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martes, 1 de enero de 2019

PRIMERO DE AÑO CON CIERTO AROMA A NAUFRAGIO....




Me había imaginado que de hacer un post el primer día del año, seguramente mencionaría en algún momento el nuevo vestido Pedroche, y así va a ser, pero del meollo de la cuestión, lo que va a ser la chicha del post ni me hubiera imaginado porque viene a raíz de una noticia de la que este vecino del mundo se acaba de enterar.

En primer lugar, y sin ganas de crear misterios en algo que no lo tiene, diré, que si fuera amigo de Cristina Pedroche, personalmente le aconsejaría dejar de arriesgar en los vestidos “Uvas de Nochevieja”, porque el primero de ayer, peligros que tiene el tener una mente juguetona, me llevó a emparejarla mental e irremediablemente con un Tom Hanks de “Naufrago” mientras, quizás, su personaje todavía sufría delirios por su muela infestada. Y cuando alguien parece que está a medio vestir, o vestido con prisas, algo falla. 

Para otros dejaré el nombre de la diseñadora, tipo de telas y horas de taller que ya la prensa está incluyendo. Ya para terminar “tema Pedroche”, el segundo vestido sí fue más un acierto, y con cierto aire isleño además, dedicada, y por lo que tengo entendido, "patrocinada" por los Canarios.

Esta mañana mi reloj parlanchín, me ha incluido una noticia, gentilmente difundida por ¡HOLA! en la que anunciaba que Ricky Martin ha sido nuevamente padre, esta vez de una niña.

Últimamente a ciertos famosos parece que los niños sí les llegan de París y por correo certificado con una facilidad que al menos desconcierta en el momento en el que sale a la prensa.

Ya se sabe que Ricky, el Señor Martin, es un buen amigo de Miguel Bosé, y quizás influido por este pensamiento, y por lo ocurrido recientemente en la vida privada del cantante hispano-panameño, o como sea ahora el punto en que se encuentran sus papeles, ya que debe de residir en estos momentos en México, me pregunté si la hija será solo del portorriqueño, o con su pareja, porque al final, y como se decía antes, si tarifan quizás nos llevemos una sorpresa y cierto tufo a esperpento... 

Al final, ya se sabe, la culpa es del que mira, que siempre, siempre es un malpensado. Porque ciertos famosos nunca hablan de su vida privada, solo te venden la moto de su sencillez cuando tienen un nuevo trabajo, que por esas casualidades de la vida, es el mejor.

Sigo padeciendo un cierto aroma a naufragio... espero que sólo por la visión de un vestido. Sí, seguro que más de uno, y una, me llamarán, como mínimo, malpensado, y es que como decía la canción "Soy rebelde porque el mundo me ha hecho así..."

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 5 de diciembre de 2018

EL PASAPORTE DE TU MEMORIA


Hay palabras  que por no usarlas frecuentemente tienen para ti una inequívoca forma de túnel del tiempo, o que al decirlas, te trasladan a muchos años atrás. Hoy me ha ocurrido, esta noche me acaba de ocurrir, al oír a un locutor de la radio la palabra "jarana".

"Jarana", para este vecino del mundo, tiene aroma a finales de los cincuenta. A cosas que hacían los mayores, los hombres, cuando salían de casa y se juntaban con la cuadrilla; a  "Karpy" en la copa del "aitá"
(aunque Soberano, según la publicidad, fuera cosa de hombres), olor a "Farias" los fines de semana, y a "jazzband" en las fiestas del pueblo.

Personalmente, nunca he pasado una "jarana". En mi época  de juventud, los setenta-ochenta, éramos más de irnos de "juerga", o si se iba alargando, convertirla en "gaupasa", como decíamos los chicarrones del norte, aunque midiéramos uno sesenta y nueve justito
.
La época de "jarana" me retrotrae a la misma época de "el cine de las sábanas blancas" cuando insinuabas en casa que querías ir al cine y ya se estaba haciendo de noche, lo que en los setenta sería "irse a la piltra" pero con mucha más candidez, al menos a oídos de un niño de unos nueve años que seguía creyendo que los niños venían de París y que tus padres, por el mero hecho de serlo, eran, y siempre serían, perfectos.

En aquella época, mediados de los sesenta, la gente, así en general, era mucho más inocente, en el sentido de que eras lo que eras, sin intentar proyectar otra imagen, aunque también esa concepción puede estar motivada por esa mirada naíf que no tenía otro remedio que tener, más que nada por razones de calendario, este vecino del mundo.

Hay muchos tipos de viaje, y el de las palabras y sus recuerdos es uno de ellos. Viajes interiores con aroma añejo, y muchos de ellos, son los mejores, terminan con una sonrisa a modo de sello en el pasaporte de tu memoria.

*FOTO: DE LA RED

martes, 9 de julio de 2013

AROMA A OLVIDO

A medida de que uno va cumpliendo años, la lente por la que observa este mundo se va ampliando también, haciendo que lo que ve case con algo de lo visto anteriormente a lo largo de la vida, para conseguir alguna pista de lo que está apunto de ocurrir, si es que va a ocurrir a algo.
Es curioso, pero los retazos de vida ya vivida, te pueden hacer más tajante en tus opiniones y más relajado en cuanto a aceptar otras opiniones sobre la vida, que en realidad nunca será la misma, porque hay tantos mundos como personas en él.
Hay quien dice que la vida te va haciendo más sabio aunque también hace que no pase un solo día sin que te hagas nuevas preguntas. Y quizás esa puede ser parte de la sabiduría, la capacidad para hacerte nuevas preguntas sobre temas ya conocidos.
Quizás la vejez estribe en la relajación de auto-preguntarse. Y es que en realidad cada uno de nosotros somos como una especie de jardineros, expertos en crearse el mejor micro-clima en el cual nuestros frutos puedan florecer o al menos sobrevivir, separando las flores de la maleza.
Siempre se ha dicho de mí, este vecino del mundo el primero de todos, que soy de lo que se denomina vulgarmente como de culo inquieto, por eso es totalmente comprensible de que uno ya está más que harto de ver la vida desde el mismo punto de vista, y en este caso la única manera de animarse es pensando eso de que por lo menos la estoy viendo, a la vida me refiero, porque muchos se han quedado por el camino, aunque al final es bien sabido de que todos nos quedaremos por ese mismo camino, y solo viviremos en el recuerdo de aquellos que nos quisieron. 
Y en el fondo, subsiste el aroma a olvido, eso sí, nacido en nuestro jardín donde habremos diseñado la mejor estrategia para que las flores de nuestra vida, resistan a todo tipo de enfermedades, especialmente a aquellas relacionadas con los sentimientos y el paso del tiempo.

*FOTO: DE LA RED