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lunes, 1 de junio de 2015

PASAPORTE AL INFINITO, U OTRA AVENTURA DE NUESTRO FROILÁN


Hace tan solo unos días nos hemos hecho eco de una nueva entrega de las aventuras de Froilán, el sobrino díscolo del Rey Felipe VI.

Al parecer, como la mayoría de los visitantes a este ático para ahora ya sabrán, Froilán quiso entrar en una de las atracciones del parque temático de Madrid, El Abismo,  sin esperar turno, alegando: “Soy el cuarto en la línea de sucesión al trono.” Esa discusión retrasó la cola de la citada atracción, y en aquel momento un niño de facciones orientales le increpa por querer colarse. En ese momento, al parecer Froilán se enfadó y supuestamente le espetó el ya famoso: "¡Tú cállate, puto chino!".

Froilán tras cumplir su mayoría de edad, y si las “cosas” no cambian, puede ser carne de reality. En el confluyen dos circunstancias: famoso por sangre y famoso por casualidad en televisión por "quítame esa patada querida prima". Y desde entonces ya está marcado por el ojo público. Primero cayó bien, por ser un niño y hacer lo que hace un niño, sin saber lo que es quedar bien. A todo esto hay que añadir, como diría el pueblo, que “es igual, igual que su madre(Doña Elena), y por lo tanto un Borbón, con el morbo que en determinadas circunstancias tener “sangre azul” puede concitar.

Quizás la famosa foto de Froilán junto a la ventana, con un aire de frustración más que evidente, sea una especie de metáfora de sus sentimientos de libertad y el lugar que ocupa por el destino.

Pero no debemos olvidar que el comienzo, más o menos circunstancial, es una cosa, pero luego el resto del camino lo está haciendo solo. Y no será este vecino el que tenga que decir a su familia cómo cuidarle, si más o menos, porque el vecino bastante tiene con cuidarse a sí mismo. Además ya sabemos que incluso dos hermanos criados en una misma familia, de la misma manera, pueden obtener resultados diferentes.

Fue bautizado como Felipe Juan Froilán de todos los Santos Marichalar y Borbón (tantos nombres ya denota rancio abolengo), pero el pueblo desde el día de la patada nupcial ya le bautizó como Froilán, sin marcha atrás, por muy “Pipe” que sea llamado en el núcleo familiar.

Dentro de unos años es posible que nos enteremos de que nuestro Froilán, le ha cogido gusto al gimnasio y está horneando un cuerpo que para sí lo quisiera “La Roca”. Ya entonces el camino estaría terminado para un programa al estilo “Mujeres y hombres y viceversa”, pero de alta cuna europea, naturalmente con traducción simultánea para el televidente.  Porque Froilán, como ya hemos dicho, es carne de reality, y es probable que los primeros fichajes del programa los coparan Froilán junto con algún residente en un pequeño principado europeo.

Una de las presuntas cualidades, que pudieran convertirse en problema, y que nos puede dar mucho a pensar, que concurren en Froilán, es su total sinceridad. Al parecer, en su caso, lo políticamente correcto no existe, o quizás la simple mención de la palabra “política” le produzca un sarpullido en su conducta. Él “solo” quería avanzar más rápido en la cola de una atracción del  parque temático de Madrid, o lo que sin eufemismos sería llanamente “colarse”. Y el españolito de a pie se pregunta: ¿Cuántas veces habrá ocurrido lo mismo, colarse en un evento por sangre azul, por millones o por cualquier excusa inventada en el momento, porque esa persona era, por algún motivo, para alguien, más importante que el resto?


Y ya para terminar, este vecino del mundo os propone imaginaros, por un momento, un cruce ¿perfecto? entre “nuestro” Froilán, y el ínclito Francisco Nicolás Gómez Iglesias, o más conocido como el Pequeño Nicolás. 

Darle a Nicolás un rancio abolengo hubiera sido como darle un pasaporte “al infinito y mucho más”. Pero, bien pensado, seguro que de éstos hay más de uno, pero son tan inteligentes que no salen en ningún papel, cuché o no.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 29 de octubre de 2014

PREPARANDO HALLOWEEN

Ya tengo organizado todo para el próximo Halloween. Lo más difícil ha sido conseguir una careta de Ana Mato, que ya la tengo. Por lo demás, con una peluca morena y una bata blanca, muy arrugada, que llegue hasta el suelo, voy a dar el pego de esas películas japonesas de terror. Lo ideal sería poder pasear de esa guisa por los pasillos del Hospital Carlos III, pero aparte de muy difícil de conseguirlo, puede ser contraproducente, ya que  ellos ya están preparados para el ébola, pero no sé si para esa aparición.
Hasta muy última hora he estado sopesando disfrazarme de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, para todos ya, y para siempre, rebautizado como el pequeño Nicolás, del que ya hemos hablado hace muy pocas fechas (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/10/francisco-nicolas-mago-y-escapista.html). 
Lo que ocurre, es que este joven no da miedo ni mucho menos, muy al contrario,  más de uno optaría por adoptarlo como mascota. Para más de uno es un héroe inconfeso, en el fuero interno alguno quisiera hacer lo que ha hecho él, engañar a muchos que se supone que en el fondo pensamos que engañan a todo el mundo, pero nadie lo va a reconocer.
Le tengo cierta simpatía, porque me recuerda a una especie de Forrest Gump a la española, solo que a diferencia del héroe americano, a éste le ha abandonado, el principal ingrediente, la suerte, y ahora todo el mundo opina de él, y especialmente los que no saben nada, porque él, con ayuda de sus familiares, muy acertadamente “se ha quitado del medio”, y aquellos con los que alternaba no sueltan prenda, y si han perdido algo de dinero o le han prestado favores, todo el mundo ya se imagina que es porque algo pensaban obtener. 
Ahora ha empezado una especie de bola de nieve de rumores, y especialmente en los programas matinales de televisión, en esos que lo mismo te hablan de una ruptura sentimental que de una estupenda receta de cocina. Están haciendo todo tipo de especulaciones, saben además que él no va a responder, y si lo hace mejor que mejor para ellos, y eso es muy peligroso porque todavía hay mucha gente que dice eso de: “debe de ser verdad porque lo ha dicho la televisión”.
Según esa última afirmación, Pablo Iglesias, y consecuentemente “Podemos”, no existen porque la Televisión Española, esa que pagamos entre todos, todavía no ha emitido ningún minuto de ellos.
Volviendo al mencionado disfraz para Halloween, quizás lo "re-mato" con un toque realista pero malicioso al mismo tiempo, una bolsa de alguna tienda, pero de esas muy caras, de “Loewe” para arriba, para aparentar un cierto estatus, y que sobresalgan de ella unos confetis, en clara alusión al presunto pasado de la todavía ministra, y también una manga de un traje de protección contra el virus del ébola, seguro que no sería el primero en utilizarlo en ese día.
Lo que ocurre es que hay que ser un poco práctico, y si voy con tanta parafernalia, al partir del segundo trago, la vergüenza no voy a perder, porque cada uno es como es, pero de la bolsa no me queda ni el asa. Además, decir simplemente “Ana Mato” ya es sembrar el pánico, sino que se le pregunten al  Señor Rajoy, que ya procura ni mencionarla en ninguna de sus comparecencias. 

*FOTO: DE LA RED