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sábado, 21 de marzo de 2020

TIEMPOS DE RUNNERS ESCAPISTAS Y ALMOHADAS PELIRROJAS


Una de las imágenes de ayer fue la de esa runner, para más inri, a la carrera, en Donosti por cierto, que desafiando la prohibición salió a correr y acabó detenida y abroncada por los vecinos.

En un asunto tan claro sigo flipando con todos esos que empiezan su discurso con un "sí, pero no…"

Si te saltas lo establecido lo suyo sería decir eso de me han pillado con el carrito del helado y me tengo que atener a las consecuencias, pero no seguir con “por mis mismísimos que yo lo hago una vez y mil más, simplemente, porque yo soy mi mejor amigo”.

Por otro lado de cosas, como alquilar el perro del vecino para sacarle a pasear se ha puesto más caro que un kilo de las auténticas angulas, ya he preparado una horita de música, más o menos, con éxitos de ayer y siempre, y a partir de hoy hay que mover el esqueleto. Más que nada para que el esqueleto no quede secuestrado  por hordas de grasa, que pueden ser tan enemigas como el coronavirus.

Como La Nuri, mi sufrida, no está dispuesta a hacer prácticamente de contorsionista en bailes de salón, y la comprendo, ya he vestido a la almohada  con un aparente vestido color champagne y una peluca pelirroja en una especie de trasunto de Mia Farrow en la versión que protagonizó con Robert Redford, de “El gran Gatsby”, y en el que él acababa peor que su posterior pareja en la vida real, Woody Allen. Y es que muchos siempre han apuntado inequívocas maneras...

Esta noche, y prácticamente entre sueños, se me ha planteado una gran pregunta: ¿Respetamos el status vigente, si ensueños viajamos, por ejemplo, por preciosos atardeceres, o corremos el riesgo de acabar como la runner donostiarra, esposados e increpados más que Felipe VI tras su último mini-discurso? Juraría que me he despertado con un bosquejo de cacerolada al fondo...

Vamos a salir del coronavirus como las antiguas estrellas de cine, que antes de triunfar en la pantalla habían tenido trabajos de todo tipo. Pero, ya se sabe, que lo importante, en este caso, es salir.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 19 de noviembre de 2015

FERNANDO ALONSO, APRENDIENDO DE LA SOLEDAD


Hoy, y casi por casualidad, porque uno no está a la última en cuanto a Fórmula 1, este vecino del mundo se ha enterado de que el principal patrocinador de McLaren, Tag Heuer,  ha abandonado este proyecto.

Al enterarme de que el equipo de Fernando Alonso está teniendo problemas con la publicidad que tenían contratada, ya que, al parecer, sus patrocinadores están huyendo al grito de “voy a por tabaco, y eso que no fumo...”, aunque esto lo diga cada uno de ellos en su idioma correspondiente, me he acordado de ese proverbio chino “Aprendemos poco de la victoria pero mucho de la derrota”.

Si ese proverbio es verdad, pronto nos enteraremos de que esta temporada el Señor Alonso ha terminado Ingeniería (todas), Arquitectura, y Bellas Artes, porque solo le falta que le den el segundo puesto en la categoría de “Derrotas” para que ésta aún sea más evidente.

Últimamente al corredor asturiano se le ha visto más solo que al personaje de Gary Cooper en “Sólo ante el peligro”, el que por cierto, como la mayoría de las veces Fernando Alonso, también tenía “el problema” a mediodía.

No, nos engañemos, el Señor Fernando Alonso nunca se ha caracterizado por ser la alegría de la huerta, ni le pagan para ello; pero lo que tiene que estar sintiendo ahora debe de ser como para cortarse las venas. Por eso, y porque hay que estar a las duras y a las maduras, este vecino del mundo desearía darle una palmadita en la espalda y decirle, y nunca mejor dicho en su profesión, que seguro que está atravesando un pequeño “bache”, y que remontará bajando los humos a muchos que ya deben de tener la cerilla preparada para acabar con esa leña del árbol aparentemente caído.

Lo bueno que uno tiene, esperemos, cuando ha tocado fondo, es que puede aprovecharlo para coger impulso, y regresar el año que viene con más ímpetu.

Ahora tendrá menos gente junto a él, otra consecuencia de los malos tiempos, pero seguro que con ellos podrá contar siempre.

La derrota actúa, y esto lo dice este vecino del mundo de su propia cosecha,  como una especie de batea, separando el barro, que es totalmente prescindible, del oro, que bien puede estar representado por una amistad duradera.


¡Suerte, Fernando! Te lo mereces por habernos hecho felices en múltiples ocasiones. Nosotros no te abandonamos.

*FOTO: DE LA RED