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viernes, 17 de julio de 2020

TIEMPOS DE DISTANCIAS CORTAS...



A mí, a este vecino del mundo, la nueva normalidad le está matando. 

No puedes hacer planes ni a cinco días vista, porque puede que dentro de cinco días ya estemos todos calvos. Es muy probable que no te dé ni tiempo de llegar al autobús, al avión, o lo que tuvieras previsto utilizar para desplegar tus alas veraniegas.

Como decía el muy recordado “Chiquito de la calzada”, filósofo entre los filósofos de a pie: “La cosa está muy malamente”. Cualquier día comparece Fernando Simón dando pasitos y saltitos, porque lo del “no puedo, no puedo” ya se le está quedando corto.

En Donosti, el comportamiento de la gente, en apenas veinticuatro horas, ha dado un cambio radical. Al final sólo respondemos al castigo, y es que cien euros significa suspender una salida con la cuchipandi o lo que se esconda tras esas mascarillas, que por mucho de diseño que sean, no dejan de ser una especie de pasaporte para intentar escabullirte del bicho malo.

Este año, tiene toda la pinta de que va a primar la distancia corta, los planes pincelados con  dos días vista, porque el resto se puede escapar al intelecto pospandemia. Hacer un viaje en autobús de doce horas puede ser el equivalente de lo que antes sería ir de gira por el famoso Triángulo de las Bermudas.

Personalmente, y tras tanto brote y rebrote, ya he comprobado qué tal ando de previsiones de papel higiénico y sigo preparado para distancias largas. Lo de comer, bien pensado, me vendrá bien ajustarme el cinturón, por cuestión de gastos, sí, pero de los de calorías.

Llamadme malpensado, pero tiene toda la pinta que este año se nos junta la salida  de las vacaciones de verano con el regreso de Navidad. Y es que  si algo nos ha enseñado el confinamiento es que en una casa entran todo tipo de distancias: las cortas y las largas. Solo nos hace falta un mando a distancia y, especialmente, mucha paciencia para la convivencia incluida con nosotros mismos.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 19 de febrero de 2020

EL DESGOBIERNO VASCO



Lo del ya conocido como “caso Zaldibar” es como hubiera dicho un filósofo de tasca, para mear y no echar ni gota. Tras trece días del corrimiento de tierras en un vertedero cercano a todo, seguimos echándonos los trastos a la cabeza los unos a los otros.

Del “todo controlado” hemos pasado al descontrol más absoluto, por mucho que se nos diga lo contrario con dicción de ecos de sotana por parte del lehendakari. Por cierto, no se a vosotros, pero a este vecino del mundo la voz de Urkullu siempre le ha recordado la versión masculina de esa voz que nos recordaba “su tabaco, gracias” tras pedirlo en la máquina dispensadora correspondiente.

Espero, sinceramente, que nunca el Señor Urkullu me felicite por mi cumpleaños, porque con ese tono que tiene a púlpito, estaría convencido de que seguro que son los prolegómenos a mis exequias.

Este caso, desgraciadamente, hace tiempo que tomó tintes de humor negro, y junto con las recomendaciones de no airear las casas, y no hacer deporte al aire libre, se les olvidó decir lo más importante: que respiremos, pero poquito.

Hoy nos despierta el Diario Vasco con un titular en portada:
“El vertedero de Zaldibar presentó 23 faltas en la última inspección, «ninguna grave»” Sinceramente, un verdadero dislate. Solo les ha faltado decir que todo fue “casi perfecto”.

Tiene toda la pinta de que el caso Zaldibar tiene mucho de Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”, y ha llegado un momento en que la cosa se les ha ido de las manos. 23 faltas, 23 copos de nieve, que rodando, rodando, se han ido transformando en el desastre perfecto. Si es que un desastre puede entrar en la perfección.

No sé si puede ser de juzgado de guardia que tras dos semanas, los dos trabajadores del vertedero sigan desaparecidos. Lo que sí sé, y no me cabe la menor duda, es que al menos alguien del desgobierno vasco, en este caso, debería sonrojarse hasta adquirir un morado perfecto.

