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domingo, 22 de abril de 2018

UNA POLÉMICA PARA UNA FINAL



Los seguidores de este vecino del mundo ya conocen mis costumbres y entre ellas son pocas las veces en que he dedicado un post a hablar de un evento deportivo, pero la final de la Copa del Rey celebrada ayer en el Wanda Metropolitano en Madrid entre el Sevilla F.C. y el Fútbol Club Barcelona ha traído, al margen de si te gusta o no el vencedor, Barça, una polémica no sé si gorda o no, pero este servidor diría que cuando menos aclaratoria de nuestra manera de pensar.

Quienes vieron la retransmisión, seguro que se dieron cuenta al instante, y de lo contrario sería más que preocupante, que a la hora de poner las plantillas infográficas  donde se indican jugadores y entrenador de cada equipo se hizo en inglés.

Hace unos días escuchando, creo recordar por la radio, una entrevista a Pablo Carbonell, que en ese momento estaba hablando desde su faceta de escritor, comentó, y no puedo estar más de acuerdo, que ha habido muchos momentos de la Humanidad, por decirlo de alguna manera, como la Edad de piedra, y ahora estamos en la Edad del papel, y aclaró, en la Edad de cogérsela con papel de fumar

Y desde luego que sí, porque en un evento en que todos estábamos pendientes de cada detalle, como bebés preparados para quejarse a su mamá con el dedo presto a apuntar lo que no nos gustara llorando amargamente, y todos atentos al volumen de pitidos hacia el himno, hacia el Rey, hacia las banderas españolas, catalanas, a todo. Y alguien, en ese mismo momento, tuvo los bemoles, se presupone, para decidir que nada de utilizar dos plantillas para la retransmisión, una para España y países latinos, y la otra  para los demás países. Que por lo menos vamos a ahorrar en algo, y decidió que,por supuesto, quitábamos el castellano de la parrilla.

En realidad es un acto reflejo de la sociedad que nos rodea. Porque vas a cualquier tienda, grandes cadenas especialmente, que no hace falta que estén en grandes capitales, y ya se pone casi todo en inglés, porque además parece que eso da más caché.

Alguien, en las redes sociales, puso el dedo en la llaga: ¿Qué hubiera pasado si en lugar de en inglés, la plantilla es sólo en catalán?
Pues sin duda que ya tenemos el follón montado.

No se puede pedir otra cosa en un país, el nuestro, en el que no pasa nada si encuentras pubs, bares, o lo que sea, especialmente en lugares veraniegos, en el que al acercarte a la barra no hay nadie que hable castellano. En otros países, y no voy a decir nombres aunque alguno está practicando el “Brexit”, ésto no se permitiría.

Deberíamos, en primer lugar, querer, porque quizás ahí esté la madre del cordero, más a la lengua española. Porque entre otras cosas, y siendo irónico, es uno de los idiomas que más te permite variar en todo tipo de juramento liberador, y no solo entre el “fuck” y el “bloody”.

Todos vigilando al de al lado para que no se convierta en nacionalista separador, y desde fuera nos están conquistando con sus palabras y costumbres, sin ser conscientes de que estamos siendo abducidos. 

El conquistador hace mucho tiempo que está aquí, y no viene con espadas ni cañones, sino con costumbres y sueños que en un principio no nos decían nada, y ahora en Black Fridays, o en Halloweens, seguro que nos cuestan mucho dinero. Y eso, como mínimo tiene más de Quijote, de Cervantes, que de Shakespeare.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 1 de abril de 2017

BAJOS INSTINTOS... Y RAJOY AL FONDO


Hoy, nada más despertarme, mi cuerpo me pedía mirar por la ventana, para comprobar el tiempo; e interiormente he recopilado los datos necesarios: Sábado, y lloviendo. Aunque mis entrañas me pedían, algo más fuerte, como un “sábado y jodiendo”. Pero no hay nada que un buen café con leche, y un par de tostadas con mantequilla, no pueda maquillar.


Y es que quizás después de tanto tiempo, uno, este vecino del mundo, se conforme con poco. Quizás, sería suficiente para NO REBASAR el vaso de la tolerancia que uno tiene, el olvidar esas imágenes de esta semana del Señor Rajoy ¿hablando en inglés? durante una de las reuniones de los altos cargos europeos, mientras tapaba  el micrófono, se supone que para no dar esas exclusivas a las que nos ha tenido acostumbrados, muy encontra de su intención, y que siempre han sido tan aclaratorias respecto a su nivel de todo.

Todavía el Señor Rajoy, Don Mariano, no ha llegado al nivel de las mega-estrellas futbolísticas en dominar a los lectores de labios, tapándose la boca con la mano. Quizás lo que ocurre es que como tenía una mano ya ocupada con el micrófono, la otra la tenía que guardar para dar, si fuera necesario, todo tipo de muletazos, mientras colocaba el toro de la culpa de lo que sea, al primero que pasara por allí, en una faena de aliño. 

Porque el Señor Rajoy nunca ha sido de salir ante el toro del día a día, dispuesto a hacer una gran faena, recibiéndolo a portagayola, asombrando hasta a la oposición. Él, con matar a sus toros de aburrimiento, siempre le ha valido, aunque su faena haya durado meses.

