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viernes, 2 de agosto de 2019

CANTINFLAS VA AL STADIUM...



Agosto siempre ha tenido  mucho de ladrón de guante blanco y quizás, para cuando te das cuenta de que ha llegado, ya lo tienes dentro de la nuca.
Casi, casi como lo del nuevo nombre al campo de la Real Sociedad de Fútbol, el de Anoeta. Ahora se nos dice, se supone que como motivo “una millonada”, que lo tenemos que llamar “Reale Seguros Stadium”. Se ha hecho, lo del bautizo, tan mal que es perjudicial hasta para la compañía que le da nombre, ¡seguro! (el chiste era fácil y este vecino del mundo no ha podido, ni querido, resistirse).

Pareciera que con la consulta que se hizo en su momento a los aficionados sobre si llevar el patrocinio de alguna empresa de apuestas en la camiseta o no, se abría una gran puerta a la consulta popular, con lo bueno y lo malo que puede tener; entre otras cosas el preguntar por todo y que al final las decisiones importantes no las tomen los que cobran por su cargo y por jugarse su criterio, sino que el graderío además de sufrir por los resultados deportivos, dé la cara por lo que otros en realidad cobran a fin de mes.

Unos ciudadanos, los donostiarras, tan acostumbrados a que en su Ayuntamiento se maree la perdiz de las decisiones con comisiones y más comisiones aclaratorias que en su lugar “duermen” lo que en su momento pudo ser importante, ahora se encuentran que al campo no sólo se le llama en inglés, Stadium, sino que ya se le ha bautizado y nadie les invitó al bautizo. Dentro de poco, tranquilos, que para redondear el desaguisado, solo falta que se les mande la factura del ágape. Todo se andará...

Para ser una instalación pagada, se supone, con dinero público, alguien ha debido de correr demasiado. Y siempre se ha dicho eso de que las prisas no son buenas consejeras, al margen del consabido “correr es de cobardes”.

Ya para terminar, este vecino o mucho se equivoca, o todo esto terminará con una palabra que aunque ya esté en desuso, es en sí misma aclaratoria. Saldrá alguien de la Real Sociedad para decir o hacer una “cantinflada": Darle muchas vueltas a las palabras para al final no decir nada.

*COMPOSICIÓN: DE LA RED

miércoles, 24 de agosto de 2016

LO QUE EL CORAZÓN SE LLEVA



¿Qué harías si te enteras que dentro de veinticuatro horas es el fin del mundo?


Esa pregunta la hicieron hace un par de días en un programa de radio, mientras paseaba en solitario a eso de las dos de la madrugada muy cerca del mar, buscando el pedazo de luna que faltaba.


Desde entonces, la pregunta se ha pegado a mí como una lapa.


Tras la primera típica respuesta que, sin tapujos ni milongas, la mayoría de nosotros públicamente, o no,  haría vendiéndonos una orgía sin fin (pero, no nos engañemos, con veinticuatro horas de caducidad), creo que desde un primer momento lo tuve clarísimo.


Prácticamente lo primero, y lo único, que haría sería decir a las dos personas más importantes en mi vida, y sin orden, lo mucho que las quiero.


Una de ellas, es fan, y crítica cuando se le pregunta (que eso siempre es muy importante), de este blog. Se negará a reconocerlo, pero en el fondo, está segura de que es ella. Esa persona que ha sabido cambiar los esquemas de mi vida, y ha calado en cada poro de mi piel.


La otra persona, si le importo, me imagino que siempre es después de mucha gente. Quizás, nunca una mala palabra desde su lado, pero nunca también, aunque parezca una contradicción, o al menos desde hace muchísimo tiempo, un buen gesto. Pero ese tipo de amor, el mío por ella, nunca cesará tampoco.


Al final, parece que el amor es una especie de salvavidas, ¿la nuestra?, que flota por encima de todas las adversidades y quiere quedar por encima del último recuerdo. El amor es ese sello indeleble que quieres que permanezca con el último aroma de tu esencia.


¿Algún otro deseo por cumplir?


