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jueves, 2 de abril de 2020

A LA DERECHA DEL PADRE


En momentos en que a consecuencia del “corona” (como desgraciadamente se ha integrado en nuestras vidas tan rápidamente, ya se le debe de tratar familiarmente, eso sí, con mucho, mucho respeto) todo lo pautado para este año, Olimpiadas y Wimbledon incluidos, se está yendo al garete, o a la porra, este vecino del mundo sería de la opinión que este año fuera solo de seis meses. Es decir, hasta finales de junio, para dejar los restos del naufragio un poco decentes, y volver a empezar.

Como si de una toma falsa en una película fuera, deberíamos, todos, es decir los que quedemos, o queden, que uno nunca sabe la duración de su guion, y menos en el montaje final del director, se debería de volver a las marcas de origen y comenzar otra vez. Una manera de aprender de nuestros errores, que por supuesto ni aun así aprenderemos.

Hay momentos en que por todo lo que está pasando, tenemos los sentimientos a flor de piel, y el mal tiempo también colabora a crear una especie de irrealidad en la que en cualquier momento pudiéramos oír por los medios el anuncio de la lotería de Navidad, sin que se nos saltasen las alarmas.

Entre otras cosas que todo esto nos va a enseñar es que un bichito puede entorpecer todo, todo, menos por supuesto la dichosa Declaración de la renta, que este vecino se atreve a decir que visto así, desde la urgencia de tomar decisiones, debe ser sino lo único sagrado, sí lo único a respetar. 

Si algún día hacemos un edificio para glosar esto que nos está pasando, merecerá una especie de altar apartado de todo, y con todo tipo de alarmas para ser inviolable: Antes morir que no declarar a Hacienda. Mejor no preguntar, pero cualquier día nos enteramos que está: a la derecha del Padre.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 13 de agosto de 2015

LA CABRA TIRA ... AL NEGLIGÉ



Formando parte del, digamos, batiburrillo veraniego en Agosto, estamos en plena noche de las Lágrimas de San Lorenzo, que como cada año y en el argot de la lotería no me ha tocado ni la pedrea de ver tan solo una de ellas. Bueno, mirando desde la ventana y por la noche, naturalmente, he descubierto que la morena del edificio de enfrente, aparte de que, y dado la estrechez de la calle que nos separa, he notado que se ha cambiado de perfumé, por uno más afrutado,  llevaba un negligé trasparentemente negro, que puede ser que fuera de mala calidad, porque me ha teñido del mismo color negro. Por cierto, bailaba sola, sensual pero sola, o quizás, conmigo en la distancia...

Me he sentido una mezcla de James Stewart en “La  ventana indiscreta”, y el protagonista de “Doble de cuerpo” vigilando a una desprendida (de ropa) y joven, Melanie Griffith. Pero, eso sí, el observador, yo, con muchísimo más calor.

Y es que la vida hay que tomársela  como viene,  eso sí, poco a poco, para no empacharse. Que en lugar de una lágrima de San Lorenzo, descubres una estrella, rutilante eso sí, pero de carne y hueso, muy cerca de ti…, pues a nadie le amarga un dulce, y además hay que amortizar las lentillas y aguzar la vista, aunque sea unas décimas de segundo, porque yo no quería, pero ha sido una verdadera casualidad…

Como vulgarmente se suele decir, “estando en éstas”, he pensado que lo curiosa que es la vida, mucho tema espiritual: la búsqueda de nuestra razón de ser, si hay algo en el más allá, en el caso del que más allá exista, o incluso lo que pudiéramos denominar “asuntos de la ciencia a nivel de usuario”, intentando ver algo de las Perséidas, y al final nos conformamos con nuestra vecina en, digamos,  estado de gracia. Es lo mismo que hablar todo el día de que no hay nada mejor que los documentales de la 2, y al final te pillan viendo “Sálvame” en cualquiera de sus versiones. Y es que no nos engañemos, la cabra siempre tira al monte, y los hombres, en cuanto nos dejan, perdemos no solo los papeles, sino hasta el orgullo, eso si alguna vez lo tuvimos.


Y ahora, qué excusa me invento para decirle a La Nuri, mi sufrida, si me ve “buscando las Perséidas”, por ejemplo, en pleno mes de Octubre. Se admiten sugerencias. Si al menos existiera Superman con sus vuelos…

*FOTO: DE LA RED