atarán los renos ni con longaniza, ni con txistorra en el País Vasco, por mucho que seamos muy nuestros.


¿Y lo de los anuncios navideños? Sinceramente, ha llegado un momento en que este vecino ya está convencido de que van por libre. Uno se puede creer el argumento de “La guerra de las galaxias” y demás capítulos de la saga, pero lo de una Navidad perfecta, con destellos de luz por todas partes, y de casas inmensas, con mesas como calles de grandes repletas de delicatessen, ya ronda con la pornografía pura y dura.


Una de las empresas anunciadoras profetiza que estas Navidades pueden faltar sillas, haciendo un guiño a esa colección de familiares que pueden apuntarse a última hora, como esos hijos que pueden venir por Navidad…y que desde hace muchos años, ya forman parte de nuestro belén iconográfico navideño (vuelve a casa por Navidad).


Señores, seamos realistas, ni el PP, donde dije digo digo diego, se va a abstener de subir los impuestos ni siquiera en Navidad, ya se está viendo, ni todos los que se van aunque no sean emigrantes (ya que según el nuevo lenguaje político solo practican la “movilidad exterior”), volverán por Navidad. Porque después de volver, por Navidad y por los guionistas del anuncio, luego tendrán que regresar a ganarse las habichuelas, los espaguetis, el pastel de riñones, o la comida que sea típica en los lugares a los que se vieron forzados a viajar, y aunque "eso" no lo recoja el anuncio, será lo más costoso, de sentimiento y en "cash".


Que este año, según el anuncio, falten sillas sería el menor de los problemas porque entre familiares siempre se puede practicar los corrillos de pie mientras te pones morado de ricas viandas. Otra cosa es que te estés poniendo morado, o incluso lívido, por no comer, y te tenga que ayudar cualquier asociación de ayuda. Porque incluso con eso ya cuentan los políticos, y saben que donde no llegarán ellos, hay otros que lo harán. Y eso ya es jugar con una red moral, por la cual ya no se ponen rojos de vergüenza porque saben que otros, a la postre nosotros mismos, ayudarán.


Y es que ELLOS no pueden estar en todo. Lo cual, y visto lo visto, siempre es mejor, porque si estuvieran en todas partes, serían Dios. Hubieran nacido en Belén, entre la mula y el buey, y mucho, mucho me temo, que al final seríamos nosotros los que les tuviéramos que limpiar el trasero, y nunca mejor dicho.


Y convendréis conmigo, que ya bastante tenemos con lo que tenemos…


*FOTO: DE LA RED

viernes, 25 de noviembre de 2016

BLUFF FRIDAY, O GUARDA TU DINERO Y CORRE...



Hoy me ha pasado una cosa curiosa, y que me ha dado mucho qué pensar.


Este vecino del mundo tiene una especie de rito que lo cumple a rajatabla, y es que de lunes a viernes ve a las cuatro y media de la tarde una determinada serie española, de la que no va a dar el nombre, pero que es bastante fácil, sino de adivinar, si de dejar “el misterio” entre dos o tres nombres.


Hoy, a esa misma hora, me he quedado más que dormido o echando una cabezadita. Para ser fiel con la sensación tras despertarme, podría jurar que había sido narcotizado y había sufrido los síntomas por casi tres horas. No recordaba nada, y poco a poco he ido deduciendo, qué estaba haciendo anteriormente, por el sitio donde me he encontrado al “volver”, en el salón, delante de la televisión, pero con una gran sensación de amnesia, y de qué quizás "simplemente" he sido abducido.


Mi mente, siempre más allá de lo racional, me ha llevado a pensar en ese BLACK FRIDAY, del que ya estamos la mayoría  sintiendo las consecuencias, sino para algunos crematísticas, sí para todos publicitarias. Quizás esa asociación de conceptos, de ideas de la pérdida de consciencia de más de dos horas, con la pérdida de raciocinio, o quizás de juicio entre lo que sueñas, deseas, o realmente necesitas. Y que, al menos en España, en Estados Unidos visto desde la distancia parece que las ofertas son mejores, se mezcla, como siempre, las verdades con las falsas apariencias, e incluso con el timo. Lo que muchas veces, y ya lo anticipa este vecino del mundo, siempre le lleva a la misma conclusión, de que tenemos verdaderamente el tipo de gobierno que nos merecemos, porque como siempre se ha dicho: “aquí el que no corre, vuela”.


