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jueves, 10 de agosto de 2017

SIETE AÑOS YA


Muy buenos días-tardes-noches,
Mi intención al escribir este blog es el crear un lazo de unión entre vosotros, que nunca sabré cuántos ni quiénes sois, y éste que os escribe, que se cree uno más de la especie humana, y que considera que sus opiniones pueden encontrar algún reflejo en vuestras vidas.
Es también mi intención que ésto sea una especie de diario, en cierta manera novelado, y que yo me evada de los problemas diarios mientras os hago quizás esbozar una sonrisa, con eso me daría por bien pagado.

Y…ya han pasado siete años de esos párrafos, de esas intenciones, que inauguraban este blog que ya avisaba desde ese primer momento que era un tanto novelado, como la vida misma, donde hay muchas verdades, tantas como personas interesadas.

Estos años han servido para comprobar que la realidad supera muchas veces la ficción, y que, a veces, si tuvieras que diferenciar en una ficticia rueda de reconocimiento qué es verdad y qué es mentira, más de una vez nos confundiríamos.

Sin ir más lejos, esa noticia que hemos conocido estos días, de que el ayuntamiento de Ponteareas, en Pontevedra, aprobó este lunes pasado la concesión de un plus de productividad a los funcionarios que hagan al menos el 90% de su jornada laboral, podría hacernos reír a carcajadas, con ese incentivo por hacer lo que se comprometieron a hacer cuando fueron contratados, sino fuera porque es real, y se conformen además, con un 10% de “escaqueo”.

Con noticias así, este vecino del mundo siempre recuerda esas películas con historias de Luis García Berlanga y Rafael Azcona, en las que las situaciones imaginadas serían más creíbles que las reales.

Siempre recordaré cuando en los comienzos de este blog, un compañero de trabajo (de ese al que me habían alejado mediante un ERE, y que en cierta manera fue la razón de inaugurar un blog que sirviera de terapia y de fuga), al enterarse de que tenía un blog, me preguntó quién me pagaba y cuánto ganaba. 

Hay preguntas que no sólo definen al que las hace, sino que pueden transformarle de persona a personaje.

Un blog, una ventana desde la que expresar ideas, sentimientos, opiniones, quizás no podrá cambiar el estado de las cosas, pero al menos puede servir para avisar a esos que forman parte de la actualidad, y que muchas veces se creen tan listos como para engañar a la mayoría, de que harán lo que quieran o los dejen, pero que nosotros nos hemos dado cuenta.


No hay peor opción que darlo todo por perdido, con esa cantinela  de “siempre ha sido así, y será”. Y en esas estamos, y estaremos.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 17 de noviembre de 2013

QUE DESCANSE EN PAZ, SI LE DEJAN (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


La película "¿Quién mató a Bambi?" está llena de buenas intenciones, pero que quedan en eso, en intenciones, porque no hay que confundir una película de desmadres, con una película desmadrada.
Se parte de una situación de equívocos, con una idea que puede ser original y refrescante, y se acaba equivocando al personal, en el que al final parece que solo importa una excusa para repartir mamporros, o romper algo.
Con esta película se demuestra que la factura técnica de las películas españolas no tiene por qué envidiar a las americanas, sin embargo desde el punto de vista de este vecino, el guion no está bien apuntalado y es muy enclenque para el metraje de la cinta.
Una plantilla de actores y actrices de la nueva ola del cine español al servicio de un Santiago Amodeo, que por momentos hace algún guiño al cine de Black Edwards, en una transmutación de aquel recordado “guateque” a una fiesta, mezcla de alta sociedad y Sodoma y Gomorra emporrada y en porretas.
Uno se pregunta qué hace una Carmina Barrios, madre de Paco León, tan desaprovechada en su breve aparición, como desaprovechado está tan bien un Pedro Mari Sánchez en  el papel de jefe,  y que en realidad es la razón de todo el argumento.
Una historia de equívocos, que al final solo equivoca al espectador y donde los destrozos llegan a destrozar la propia película.
Este vecino entró a la sala, previo pago claro, con la sana intención de reírse, y tuvo que poner mucho de su parte para hacerlo.
A destacar las interpretaciones de Quim Gutierrez y Julián Villagrán, que han demostrado además de que son buenos actores, de ser inteligentes para sentir como propio un argumento, que ni el propio guionista y director pudo llevar a buen puerto, y que lo más original que tiene es el título.

*FOTO: DE LA RED