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sábado, 7 de abril de 2018

EL PARTIDO DE SU VIDA: KELLYS CONTRA M. RAJOY



Esta semana que está terminando (a ver si es verdad), se ha caracterizado, como este vecino decía en su último post, por mil y un telones, mil y un temas que se tapaban unos a otros. 

El inefable, por cansino, Puigdemont y su aventura por las Alemanias, Cristina Cifuentes y su búsqueda del master nunca visto, y la lucha de Reinas en la Catedral de Palma, se han repartido el botín de la atención mediática, en detrimento de las Kellys y su reunión con Rajoy.

Quien más, quien menos, ya sabrá que bajo esa denominación (ellas mismas quisieron que su asociación a nivel nacional se llamara así, por ser “las Ke tienen que limpiar”) se agrupan las camareras de pisos de cualquier hotel que se precie.

Este vecino del mundo está convencido de que es el gremio más incomprendido, porque está considerado como “molesto” por los mismos clientes. O porque vienen cuando todavía estás en la habitación, o por todo lo contrario. Porque, por ejemplo, te acabas de meter entre pecho y espalda una comilona que la única manera de resistirla es pegarte una siesta de pijama y orinal, y al llegar a la habitación te encuentras que tu “Kelly” sin apenas poder respirar, porque ya anda tarde, está terminando de “domar” tu habitación. 

Lo comprobé en su momento en carne propia, una habitación desordenada puede ser más peligrosa que un león en el atardecer de una sabana. En un frío y nevado Londres, en Enero de 1979, este vecino del mundo estuvo trabajando, durante un mes mientras encontraba otra cosa, como Kelly en Harewood Hotel, junto al museo de cera. Es un puesto mal pagado y siempre a contra reloj entre basuras y malas caras.

Y ahora, por lo que parece, es aún peor porque todo lo que se externaliza va no a peor, sino de cráneo, y las Kellys hace tiempo que lo fueron, amparadas por una ley de trabajo de magnitudes draconianas. 

Tienen que luchar contra el tiempo, atmosférico y el del reloj de la “jefa de pisos”, e incluso contra su propia salud mermada por el frío y la continua humedad por los usos y costumbres que tiene el dejar todo como los “chorros del oro”.  Por eso una de las cinco trabajadoras que se reunió en La Moncloa le mostró que iba “enfajada” para poder soportar las condiciones extremas a las que están sometidas, muchas de ellas además medicadas, como comentado previamente.

Hasta para recibir la atención mediática han tenido, las Kellys muy mala suerte, porque encalladas entre dos temas propensos al cotilleo, "el de la Cifu y el de la guerra de reinas", esperemos que M. Rajoy, haciendo una excepción en su normal proceder, recuerde las condiciones que le han relatado, y que según sus propias palabras, ignoraba hasta ahora.

El problema para M. Rajoy, y ya lo digo desde el principio, es que si toma cartas en el asunto, sus amigos, los empresarios, seguro que se van a enfadar porque van a tener que “apoquinar” y ese verbo nunca les ha interesado conjugar al restringido gremio de los jefazos.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 2 de diciembre de 2016

YA ESTAMOS EN DICIEMBRE ... Y YO CON ESTOS PELOS


A este vecino del mundo siempre le ocurre igual. Para cuando se da cuenta, ya estamos en Diciembre. En muy pocos días nos han cambiado la decoración a nuestro alrededor, como a aquel niño que le dicen que le van a poner una moneda en su frente, apretándola bien, y si consigue andar con ella durante un minuto, sin que se le caiga, será suya. En ese minuto naturalmente descubre que le han tomado el pelo, y ya deja de ser un poco menos inocente… Y nosotros, sin embargo, seguimos sin ver el truco de “Ahora ya es Navidad”.  Pero seguro, que nos volverán a robar la cartera, aunque ya sea sólo lo único que nos quede, la cartera en sí misma...


Porque los problemas continúan, y si el resto del año no atan los perros con longaniza, mucho me temo que en Navidades tampoco atarán los renos ni con longaniza, ni con txistorra en el País Vasco, por mucho que seamos muy nuestros.


¿Y lo de los anuncios navideños? Sinceramente, ha llegado un momento en que este vecino ya está convencido de que van por libre. Uno se puede creer el argumento de “La guerra de las galaxias” y demás capítulos de la saga, pero lo de una Navidad perfecta, con destellos de luz por todas partes, y de casas inmensas, con mesas como calles de grandes repletas de delicatessen, ya ronda con la pornografía pura y dura.