Si un gobierno, como mínimo, siempre sirve como tarjeta de presentación ante los demás países, nunca querré saber, por aquello de la vergüenza ajena, lo que los demás países tienen que pensar al saludar al Señor Rajoy, en cualquiera de las reuniones, por ejemplo, de la llamada Unión Europea.

Eso sí, sinceramente, este vecino del mundo la va a gozar a partir de ahora, con la cara que van a poner los británicos cada vez que se toque el tema de Gibraltar, y el derecho de veto que tenemos ahora los españoles en ese tema.

Quizás, poco a poco, se vayan dando cuenta los británicos, de que no estuvieron  muy finos a la hora de votar el BREXIT,  y el panorama que se adivinaba desde lo alto de su orgullo, no correspondía con la realidad. Y que hubiera sido mejor, decir, aunque sea en inglés, eso de "Virgencita que me quede como estoy", aunque fuera en versión "Mi reina y mis lores, que me quede como estoy".

Visto lo visto, y escrito lo escrito, la lluvia siempre enciende mis más bajos instintos, aunque hoy no hayan sido esos de muy largas piernas y baja, muy baja, moral.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 11 de febrero de 2017

GRAGEAS DE YOUTUBE PARA DULCIFICAR EL ÁNIMO


En general la mayoría de las “cosas” no son ni buenas ni malas, sino depende de la manera en que se aplican.

Mucho se habla, como dirían algunos, del “internete” y de la cantidad de problemas que ha podido traer. Pero, por otro lado, no se habla de las familias que permanecen unidas, pese a la distancia, con aplicaciones como “Skype”.

A medida que vamos viviendo, vamos aprendiendo a sobrevivir, e incluso nos convertimos en auto-psicólogos. Por eso, en momentos que los pijos denominarían “down” este vecino del mundo se aplica “medicinas youtuber”.  Odio los anglicismos, aunque este vecino se defienda en inglés (y, no, con el inglés), porque en castellano se puede expresar todo. Otro asunto es que tardes más tiempo en explicarte, pero lo mismo que esperamos para que nos sirvan una caña bien tirada, podemos esperar  dos segundos más para recibir la información completa en el idioma de Cervantes, y no en el de Shakespeare, que siempre será la competencia.

En momentos como el de hoy, con dos congresos políticos (a la izquierda y a la derecha), y con un bagaje de información y de experiencias en el que uno está más allá del gorro, este vecino se toma unas grageas (hace mucho que no utilizaba esta palabra, que me imagino ya estará en decadencia, pero que denota, en mi caso al usarla, un cierto grado de nostalgia) de Youtube (siento no poder traducirlo en castellano, pero es el nombre de una aplicación, ya perdonarán los que me estaban esperando desde el párrafo anterior).

Este vecino del mundo es un amante de la música, y siempre se ha imaginado que un mundo en el que todos bailaran, como en los grandes musicales del teatro y del cine, siempre será mejor; y además, este vecino del mundo, sabría bailar (una de sus mayores frustraciones), porque en los musicales todos bailan, y si no saben, aprenden en dos o tres compases.

Aunque muchas veces utilizo/consumo actuaciones de programas como “Got talent”, en el que a modo de "balcón de la esperanza", personas anónimas te pueden llegar a sorprender con enorme talento, en días como el de hoy me decanto por ver “Flash mob” (acto organizado por un grupo de personas que se reúne de repente en un lugar público, se supone que previamente han quedado bien por móvil o internet, y realiza algo inusual, normalmente tocar un instrumento, o bailar, y al finalizar se dispersa rápidamente). Algo así como lo que realiza un “grafitero”, pero escrito musicalmente y bailado, en lugar de en una pared, en un espacio público.

Aunque los dos ejemplos que voy a poner hoy llevan mucho tiempo en la red, y más de uno de mis lectores, los habrá degustado ya) creo que se merecen un reconocimiento, porque se nota que ambos han necesitado de mucho tiempo de preparación para que tras unos pocos minutos se los lleve el silencio del tiempo.

El primero tiene lugar en Bilbao, y lo realiza un padre con un hijo con una enfermedad neurodegenerativa, para obtener fondos para su fundación (https://www.youtube.com/watch?v=utyhx5pn4b8),  y el segundo “un gran musical” en la estación de tren de Amberes (https://www.youtube.com/watch?v=bQLCZOG202k).


La administración de este tipo de medicina vendría bien a la mayoría de nosotros, sin aparentes contraindicaciones, a no ser que alguien aprecie como “nocivo”, el dulcificar un poco sus ánimos, por temor, quizás, a que “su enemigo” sea ciego o sordo, y le traiga al pairo todo lo dicho anteriormente.


*VIDEOS: DE LA RED

miércoles, 8 de febrero de 2017

SABEN AQUEL DEL AMERICANO Y EL ESPAÑOL...