Uno, quizá, muy sencillo, porque se puede comprar con dinero, pero al mismo tiempo bastante complicado cuando no se tienen medios. Pasar una noche de luna llena, requisito indispensable, en calma chicha, a bordo de una embarcación (de unos cinco metros es suficiente), tumbado en ella, observando el cielo hasta que parezca que me elevo, o me caigo en el abismo que me rodea, porque ambas pueden ser las sensaciones. Que conste que tampoco lo pongo muy difícil, porque, y quizás también sea mucho pedir, en la mitad de la bahía donostiarra puede convalidar ese deseo.


Al final, debe de ser verdad eso de que nos vamos ligeros de equipaje, porque lo verdadero, nuestro tesoro, siempre va en el corazón. ¿Puede sonar cursi? Es la verdad, aunque ésta se pueda disfrazar de mantequilla deslizante…



*FOTO: DE LA RED

domingo, 22 de noviembre de 2015

CABREO A LA DONOSTIARRA



Si de algo este vecino no es dudoso, es de su cariño, e incluso amor, por Donosti. Uno no es donostiarra de nacimiento, eso no se puede elegir, pero sí de adopción, eso se busca, y algunas veces el destino te lo otorga. Pero lo de hoy, un frío y lluvioso domingo, no es de recibo.

No es de recibo que en un Donosti, puro referente turístico, no haya un sitio donde cobijarse, a la una menos cuarto del mediodía, mientras se espera, cuarenta y cinco minutos, al autobús en la provisional estación de autobuses, que solo lleva abierta treinta y cinco años. Los dos bares cercanos cerrados, y en el hotel de al lado, sólo sitio al lado de la barra y de pie. Da la sensación de que se cuida el "todo", pero se han descuidado los detalles.

Por un momento hemos creído que Dios se apiadaba de nosotros, y aunque sea, para calentarnos,  podíamos comprar unos churros en la churrería que se suele instalar temporalmente muy cerca de la estación. Se acerca La Nuri, mi sufrida, con ansias, con nerviosismo, seguramente muy similar al sentir que alguien puede tener al encontrarse un chiringuito en la mitad de un desierto, y que se teme que de un momento a otro descubra que solo era un espejismo. Dispuesta a pedir, si hiciera falta, cincuenta docenas de churros, en caso de que solo prepararan para grandes grupos, y la mujer encargada le dice, que a esa hora no es posible, que está limpiando.

Uno nunca ha tenido una churrería, pero como en cualquier bar, o restaurante, este vecino del mundo juraría que eso, la limpieza del local, y naturalmente de los utensilios, se debería de hacer al final de la jornada laboral, con todo aún caliente, y más fácil de quitar. Pero, Donosti, es diferente.

Gracias a Dios, y teniendo en cuenta que en esta ciudad no te cobran, sino que te clavan, la dependienta ha tenido un detalle con La Nuri, y no le ha pedido nada por tener a bien contestar a las preguntas. Todo un detalle por parte de la churrera.

Pero nosotros nos hemos quedado como las ovejas ante la vía del tren, viendo la vida pasar, sintiendo frío y una total incomprensión.

Qué queréis que os diga, este vecino del mundo, solo ha podido deducir que para qué van a tener los negocios más tiempo abiertos, si con el tiempo que tienen a bien abrir, y con lo que cobran, ya hacen realidad sus sueños.

Y que nadie me venga recordando que ya por fin en muy poco tiempo estará inaugurada la eternamente, y ésto es literal, esperada nueva estación de autobuses. Porque seguro, seguro, que alguien se ha olvidado diseñar algo, visto lo del despiste con las dársenas para minusválidos. Parece, al menos, y no es poco, que ya hay túnel de entrada y de salida para los autobuses que eso no es poco.

¿Que parezco cabreado? No, lo estoy y mucho. Cada vez estoy más convencido, y esto va a doler, que Donosti hace muchos años se durmió en los laureles, y ahí sigue. De vez en cuando, cuando los concejales tienen a bien ponerse de acuerdo, y no queda la cosa en un eterno estudio, hacen algo nuevo, y lo publicitan hasta la extenuación. Pero el currito que está tieso, a pasear por el “marco incomparable”. Y eso, hasta que a algún genio se le ocurra hacerle alguna modificación en lo que la naturaleza nos dejó, y tengamos que pagar por verlo y disfrutarlo. ¡Al tiempo!

