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jueves, 19 de marzo de 2020

EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS...



Hoy por aquello de darme ánimos ya he cantado, me he cantado, tres veces el “Resistiré”, y ya no tengo tan claro si resistiré una cuarta. Y es que como ya estamos cansados de oír en los comunicados del gobierno, "la cosa es impredecible, y cambia de un día para otro".

Ya me veo que mañana me despierto con un bombo de seis meses, y mi pareja me dice que le acaban de despedir. La cosa no es que pinte mal, sino que va mal.

Ayer nuestros vecinos nos sorprendieron con una insistente y afinadísima cacerolada en el mismo momento en que Felipe VI hablaba por la televisión. Estuve a punto de pedirles por favor que se manifestaran un poco más bajo que no le podía oir, y que, cosas de los actos reflejos, en cualquier momento tendríamos noticias de la Pedroche, su vestido, y su marido.

Hace días comprobé que en tiempos de coronavirus cualquier cosa es posible, como en una especie de nuevo “amanece que no es poco”: primeros carteles de cualquier espectáculo, ahora en el paro y sin cobrar haciendo audiciones desde su balcón, incluso con música en directo. Como es el caso de Ruth Lorenzo que se arrancó desde su balcón con varios temas. En estos casos, además, normalmente cantas lo que te pide el corazón, no las ventas de tu disco en promoción, que curiosamente siempre se dice que es el mejor de toda tu carrera...

Sinceramente, con respecto al discurso del rey, me defraudó que no hablará sobre su coronavirus particular, su padre y esos millones de apariencia saudí. Dicen que no tiene nada que ver con los otros asuntos, y que sería mezclar churras con merinas. Pero ocurre que fue él mismo quien lo desveló  hace pocos días, en esta misma vorágine.

Lo más triste,  y que me ha dado mucho qué pensar, es que al terminar el discurso, y de manera natural, sin ironía ninguna, lo juro, me imaginé, arrastrado por los sentimientos y lo que veía, el siguiente movimiento de nuestro rey, al oír el “corten” de su discurso: 
-Leti, prepara la mesa, que estas cosas me dan mucha hambre.

Demasiado campechano para no alimentar más recuerdos...

*FOTO: DE LA RED.



lunes, 28 de noviembre de 2016

CARTA DE AMOR, O ASÍ, A CHIQUITO DE LA CALZADA



Hace unos instantes este vecino del mundo se ha pegado un buen susto al comprobar en Twitter que una de las  “tendencias” (trending topic) del momento era “Chiquito de la Calzada”, y como luego he comprobado por los comentarios de la gente, la mayoría en un primer momento se ha temido lo peor… Pero luego, deshecho el entuerto, me he alegrado mucho, no solo de que Chiquito sigue vivo, sino de que le han dado algo más que un premio:  Hijo predilecto de Málaga. Y ya se sabe que en España siempre es mucho más fácil que te den una puñalada a que te den un premio en vida, añadiendo además la confirmación de ser un profeta en su tierra
.

Por primera vez también, he podido constatar ante mi sonrisa creciente, que una red social como es Twitter se ha puesto espontáneamente de acuerdo para alegrarse no sólo del premio, sino de que Chiquito de la Calzada esté entre nosotros.


Y me ha dado qué pensar. Porque estamos acostumbrados a “gastar” nuestro tiempo en poner a parir a alguien, pero nunca a ensalzarlo si verdaderamente lo queremos. Vamos, lo que normalmente ocurre también entre parejas que llevan juntos mucho tiempo; que de pronto el otro, el que se queda sólo, se arrepiente de no haberle dicho en vida, porque siempre se presupone, lo mucho que le quería, lo feliz que le ha hecho el estar junto a él, o ella….


Y también me ha dado por recordar la primera vez que conocí por televisión a Chiquito, a Don Gregorio Esteban Sánchez, como la mayoría de la gente en “Genio y Figura” presentado por Pepe Carrol (otro famoso, mago y presentador, que al fallecer, porque murió muy joven, no recibió, al entender de este vecino, el reconocimiento debido, sobre todo a la hora de improvisar replicas a los concursantes).