Sinceramente, lo que voy a tratar hoy en el post, no lo quiero ver desde el punto de vista serio, solo comentarlo ya te vienen sugeridas escenas déjà vu pero siempre con un toque a gag pasado de vueltas. Porque una conversación telefónica, la ya mantenida, entre Trump y Rajoy, quizás es juntar dos mundos inabarcables, el de cada uno de ellos, e intentar ponerle voz, en cada uno de sus idiomas, pasados siempre por un tamiz a lo Gila, para bajar la intensidad agresiva de cara al público en general.

Si se toma en serio una conversación entre el Primer Americano, y el Primer Español, tiene poco de futuro y mucho de tragedia. Porque no hay que estar allí, en cada una de las terminales, para imaginarse por un lado a Trump con su dedito de apuntar/acusar, apuntando/acusando al infinito, y por el otro lado a un Mariano Rajoy transformado en una presumible alfombra para que le pisen  y, a la vez, quitarle la suciedad, a quien mantiene la conversación con él, que viene y está allende los mares; la versión americana, quizás, del gallego encarnado esta vez por Rajoy que, como siempre, ni sube ni baja.

Ya sabemos, todos sabemos, que Don Mariano no habla inglés, el otro tampoco español, y si sabe algo seguro que son palabras de esas que se dicen al final de una juega muy juerga. Pero tampoco hay que ser adivino para comprender que durante la conversación seguro que a Rajoy se le dio mejor decir “sí”, que “no”. Esperemos que a partir de ahora, no le pase como le ocurrió a Aznar al juntarse con el inglés y con el americano en las Azores, y se le quede también un insoportable acento tejano, y el trasero al aire.

Al final, no me queda más remedio que acordarme de aquel chiste, no voy a dar más pistas por ser bastante desagradable, en el que estaremos en el mejor sitio en el peor momento.

Este vecino está hoy realmente irritado porque qué se puede esperar de una conversación entre alguien que dice "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde" y otro que reduce a escombros la educación y la ética, cada vez que habla tanto de las mujeres como de los que son de otras razas.

Me pregunto entre otras casas, si Trump mientras hablaba con Rajoy, previa traducción en ambos sentidos, no estaba haciendo gestos a la gente de su gabinete, y todos se estaban partiendo de risa, ya directamente en el suelo.

El jefe de un gobierno que tiene como característica hacer lo contrario de lo que promete, qué seriedad puede dar a todos esos países a los que dice querer representar tanto en Europa, como en Latinoamérica, pasando por el norte de África. Y lo que es peor, ¿quién le ha dado la voz?

Cada vez añoro más a gente como los Hermanos Marx, a Gila, y a Tip y Coll. Sin duda sabías que ellos iban en broma y, además, practicaban un humor, digamos, que culto.

Decir Trump y Rajoy, presuntamente, es como juntar al hambre con las ganas de comer, aunque como siempre, me temo que con el hambre y las ganas nos quedaremos nosotros.


De todas las maneras, y ya para terminar, quizás Rajoy, y sin quererlo, haya hecho mucho, esta vez, por rebajar el flujo de gente que salga fuera de España. ¿Quién sale ahora a batirse el cobre, con Rajoy en primera línea? No es, reconozcámoslo, nada serio.

*FOTO Y MONTAJE: DE LA RED

miércoles, 5 de octubre de 2016

EL INGLÉS Y LA BILBAINADA DE LA PAELLA



Cuando apenas han pasado 48 horas desde que se sepan más noticias sobre la  puesta en marcha del Brexit para el próximo marzo por parte de la primera ministra británica Theresa May, pareciera que los británicos no quisieran que nos olvidáramos de ellos; no antes, al menos, que ellos lo hagan de nosotros, y del resto del continente.


Quizás, esa fuera la oscura intención del cocinero inglés Jamie Oliver al añadir chorizo a la paella, en una receta que acaba de publicar. Y ya se sabe que los puristas, de todo, están a la que salta, y les ha faltado segundos para tratar como anatema la comentada receta del cocinero de Essex.


La única solución que le doy a esa creativa de Mister Oliver es que simplemente ha mezclado conceptos, y con tanto “chorizo” que últimamente, incluso desde el extranjero se sabe que hay en España, ahora él se ha convencido de  que debe de haber hasta en la paella.


Ya solo falta para comenzar la guerra gastronómica británico-española, que Karlos Arguiñano, por ejemplo, se descuelgue haciendo una receta tan típica británica como el pastel de riñones, y diga sin parpadear que uno de los ingredientes de ese famoso plato es las angulas; y para terminar la faena, cuente un chiste sobre Gibraltar y su pertenencia a España.


Quizás tengan razón los que opinan que ya son demasiados meses sin nadie que se haga al mando de este barco llamado España. Nos pueden subir desde Europa todo tipo de impuestos, y recortar la sanidad y las ayudas sociales, pero, eso sí, y rotundamente, la paella no se toca. Y el gobierno, todavía en funciones, debiera hacer algo al respecto. Este vecino se imagina a un serio, y con cara de circunstancias, Don Mariano Rajoy, acercándose a una paella, y mientras se cerciora de que nadie le ve, dice: “Paella, se fuerte”.


