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lunes, 1 de enero de 2018

ADVERTENCIA PARA UN NUEVO AÑO...


He comenzado el nuevo año arrasando. Lástima que no haya llamado al notario para que levantara acta de que estoy cumpliendo con una de esas ¿promesas inconfesables? de principio de cada año y que nunca terminan bien.

Estoy leyendo un libro, bueno, en realidad ya viene de hace unos pocos días del año que ha costado que pasara, porque se ha hecho muy, muy largo. 

El nombre del libro, como la editorial no me va a pagar nada no lo digo, pero lo importante es el hecho en sí. Siempre se ha dicho que un gesto se convierte en hábito a partir del día 21, esperemos conseguirlo.

Siempre he tenido el hábito de leer, pero lo que ocurre es que cuando paro una novela, prácticamente casi todas, y con la sensación de que los personajes paran también conmigo, y en muchos casos puedo elevarlos a la categoría, sino de parapléjicos por el lapso de tiempo, sí tengo la sensación de que han olvidado lo que estaban haciendo para cuando continuo la lectura, y tengo que comenzar de nuevo.

De todas maneras, siempre he tenido la sensación de que cuando preguntas a los demás si tienen el hábito de leer, ocurre como con los documentales de la 2. Te cuentan su deseo pero no la realidad.

La buena caminata la realizaré, hoy al menos, por la tarde, y si sigue el mal tiempo, ya mañana comenzaremos con esas promesas íntimas totalmente en serio.

Aunque llevaba un buen tiempo leyendo esta mañana, y ya lo he relatado en mi Facebook y en Twitter, me llama mi vecina sobre las doce y media, me pide un poco de perejil y me pregunta si estoy viendo el Concierto de Año Nuevo, o sino acostumbro a hacerlo cada año. 

Para el nivel mental de un sufridor de Cena de Nochevieja con sus correspondientes vasos y copas, demasiadas preguntas seguidas. Le contesto con una sonrisa, que el mío, mi concierto, lo acabo de interpretar en mi cama, concretamente el Opus 1 para trompa y ronquido. Ya al abrir la puerta, no le he visto ningún atisbo de humor, por lo que se ha ido confundida, y por supuesto sin perejil, que no me toquen la isla.

No seréis tan ingenuos como para haber creído que de un día a otro, aunque cambie el año, se puede cambiar tanto aunque se quiera. Los tics todavía quedan.

Ya con conocimiento de causa, el 2018 ha comenzado:

¡Feliz Año Nuevo!, y nunca os confiéis, nuestros “YO” anteriores siempre estarán al acecho para intentar reconquistarnos. 

Como se decía en aquella famosa película: YA ESTÁN AQUÍ...

*FOTO: DE LA RED


domingo, 31 de diciembre de 2017

DE UN AÑO QUE SE VA Y OTRO QUE VIENE...


Hoy, 31 de Diciembre, a pocas horas del cambio de año, es momento de hacer una especie de repaso de lo que dejamos atrás y de lo que nos podemos encontrar en el año que casi se vislumbra.

Ni este vecino se propone hacer una larga lista de personas que nos han dejado en este año que se va, de primeras recordaré a ese Chiquito de la Calzada y a Don Ángel Nieto, que ya por derecho propio han pasado al plano de leyendas, ni sucesos que han ocurrido.

Solo diré sin ninguna sombra de duda de que este año, y así en general, siempre desde mi punto de vista, por supuesto, ha sido el peor año de muchos, encabezado por el “asunto catalán”, pero que ha dejado al desnudo más evidente nuestras carencias políticas: personas que se vistan por los pies y que no miren ni a su partido, ni lo políticamente correcto. Lo mismo que en temas monetarios siempre toman partido, y nunca mejor dicho, por favorecer a esos que siempre están en la sombra y que cuando se jubilen de la política, previsiblemente les otorgarán buenos puestos en empresas rentables y que si no lo son en un momento dado, ya nos haremos cargo de esos destrozos, como pueblo leal y silencioso, a la hora de velar por nosotros en general, les tiembla todo y no saben si van o vienen, y se escudan en referéndums que nunca llegarán.