Y mientras, ahora, en casa, con los pies dentro de un barreño con agua caliente, intentando quitarme el frío que un simple bar abierto, un café con leche y un pincho de tortilla, lo hubieran evitado. Ya sé que uno es muy raro, y que es su culpa, y no de La Bella Easo, que por cierto, es marca registrada … en Zaragoza. Esa es otra, y no espabilaremos nunca.

*FOTO: DE LA RED


jueves, 24 de julio de 2014

TAMBORRADA DE TOGAS

Con el sopor que le estaba invadiendo a este vecino tras la comida, le ha parecido contemplar, en el informativo televisivo, y teniendo en cuenta que él es un donostiarra advenido, una especie de tamborrada de togas cercana a Cibeles, en el corazón de Madrid.
Dando la espalda a la luz, procedente del televisor esta vez, el vecino ha captado la noticia real, y es que alrededor de unos 700 abogados de los distintos colegios de toda España se han concentrado con sus togas negras para defender el servicio público de la justicia gratuita, y llamar la atención  de que la reforma liderada por el ministro, Alberto Ruiz-Gallardón,  dejará indefensos a los más desfavorecidos, poniendo en riesgo, además, el trabajo de unos 42.000 abogados de oficio.
Es indignante que mientras ésto ocurría en el “manifestódromo oficial” de Madrid, el mismo ministro se defendiera en los medios públicos diciendo que, en realidad, los abogados se estaban manifestando porque con la citada reforma iban a ganar menos dinero. Sin embargo, y debido a estas manifestaciones del ministro, uno de los organizadores de la citada concentración ha retado al Señor Ruiz-Gallardón a que enseñe uno solo de los papeles que le han entregado en el que se haga referencia a lo que él alude.
Con eso de la manifestación mencionada, este vecino ha estado meditando sobre la gran cantidad de huelgas de todo tipo que en estos tiempos se están organizando,  echando de menos una manifestación de diputados
Quizás, ha dado en la clave,  y todo comenzará a ir mejor cuando haya una manifestación de diputados, con ministros incluidos desfilando agarrados a su cartera, como no podía ser de otra manera.
Si ellos se quejan quiere decir que entonces a ellos les va mal, o al menos algo peor, y quizás, por aquello de variar,  a nosotros mejor, porque está demostrado con creces que viven bastante alejados de la realidad. 
Ya se sabía que tenían Ipad a cargo del contribuyente , pero lo último que ha trascendido es que también les pagamos línea de ADSL en su casa y conexión a internet.
Si las cosas a este vecino le van un poquito peor, es decir, rematadamente mal, va a tener que recabar información de la dirección de los diputados más cercanos a su casa, no para hacer ningún tipo de “scratch”o seguimiento personal, tranquilos los legisladores que no tienen que sacarse una ley de un día para otro,  sino para pedirles que le dejen subir a la red estos posts desde su conexión, ya que algunos de sus megas está claro que le pertenecen.
Con todas las prebendas que tienen, últimamente les ha salido una nube en el sol perpetuo que disfrutan, y esa nube, para más información, tiene forma de coleta y trae vientos de cambio. Mientras, ellos, los diputados y sus compañeros de partido, se pasan ideas, por el ADSL, que pagamos todos, sobre cómo pueden neutralizar al que encima, para más inri, tiene apellido del templo del Dios que todo lo ve.
Decidido, este vecino va a dejar de dormitar mientras ve la televisión, le deja mal cuerpo.

