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lunes, 6 de enero de 2014

MAÑANA DE REYES...

Esta mañana, mañana de Reyes Magos, por razones que no vienen al caso, son las doce del mediodía y no se han abierto todavía los regalos en casa, porque el único que está en disposición de hacerlo es este vecino, y abrir los regalos sin público presente no tiene nada de “glamour”. Más o menos lo que le pasaba a Luis Miguel Dominguín cuando se acostaba con Ava Gardner, que tenía que ir a contárselo a sus amigos, porque en eso estribaba parte del morbo.
Por razones que no consigo entender, porque el pensamiento es así, sin reglas fijas, quizás sea por esa sensación de soledad que impregna todo, me he acordado del caso del que hace unos días se hicieron eco los periódicos de la zona. Se acababa de encontrar el cuerpo momificado de una señora que llevaba tres años muerta en su cama, en pleno casco viejo bilbaíno, sin que nadie le hubiera echado en falta.
Siempre pensamos que al irnos, al cruzar ese túnel con luz al final, alguien nos recordará, porque además este vecino es de la opinión de que no moriremos del todo mientras alguien nos recuerde. Y este caso te estampa en las narices todas las esperanzas.
Más de una vez este vecino, especialmente en vacaciones, suele sopesar la idea de lugares costeros, como por ejemplo Guardamar del Segura o Torrevieja, en Alicante, en los que en verano hay miles de personas, y el resto del año no queda ni el Tato.  Esos seres solitarios que un día se quedan encerrados en el ascensor de su urbanización, donde a lo mejor es la única persona que está viviendo allí esos días. Siempre recomiendan no entrar en un ascensor sin el teléfono móvil, pero tampoco vas a hacer un examen de todo lo que llevas encima en el momento de montarte en uno.
Quizás la soledad no buscada y el olvido sean los peores enemigos de la persona, y en esta noticia de la señora bilbaína, se entremezclan en una cruda realidad, porque hablando de soledad, la soledad en la muchedumbre sea más cruel todavía, ya que la persona de al lado se convierte en un pedazo de cemento que le hace inaccesible.
En días como el de hoy, quizás el mejor regalo que nos pueda dar la vida sea el tener una familia, o unos amigos, a los que "poder dar la lata", e incluso tu corazón.  Ya que la mañana de Reyes, puede ser víspera de nada.

*FOTO: DE LA RED