Por cierto es muy curioso, y significativo, el caso de que me acuerdo del momento en que conocí  a Chiquito y no el de otros famosos más. Recuerdo que ya habían pasado dos o tres programas, y al ver por primera vez a Chiquito, no entendí nada. Tenía la sensación de que en esos dos o tres programas me había perdido algo fundamental, que hacía que la gente ya al verle, todavía sin decir nada, se riese. Y en realidad, y tras la distancia que da el tiempo, estaba en lo correcto, no había encontrado todavía el código para entrar en “Chiquito de la Calzada”, y eso es lo que se denomina “cuestión de piel”, dejarse llevar por esa persona tan pequeña en tamaño, y tan grande en artista.


A este vecino del mundo siempre le ha gustado, y no se las da ni de listo ni de enterado, el llamado "humor inteligente", como puede representar Don Miguel Gila, del que, ya lo he dicho en este blog muchas veces, soy ferviente admirador, y de Tip y Coll. Por eso al conocer a Chiquito de la Calzada, me descolocó totalmente. No sabía si odiarle o quererle, sin patalear su actuación o subirle a los altares. Porque Don Gregorio es como una emisora FM de radio, hay que saber conectar con él, encontrarle en el correcto dial del humor al que pertenece. Y luego, ya no hay interferencias, porque nadie emite en esa onda.


Chiquito, no es un humorista como tal, ni  el mejor contando chistes, porque toma un chiste como se tomaba una columna en la época churrigueresca, lo dobla, redobla y lo hace suyo hasta que no lo reconoce ni la madre que parió al chiste. Pero Chiquito es un mundo con patas, si entras en él, no querrás salir. En realidad, y bien pensado, es el primer hombre multimedia de la historia: gesticula, habla, canta, y todo a la vez. Y desde el primer momento, aún cuando todavía no comprendes lo que te ocurre al verle, de una cosa estás seguro: que es una buenísima persona. Y que no engaña nunca, te da todo lo que tiene, cuando cantaba, su cante, y desde ya hace muchos años, sus historias.


Aunque se pusiera celosa La Nuri, mi sufrida, que no lo hará porque es muy inteligente, y sabe de mi debilidad hacia ti, hoy quiero aprovechar el susto que me he llevado, que nos hemos llevado muchos, para hablarte, aunque no sea muy de machos, a calzón quitado, especialmente con el frío que hace estos días, y decirte lo mucho que te quiero. Gregorio, Don Chiquito de la Calzada, personas como tú hacen el mundo mejor, y ponen por una vez, y sin que sirva de precedentes a Twitter de acuerdo.


Don Gregorio, desde su humildad, y sin pretenderlo, inventó un humor con banda sonora y diccionario propio, y creo sinceramente, que nuestras instituciones deberían de reconocerlo como usted se merece. Quizás después del susto de Twitter, alguien se ponga, o le pongan, las pilas, para cuidarle como se merece, aunque usted en su humildad natural, no lo crea así.


¡Gracias por todo!

*FOTO: DE LA RED

sábado, 20 de agosto de 2016

EL CABREO TIENE NOMBRE: WILLY


Me gusta cuando callas porque estás como ausente…

No, no es que me haya puesto romántico recordando los versos de Neruda, Don Pablo, que también, sino que es la primera frase que me ha venido a la mente, al enterarme de la última (le iba a tratar de “Don” pero a lo mejor le sienta mal) de Willy Toledo, poniendo a parir al atleta, antes cubano, y ahora español, Orlando Ortega, medalla de plata olímpica en 110 metros vallas, y llamándole "gusano" (que parece ser es lo que se les llama a los que van en contra del gobierno castrista) y "pobre hombre". 


Se diría que le escocieron las declaraciones del Señor Ortega, diciendo que al ganar, le ofrecieron la bandera cubana pero él quiso la española. Señor Toledo, eso suena a compromiso con el paso que había tomado. En cambio lo suyo es en erigirse en juez, y no lo olvidemos, en parte, de todo lo que ocurre en España. Por cierto, muy mal, en mi opinión, ya que es muy libre de hacer y decir lo que quiera, eso de “…Roma no paga a traidores, cosa que todo cubano debería tener siempre presente.” Suena a términos mafiosos, y como imágenes pudiéramos imaginar esa iescena de “El padrino” con la cama cubierta de sangre y la cabeza del caballo en ella.


Lo de Willy Toledo, en general , suena bastante a lo de los perros (por supuesto que no le estoy comparando con ese animal, ni llamándole así) de Pávlov, que cada vez que oían un silbido comenzaban a salivar, porque les habían acostumbrado a relacionar el silbato con la comida.