Este vecino del mundo, recuerda que sería en 1980 cuando estando en Londres, una mujer inglesa a la que conocía, le pidió la receta de la tortilla de patatas, y como al dársela, cometió el craso error, según ella, de omitir un ingrediente tan importante como el tomate, el de ensalada, se negó a seguir apuntando la receta, porque estaba convencida de que no la sabía.


He admirado a los ingleses, y a los británicos en general, porque siempre tienen la suerte de tener inevitablemente razón, y sino, se la otorgan. Practicando "bilbainadas", por supuesto que los mejores son los bilbainos, por algo las crearon, pero detrás vienen los ingleses, aunque ellos sin quererlo, hablan en serio.


Cualquier día Mr. Oliver se nos descuelga con un “marmitako”, y dice sin titubear, como se dicen las mayores mentiras, que es típico de los pescadores de Cornualles, y que los vascos, y el demonio que ellos representan, solo la copiaron, eso sí, de la peor manera posible.


Ya para terminar por hoy, no me extrañaría que en un momento dado descubramos que la letra de aquella bilbainada tan famosa ya ha cambiado:


Un inglés vino a Bilbao,
por ver la ría y el mar,
y al descubrir la paella,
con chorizo la quiso aliñar.


*FOTO: DE LA RED



sábado, 20 de agosto de 2016

CAROLINA MARIN Y SU CARRO



Acaba de ganar Carolina Marín el partido que le da la medalla de oro en las Olimpiadas de Río,y en este momento está llorando como una Magdalena escuchando el himno español.


Y siento envidia, envidia por estar donde está, y especialmente por sentir lo que siente; e inmediatamente he recordado a esas miles de personas, en cualquier final de un campeonato de fútbol pitando al mismo himno. Y he recordado también, no me queda otro remedio, porque se lo ganan con creces cada día y en cada situación, a todos los políticos en general, sin logotipo de partido detrás. Hacen poco por ayudar a que sintamos unión entre todos.


Y son unos cuantos deportistas y figuras destacadas de nuestro país (entre las que se encuentra desde hace un tiempo Carolina Marín), los que hacen una labor de cirugía cardiovascular , para que sintamos lo nuestro por bandera, sin ningún partido político ni líderes de opinión que la hagan suya, sino simplemente "el partido" ganado por ellos, mientras se les adivina España en sus pupilas, y el chorro de sensaciones que pueden generar, como hoy, en todos.


Porque España no es, no debe ser, esa que algún partido se apodera de su nombre un día sí y el otro también, para que coincidan siempre las necesidades de la patria (concepto abstracto, y difícil de definir) con lo que el partido en cuestión quiere. Sino ese sentimiento de echarla de menos, por ejemplo, cuando no estás en ella.


Porque emigrantes ha habido siempre, y algunos nos fuimos disfrazados de estudiantes de inglés, y estuvimos en Londres tres años, ya a finales de los setenta. Con el agravante de que nadie apreciaba lo que hacías, porque se suponía que había trabajo en España. Y alguna vez, pasabas por debajo de una casa, de esos barrios obreros londinenses, y oías una canción española desde cualquier ventana entreabierta y se te ponía la carne de gallina y los ojos cristalinos.


Hoy Carolina Marín ha hecho por el rencuentro sentimental entre los españoles mucho más que cualquier premiado por la paz o por representar los valores de lo nuestro, dentro o fuera del país.


Un país se hace con el pundonor, la lucha, la garra, el desparpajo, y los gritos, muchos gritos, de una Carolina Marín, por la que más de uno perderá hoy el culo, y la vergüenza, por mostrar y demostrar que nada más terminado el partido de nuestras vidas, fue el primero en felicitarla. Incluso esa federación, la suya, que mostró, presuntamente, más interés por apoderarse de los beneficios publicitarios que generaba, que por darle toda la cobertura técnica y moral que era de ley.


Y antes de terminar, recuerdo también a un Manolo Santana, o a un Severiano Ballesteros (“Sevi” para los ingleses, que lo consideraban como un el hijo más), que se tuvieron que buscar la vida y el triunfo; y luego eran “España” cuando no existía la “Marca España”.

Hay unos cuantos, incluida Carolina Marín por lo que tengo entendido, que se han tenido que construir el carro para que luego la mayoría nos montemos en él. El mismo carro que antiguamente robaban en una canción española, y que más de uno ha cantado a voz en grito cuando se encontraba fuera de España, siempre fuera.

*FOTO: DE LA RED



miércoles, 3 de agosto de 2016

ARTISTAS DE LA PERFORMANCE, ¿ELLOS, O NOSOTROS?


Hoy estoy muy cabreado. Este vecino del mundo ha utilizado ese margen de seguridad que siempre se pone (unas cuantas horas), para no escribir con la mano, lo mismo que la boca, caliente, y evitar posibles arrepentimientos, por estimar más tarde, que quizás se había dejado llevar más por las tripas que por el cerebro. Pero el vecino sigue cabreado, he indignado.


Ahora resulta que lo ocurrido en Platja d’Aro, Gerona, en la que muchísimas personas corrieron despavoridas ayer sobre las diez de la noche, es sólo una especie de tormenta perfecta por haberse sumado varios factores, como el miedo que ya tiene la gente con todos esos actos terroristas que han ido ocurriendo en los últimos tiempos, y una “performance” que se les fue de las manos a unas jóvenes “alemanas”, y en este caso este vecino si cree que la nacionalidad es importante.