Siempre, al menos lo hemos pensado, hemos tenido la suerte de nacer en el mejor lugar del mundo, y ser la admiración del mismo, pero esta vez al menos se nos ha ido la mano, la misma que utilizamos para acariciarnos el lomo y hacer la “V” de victoria.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 2 de agosto de 2018

SOTA, CABALLO Y ...AGOSTO



Cuando tienes por suerte, por costumbre, o por lo que sea, cogerte las vacaciones en agosto, todo tiene un olor a déjà vu, a ya vivido, especialmente en cuanto a noticias se refiere. El concurso del Cante de las Minas, las Perseidas, la Tomatina de Buñol… Una especie de sota, caballo y rey, que en plan puente de varios ojos te guía, o te pone de patitas en septiembre.

Quizás este año con la participación de un Partido Popular ya del Señor Casado, parecen empeñados en decorar de “diferente” un mes, que por otro lado, tiene un olor inequívoco a fiesta de pueblo, de muchos de los pueblos de nuestra geografía.

Tal como están de revolucionados, que no tiene nada que ver con “revolucionarios”, los populares, en cualquier momento van a recibir la propuesta de un contrato con Duracell. Y tendremos a un Casado autómata, saludando a todo tipo de gente, de todos los colores, mientras acto seguido está también totalmente exaltado en primera línea de lo que sea. Porque, quizás, lo importante, por ahora, es que se le vea al frente de todo.

De todas maneras, sus colaboradores deberían de tener un poco de cuidado, para que en un momento dado no esté al frente de corrientes opuestas, y en una especie de "big bang" pueda encender el firmamento político mientras desaparece.

Hoy, al Señor Casado en su periplo por todos lados le ha dado tiempo hasta de acercarse a La Moncloa y departir con el Presidente Sánchez, durante casi tres horas, en ese bonito juego, que en España triunfa siempre, de digas lo que digas yo siempre diré lo contrario. Incluso, aunque casi todavía hace un mes, el anterior Presidente hiciera lo contrario de lo que tu partido dice ahora.

En los mentideros se rumoreaba que para el encuentro de hoy en Moncloa, y visto la velocidad del nuevo representante popular, se había estudiado la posibilidad de acolchar cualquier arista o esquina que estuviera en el previsible recorrido. Al final este extremo no ha sido confirmado.

Ya para terminar diré que tengo un amigo, Josetxo, al que denomino, con mucho cariño además, como “filósofo de taberna”.  Y hoy me ha dicho que el Señor Casado lo tiene muy difícil porque tiene que andar lo suyo más el tiempo en que separaba, o estaba quieto, que era casi siempre, su antecesor, el Señor Rajoy. Y visto desde los ojos de Josetxo, aunque en poco tiempo el Señor Casado Blanco se ha movido mucho, todavía le queda, como en aquella película de dibujos animados, o movidos también, “hasta el universo y más allá”.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 4 de julio de 2018

LA VERDAD... ¿NO IMPORTA?



Siempre he estado convencido de que tenemos el país que nos merecemos. Que es lo mismo que decir; así está el país, así estamos nosotros.

Y  en unos días en los que se está pasteleando con nuestra televisión estatal, sin que ninguno de nosotros ni siquiera parpadee, lo que hizo ayer Telecinco, para los que están siguiendo la serie “La verdad”, tener esperando a sus seguidores, durante más de una hora sin dar ninguna explicación, por razones “mundialistas”, para luego salirse por la tangente, repitiendo el capítulo anterior, es como diría mi amigo el filósofo de taberna: como ir a mear, y no echar ni gota.

Al final habrá que actuar como hace este vecino del mundo desde hace tiempo, ver lo que ofrecen las diferentes cadenas y programarse mediante las opciones que ofrece internet lo que te apetece ver en cada momento.

Porque, entre otras cosas, decidirse por seguir una serie o no, por muy buenas críticas de que venga precedida, me refiero a las series españolas, que en nada desmerecen a las de fuera, significa que quizás ahora te viene bien esa serie porque es los lunes. Pero a lo mejor luego, la ponen los martes. O incluso, el “iluminado” de la cadena, que cada televisión como mínimo tiene uno, le da por cerrar el grifo de la serie hasta dentro de unos meses (al parecer el iluminado de Telecinco, en el caso de esta serie, lo ha debido de dejar, porque él lo vale, para otoño) y tú, con ese cabreo que te haría jurar en arameo, te lo tienes que tragar con patatas.