Él, Willy, oye “Cuba” e indefectiblemente entiende que se está hablando mal de ese país, aunque en este caso se trata sobre una persona que siendo originario de ese país, abrazó, y fue abrazado, por otro país, que en este caso es España.


Willy, si comparamos la democracia con una puerta (giratoria no, porque el chiste es muy fácil), tú cada vez que la utilizas, la dejas inservible porque no es que la fuerces, sino que la arrancas directamente.


Me considero una persona de izquierdas, pero, y ya sé que ésto a Willy le traerá al pairo, su comportamiento hace un flaco favor a la izquierda de este país que puede ser “acusada” de utilizar esos mismos modales morales.


“Ser de izquierdas”, lo mismo naturalmente que “ser de derechas”, es una manera de ver la vida, de pensar, pero no debe ser forzar ni juzgar hasta denigrar a alguien porque no “actúa”, como tú lo harías.


Siempre he tenido una debilidad por Cuba, y ganas, pero no dinero, de conocer ese país. Lo malo es que a partir de ahora cada vez que piense en ella, voy a tener miedo de que me aparezca el recuerdo de un Willy Toledo cabreado porque vaya o porque no, ya que en el fondo parece que le da lo mismo, con tal de que se le vea cabreado hasta el paroxismo.


Por cierto, al Señor Willy Toledo convendría recordarle que no tiene por qué vivir en un país que parece ser le hace siempre estar cabreado. Y debiera de pensar, además, que tiene suerte porque aquí si quiere puede salir, e incluso volver a entrar cuando quiera. En algún otro país, quizás no pueda salir cuando quiera, especialmente si dice cosas que no estén en sintonía con la versión oficial, que siempre la tiene el gobierno; y si lo hace, a lo mejor no puede volver a entrar…

Ya para terminar, le diría a Willy Toledo, que siempre me ha gustado, y lo mismo quiero para los demás, pensar lo que me dé la gana y cuándo me dé la gana, sin tener un maestro que me ponga nota, y me recrimine por no pensar como él.


Simplemente, Willy, vive y deja vivir, es lo mejor para todos, y para tus entrañas. ¡Ah! Y si no lo haces, tú mismo, seguirás perdiendo tú y tu tensión arterial, porque eso, ese cabreo constante, no es nada bueno. Y además, incluso, y tratándose de un artista, como es tu caso, te puede pasar lo peor: aburrir.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 25 de abril de 2015

¿QUÉ HACE UN LEÓN COMIENDO GAMBAS?



Hacerse mediático en una época mediática es una labor, que más que difícil, pertenece al mundo de la casualidad o al azar. Y quizás pronto olvidaremos a Alberto, un joven que intentó su aventura en “MasterChef”, y que por casualidades de la vida inventó tres palabras mágicas: León, come, gamba, que puestas en ese orden, y ya juntas para siempre, y bajo la apariencia de un plato hecho con gazpacho de tomate y fresa, con pimiento asado y una patata imitando la cabeza de un león, le han dado el pasaporte, primero para ser expulsado del programa, y segundo para verse ya inmortalizado por las redes sociales tanto a favor como en contra.

Este vecino del mundo no ha querido sumarse al aluvión de comentarios ni graciosos ni agrios que tanto el plato en cuestión, como la fuerte reacción del jurado se han originado durante días.

Cuando parece que todo se ha calmado, entre otras cosas porque ya se ha visto otro programa, y es como si se hubiera pasado otra página del mismo libro, este vecino del mundo quiere dar otra visión del tema…

Quizás en el fondo de todo, tanto del plato presentado como de la fuerte crítica, subyace el hecho de que desde ya hace años a la cocina se le ha subido, este vecino nunca dirá si merecidamente o no, al Olimpo del arte. Y como en todo arte, siempre habrá artistas  y “listos”.  Aquellos que logran con su pericia y sentimiento, un algo más, y otros que nos quieren tomar el pelo.

En el caso del joven Alberto, la cosa quedó muy clara porque la patata estaba cruda, y el presunto plato era incomible, pero la fuerte reacción de los chefs, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, quizás en el fondo iba más encaminada a todos aquellos que intentan dar, y nunca mejor dicho, gato por liebre. Porque, en realidad, ¿qué hubiéramos opinado si el que nos presenta este plato, con la patata en su punto exacto, naturalmente, es un chef pata negra, con más estrellas que el infinito? 