Si quieres rodar una película en cualquier lugar de España tienes que rellenar todo tipo de papeles para que todo sea legal , amén de cierto dinero. Pero resulta, que ahora una “performance” está libre de polvo y paja.


Estamos en los tiempos en que ciertas palabras, especialmente si provienen del inglés, pueden servir, más que como explicación, como coartada. Porque, ahora resulta, que en nuestra juventud cuando nos llamaban gamberros, en realidad éramos artistas de la performance, y además, incomprendidos.


Si llegan a ser varias jóvenes españolas, las que originaron todo lo ocurrido ayer, ya de primeras hubieran sido unas gamberras, muy probablemente de izquierdas, y a las que se les supondría unas litronas en vena. Sin mencionar el hecho de qué hubiera pasado si las jóvenes hubieran sido de algún otro país …¿conflictivo?



Pero, claro, estamos hablando de “alemanas”, que vienen de Alemania, con mucho poder (al menos eso tenemos asumido, especialmente desde que nos borraron el cerebro por haber vivido por encima de nuestras posibilidades). País con muchos potenciales turistas hacia España, y las pupilas se nos ponen con el signo del “euro” en intermitente. 


Sin embargo, España se ve desde Alemania, como desde Inglaterra, o Estados Unidos, como “terreno conquistado”, es así, sin paños calientes, y tienen asumido que "hacemos lo que queremos, porque nosotros lo valemos”.


Además, muy importante, esas alemanas, estaban haciendo un “flashmob”, otra palabra en inglés para crear otra cortina de humo. Lo malo, o lo bueno, es que requisito indispensable para el “flashmob” (una especie de quedada de mucha gente, y que van a hacer algo a la vez, generalmente bailar o tocar música) suele ser varias cámaras ya preparadas para cubrir toda la zona, y generalmente con luz natural para sacar buenas imágenes. ¡Ah! Y normalmente ya se avisa a las personas, instituciones, importantes, del lugar que va a servir como “escenario”. Todavía, parece que debemos de esperar mucho tiempo, para que esas imágenes salgan a la luz...


Aquí, ahora, solo huele a miedo, pero no el de la gente que ayer salió perjudicada, y aterrorizada; sino de los negocios, ayuntamiento, autonomía …que puede resultar perjudicada, al enterarse en Alemania, que a cinco señoritas de ese país, se les ha molestado mientras pasaban un momento agradable con los suyos.


Más de uno (instituciones, negocios…) se lo debería de hacer mirar, entre otras cosas, sus pantalones y ropa interior, que muy probablemente los tengan, si todavía los llevan, en el suelo.


Por cierto, y ya para terminar, ¿A eso se le llama “turismo de calidad”? O, quizás “ellos”, los que vienen, ponen el dinero, y nosotros la calidad y…el trasero. Porque eso en mi pueblo, tiene otro nombre, y seguro que no va a gustar.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 16 de mayo de 2016

EL DÍA DESPUÉS... AL FESTIVAL DE EUROVISIÓN





Como siempre desde hace mucho tiempo, lo mejor de la noche de Eurovisión 2016, fue esa ensalada mixta que preludiaba a una tortilla de patatas, con cebolla por supuesto, y  unos pimientos verdes que hablaban en varios idiomas, muy bien educados ellos, y en todos decían: “cómeme”. Y para  regarlo todo, sidra con “label” guipuzcoano. 


También había cava, pero se quedó enfriando, y ha debido de coger una pulmonía, porque con el nefasto resultado se quedó más solo que Gary Cooper ante el peligro.


Tanto La Nuri, mi sufrida, como este vecino del mundo, son solo los que ya mantienen la tradición en casa, eso sí, bien vestidos y perfumados, dando cuenta de la cena ya descrita, ante el televisor. Porque los hijos, quizás las nuevas generaciones por aquello de ser más listos, pasan del festival, y en realidad se ahorran un berrinche, tras varios días en los que estábamos seguros que, esta vez (como siempre), sí íbamos a ganar.


Antes de nada, y sobre el post de ayer, mi querido “Anónimo” (él o ella me entiende) me preguntaba a qué me refería al decir, y repito la frase completa:
Quizás como ya opiné el año pasado, en la mayoría de puestas en escena hay demasiada borrachera de tecnología, pero de eso hablaremos mañana”.


Me voy a explicar. Hace ya muchos años, los más jóvenes ya no se acordarán, o muy probablemente, no estaban todavía, había un decorado único, que lo ponía la organización de ese país, sobre el que discurrían las diferentes actuaciones, con una orquesta en directo, y cada país llevaba su director. 


Aún recuerdo que cuando Abba cantó Waterloo (ganando el festival en su decimonovena edición, en Brighton, Reino Unido, en 1974) su director iba disfrazado de Napoleón, con sombrero incluido. Son imágenes que quedan y que se van convirtiendo en iconos.