Además, tal como están las cosas, ya no sabes si quieres que una serie triunfe porque los trece capítulos (nueve en esta serie), se pueden convertir en trece temporadas. Y, por ejemplo, la pareja protagonista que se llevaba también, por exigencias del guion, y nunca mejor dicho, tiene que discutir e incluso divorciarse, porque, de lo contrario no hay historia que aguante tantos capítulos, ni actores que aguanten el mismo contrato. Y si no recordar lo que pasó con aquella gran serie que fue “Hospital Central”-

Y si desde las televisiones nos tienen ese respeto, ninguno, programando y contraprogramando, qué respeto nos deben de tener  “todos los partidos”, desde el centro (porque en España se supone que no hay partidos de derechas, aunque alguno siempre ate, y bien atado, “lo que quieren los españoles” con lo que hacen ellos) hasta a la extrema izquierda, que en ese círculo vicioso que es nuestra España, debe de empalmar ya con ese centro que comentaba anteriormente.

Si queremos que espabile España, tenemos que espabilar cada uno de nosotros, y no dejar pasar ninguna. Ayer nos habéis fallado, no hay disculpas que valgan. Pero nuestros gerifaltes saben que tenemos tragaderas del tamaño de un agujero negro.

Siempre me acordaré lo que dijo aquel político español, no hace muchos años, tras el subidón de un mitin en pleno furor electoral: Si les llego a prometer que les pongo una playa, tragan también.

Si no queremos que nos prometan más playas fantasmas, el futuro comienza hoy mismo. Y recuerda: no creen que somos buenos, sino tontos.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de marzo de 2018

EL MARQUÉS DE GRIÑÓN, Y LA IMPORTANCIA DEL RELATO...


Debe de ser verdad eso de que los hombres sólo pueden hacer una cosa a la vez, porque llevo varios días pensando-rumiando, casi obsesivamente, eso que se ha sabido de que el Círculo Fortuny, asociación española representante de las empresas e industrias de alta gama españolas, con Carlos Falcó, Marqués de Griñón, y Enrique Loewe al frente, ha pedido a la Real Academia Española de la Lengua (RAE) que modifique la definición de la palabra "lujo", ya que las que existen, según su opinión,  "son bastante negativas" (Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo / Abundancia de cosas no necesarias / Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo), y según el parecer de esta asociación, el concepto se puede "mejorar".

Y no dejo de empalmar esta noticia con ese dicho de que "la historia la escriben los vencedores", con lo cual ya tendríamos, no sé si me siguen, el “crimen perfecto”. Por ejemplo, haces lo que te da la gana, en el utópico caso de que seas el jefe del gobierno, como que la mayoría del pueblo vea más de cerca la pobreza (¿Os suena?), o se mezcle con ella, y luego le pides a la Real Academia que edulcore el concepto de “pobreza”, con algo así como que los pobres verán a Dios, y que además, comer poco es bueno para la dieta. Y al final lo que consigues es que en lugar de una putada, en el caso del ejemplo, el gobierno en cuestión te esté haciendo un favor.

Luego, más adelante en sus declaraciones, el Marqués de Griñón se viene arriba, más todavía, y se pone hasta lírico diciendo que para él, el lujo tiene que ver más por ejemplo con una experiencia que vivió el pasado diciembre con su hija mayor, Xandra Falcó, a la que hacía tiempo que no veía y con quien, en un día soleado, cocinó con el primer aceite de su cosecha delante de su casa una tortilla de patatas. "Esto es un lujo y hay que mantener esta definición".

Y este vecino no deja de pensar en la gran cantidad de “su” posesivo que se encuentra en el relato poético del Marqués: aceite de “su” cosecha (en “su” tierra, que ésto último no se menciona, pero se sobrentiende), …”su” casa; que quizás, en realidad todo ello junto, sea el verdadero lujo.

Por cierto, y haciendo un inciso, lo que más quiero de Don Carlos Falcó, y no está en su relato, y no pongo nada de ironía en ello, es a su hija Tamara. Esa si que es un "lujo de hija", y aún, quizás, sin quererlo ella misma, y espero que se me entienda, "es la verdad sin filtro".