*FOTO: DE LA RED

martes, 4 de marzo de 2014

MIRAR NO CUESTA NADA


Que el donostiarra es específicamente mirón quedó ayer demostrado con creces ante el espectáculo de luz, muy poca por cierto, y sonido, que el temporal, y la alerta roja, nos brindaron en una especie de prolongación del ambiente carnavalero de los días anteriores.
Estamos, porque este vecino se incluye aunque en realidad es un agregado, moldeados de tal manera que todo lo convertimos en Concurso Internacional de Fuegos Artificiales, y raro es el donostiarra que al amanecer o al atardecer, no se congregara a lo largo de una de sus playas para contemplar el poder de la naturaleza en todo su esplendor. Hay que decir que este vecino, cada vez que las olas o bien rompían en la costa o en cualquiera de los puentes de la ciudad, echó de menos el ¡ohhhhhhh! con que se jalea cualquier “japonesa” cuando explosiona durante la Semana Grande.
Como a este vecino siempre le gusta, como buen cinéfilo, poner la cámara en diferentes ángulos para crear otras perspectivas, buen día también para los denominados amigos de lo ajeno, pues muchos domicilios estarían vacíos de sus moradores, y no le extrañaría que haya aumentado, desgraciadamente, los damnificados por los ladrones, y en este caso, aunque quizás lo pudiera parecer, este vecino no está hablando de las denominadas “preferentes”, que también es otro tipo de robo, aunque los presuntos culpables de esto último llevan corbata y su foto en lugar de estar en un archivo policial, seguro que está en alguna orla, o “adornando” varias directivas empresariales.
Por cierto, ayer este vecino y ayudado por información conseguida por internet,consiguió llevar acabo uno de los nuevos doce trabajos de Hércules, si éste se reencarnara en héroe de carne y hueso. 
En los tiempos del consumismo por el consumismo, y el tirar todo por conseguir algo más moderno, este vecino consiguió encontrar en Donosti, a uno de los últimos reparadores de paraguas, especie prácticamente en extinción. Se encuentra en Padre Larroca, 9, Gros, un bajo pequeñito, y aunque esto último parece una redundancia, es así.
Tras expresar mi alegría por encontrarle, en unas breves palabras me expresó el gran mal que las tiendas de chinos, y sus precios, han causado para su sector. Aunque este vecino le dio su opinión de que con los tiempos duros de crisis, a más de uno le vendría bien conocer su dirección, especialmente teniendo en cuenta que cada vez hay más gente que, aunque se vista de Guzzi, no le hace ascos, y cada vez más, a lo “baratuzzi".

*FOTOS: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

jueves, 16 de enero de 2014

PONGA UN TAMBOR EN SU VIDA...

No hay un lugar en Donosti estos días, cercanos al día de San Sebastián, que a eso de las ocho de la noche puedas estar libre de sufrir una agresión acústica en forma de ensayo de tamborrada. Además no te puedes quejar, viéndoles a ellas y a ellos con tanta dedicación maltratando a un tambor. 
Se supone que no debe de haber por ningún lado, ninguna asociación salvadora de tambores y similares porque de lo contrario estas fechas serían propicias para que pusieran todo tipo de querellas.
Más de una vez este vecino del mundo ha llegado a la conclusión de que los donostiarras, tan tranquilos, quizás demasiado, y comedidos, sin duda que en exceso, durante todo el año, soportando todo tipo de decisiones, cuando menos discutibles, por parte de los políticos de turno, y de resultados tan dispares de sus equipos deportivos, son así porque durante veinticuatro horas seguidas al año, se ponen tibios pegando a un tambor.
A alguien le ha dado por pensar el por qué cualquier donostiarra ha podido resistir tanto tiempo, más de treinta años, con los dimes y diretes de una estación de autobuses tan cambiante en su ubicación y ejecución, sin tan siquiera parpadear…Está claro que porque el 20 de Enero de cada año le ha dado a rabiar a su tambor. No hay otra explicación.
Partiendo de esta idea, de la presencia de un tambor, se podría lograr un mundo mejor, regalando tambores, para su uso naturalmente, a todos aquellos que tengan que tomar decisiones cuando menos complicadas para el resto de los que le rodean.
Lo mismo que está institucionalizado el “Tambor de oro” para aquel o aquella que durante todo el año, digamos que promocione Donosti, o se le relacione indefectiblemente con esta ciudad, también se deberían de repartir unos cuantos tambores al año a gente que por algún tipo de decisión haya creado algún conflicto durante el año, bien en su ciudad, autonomía o país.
Este año por ejemplo un máximo candidato para que se le regalara un tambor, y bien grande, y que lo usara hasta romper, sería el alcalde de Burgos, y a los concejales de su partido, por poner en jaque a gran parte de sus ciudadanos con decisiones cuando menos cuestionables.
Lo mismo que es tan común en el donostiarra hablar de “el marco incomparable” deberíamos, a partir de ahora, promocionar la frase “Ponga un tambor en su vida, y la verá de otra manera”. Seguro que es un paso más para cambiar el mundo, y de hacerlo un poco más donostiarra.