Luego, con el tiempo se dijo que lo de “poner” una orquesta era engorroso, y se optó por música enlatada. Y lo que son las cosas, con el transcurrir de los años, hemos ido viendo que el dinero se ha ido invirtiendo en tecnología para hacer una especie de “videoclips” pero en vivo y en directo. Y se está logrando tan perfección de imágenes, que en cualquier momento nos van a engañar, y no habrá cantante en directo, sino su holograma, y sino, al tiempo. Y además, aplaudiremos como locos, por habernos sorprendido.


Pero, ¿qué queda de los “antiguos” decorados? Nada, una especie de “agujero negro” en el que van apareciendo imágenes y luces. Y al final, tú, el espectador, no recuerdas nada en concreto. No tienes una especie de fotografía mental de cada festival, para archivarlo en tu memoria.
Y eso también es muy importante.  

    
Una vez contestado debidamente, eso espero, a mi querido/a Anónimo, vamos a pasar a otro punto muy importante, y que ayer en el post ya lo apuntaba. 


Por fin se ha accedido al deseo de unos cuantos, y al parecer al de la mismísima Barei, y se ha cantado en inglés. ¿Qué se ha conseguido? Nada, y algo. Y no es una contradicción.


Nada, porque se ha perdido rotundamente, como siempre desde 1969 y aquella Salomé que solo vivía cantando. Y algo, que como ahora están seguros que entendemos el inglés, ya saben con certeza que “pasan totalmente de nosotros”, por si quedaba alguna duda.



Como se ha empeñado en enseñarnos, el gobierno que desgraciadamente, en opinión de este vecino del mundo, todavía tenemos: en épocas de crisis, medidas desesperadas.


Si Eurovisión nos cuesta mucho dinero, por eso del ser del club de los cinco, sin duda deberíamos dejarlo, porque además no nos luce nada con tanto “vecinismo”. Ya sé que no existirá la palabra, pero se me entiende perfectamente. 


Que paguen los que se votan, y que sigan votándose y queriéndose mucho, y que se contagien su maldita halitosis. Porque lo que está pasando hasta ahora, recuerda mucho a esa dura frase de “además de puta, poner la cama”.


Ayer, y visto lo visto, me acordé de ”Rodolfo Chikilicuatre”, ese “personaje”, y nunca mejor dicho, que nos representó en 2008, y con el cual nos reíamos de todos, de ellos (el festival y su, una vez más, “vecinismo”) y de nosotros mismos. Y en realidad, tampoco nos fue tan mal, los decimosextos. Por favor, que no se entere Barei, que se va a deprimir, más. Y se demostró que el público en general, en este caso los extranjeros que pensaban que Chikilicuatre era un cantante más, no distinguen la astracanada de lo extravagante.


Dicho todo lo anterior, y esa opinión de que deberíamos de apearnos de Eurovisión…¿Queréis seguir en el festival? Pues seguiremos. Porque este vecino del mundo hace muchos años que le cogió el truquillo, y esa noche, la del Festival de Eurovisión, aprovecha para practicar la filosofía, y decir eso de: Sufro, luego existo.


Por cierto, aún tengo el cava en el frigorífico… Me voy a poner una copa. Y no es para olvidar, porque, en este caso, en el del festival,  no debemos hacerlo nunca.

