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miércoles, 9 de marzo de 2016

UN BUCLE DÉJÀ VU Y, AL FONDO, JOSÉ LUIS MORENO



Para una persona que hizo el bachillerato por Ciencias, como este vecino del mundo,  no le debería de extrañar que los políticos se pasen el día, últimamente, haciendo números, y diciendo aquello de “no me salen las cuentas”, pero me da ganas de gritar.


Es como si estuviéramos en una especie de bucle déjà vu y no hay manera de salir.


Pones la radio, la televisión, internet, y con él o ella (porque uno ya no sabe el sexo de internet, o de la internet), las redes sociales y todo el mundo haciendo cuentas: con Rajoy, sin Rajoy, una gran coalición desde la derecha, una gran coalición de izquierdas, con una horquilla de izquierdas y derechas.  Sales al balcón, lluvia y más lluvia. Miras por la ventana, cualquiera de las dos que tienes, porque la otra, la del cuarto de baño, da a un patio tan interior como tu propio yo, y está más oscuro que el futuro de Yurena (Tamara / Ámbar), Señora de No cambié.


Y es que en una ciudad hecha para gastar dinero, y no estamos hablando de Las Vegas, donde al menos parte de lo que gastas en los casinos te  puede “ayudar” a ser millonario, sino de Donosti (donde hasta los pobres tienen el máximo de glamour de España, pero no dejan de mendigar), que sin dinero solo puedes pasear y sacarle brillo a ese famoso “marco incomparable”; y solo llueve, llueve y llueve.


Y de pronto, en lugar de que el destino te ayude a intentar a encontrar una salida para escapar del trágico bucle, te enteras en las noticias de la última: Intento de robo en la casa de José Luis Moreno (si es verdad, a la segunda ya puede ser tradición). Y cuando vas a salir corriendo para mirar en ese calendario que tienes en la cocina, recuerdas que en tu escritorio, en el del ordenador, tienes otro calendario, y compruebas, sí, estoy a 9 de Marzo, del 2016.


No sé si he salido del bucle, pero el pobre Moreno debería ir pensando en convertir su casa en un enorme plató, y como no hay dos sin tres, convertir su vida en un inmenso reality, porque tarde o temprano los seguros seguidores tendrán emociones fuertes garantizadas con un atraco que seguro hará las delicias del más perturbado. Y mientras, podrá llenar “su” programación con visitas de conocidos en una especie de variante de “En tu casa o en la mía” pero “En la flipante y peligrosa mansión del Moreno”.


Y, mientras, entre bucle y bucle, al menos ya puedo pensar en algo más que en hacer cuentas  para lograr, o no, un gobierno para este país, que vaya usted a saber, si al final funciona mejor sin gobierno.


¿Por qué esas inmensas ganas de robar en casa de José Luis Moreno? Porque ya van dos.


 Y entre las diversas respuestas que aparecen en mi depresiva mente, una inquietante: 
Una especie de estudios en la sombra, pagando naturalmente, y dados por los peores (o mejores, porque uno nunca sabe cómo verlo) delincuentes,  y siempre, siempre, por internet, en el que te vas graduando en delitos, a medida que vas pasando pantallas y ganando en experiencias de delinquir. Y para graduarte en el “lumpen”, la última prueba,…¿y sabes en casa de qué famoso tienes que intentar robar?



Por cierto, voy a prepararme una poción de hierbas para haber si me calmo, y rompo con el maldito bucle. Y mientras, por favor, que nadie me hable ni de cuentas, ni de escaños, ni de política, ni de lluvia y… al Señor José Luis Moreno, todas mis simpatías, y toda la suerte del mundo, que seguro que sabrá encauzarla, crematísticamente al menos.


*FOTO: DE LA RED