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domingo, 15 de enero de 2017

CAMPOS QUE DAN QUÉ PENSAR



Hoy he entrado en un periódico digital y lo primero que leo en una especie de ruleta rusa del destino es que la Cadena Alegre ha ganado mucha audiencia este viernes pasado con uno más de los docudrama de las Campos. aunque eso sí, hay que tener en cuenta, cosa que no dice ese periódico digital de marras, que esta semana tampoco ha habido (y ya van...) "Tu cara me suena".

“Docudrama” no sería el género exacto del programa,pero este vecino del mundo prefiere ese apelativo, porque en realidad sí es un drama, como diría un hijo mío, que a la peña le gusten estas cosas. Aunque en realidad, me imagino que mayoritariamente habrá sido un público femenino y adulto. Ya que a esas horas de un viernes cualquiera, lo que es la peña, peña, estaría en cualquier parque mal iluminado, pegándole al botellón. Lo cual también sería de analizar…

Como la Nuri mi sufrida estaba viéndolo, y no es excusa, para que yo reconociera o no, que vi el programa (lo hice unos diez minutos, más que nada para que mi mujer viera que le “acompañaba en el sentimiento”), y llegué a la conclusión, de que las mujeres toleran mucho más el acto de que una pareja, sea quien sea, se separe, si es ella la que toma la decisión de que ésto ocurra, porque ya parten de que sí lo ha hecho, es que o ya estaba hasta el gorro de su “acompañante por la vida”, o que tenía que soltar lastre para triunfar en el tipo de vida que ella deseaba.

Sin embargo, si un hombre lo hace, el público femenino es más de “Cómo ha podido hacer eso  y dejar una familia rota. El hombre (porque ellas son mucho de generalizar  y si un hombre les hace algo, eso está en el ADN masculino) siempre ha pensado con la otra “cabeza”. Y seguro que ya tiene alguna jovencilla en la recámara, porque “el hombre”, otra vez, nunca puede estar solo".

La verdad es que no quería hablar de esto, aunque no lo parezca, sino del hecho de cómo tiene que estar un país para que rompa audiencias, o casi, un programa del que si no estoy mal informado ya debe ser  el tercer o cuarto capítulo, de las andanzas de tres españolas, en busca de autor...
Muchas veces, especialmente cuando este vecino se cabrea, así en general, se suele referir a nuestra España, como un gran cortijo, con señoritos y curritos, pero, en realidad, “somos”, porque nadie se tiene que escaquear, vecinos de una gran escalera de vecinos donde nos hablamos a voces, y aprovechamos, además, si alguien no ha salido hoy al descansillo, para ponerle de todos los colores.

Es domingo, muy temprano, y la sombra de la depresión, lo noto, me está acechando.

Me voy a poner un poco de música, concretamente, de Andrea Motis, una joven jazzista, catalana, que pronto dará mucho que hablar, y que la recomiendo encarecidamente, y voy a contemplar, por la red, óleos ajenos, para que mis musas los sopesen y me alumbren sobre lo que debo buscar en el siguiente lienzo en blanco, que ya me está mirando…

No quiero dar una pose equivocada, no soy un erudito en nada, pero sé lo que no me gusta, y es mirar en el ombligo propio, o el ajeno, porque en el mejor de los casos encontrarás mucha porquería, al que algunos lo llamen docudrama, o simplemente “documental”, aunque los documentales, en general, tampoco tengan la culpa.

Si me buscáis para algo, ya sabéis por dónde no debéis hacerlo, aunque, por supuesto, este vecino del mundo, respeta todo tipo de opiniones. ¡Faltaría más!

*FOTO: DE LA RED