*FOTO: DE LA RED


sábado, 19 de julio de 2014

REPARTIENDO A DIESTRO Y SINIESTRO

El verano suele ser una época de intentar cumplir deseos generados en el resto del año. Sin embargo, cada vez que intentas ir a cualquier lugar, por raro que sea o alejado que esté, siempre hay alguien que ya está allí, y como dándose cuenta de tu decepción te mira con cara de “otra vez será” y una insinuación de sonrisa en el rostro.
De hecho, más de una vez este vecino del mundo ha tenido serias sospechas de que el hogar del jubilado de la zona a visitar, iba repartiendo a cada uno de sus socios, con el fin de mantenerlos ocupados y otorgarles un objetivo definido cada día. Sin embargo, esta supuesta labor de la tercera edad, se ha ido claramente al traste con la cada vez más definida misión, para los abuelos y abuelas, de cuidar a sus nietos, porque los padres, y las madres, siempre están ocupados bien porque están trabajando o buscando trabajo, y el fin de semana, en versión de los mismos “abuelos”: "los pobrecitos" tienen que descansar porque están muy cansados. Este vecino ha llegado a la conclusión de que las semanas son de ocho días, y en el octavo es cuando los abuelos descansan.
De todas maneras, la labor atribuida a los ancianos, con respecto a ocupar lugares turísticos de todo tipo, ha sido sustituida, supuestamente, por turistas orientales. No importa  a dónde vayas, a la hora que vayas, siempre hay instalada una cámara, y si te fijas bien (más que nada porque son más bien pequeños) siempre hay detrás un visitante oriental con una sonrisa puesta. No importa si vas al monte o a cualquier paseo marítimo, van siempre bien vestidos, y la mayoría de las veces, tanto ellos como ellas, con chaqueta o cuando menos cazadora,  nunca en camisa, y eso sí, otra vez la sonrisa puesta, que parece parte de su vestuario.
Sin embargo, si en algún momento tienes ganas de sentirte invisible, lo tienes fácil, te acercas a turistas alemanes, que es muy frecuente encontrarlos, y además en grupo, verás que en ningún momento te ven, incluso puedes hacer el experimento de intentar mirarlos a los ojos, tras subirte a algún escalón por aquello de la diferencia de altura, y no te ven, a no ser que seas camarero, en cuyo caso se les cambiará la cara, afable entre ellos, y se transforman en un alter ego de Angela Merkel dándote órdenes de todo tipo.  Te lo debes de tomar con tranquilidad, o más bien con cachaza, porque es eso lo que esperan de nosotros, y nunca, nunca, hablan nuestra lengua. De hecho, más de una vez este vecino del mundo ha sospechado, que están convencidos que nosotros no hablamos, y solo sacamos ruidos ininteligibles.
Otra cosa son los turistas ingleses, normalmente cuando llegues a cualquier sitio, ellos todavía no habrán llegado, porque tienen sus horarios, y nunca antes de las cinco de la tarde, porque entre dormir de día e ir un poco a la playa (aunque les cunda y obtengan fácilmente "un moreno cangrejo") cuando los demás se van ya a comer, hasta la hora indicada estarán siempre ocupados. Ellos, y no hablo de ellas, siempre te ven, aunque eso sí, la mayoría de las veces doble.
De todas las maneras, y ya para terminar por hoy, si nuestro deseo acumulado en el resto del año, era descansar al lado de la piscina en un hotel en Cataluña o Mallorca,  y lo cumplimos,  ten mucho cuidado, porque por esas zonas pueden “llover” turistas británicos que acortan desde su balcón el camino a la piscina, y corres el riesgo de llevártelos puestos. Y luego, al volver a su país, dirán inexorablemente que los raros somos nosotros.
Con lo último relatado, se puede decir que literalmente este vecino ha repartido hoy a diestro y “siniestro”.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 16 de mayo de 2014

EL HUMOR, INCLUSO EN DONOSTI, NO TIENE PRECIO

A este vecino siempre le ha gustado el humor absurdo, para algunos, y lo mismo que a la hora de diferenciar una tortilla, distingues entre la española y la francesa, a ese tipo de humor le llaman humor inglés. Un ejemplo sería ese chiste en el que una persona va por el desierto cargada con un pesado ancla, y se cruza con otro, que muy perspicaz le pregunta: -¿Por qué va caminando cargado con eso tan pesado?- El otro con cara de dárselas de inteligente, le dice con cierto tono de superioridad: -Pues muy sencillo, porque así si me va a atacar un león, suelto el ancla y me voy mucho más rápido.-
Y la verdad es que muchas veces, sobre todo cuando estoy fuera de Donosti me acuerdo de este chiste.
Sé que hasta ahora no habéis entendido nada, pero, y lo bien que se lo está pasando este vecino, no tiene precio.
Y es que todos estamos muy orgullosos de nuestro querido Donosti, e incluso cuando estamos fuera, al acordarnos del marco incomparable, se nos puede escapar alguna lágrima. Pero todo empieza a cambiar cuando tras varios días de estancia en ese otro sitio, nada nos resulta más caro, sino al contrario.
Eso comentaba el otro día con un amigo, y él no me creía.
Hace pocas semanas este vecino del mundo a vuelto a ir a Madrid, y ni allí, la capital del reino,  le van a asustar a un donostiarra en cuestión de precios. ¡Ojo! Siempre teniendo en cuenta que uno no alterna en lugares de alto standing, ni en Donosti ni en ningún sitio. Por eso cuando uno sale de su “txoko”, la tristeza de alejarse del aire donostiarra es enjuagada por el hecho de que en la mayoría de las transacciones que hagas en tu vida diaria, siempre te salen más baratas, aunque coincidas en lugares veraniegos en pleno agosto. 
¡Ah! Habrá gente que mencionará, quizás, la excelencia de los “pintxos” de la Parte Vieja, y es probable que en el sitio que estés ahora no tengan los “pinchos”, o tapas, el pedigrí de ellas, pero seguro que serán más baratas, vaya lo uno por lo otro, e incluso al pedir un vino o una cerveza te sirvan con un tentempié a cuenta de la casa. Porque en Donosti, y no hablemos de ese experimento llamado “pintxo-pote”, al menos la experiencia de este vecino es que a lo único que te pueden invitar en cualquier establecimiento es a que te vayas.
De ahí lo de la travesía del desierto del chiste del comienzo, o del famoso refrán de que las penas con pan son menos. Sé que hoy no he sido políticamente correcto, pero las cosas son así. Una ciudad donde más de uno saca pecho porque tenemos la calle, como comentado el otro día (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/04/un-trocito-de-shangri-la.html), más cara de España, y no se paran a pensar en el refrán que habla de las barbas del vecino, así nos va. Pero aunque no haya ningún estudio al respecto, y para compensar, seguro que tenemos también los pobres que comen las sobras más caras de España.
Me voy al médico a que me dé algo para bajar la tensión.

