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viernes, 6 de marzo de 2020

DOBLE LECTURA



El tweet que envió ayer Rafael Alonso por la tarde con su correspondiente foto ilustrativa es una bicoca para cualquier periodista o bloguero porque es un autentico editorial en sí mismo.

Su texto decía:
“Lo de q los Ministros vengan al Senado con la camiseta del pijama, el pelo alborotado y recién levantados de la siesta.... como q no lo veo.”

El Señor Alonso parece tan pagado de sí mismo, que ni por un segundo  se le ha pasado por su mente que todo puede tener doble lectura, y en especial ese conjunto de texto y foto, porque el texto se nota que rezuma ironía, pero la foto no es que rezume sino que está hundida en el más absoluto sectarismo y orgullo de clase.

Y es que el Partido Popular siempre ha sido más de signos externos que ir al meollo de lo que el pueblo pide. Son más de Ciudad de las artes y las ciencias, de la Ciudad de la luz, visita papal, circuito de Formula 1 en la mitad de Valencia, y de aeropuertos sin aviones, con sus batacazos correspondientes. 

Siempre he pensado que en cualquier momento nos plantan una pirámide a todo lujo de detalles, edificada a imagen de su faraón correspondiente en pleno centro de España, porque todo lo demás, si nos descuidamos, lo pueden dejar como un desierto.

Ahora en Madrid  en lugar de arreglar las cosas que pueden ir mal, juegan a maquillarla con artificios varios.  Y ya han comenzado a decir que quieren instalar una noria que quitará el hipo al London Eye.  

Un consejo, en cualquier invento que diseñe e inaugure el Partido Popular siempre será mejor no ir el primero por aquello de evitar actuar como conejillo de indias. Con tanto regalo por aquí, descuento y aumento de presupuesto por allí, la noria, o lo que sea, puede acabar a cientos de metros de donde comenzó.

El Señor Rafael Hernando se afilió a su partido con 22 años, es Licenciado en Derecho, desde entonces  se ha dedicado plenamente a su partido, y a labores de estado. Lo que más de uno definiría como "chupar del bote".

Manuel Castells es un sociólogo, economista y profesor universitario español, ministro de Universidades del Gobierno de España desde 2020, catedrático, autor de 26 libros, coautor o editor de otros 22, doctor honoris causa por 18 universidades europeas y profesor invitado en 17 de las más prestigiosas del mundo, entre ellas las de Oxford y Cambridge y el Massachusetts Institute of Technology.

Por cierto, a destacar que la camiseta que lleva el ministro no la ha elegido sin más, ya que lleva la leyenda "equal rights", que viene bien a modo de recordatorio por la fecha que se avecina, 8 de marzo... Cuando el sabio señala la luna, el tonto mira al dedo.

Siempre se ha dicho que la ignorancia es muy osada, y la foto adjuntada por el mismísimo Señor Hernando, con su doble, o triple, lectura, lo atestigua. 


*FOTO: SE ADJUNTA EN EL TWEET DEL SR. HERNANDO.


jueves, 9 de noviembre de 2017

UNA CAMISETA, NUESTROS COLORES, Y CÓMO SE PAGA TODO


Llevamos casi dos días hablando de la nueva camiseta de la selección española de fútbol, y en realidad sólo hemos llegado a la superficie de la polémica, sobre si son galgos o podencos.

Nos hemos quedado en la falsa polémica de si los colores recuerdan a la bandera republicana.

Lo peor de la nueva camiseta de la selección española de fútbol, y deberíamos de abrir los ojos como platos, es su precio: 129,95 Euros, pornografía pura  si lo comparamos  con gran parte de nuestros sueldos.

Un precio que no está para nada acorde con los precios normales de lo que puede costar una camiseta homologada de cualquier equipo de fútbol, unos 80-90 euros, y especialmente frente a los sueldos de la España del currito de a pie.

Hace años que los mismos empresarios han entrado en una especie de mundo virtual con una gran contradicción en bucle:

Lo que queremos  que ganen nuestros curritos, ya los mileuristas quedaron atrás como casi millonarios. Pero por otra parte, necesitamos que esos mismos maltratados económicamente “dispongan” de dinero para poder hacer frente a ese mundo de ofertas, y chollos, que siempre se prepara con esa publicidad encubierta que suponen las noticias de cada día.

Esos lanzamientos en menos de un año, de smartphones y tesoros móviles de la manzana de las manzanas. Esos, los hemos visto estos días, que pasan la noche sin dormir por estar en la  cola y conseguir uno de los primeros productos de lo que se va a llevar esta temporada, contrastarían como el día y la noche, con los que no pueden dormir, víctimas de sus preocupaciones, por intentar hacer frente a las facturas de hipoteca, electricidad, y calefacción que vienen cada mes.

Aquellos que diseñan nuestro futuro inmediato, que los hay, llevan mucho tiempo forzando las cosas al límite, y en la rueda del consumismo diseñado a distancia, hace tiempo que los productos son mucho más caros que lo que el consumidor medio puede gastar sin que se le caiga la cara de vergüenza al tener que admitir que desde su economía, siempre bajo microscopio para que las cuentas casen, sale más de lo que entra.

Ya lo importante no son los colores de nuestra camiseta, sino que el precio de ésta a más de uno de los clientes en potencia, ya ha dejado blanco, y esa selección nacional de fútbol que ayer tenía planificado hacer un gran alarde de puesta en escena de ese producto que no deja de ser la gallina de los huevos de oro, ha dado en cierta manera la espantada por aquello de ese look/apariencia republican@.


Sin embargo, a nadie de los ayer convocados para dar relumbrón al lanzamiento de la camiseta nacional se le ha caído la cara de vergüenza por su precio, o para más inri, y hablando de colores, no se le subieron los suyos a la cara. 

Hace mucho tiempo, y más de uno ahora llamara populista a este vecino del mundo, que esos jóvenes deportistas, estrellas de nuestro fútbol, están también, como nuestros políticos, separados del mundo real, y vuelan por encima del resto de los mortales; la altura diferencial que les da ese poder adquisitivo de coches/casas de lujo, y no tener que plantearse el mañana. Sin mencionar a esa Federación Española de Fútbol que cierra con Adidas un contrato, según informaciones, por once años, y que es secreto de sumario.

Lo dicho, lo peor de esta camiseta al final no son sus colores, republicanos o no, efecto óptico o no, sino la poca, nada, importancia que se le da al aficionado/sufridor.

FOTO: DE LA RED