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miércoles, 13 de mayo de 2020

UN TAL JAIME Y SU NIÑA...


Como me suelen decir los que me conocen, al final no dejo de ser un moñas, o alguien a quien el corazón siempre le puede.

Y eso me pasó en realidad hace dos días. Normalmente a la hora del desayuno entro en internet y veo las noticias en algunos periódicos y sopeso el panorama, de cómo está el mundo, normalmente el de los orcos desde Twitter. Visto lo malo, me puedo conformar más fácil con unas gotitas de esperanza.

Estaba en Twitter cuando leí sobre un tal Jaime que para hacer más “dulce” el confinamiento a su hija, de corta edad, a la hora de sacar la basura, convertía todo aquello en un desfile en el que él y su hija salen disfrazados de los personajes favoritos de ella. 

Como se puede discernir desde el primer momento, con mucho aroma a "La vida es bella",  y crear un cierto mundo paralelo, del que este vecino nunca ha sido nada partidario.

Ocurrió, que intentando localizar las mismas imagenes encontradas por Twitter, pero en Youtube, dí con una tienda en la que estaban todos los disfraces de esta bonita historia, pero me quedé, dentro de mí, con una gran decepción.

Hace dos días, paré las máquinas y aborté la historia. Hoy, tal como está el panorama de los orcos y no orcos, e incluso de alitosis,  por el olor a la historia de Roberto Benigni, la recojo del cajón de los buenos deseos, y la muestro tal cual.

Es una bonita historia de hadas y buenos deseos, en la que para materializarla en realidad debes de pasar siempre por el departamento de sastrería primero, y luego, irremediablemente, por caja.

Por lo demás es la historia que en tiempos de pandemia más me ha enternecido, y creo que merece por ello, y por la niña entorno a la cual se teje todo, que sea conocida por más gente.


También os digo que en el fondo este vecino del mundo desea que sea verdad, y que el padre no sea ni el propietario de la tienda de disfraces, ni empleado. Y que si puede financiar esta bonita historia, olé por él y por su niña.

*FOTO Y VIDEO: DE LA RED










domingo, 13 de octubre de 2019

¿HUMOR? ¿QUÉ ES ESO?



Lo nuestro es de hacérnoslo mirar. Tal como está este patio con forma de piel de toro que cualquier día nos lo cierran porque ya no es nuestro sino de los acreedores,  y ayer copó todas las miradas, iba a decir “el ligero”, pero que cada cual lo juzgue como quiera, accidente de Luis Fernando Pozo, cabo primero de la Brigada Paracaidista, chocando contra una farola al tomar tierra ante el palco de autoridades en el desfile de las fuerzas armadas organizado en Madrid con motivo del 12 de Octubre.

Y es que estamos a la mínima que salta para echarnos las manos a la cabeza, del otro, siempre del otro. ¡Ojo! Obsérvese  que estoy hablando de aquel que aprovecha la mínima para poner a parir al personal, o al sistema.

Otra cosa es hacer chistes que no tienen por qué degradar a nadie, y no reírnos de alguien sino con alguien. Porque ayer se demostró una vez más, que de reflejos humorísticos andamos también bien.
Porque una de las masacradas en Twitter, ayer y como siempre es Anabel Alonso, la actriz, y a su vez asidua participante en dar su opinión, y a la que no se puede tachar de que le duelan prendas; ya que se diga lo que se diga, tiene el arte de nunca pasar desapercibida, ni rayar en la sal gorda ni en la falta de estilo. Ayer con su tweet
¿Iba de farol?
Impacta contra una farola el paracaidista que llevaba la bandera de España
https://elmundo.es/espana/2019/10/12/5da1a398fc6c83406c8b45f1.html” demostró para unos, su gran sentido del humor, ya lejos de recitar guiones ajenos, y para otros, lo muy mala, malísima que la ven, quizás incluso más allá de lo que en realidad ha dicho.

Eso sí, si nos reímos con eso, también habrá que defender chistes, eso creo que en realidad fue, del Señor Rafael Hernando que en otro tweet, el mismo medio que Anabel Alonso, decía:
“Todo mi apoyo y admiración para el cabo 1º Luis Fernando Pozo.
El no tiene culpa alguna, cuando en la Tribuna está Presente un Presidente en funciones como Sánchez, q todo el mundo sabe q es “gafe”.

Digamos que el humor va por barrios, y que en el fondo define al humorista y por supuesto a su escuchante.

De todos modos obsérvese que hay una gran diferencia en ambos chistes. En el primero, en el de Anabel Alonso, ella pregunta a titulo personal, y en el segundo, en el de Rafael Hernando, asume que todos lo sabemos, y desde ese momento nos hace participes de que asumimos que Pedro Sánchez es gafe. A este vecino del mundo, por ejemplo, el Señor Hernando no le ha preguntado por si lo sabía o no. Y ha sacado, sin incluso darse cuenta, “la patita” del político y reparte responsabilidades por si acaso, siempre por si acaso.

Al final habrá que recordar aquellas palabras de Don Miguel Gila, en las que hablando de las fiestas de su pueblo y de lo brutos que eran allí,  dice: “Y si no saben aguantar una broma, que se marchen del pueblo.
Pero que conste que nadie les echa, solo es, visto lo visto, una sugerencia.

¿Dónde quedó el humor?

*FOTO: DE LA RED

jueves, 13 de octubre de 2016

EL GRAN PARIPÉ O EL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA



Para todos aquellos que siguen a este vecino del mundo por Twitter (@PATXIPE) también, acabo de escribir el tweet más corto de mis cinco años que llevo ya en esa red social: #FelizJueves, eso dicen.


Ayer contemplando ciertas imágenes, y eso que este vecino quiso “ver” más bien pocas (no por nada sino por una gran sensación de empacho de todo), de nuestros políticos en el desfile de las fuerzas armadas con motivo del 12 de Octubre, día patrio donde los haya, advertí cierta sensación de “colegas”, entre políticos que se debieran repeler como el agua y el aceite, que me hizo contemplar la posibilidad de que todo lo que vemos en el día a día es “EL GRAN PARIPÉ”. Vaya por delante de que no sugiero que nuestros políticos de diferentes partidos tengan que andar a la gresca. Es otra cosa. Quizás el estar todos, en ese momento, viendo la vida pasar, ayudara.


Y quizás por eso, al levantarme esta mañana, he tenido la sensación, quizás por el regusto de algún sueño que me haya invadido con nocturnidad y alevosía, nunca mejor dicho,  de que nos pasamos nuestras vidas en una gran lavadora, siendo centrifugados, mientras a nuestro alrededor nos amenizan “el viaje” con millones de imágenes que sólo sirven para distraernos. En el argot taurino sería que entre unos y otros hacen una tarea de aliño, y nos colocan donde quieren, en el tendido que quieren, hasta darnos una y otra vez todo tipo de estocadas.



Una sensación de hartazgo, y no creo ser el único en sentirlo, nos invade. Esa sensación, otra vez, de que nada es verdad ni mentira, sino un gran show por todos lados para robarnos la cartera y que además tengamos sensación de culpa. La misma sensación de culpa que debe de tener esa mujer maltratada una y otra vez por su marido, que además constantemente le recalca que la culpa es de ella y que lo hace por su bien.


Un malestar general, ya para terminar, que se pudiera agravar si uno no creyera en una vida posterior llena de recompensas, ya que por una vez que has tenido, la suerte o no, de obtener la vida, haya otros que quieran vivir su vida, y si te despistas, la tuya también.


*FOTO: DE LA RED