Esa sensación de “no es lo que parece, cariño”, que te está advirtiendo tu subconsciente con relación a la perorata que te está lanzando el vendedor o vendedora de turno, con la mejor de sus sonrisas, mientras te ves reflejado en la vitrina de enfrente,y compruebas que tienes un cuchillo clavado en tu espalda.


Este vecino del mundo habla ahora en primera persona, y empezó el tema hace exactamente dos días…


Tanto ver ofertas por todas partes de ese maldito Black Friday, que en España (lo advertían  en tiempos del franquismo con aquel “Spain is different”) ya lo convertimos como mínimo en una semana. 


Y este vecino del mundo ha caído también, llamando, por no decir nombres, a su proveedor de telefonía habitual, preguntándole a la mujer que me atendió, si tenía ofertas de móviles aprovechando el "Viernes Negro". Pero este vecino ya iba, como se suele decir, a tiro hecho. Y le interrogó por un modelo específico del que me dijo, que “ése no está en oferta, pero cuesta SÓLO 23 euros al mes, en 24 CÓMODAS mensualidades”. A lo que le contesté que “el mismo precio que en Junio pasado”, para que entendiera que seguía el tema. A lo que añadí, porque es verdad, que "además estoy harto, ya que no es lo mismo unas facturas que otras". A lo que ella me confesó que no entendía lo que quería decir. No es lo mismo - le aclaré- pagar una factura, de un cliente, que en realidad es una familia, por 80 euros al mes, lo cual es bastante asumible,  que otra factura, que en realidad es una persona que vive más sola que la una, y que él se lo guisa y él se lo come, y 80 euros, por lo tanto, ya es otra cosa más complicada.


Tras unos segundos de silencio por parte de mi interlocutora, me dijo que pasaría la nota a los “comerciales” y que ya me dirían algo. En ese momento me entró la risa, y tras pedir perdón, le expliqué el por qué de la risotada. Ya que me ha ocurrido lo mismo - le expliqué sinceramente - unas cinco veces, y tras tomarme nota, nunca me han vuelto a llamar para darme una contra-oferta.


Ayer, sólo veinticuatro horas después, y a la misma hora del día anterior, en lugar de llamarme un comercial, me llamó la misma persona que me había atendido anteriormente, haciéndome la siguiente oferta: 

-Usted paga ahora 72 euros al mes por sus servicios contratados. Yo le ofrezco el terminal que usted quiere y pagará a partir de ahora 82 euros al mes, durante dos años, en realidad, sólo 10 euros más, y al terminar el plazo, su factura quedará reducida a 59 en lugar de los 72 euros actuales. Eso sí, mientras se puede dar de baja de todo lo demás, pero si lo quiere hacer del móvil, tendrá que pagar por cada mes restante 23 euros hasta lo que quede de los dos años.



En  realidad, y lo comprobé al recibir la factura que tenía que firmar por e-mail, ya que como comprenderéis no me pude, ni quise, negar, yo pago la cantidad real, 23 euros, pero desde ahora mismo lo que antes pagaba por 72 euros, se convierte por arte de birlibirloque en 59, eso sí, con las mismas prestaciones, a excepción del servicio técnico del que me han "liberado", pero que prácticamente fui forzado a contratarlo por un año, ya que era la opción más barata, debido a una avería que tuve, y del que me quedaban unos nueve meses de “obligatoriedad”. Con lo cual, el cosquilleo por el nuevo "juguetito" queda más que menguado por ese ya comentado “cariño, no es lo que parece” que me ha lanzado nuevamente mi subconsciente, o ese dicho, que ya apenas se utiliza, pero los que ya tenemos cierta edad, seguimos teniéndolo grabado a fuego, ese “nadie ata los perros con longaniza”.


Ya para terminar, un simple consejo: Siempre que se trate de una oferta que no puedas rechazar, vete acompañado de tu abogado y de tu contable. No lo podrán arreglar, seguro, pero te acompañarán en el sentimiento..., que no es poco.