Quizás, en el fondo, y volviendo al tema principal, el concepto negativo no está en la definición de “lujo”, sino que siguen existiendo dos Españas, pero no las del poeta: 

Una que tiene el lujo por castigo y que quiere que no se note, o que no lo notemos los de la otra España, que el lujo que añora es el de poder tener tres comidas y el futuro asegurado. Pero ahora a eso no le llaman las verdades del barquero, sino populismo, o también popularismo, que según el diccionario de la R.A.E. también se usa en sentido despectivo. 

El currito de turno, sin embargo, no tiene tiempo ni para intentar convencer a los miembros de la Academia de la Lengua, ni por supuesto agasajarles con “sus” productos, que no tiene; porque todo cuesta, y me lo han puesto a huevo hoy, un "griñón". Y lo de "agasajar a los miembros de la Academia", sólo era como gesto de hospitalidad, no vayan a pensar que…

Y para terminar, mencionaremos al gran filósofo Groucho Marx,  que sin mencionar el "lujo", hizo un buen retrato al decir: "Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna". 

Gracias a Dios, o al que sea, que Groucho no está disponible para que el Círculo Fortuny se ponga en contacto con él; aunque tratándose de Groucho, seguro que, en este caso, probaba la cuadratura del Círculo.

*FOTO: DE LA RED




















sábado, 28 de junio de 2014

DIFERENTES MUNDOS

Esta mañana me he debido de despertar filósofo porque he llegado a la conclusión  de que cultivarse es una manera de crecer, por eso cada vez que vas creciendo ves el mundo desde diferente ángulo, y te va pareciendo diferente.
Por lo que se ve, ayer, tras ver “Sálvame Deluxe” mis neuronas han debido de sufrir  una especie de ataque radioactivo y, o desaparecían, o se volvían hiperactivas…Y aquí estoy, preguntándome sobre la vida, y las miles de vidas que hay, dependiendo del ángulo por el que se mire. La verdad es que ver la vida según Pau Gasol tiene que ser, cuando menos, curiosa, muy desde arriba, y como alguien se cambie la raya del pelo de sitio, ya no lo conoce.
Este vecino es un gran oyente, e incluso escuchante de la radio, y llega a establecer un vínculo muy grande con sus locutores/periodistas favoritos. Ellos incluso llegan a convertirse en una especie de Pepito Grillo de tus inquietudes, sufren y se quejan por las mismas cosas que tú, incluso tienen los mismos problemas, y no les llega el dinero prácticamente desde el final de la primera semana del mes en cuestión, como a ti.
Sin embargo, a finales de Junio ocurre un fenómeno muy curioso, descubres que ellos son estrellas de la radio, y se despiden de ti, porque se van de vacaciones hasta Septiembre/Octubre, dos o tres meses de vacaciones, por mucho que “lo vendan” como que se reciclan o invierten su tiempo en ver nuevos formatos para seguir estando en primera línea en la comunicación. Quizás por eso, unos locutores/presentadores se tratan entre sí de “maestros”. Debe de ser porque cogen las vacaciones igual de largas que ellos.
Y mientras tanto, en las ondas, como se decía antes, sigue el mismo programa pero con los segundos o terceros espadas, y plagado además de becarios. Y tú, en el fondo, te sientes colaborador a la fuerza de este sistema que solo premia bien a las estrellas y los demás sobreviven como pueden. Y cuando los más afortunados ven la vida lo más alejada posible de la realidad, otros, la mayoría, vemos primeros planos de “los poros” de nuestros problemas. Y como no tenemos vista aérea  u otro tipo de referencias, cada problema se convierte en una especie de jeroglífico insalvable.
Por otro lado, el mundo de la política está apartado de todo, y como si fuera un gag de los Hermanos Marx, antes de votar tienen que votar para saber lo que tienen que votar, y mientras, hoy, en el PSOE, están todos preocupados por el número de avales que ha conseguido su futurible candidato. A este vecino lo de enseñarse los unos a los otros sus avales le parece algo que se acerca a lo pornográfico y que se pudiera resumir en “veamos quién la tiene más grande”. Como siempre, en un mundo aparte y muy alejado de la realidad.

*FOTO: DE LA RED