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martes, 13 de mayo de 2014

HISTORIA DE UNA INJUSTICIA, Y SU REPERCUSIÓN

Tengo un amigo de esos de los de toda la vida, al que le llamamos “Present”. No, no es en inglés, sino el diminutivo de “presentador”. Y es que desde muy joven siempre iba con chaqueta a todas partes, y más que bien peinado, con el cabello numerado y colocado en orden uno por uno.
Además, como lo explicaría, la expresión de su cara siempre es como de que acaba de llegar, y que aunque la procesión va por dentro, quiere “colocar” una expresión política y correcta con aire de felicidad, sin llegar a exultante, para no dar envidia o agraviar.
¡Vamos! Present en realidad fue un adelantado en su época, porque ahora, quien más quien menos, va así prácticamente a todas horas, y de entrevista de trabajo a entrevista de trabajo, con el cinturón siempre preparado por si hay que bajarse los pantalones, que es la mayoría de las veces. Con cara y cuerpo como que no pasa nada, limpio y siempre en orden, más o menos como muchos de los frigoríficos actuales,  que por no tener, no tienen ni productos caducados ni de los otros.
Hay algunas neveras, palabra prácticamente ya olvidada, que abrirlas supone tener más valentía que Ángel Cristo en sus buenos tiempos, metiendo la cabeza en uno de sus leones. Y es que la cosa, o la que está cayendo, o la crisis, está tan mal que hay frigoríficos que son trampas mortales, y como metas la cabeza para corroborar que, en efecto, sigue vacío, se puede cerrar y devorarte lo que te pille, de lo hambriento que él mismo está.
Y mientras en Valencia, el Banco de Alimentos ha alertado sobre su posible cierre al ser condenado a pagar más de 200.000 euros por el recargo de prestaciones a la Seguridad Social, debido a un accidente laboral ocurrido en 2010, a uno de sus cooperantes, y apelan a la solidaridad de la sociedad para poder mantenerlo abierto.
No sé vosotros, queridos lectores, pero este vecino vería con mejores ojos ayudar a esta organización que a “apoquinar” como tuvimos que hacer, sin rechistar además, para nuestros amigos los bancos, que, como siempre ha dicho la madre que me parió, en realidad, solo te “ayudan” cuando tú tienes dinero.
Por eso mismo, entidades, asociaciones, “ongs”,  están involucrados en asuntos que a ciencia cierta corresponderían al gobierno, pero nuestros representantes, como mi amigo Present, siempre van bien vestidos e impolutos, con buenas palabras y ademanes, es decir, pura fachada recién encalada, pero sin atisbo de ningún sentimiento, y, mientras, recorte va y recorte viene.

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miércoles, 7 de agosto de 2013

LA FLAUTA DEL DESTINO Y DOÑA ANGELA, LA AMARGADA

¡Cómo cambian las directrices! Cuando eramos pequeños, finales de los cincuenta/principios de los sesenta, estábamos cansados de oír en casa, y en el colegio (Clérigos de San Viatór), que lo importante era participar. Recuerdo que este vecino del mundo, al principio, cuando perdía, se mosqueaba bastante, pero poco a poco digamos que se fue apaciguando, ya que como solo gana uno (verdad de perogruyo), los demás, mecidos por la misma doctrina, nos reconfortábamos los unos a los otros.
No hace falta recordar, con esta filosofía, cómo nos iba en todo tipo de competiciones. Como solían decir los “finos”, y ahora está en desuso, no nos comíamos un colín. Ahora, en cambio, cada competición es un campo de batalla donde no se hacen rehenes. No hace falta mencionar tampoco, el comportamiento de muchos padres, durante los juegos escolares, con comportamientos verdaderamente bochornosos, y con los mismos chavales, que si durante un partido de fútbol, meten un gol, copian a los futbolistas profesionales en sus gestos de celebración.
El mismo caso ocurre con los idiomas. Quizás, guiados por los usos y costumbres, en los que ir muy lejos, era moverse a dos o tres provincias de distancia, de estudiar un idioma, el elegido tenía que ser el francés, paradigma de las buenas maneras, y también de la hipocresía con una sonrisa congelada. Y ya, forzando el sistema, y a punto de volvernos locos, se podía elegir incluso otro idioma: el inglés.
La diferencia entre el antes, y el ahora, es que antes se estudiaba por curiosidad, por cultura general, y “por si acaso”, por si sonaba la flauta del destino por casualidad.
Ahora, sin embargo, los estudiantes que ya se habían “aclimatado” en esos dos idiomas, tienen que elegir forzádamente estudiar alemán como pasaporte al éxodo. 
Curiosamente, el país cuya filosofía económica para con los demás, tanto daño nos está haciendo al españolito medio, es mayormente elegido para sobrevivir. Pero, siempre se ha dicho que la naturaleza es sabía, y quizás esas mismas personas que ahora van regañadientes al país de Doña Ángela, La Amargada, con el tiempo hagan colapsar ese sistema desde dentro, en una especie de morir de éxito.
De todas maneras, hay que aclarar, que aprender un idioma nunca asegurará un trato igualitario en el país que te acoja, y tan solo llegues a ser un mal soportable.

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