*FOTO: DE LA RED

martes, 21 de octubre de 2014

NIETOS DE CARPANTA

Descartada la idea de cortarme las venas por el bochorno acaecido una vez más en torno a la Real Sociedad y su manera de perder un partido en cuatro minutos, esta vez contra el Getafe, y además con la extraña sospecha de que sufrimos más por ello los seguidores que los propios jugadores, sopeso la idea de echarme a la bebida. Pero si algo bueno tiene una crisis, y estoy tan inmerso en ella que ni se me ve ni se me espera, es que uno no tiene dinero ni para agarrarse cogorzas.
Lo que nunca he comprendido es esa total contradicción que nos estrecha los bolsillos del ciudadano medio hasta límites insospechados, intentando además que trabajemos más por menos, con la aspiración de la patronal y del gobierno a que sigamos consumiendo, y más si es posible.
A mi personalmente que me expliquen el truco, porque tan mal va la cosa que prácticamente es imposible ahora utilizar esa expresión tan española como era “atar los perros con longaniza”. Porque perro se puede tener, pero más bien famélico y explorador, para buscarse la comida en algún otro sitio, pero lo que se dice longaniza, longaniza, más de uno seguro que cree que como mucho eso ya es una leyenda urbana.
Eso sí, este vecino del mundo sigue teniendo buen humor y predisposición a ello incluso como para reírse de sí mismo. Y por eso como lo que no mata, engorda, en este caso es al revés, y es aprovechar la susodicha crisis para intentar cuidarse el chasis con gimnasia puesta por uno, ya que el ayuno últimamente viene de serie
No sé si en muchos sitios ocurrirá como en la zona donde este vecino vive, en Amara, en Donosti, de todas las tiendas que antaño, eran muchas, vendían televisiones, ahora solo recuerdo que quedan dos, lo de más tienes que ir a las famosas grandes superficies, eso sí están abundando las tiendas de chinos que venden pequeños altavoces, cascos y  complementos tanto para los equipos de música, televisión, o móvil, pero eso sí, de marcas desconocidas, al menos para el común de los mortales, y eso es muy indicativo de cómo se encuentra el bolsillo del ciudadano medio. 
Además, seamos serios, hasta esos que han utilizado las tarjetas “black”, se les ve la patita y junto a grandes comilonas y ropa interior de encaje, hay detalles como el pagar el parking, o la compra en el “super”.que en el fondo denotan que son pobres de espíritu.  Y luego quieren que compremos más cantidad de más cosas.
En las próximas navidades, este vecino desde ahora mismo ya advierte, que tanto el Olentzero como Santa Claus y los mismos Reyes Magos, ya pueden andar con mucho cuidado porque a lo mejor les secuestran para pedir rescate de tan mal que está la famosa cosa, porque ya de nada sirve para amedrentarnos que nos digan eso de que si no nos portamos bien nos van a traer carbón, porque al menos eso se puede vender, y en el peor de los casos da calor, y no me refiero en la lumbre, porque quien más quien menos no tiene una cocina antigua para usarlo, pero sí para arrojarlo a modo de protesta lo más cerca posible del político de turno.
Por cierto, y ya para terminar, eso de que el hambre agudiza el ingenio, debe de ser verdad,  porque tengo un amigo, Rodri, que ese está más “canino” que este vecino, y comer, tiene ocasión de comer poco, y el tiempo que le queda, que es mucho, le ha dado por pensar, y lo hace profundamente. Lo último es que ayer me dijo que “Dios no existe”, y me lo dijo con rotundidad, y con el siguiente razonamiento:
-Todos éstos – me decía con voz baja, como quien cuenta un secreto, por los últimos implicados en las tarjetas “black”- siempre manejan buena información, más que tú y que yo, y si no les importa hacer todo tipo de chanchullos, y condenarse, según la iglesia católica, para toda la eternidad, es porque saben que el cielo y el infierno son un camelo.
Razonamiento simple, puede ser, pero que te deja con más de una mosca detrás de la oreja… Por cierto, es una pena que las moscas no tengan unos buenos muslos, como pollos, que se puedan comer. 
Lo que es la vida. Pasar de tener un poster en casa de Meg Ryan en "Cuando Harry encontró a Sally", a otro de Carpanta comiendo un muslo. ¡Cuestión de prioridades!

*FOTO: DE LA RED