*FOTO: DE LA RED


viernes, 22 de noviembre de 2013

GATO ENCERRADO A LA DONOSTIARRA

Hoy escribo este post con el mono de trabajo puesto y restos de obra informática en él, ya que como muchos de vosotros sabéis,  tengo otro blog, ese de pintura, mostrando a mis hijos creados y amamantados al óleo. Y como se acercan las fechas navideñas, he pensado remozarlo con un poco de madera, para los marcos, y más ganas e ilusión si todavía se puede, con el fin de que alguno de los Reyes Magos, Papa Noel, o incluso nuestro Olentzero , pase algún encargo.
Este vecino no tiene ningún “negro”, como una Belén Esteban cualquiera, que haga su trabajo mientras se va de fiesta, y así obtener más carnaza para alimentar su vida. Por lo que estos últimos días o me sobran cuadros para ordenar, o me faltan horas.
Menos mal que la vida no hay que tomarla muy en serio, pues ya de primeras, en tu primera cita ante la sociedad que luego va formar parte de tu vida, apareces desnudo y en no muy buenas condiciones, por lo que a partir de ese momento solo puedes mejorar. Con gente que ya desde que eres un tierno infante se asoman a tu coche, sin pedir permiso, ni importarles si estás despierto o no, y empiezan a cogerte parecidos con alguien.
El problema es que luego tú mismo coges esa costumbre, y vas poniéndolo en práctica a lo largo de tu vida, comparando, por ejemplo, a las chicas que vas conociendo, no con tus tías precisamente, sino con esos sueños de papel de revista llamadas "top-models" y, claro, las chicas de carne y hueso pierden siempre por culpa del “fotochop” que ellas no llevan. Además, las mujeres que te rodean, hablan, e incluso se quejan, y las de papel cuché solo sonríen y siempre están divinas.
Y hablando de no tomarse la vida en serio, hoy aparece en uno de los periódicos donostiarras que se va a hacer un nuevo edificio, con dieciséis viviendas, al lado mismo de la lonja del puerto. Eso sí, con forma de cajas de pescado, una encima de otra.
Sinceramente, si fuera el veintiocho de Diciembre, estaría seguro de que es una inocentada, de lo contrario, o pienso de que a alguien, como vulgarmente se dice ahora, “se le ha ido la pinza”, o ésto huele a pelotazo inmobiliario, por mucho de que se le dé un toque pintoresco al edificio.
De todas maneras, será fácil de comprobarlo, porque aquí, en Donosti, si no hay gato encerrado se tardará unos treinta años en ponerse todos de acuerdo, y si se hace rápido, “pelotazo habemus”.
Si esta obra siguiera adelante, este vecino ya tiene otra idea para construir algo que nos daría un toque londinense, sin perder nuestra idiosincrasia: Construir una gran noria, al estilo de la que se construyó en Londres, pero ésta al final del Paseo Nuevo, en la plazoleta que está al frente mismo de la isla de Santa Clara. Eso sí, el “aspa” que soportaría el círculo de la noria, llevaría forma de “lauburu”. Si las cajas de pescado cuelan, la noria también, aunque bien pensado, la idea de las cajas sale ganando, porque el pescado siempre será para el gato que seguro que está encerrado.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA FIESTA DEL GIN TONIC Y LA MADRE DEL CORDERO