Una de las empresas anunciadoras profetiza que estas Navidades pueden faltar sillas, haciendo un guiño a esa colección de familiares que pueden apuntarse a última hora, como esos hijos que pueden venir por Navidad…y que desde hace muchos años, ya forman parte de nuestro belén iconográfico navideño (vuelve a casa por Navidad).


Señores, seamos realistas, ni el PP, donde dije digo digo diego, se va a abstener de subir los impuestos ni siquiera en Navidad, ya se está viendo, ni todos los que se van aunque no sean emigrantes (ya que según el nuevo lenguaje político solo practican la “movilidad exterior”), volverán por Navidad. Porque después de volver, por Navidad y por los guionistas del anuncio, luego tendrán que regresar a ganarse las habichuelas, los espaguetis, el pastel de riñones, o la comida que sea típica en los lugares a los que se vieron forzados a viajar, y aunque "eso" no lo recoja el anuncio, será lo más costoso, de sentimiento y en "cash".


Que este año, según el anuncio, falten sillas sería el menor de los problemas porque entre familiares siempre se puede practicar los corrillos de pie mientras te pones morado de ricas viandas. Otra cosa es que te estés poniendo morado, o incluso lívido, por no comer, y te tenga que ayudar cualquier asociación de ayuda. Porque incluso con eso ya cuentan los políticos, y saben que donde no llegarán ellos, hay otros que lo harán. Y eso ya es jugar con una red moral, por la cual ya no se ponen rojos de vergüenza porque saben que otros, a la postre nosotros mismos, ayudarán.


Y es que ELLOS no pueden estar en todo. Lo cual, y visto lo visto, siempre es mejor, porque si estuvieran en todas partes, serían Dios. Hubieran nacido en Belén, entre la mula y el buey, y mucho, mucho me temo, que al final seríamos nosotros los que les tuviéramos que limpiar el trasero, y nunca mejor dicho.


Y convendréis conmigo, que ya bastante tenemos con lo que tenemos…


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 29 de mayo de 2013

LLUVIA EN BLANCO Y NEGRO

Siempre se ha dicho que la naturaleza es sabia, y viendo la cantidad de lluvia que estamos teniendo todo el tiempo, da la impresión de que es algo así como para limpiar todo lo malo que estamos haciendo.
Todos esos episodios de violencia de género, no se corresponden con esa amplitud de miras que se supone esta sociedad debe de tener, en una sociedad en la que hace muchos años desaparecieron aquellos periódicos de crónica negra. Más agua y cordura para que desaparezcan actitudes machistas que no solo son achacables al varón, sino a una manera de pensar que nos costará muchos años deshacernos de ella, y más agua que tiene que caer sobre nuestras vidas para borrar actitudes de posesión.
Turistas europeos que vienen a España para dar origen a una nueva vida, mediante inseminación in vitro, desaparecen para perder la suya mediante un horrible crimen. “Horrible” para recalcar lo terrible de un acto que es abominable en sí mismo. Agua para borrar todo vestigio de intento de coacción animal de la misma especie.
Lluvia de pobres que no están acostumbrados a serlo, y que no saben cómo comportarse de acuerdo con su nueva posición social, o por no tener ya posición social. Con Cáritas como empresa, por denominarla de alguna manera, boyante entre los restos de naufragios sociales, pidiendo más candidatos a ayudantes donde no se pide experiencia sino un corazón presto a romperse sintiendo corazones rotos.
Ancianos lanzando lluvia de improperios preferentes en un congreso sordo de derechas y paralítico de izquierdas que se pasa todo el día haciendo lo que a nadie en España importa, y el resto de Europa ignora.
Lluvia de puestos de trabajo en ayuntamientos que previamente han despedido a sus trabajadores, para que ahora laboren a cambio de algún incentivo y el dinero del paro.
Lluvia de ironía y crueldad en un mundo en blanco y negro, donde negras son las gotas y las lágrimas, y el blanco puede ser todo aquel que se mueve para reivindicar pensamientos que durante años no ha hecho falta reivindicarlos porque se suponía que era lo que tenía que ser.
Siempre se ha dicho que la naturaleza es sabía y a lo mejor hace falta un tsunami de buen juicio para acabar con pensamientos totalitarios en un mundo de francotiradores de sentimientos que nunca han pensado en asociarse para poder ser libres y morirse de soledad. 
Terriblemente triste pensar en un mundo de lluvia en blanco y negro, donde nunca podrá existir un sol amarillo, ni el verde esperanza.

*FOTO: DE LA RED