No se puede demostrar, pero  mucho me temo que la opinión hubiera sido algo parecida a: “Jugando con condimentos de lo más simple, y que tenemos en todos los hogares, el Chef Tal y Cual, ha logrado una sinfonía de sabores que brillan tanto por la sencillez, como por la rotundidad de unos colores que entran no solo por el iris de nuestra vista, sino por el corazón de nuestro disfrute”.

Por eso este vecino del mundo a la hora de comer se deja llevar más que por la vista, por los olores, sabor, buen juicio, y las cantidades. Porque tampoco se trata de sacarse una foto con un gran chef, dejar el bolsillo altamente perjudicado, y acto seguido tener que ir a casa para quitarse el hambre que todavía quedaba.

Lo de quedarse con hambre, habiendo pagado un potosí, le pasó una vez a este vecino, de muy joven, y el chef sigue en el Olimpo de su triunfo, pero al vecino del mundo no le vuelve a ver. Es más, alguna vez al ir a cruzarse con él en la calle, este vecino se ha cambiado de acera, más que nada para evitar las ganas de decirle lo que opina de su arte en miniatura; más concretamente, de su arte, y de su miniatura.


Si algunos artistas de la cocina no jugaran con nosotros, quizás tampoco el León hubiera comido gambas. Pero, ojo, ahora más de uno hará el agosto, cualquier día del año, con ese plato, o platillo. Y eso nunca será de artistas, sino de aprovechados.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 11 de junio de 2014

MAMÁ, QUIERO SER REPRESENTANTE

Como quien más y quien menos ha perdido su trabajo y tiene que buscarse la vida de otra manera, o de “reciclarse”, que parece más fino y menos cruel, aunque tal vez, en realidad, pueda sonar a programa prefijado de lavadora, este vecino ya ha echado un ojo a nuevos trabajos que pudieran ser una posible bicoca y que ayuden en cierta manera a superar el trauma del paro.
El primero sería el de ser meteorólogo en Canarias, porque incluso sin preparación habría un alto porcentaje de aciertos, y el otro, que cada vez abunda más, es el de representante de algún famosillo.
Por de pronto este vecino ya se ha comprado las gafas de sol, porque qué es un cargo de cierta importancia abierto al público y con altas probabilidades de salir en televisión sin gafas de sol, y sin hablar por el móvil para evitar alguna pregunta de los periodistas de turno.
En realidad, a un representante del “famoseo” se le podría comparar, eso sí mirándolo con sentido del humor, con un criador de caballos, en la mayoría de los casos, “purasangre”, porque muchos de ellos ya vienen de sangre de famosos, que les saca un buen rato a trotar delante de las cámaras, y si tiene suerte incluso se puede inventar posibles romances o historias entre dos de su misma “cuadra” y así cobra el doble.
Obsérvese que este vecino habla siempre de “famosos”, y no de artistas, porque desde el “mamá, quiero ser artista” de Doña Concha Velasco, que ya presuponía vocación y preparación, hemos pasado en nuestros días al “mamá quiero ser famoso”, que implica improvisación y “el todo vale”.
Desde que hay personas que no se sabe a ciencia cierta el por qué es famoso o famosa, la figura del representante ya ronda la habilidad de un Julio Verne, para exacerbar la imaginación del oyente/televidente, donde incluso se puede tener “princesas del pueblo”, sin príncipe, ni principado, ni principios.
Últimamente ya se da el caso, triste caso, de hijos/hijas de famosos que al cumplir los dieciocho años, en lugar de continuar sus estudios, quieren hacerse todos los platós de este país, que casi pueden rondar el mismo número, o más, que autonomías, para hablar de sus filias y de sus fobias. Y es que ya los hijos de los famosos no nacen con un pan debajo del brazo, sino con un representante, que les ayudará a buscar platós, o escoger oficios como el de “diseñador de lo que sea” muy socorrido entre ellas, y escritor de pelotazos oportunistas, entre aquellos famosillos que se ven bendecidos por el uso televisivo. Y es que con tanto “negro” que tiene que existir, o una de dos, o estamos en África, o eso del empleo sumergido se tiene que seguir dando.
Y mientras, este vecino ojo avizor por si encuentra algún futuro diamante  del “famoseo” para tallarlo y  ayudarle a brillar entre la caspa más casposa de este país.

*VIDEO: DE LA RED