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viernes, 13 de septiembre de 2013

LIVING BY THE FACE

He estado fuera de Donosti algo más de una semana, y al volver, el buzón estaba aparentemente de buen ver: tres folletos ofreciéndome el oro y el moro, y cuatro cartas, dos para mí y otros dos para dos vecinas, que en el argot de la lotería nacional no me hubiera tocado ni la pedrea (ninguno de los dos apellidos de las susodichas eran ni remotamente parecidos a los míos), vamos que el cartero, o la cartera, debió de decir eso de “te ha tocado”, y este vecino del mundo, al que tampoco le gustaría que se perdieran cartas dirigidas a él, las ha colocado en sus respectivos lugares.
No, si eso no importa, el problema es que si de trescientos sesenta y cinco días que tiene un año, te ocurre eso unos dos cientos, que puede ser, al final ocurre que estás trabajando para Correos, como diría un inglés, by the face, y eso es tener mucha “face” por parte del operario de turno. Es una especie de trabajo “franquiciado”, y las franquicias somos los que al final deshacemos el entuerto creado por el currito de turno, que si le preguntas dirá que su nomina no llega ni a los novecientos euros, y que está más quemado que “la pipa de un indio”. Y es que razones hay para todos los gustos.
Como las dadas ayer por el primer edil de la villa y corte, Señora Botella, que no sé si le da mucho a su apellido, pero de vez en cuando suele decir cosas muy graciosas, aunque lo triste es que lo dice sin querer. Ayer habló por primera vez con la prensa desde las calabazas recibidas por el Comité Olímpico, y ha confirmado que para el 2024 Madrid no se presentará candidata, "Creo que en este momento la carrera olímpica ya nos ha proporcionado todos los beneficios que podemos esperar de ella en los próximos años. Creo, por tanto, que Madrid no debe buscar la celebración de los Juegos del año 2024", ha dicho la regidora madrileña.
Este vecino se ha debido de perder algo, porque todavía, después de bastantes horas de haber oído la citada frasecita, se está preguntando cuáles y dónde están los beneficios de la carrera olímpica. Me imagino que será el haber alegrado un poco el patio europeo con el cachondeo que todavía se estarán pegando a cuenta de las arcas madrileñas, y por ende de las nacionales. Eso sí, ahora toda Europa, e incluso diría yo que todo el mundo, ya sabe decir “café con leche” en perfecto castellano.
Y es que tanto el funcionario de correos anteriormente mencionado, como la Señora Botella, tienen algo en común, y que en el idioma Shakespeare-cheli sería algo así como living by the face (viviendo por la cara), que enfada menos a este vecino, ya que ellos reparten el juego y nosotros tenemos que sacar las castañas del fuego.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 17 de agosto de 2013

ALGO MÁS QUE PAYASOS

No sé si os pasa a vosotros también, pero cuando veo un rostro de alguien y estoy convencido de que le conozco de algo, mi mente inmediatamente juega a situarlo en algún lugar, en alguna circunstancia. Y, además, lo que veo es un alejamiento de ese rostro para intentar recordarlo en un ambiente, en un momento. En el argot cinematográfico pasaríamos de un primerísimo primer plano a una panorámica, con lo cual ya tendríamos más datos para recordar a esa persona, y en el momento que la conocí, y cómo.
Con el verano, la sensación déjà-vu es total, especialmente cuando has pasado los doce últimos agostos en el mismo lugar: Torrevieja.
Se puede decir, y nunca mejor dicho, que no hay nada nuevo bajo el sol. Tampoco es eso lo que este vecino del mundo busca, sino estar tranquilo en un lugar ya conocido, y cada vez más conocido, por gente de todo el mundo.
Últimamente, con tanto ruso al rededor, tengo la sensación de que en cualquier momento me voy a topar con el Doctor Zhivago mismo, con el rostro de un Omar Sharif inmenso.
¡Es curioso!, porque mientras al pueblo llano hace tiempo que se le puso mirando a Cuenca, con perdón por Cuenca que no tiene la culpa de nada, el gobierno se ha puesto por motu proprio, mirando a Gibraltar. Lo del pueblo, desgraciadamente, se entiende, porque ha llegado un momento en que entre impuestos anteriores, nuevos impuestos, aumento del I.V.A., choriceo administrativo tanto en directo como en diferido, la única opción que nos queda es mirar, y mirar a Cuenca hace tiempo que tiene connotaciones sexuales no consentidas sino impuest-as.
Sin embargo, lo de mirar a Gibraltar es periódico y tardío, amén de que no deja de ser un intento de cortina de humo para cambiar de tema, y lo triste es que ni quieren hacer nada, ni van a cambiar nada, en un grano que hace mucho tiempo que nos salió a todos los españoles, y por enquistarse, cada vez es más grande, y ya pronto tendrá hasta un puerto deportivo.
Este vecino nunca ha entendido como los británicos, que no quieren abandonar su espíritu isleño, y que trasladarse al continente es ir a Europa, porque ellos son continente aparte, con moneda propia, sin embargo, luego, tienen tanto apego a la geografía del sur de España, e intentan “mover” a las instituciones europeas por una supuestas irregularidades del gobierno español, cuando ellos, los ingleses, y los británicos en general, se han pasado siempre por el forro de sus caprichos las leyes internacionales, moldeándolas a su antojo.
Con las actuaciones de Gran Bretaña también tenía sensación de déjà-vu, hasta que un día me acordé de que lo mismo había visto hace muchos años en el circo.
Una vez viendo la actuación de un trío de payasos, uno de ellos atizaba unos tortazos impresionantes al otro, mientras el payaso listo de rostro blanco estaba despistado, y además, el mismo payaso que atizaba, luego empezaba a llorar estruéndosamente, mientras se acariciaba el moflete en el que supuestamente había recibido el monumental tortazo. El supuesto agresor, mientras tanto, se miraba las manos con ojos desorbitados, y cara de no comprender nada. Lo mismo que está ocurriendo ahora, y seguirá ocurriendo en el siglo que viene, a no ser que Gibraltar ya ocupe toda la península ibérica.

*FOTO: DE LA RED