Lunes, día de recuerdos del fin de semana, y pocas expectativas, aunque me imagino que eso es cuestión de chasis también. Este vecino está convencido de que si le preguntas a Martin Berasategui será agotador la lista de “tareas” que tenga que hacer hoy, y más agotador la manera en que lo diga con ese “garrote” que lo usa sí o sí.
Sin embargo, ni este vecino es el Señor Berasategui, y eso que gana     el mundo culinario, ni le hace falta al vecino meterse en esos berenjenales.
Parece que no iba a existir el mundo tras el Festival de cine donostiarra, y sin embargo ya ha terminado con sus más que polémicos premios de este año, y es que no es lo mismo el gusto de unos, se supone entendidos cinéfilos, que además están a mesa y mantel durante más de una semana, a los gustos de esos locos que todavía se gastan el dinero en las salas de cine, sea o no sea época de glamour.
Este sábado pasado este vecino estaba escuchando una emisora de radio, esa a la que Shakespeare se refería con el “…SER o no SER”, un programa para los amantes del cine en el que se desgranaba, como no podía ser de otra manera, la semana en el festival donostiarra, y sin embargo, estoy seguro de que todos los “radioescuchas” como se decía antiguamente, con lo único que se quedaron, por desgracia, fue con una anécdota, por decirlo de alguna manera, en la que un local donostiarra había organizado un evento, esos días de fiesta del celuloide, que los locutores lo describieron como la fiesta del gin tonic, y ahora viene la madre del cordero, en la que se cobraba 18 euros por copa.
En primer lugar, este vecino no ve a las cada vez más escasas estrellas extranjeras con dinero en efectivo para pagar, ni que se atrevan a cobrarles, ya que son las que se supone darán relumbrón a la fiesta. En segundo lugar, cada vez son más “livianos” también, los medios de comunicación que osan mandar a periodistas acreditados para pasarse más de una semana con todos los gastos pagados, ni éstos se atreverán a pasar esa cuenta, como confesaban los sufridores de la citada emisora, a su empresa, con lo que a más de uno le va a quedar un regusto amargo de esta edición del festival.
De todas maneras, y como siempre, lo más probable es que el que pagara la citada tropelía fuera el pardillo que se aventuró a pulsar el latido del festival, y mientras que pagaba la cuenta, se juraba no volver más ni al festival, ni a llenar las salas del cine.
Y es que los que todavía intentan hacer cine, siempre dicen, que los    que suben los precios de esa industria no son ellos, ni tampoco,         visto lo visto, los que, en otro sentido además, dan mala imagen,       pero los que pagan el plato, y en este caso la copa, son los mismos que han aportado los impuestos para que cada año  el citado festival sea posible.
Tantos minutos durante el año intentando convencer a la gente de que un festival de cine es para todo tipo de gente, para que luego algunas personas de otras industrias lo desdigan con hechos, que no son precisamente amores.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 8 de septiembre de 2013

