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lunes, 8 de abril de 2019

DAVID, CON DOS "TÉS" Y MUCHA MALA MILK



Al final nuestro querido Miguel Gila, narrador de mil mundos paralelos que estaban todos en éste, tenía razón. El hijo de una familia pudiente de entonces, después de la guerra, solo podía llamarse Luis Fernando Antonio y, eso sí, en la intimidad ser llamado Fifi

Recordemos a algún Potxolo, e incluso Jimmy, de comienzos de los sesenta. Y hoy en día, el ejemplo más obvio sería, precisamente, el hijo de Bisbal-Zanetti, que le han debido de preguntar a la cigüeña, y les ha debido de responder que como viene de lejos, se llama “Matteo”, así con dos co…, perdón, con dos “tés” y un chocolate con churros, por hacer un guiño a alguien. Y es que cuando uno ya tiene un estatus, sus hijos tienen que tener por lo menos nombres diferentes, que se note que uno está "viajao", y que el posible dinero también le ha ilustrado. 

Aunque seguro que el Señor Bisbal dará una respuesta lógica a las dos "tés" de Mateo, como en su momento, durante la época del destape siempre se explicaban los desnudos que inundaban las pelis de entonces, y es que el guion siempre lo exigía...

No sé si a vosotros os pasa lo mismo, pero cada vez que Bisbi-hasta-hace-poco, de un tiempo a esta parte Señor-Bisbal, y en cualquier momento Duque-de-Bulerías, cada vez que habla es como si lo hiciera desde Canarias, con un cierto retardo que comienza desde el momento mismo en que empieza su respuesta, la mayoría de las veces utilizando parte de la pregunta, para dar seguridad, imagina este vecino del mundo, a sus declaraciones, y especialmente para obtener tiempo para pensar sobre la marcha lo que quiere y puede responder. Ya que últimamente pareciera que le da más importancia a lo políticamente correcto que a lo que en cada momento le pudiera salir de sus entrañas.

Más de uno notará cierta ironía e incluso mala milk en la aproximación tanto a la persona como al personaje, quizás tenga algo que ver que prácticamente se introduce, el Señor Bisbal sin pedir permiso, en nuestras casas todos los días a la hora de comer, en un programa que se llama “Corazón”, con esos videos que gentilmente él mismo, o con el estatus que ya tiene, sin duda, su community manager manda a las redes sociales, y en los que hoy se le ve en los preparativos/y al final de un concierto con su banda, que es "como su familia", y mañana a la  misma hora, mostrando y demostrando lo enamorado que está de su señora, y acercando, los malpensados dirían, el ascua a su sardina, o lo que viene siendo hacer dinero sin que se note mucho eso de que “la pela es la pela”.

David, es lo que tiene acercarse, quizás demasiado, al público, que éste se puede sentir, cuando menos molesto, y responderte. Quizás dentro de poco, por aquello de la distancia entre lo que piensas y lo que sueltas, empieces a responder, aunque seguro que no, porque solo lo haces, desde hace mucho tiempo, desde programas amigos que con el mínimo esfuerzo tengas la máxima repercusión y garantías de que no haya ni fuego amigo.

Es curioso, si no llegas a añadir una “T” más al nombre de Mateo, este texto no hubiera existido, y es que tú bien sabes de la importancia  de los detalles. Y son los que delatan, a la postre, las escenas que ocurren porque sí, de las que está todo preparado al milímetro para dar la imagen que pretendes, como esas fotos de las que últimamente eres muy aficionado en distribuir por las redes, máximo rendimiento, mínima inversión.

Por cierto, y ya para terminar, si te pones en la foto, o en el video, que has distribuido, en un primerísimo primer plano, lo que ocurre es que todo lo demás está en un discretísimo segundo plano. ¿Es lo querías? Lo dicho, la importancia del detalle...

*FOTO: DE LA RED

lunes, 29 de diciembre de 2014

ESTA ES SU VIDA

Estos días la mayoría de medios de comunicación se transforman en una especie de catálogos de un Ikea multimedia, en el que vas cogiendo las principales noticias del año, y te montas las páginas del periódico mental como vas queriendo; una especie de noticias al buffet: Lo más comentado del año, los mejores goles, los grandes éxitos, las bodas, los entierros. Todo se computa.
¿Qué ocurriría si cada uno de nosotros al finalizar el año hiciéramos un cómputo general de “nuestras mejores jugadas”?
Podríamos hablar de nuestras principales necesidades, pensamientos, decepciones, momentos “tierra trágame”. Sería la vida desde nuestro punto de vista, como una canción, menos comercial, más personal.
Parece que los señores, y señoras, naturalmente, de Facebook, ya habían pensado en todo esto, y al acercarse el “finde”, de pronto tu página te habla abiertamente, y te ofrece, aunque más parece que te exige por la excepción que eso supone, hacerte un resumen en video de lo que has hecho durante el año que se va.
En la mente un recuerdo de un programa de televisión de hace muchísimos años, “Esta es su vida”, con su presentador, Federico Gallo, en el que sorprendía al invitado con un repaso de toda su vida, con diversos invitados: amigos y familiares.
La primera reacción de este vecino del mundo fue mirar alrededor, por si había alguna cámara para ese programa, o para alguno de bromascon cámara oculta. 
Personalmente, opino que no hay ningún usuario que sea tan importante que merezca esa aplicación, porque de serlo , seguro que las televisiones en sus noticias se harán eco.
Además, como este vecino, entre la experiencia de los años, y los años en sí que ya va cumpliendo, es desconfiado por naturaleza, este gesto de la red social sonó más a “para que te des cuenta de que has vivido por encima de tus posibilidades, te lo recuerdo…
Partiendo de la base de que exagerando se analizan mejor las cosas, imaginaros que por otra norma de Facebook, al cumplir una determinada edad, supongamos por ejemplo que 75 para los hombres, y 80 para las mujeres, la citada red social te “agasajara” con un resumen de toda tu vida en la red, acompañado con la canción “A mi manera” (“My way”). Sería como para cortarse las venas, pero no con un cuchillo sino con una sierra eléctrica, para no dejar al azar la salvación, y que hubiera dudas del destino.
En la importancia que cada uno le da a los hechos está, al margen de enfermedades mentales, el poder de recordar, porque todo lo forzado es inútil. Sin olvidar de que un programa informático no sabe de sentimientos ni de formas de presentar los eventos, ni está en él el dar importancia o hacer un resumen de diferentes hechos.
Una red social debe de ser una especie de cajón de sastre en el que se depositan los hechos que el interesado quiere, pero esa misma red en sí, no confundir,  no es el sastre, ni tu Gran Hermano que te debe elaborar un traje con tus recuerdos ni vivencias. Sinceramente, y con perdón, ese tipo de resumen interesado es más de suegras despechadas. Más de uno, y de una, seguro que está de acuerdo.

*DIBUJO: DE LA RED