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viernes, 20 de enero de 2017

LA SALIDA DEL BLANCO PERFECTO...


Estos días, así, tan fríos del grajo y del carajo, tan blancos como si fuera la nada, la hoja en blanco sin escribir, nos puede hacer comprender, quizás, ese carácter tan helado, serio, de frases como escritas en mármol, de los nativos nórdicos. O mirándolo de otra manera, qué hubiera sido de nosotros, de nuestras fiestas, de nuestras ganas de cachondeo, de esa “penúltima” de nuestras juergas improvisadas, si para las tres de muchas tardes, el paisaje que te rodeara fuera la noche más absoluta en la que se dejara adivinar el manto blanco de la nieve de cada día.

En un ambiente gélido no hay sitio para la calidez de las relaciones, para pensamientos húmedos que se congelan con la realidad,  y sólo caben argumentos y problemas a lo Ingmar Bergman, personas ajadas al estilo Max von Sydow en ropa interior corriendo por la nieve, como en “El visitante nocturno”.

Ni esa gente presuntamente guapa que nos sirve de ejemplo, de zanahoria para nuestro burro comportamiento, y que hoy son diseñadores de joyas, y mañana se confiesan a escritores de manos negras, para firmar su autobiografía de vidas que ya todo el mundo conoce por haber vivido, o sobrevivido más bien, de relaciones siempre aireadas a los cuatro vientos, o mejor dicho a las cuatro revistas de papel couché.


¿Alguien se imagina a la Esteban que vino del hielo, en lugar de que éste, el hielo, sólo forme parte de su bebida? O a la Duquesita, ¿yendo a sus aposentos sin perder la virginidad de su zapato?
Porque no nos engañemos,  los pingüinos de Mary Poppins eran dibujos animados, y ella, siempre me pareció que más que ordenar los armarios de los niños, era más de vivir en ellos…

A este vecino del mundo nunca le ha extrañado que los habitantes de paisajes blancos sean más propensos al suicidio, por tanta invitación a autoanalizarse, en lugares donde el azul del horizonte no existe, y el blanco, oculta más que impide,  el distinguir las distancias personales.

Por favor, que alguien le indique a este vecino del mundo, la salida del blanco perfecto, porque uno es más de colores calientes, especialmente de marrones que le caen un día sí y el otro también, y que le  impiden autoanalizarse, porque para decirle cómo es ya tiene a la bruja del tercero.


*FOTO: DE LA RED