AMOR Y HABAS

Llevo todo el día acordándome de Amor. Era una vecina nuestra, en Donosti. No diría que era muy querida, pero sí que no pasaba desapercibida. Todo aquel que en algún momento se cruzaba con ella, no la olvidaba nunca.
Siempre vestida de negro, este vecino piensa que ya había nacido viuda, y con una pequeña renta todos los meses. Al no tener que preocuparse por su día  a día, se volcaba en la comunidad, pero no para ayudar en los problemas, sino que ejercía más bien el concepto de Gran Hermano. No se le escapaba nada. Es más, este vecino del mundo ha llegado a plantearse que tenía poderes psíquicos, y antes de que alguien hiciera algo, Amor ya sabía lo que cada uno de nosotros pensaba.
No se perdía una reunión de vecinos. Se colocaba en primera fila. No aportaba ideas, solo veía las pegas de las ideas ajenas. Eso sí, siempre nos pasaba informes de cómo estaba la situación de  los portales 2 y 6, el anterior y el posterior al nuestro, echando en cara lo mucho que ellos habían conseguido para su comunidad.
Lo curioso del caso es que  cuando nosotros intentábamos hacer  lo mismo que ellos, si era el caso, Amor se oponía a todo, con lo cual había momentos en los que se contradecía, porque a lo mejor hace unos meses había mantenido un criterio, y ahora mantenía el opuesto. Este vecino  siempre pensó que Amor no hubiera desentonado entre los miembros del ayuntamiento donostiarra, entre los que era frecuente el mismo cambio de criterio, dependiendo de si eran del partido del alcalde en ese momento o no.
Todos os preguntareis de por qué me estoy acordando de Amor ahora. Pues muy sencillo; por todas las voces que se están alzando ahora, alegrándose de que la candidatura de Madrid, como sede olímpica, se haya quedado fuera, y más en la primera ronda.
Hay personas que nunca quieren participar aportando ideas, pero que siempre destrozan las de los demás.
Se ha calculado que si Madrid se hubiera llevado la sede para los Juegos Olímpicos del 2020, ese impacto hubiera supuesto lo mismo que una campaña publicitaria por un valor de más de setecientos millones de dólares, y eso, se mire como se mire, siempre es bueno.
Que en España hay una aguda crisis lo sabemos todos, y eso no va a cambiar  sin la adjudicación de los juegos, pero sí podía haberse contemplado una oportunidad con el triunfo en la candidatura.
Como se suele decir en el argot castizo, en todos los sitios cuecen habas, y Tokio y Estambul seguro que tienen las suyas, pero de cara al exterior han dado imagen de cohesión, y no como nosotros, que aunque somos moléculas de un mismo cuerpo, siempre nos repelemos. Y es que Amor, no solo es un nombre, también es un sentimiento.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 7 de septiembre de 2012

BRIAN DE PALMA A LA DONOSTIARRA



Uno de estos días en que uno está más solo que la una y que no te queda más remedio que hablar contigo mismo, me preguntaba, que partiendo de que mi vida fuera una película, quién me gustaría que la dirigiera.


Tras pensar un buen rato y teniendo presente que ya muchos días nuestra vida parece muy similar a las aventuras de un Berlanga desenfrenado, mis pensamientos y gustos se encaminaron en primer lugar hacia Hitchcock, amo del suspense, pero para regir mi vida quizás demasiado academicista y clásico, por lo que entonces apareció en mi mente Brian de Palma, con unas historias a lo Hitchcock pero pasadas por un tamiz vicioso y anfetamínico, con una saturación de colores rayando en el colocón.


Pasear por las salas de un Museo de San Telmo persiguiendo a una ninfómana desconocida, con la cara y cuerpo de Angie Dickinson, mientras un asesino se viste para matar, ya no se hace tan raro después del caso de la concejala de la provincia de Toledo, cuyas escenas íntimas han sido desveladas por internet por el malo de su película.


Tener, en la Avenida de Isabel II, una vecina que trabaja como doble de cuerpo, y que sale todas las noches al balcón, con la cara y cuerpo de una jovencísima Melanie Griffith, solo vestida con un tatuaje en sus nalgas, mientras presencia un asesinato en la casa de enfrente.


Cada vez que este vecino del mundo ve por televisión a Antonio Banderas, siempre se acuerda de la mariposa varada en las nalgas de la Melania americana, y si seguirá en ellas, o era solo fruto del maquillaje para aquella película.


Tener el trabajo de un John Travolta como técnico de sonido, en busca de una voz para finalizar una película, y encontrarse con una virginal Nancy Allen que le causará el mayor impacto de su vida, pero cambiando el desfile del 4 de Julio, por la tamborrada de la víspera de San Sebastián y una abarrotada parte vieja donde no sería fácil escapar de las garras de un asesino.


No importa el director que fuera, pero incluso un Polanski podría rodar otra película con un frenético Harrison Ford, en muchas de esas buhardillas con aire francés que vigilan al Urumea.


Aparte del nombrado hasta el aburrimiento “marco incomparable”, tenemos un gran plató en nuestras calles y montes del que todavía no somos conscientes, quizás porque seguimos esperando al amigo americano. Pero esa ya es otra película.


*FOTO: DE LA RED