Con respecto a la mujer, así en general, seguimos con esa lacra de la violencia machista, y que a la postre, está dejando más muertos que el terrorismo. Tristemente este vecino del mundo sólo le ve solución a un largo plazo,  y mediante una educación de los padres, y no neguemos la evidencia, de una educación materna que equipare a sus hijos y sus hijas.

De todas maneras, algo se ha movido a nivel mundial con ese desenmascaramiento de productores de moral muy corta y manos muy  largas, y esa realidad paralela en el que todos los del mundillo lo sabían, y nadie hacía nada. No olvidar que en pequeña escala también en España ha habido dedos acusadores. Es un buen comienzo, aunque siempre muy tarde y lento.

Y para empalmar con esa parte tradicional de este día, Nochevieja, de balances y propósitos, utilizaré una de las acepciones que tiene la palabra “balance”, tal cual pero en inglés, y que significa “peso”, la maquinita que casi todos tenemos en nuestro cuarto de baño, y que nos delata tras una buena juerga, o colección de ellas…

A este vecino del mundo, no le ha quedado más remedio, que rendirse a la evidencia de que para una vida más sana es necesario un buen control de peso, y ya está en ello. Más de una vez, es consciente, ya he dicho lo mismo, aunque está seguro, o casi, de que éste será el definitivo. Y por ahora, aunque en un mes ya ha perdido siete kilos, está en la fase en la que todavía se acuerda del chiste, ese en el que a la pregunta del paciente sobre si  haciendo régimen va a vivir más, su doctor le contesta que al menos se le va a hacer mucho más largo.

Lo importante en este trance de abandonar un año y comenzar el siguiente, es encararlo, sin miedo, y con una gran sonrisa. Sin miedo, porque no tenemos nada que ocultar, y con una gran sonrisa, porque ésta al menos desconcierta, y ya tenemos algo ganado y que mina fuerzas del adversario, que lo es desde el momento en el que viene para encararse con nosotros y nuestras vidas.


¡Feliz Año 2018 y que nuestra fuerza (nada que ver con los mundos creados por George Lucas) siempre nos acompañe!

*COMPOSICIÓN: DE LA RED Y DE F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

sábado, 30 de diciembre de 2017

¿RUMBO A ALBORÁN?


Con ese olorcillo con el que ya creemos entrever el año nuevo, este vecino del mundo se ha levantado con ganas de tomar determinaciones que siempre aletarga de un año para otro.

Como está un poco harto de lo que gusta o no gusta oficialmente en una España políticamente correctísima hasta que el espejo del comportamiento oficial se resquebraja de parte a parte, este vecino ha tomado una importante decisión que puede que la granjee más de un enemigo: Ya no está dispuesto a callar, cada vez que salga de por medio, ese salvador de salvadores que es Pablo Alborán.

Respeto todo tipo de opiniones y de ofertas culturales pero estoy hartísimo de ese aro por el que parece que hay que pasar sí o sí sobre Don Pablo Alborán, para que respeten tus gustos musicales. Puedo oír sin ponerme nervioso una o dos canciones, pero no tengo porque callar mi verdad, sin que me miren raro: No me gusta Pablo Alborán, ni esos mundos almibarados o no que pinta con sus notas.

Ni critico, ni alabo gustos ajenos, pero si a mí no me gusta Don Pablo, la gente no se debe de agrupar mirándome como un grupo de chinos al lado del Acueducto de Segovia. Porque si antes gustaba, por ejemplo, Álex Ubago, y ahora muchos hacen chistes por el muermo aparente de sus canciones, tampoco contemplo a Pablo Alborán como el rey de las fiestas.

Me dirán, más de uno, que junto con una chica, luz tenue, y una copa de champán, música de Alborán sería el complemento perfecto para una velada inolvidable. Seamos serios, en momentos así, con tal de que no pongas “La Orquesta Mondragón”, o “La charanga del Tío Honorio” (los que tenían dieciocho  o diecinueve años en 1975 me comprenderán), triunfas seguro.

Por esa diferencia de sexos, aunque no sea políticamente correcto reconocerlo, pero que existe y existirá, las mujeres seguro que preferirán un yerno como Pablo Alborán, los hombres en cambio, lo vemos tan perfecto, que inevitablemente podemos sospechar que “eso” es solo fachada, y que al final… nuestra hija sufrirá con o por él.

Eso sí, si les preguntas a ellas, te dirán que siempre quieren a su lado a alguien que les haga reír, y tampoco le veo a Alborán, Don Pablo, como el rey de la comedia.

Cada uno debe tener el derecho, e incluso el deber, faltaría más, de que se le respete sus gustos, aunque no sean los que más se lleven en un momento dado. Cada uno debe de marcar el rumbo de su vida, y buscar en cada momento vientos favorables.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 8 de enero de 2017

INTENTANDO CAMBIAR "LO QUE TE VIENE DE SERIE"


Mis lectores de fondo, ya que escribir un post cada día, dos días, tres días, es como una carrera de fondo, en el que el peor enemigo eres tú, con tus pensamientos y defectos (porque aquí las virtudes, si las hubiera, no cotizan), ya saben que ante un año nuevo, este vecino del mundo, se hace una serie de propósitos, que la mayoría de las veces termina por no cumplir. Este año, sin embargo, no me he propuesto ninguno, al menos de cara a la galería, y en mi interior hay una cierta seguridad de que éste es el año, de cambiar ciertas actitudes, de que el día es muy amplio, y que, en realidad, es eso tan manido, pero tan verdad, de que es el primer día del resto de tu vida.

A este vecino del mundo, le encanta todo tipo de humor, de color de humor, y el negro, ese humor negro que rasga las vestiduras mentales a muchos, le encanta.

Hace poco he leído un chiste, negro, tan negro como un agujero negro, que al menos me ha hecho pensar…

Un médico se pone en contacto con su paciente y le dice:
-Soy su doctor. Le llamo para hablarle de sus análisis.
-¿Qué tal han salido, doctor?
-Sinceramente, tengo malas noticias, y peores. Las malas son que, según sus análisis, le quedan 24 horas de vida.
-Pero, doctor, ¿hay algo peor que eso?
-Me temo que sí. Llevo intentando contactar con usted,  desde ayer…

Muchos se preguntarán que qué me ha podido sugerir este chiste. Quizás, que deberíamos quitarnos la importancia que tenemos para nosotros, al ser nuestros mejores amigos, y vernos desde fuera, como uno más, como una ficha de un inmenso puzle, que no es poco. Pues si falta una sola ficha, el puzle nunca se podrá terminar. E intentar, al menos en mi caso, ver más las cosas positivas, pues el pesimismo, el seguro que va a pasar lo que me temía” actúa siempre como una especie de imán. Y especialmente, no adoptar la actitud de las vacas, ese mirar a los trenes pasar, sin siquiera parpadear...

Quizás, lo que voy a decir ahora, lo que este vecino del mundo va a proponer, no os lo esperaríais nunca, especialmente los que ya llevan mucho tiempo conmigo, pues la persona que va a ser mencionada, no es santo de mi devoción, y además procuro hablar de ella poco, como diría un argentino: -Para así no darle más cancha.

Bien pensado, la vida, así en general, hay que tomársela como considera Belén Esteban al programa en que interviene todas las tardes de lunes a viernes. Ella nunca dice que colabora en un programa, sino que siempre habla, sin parpadear, de “MI programa”, y además, todo gira entorno a ella.

Pues eso, no hay que hablar de la vida en general, sino de “mi vida” (y no va en contra de lo primeramente dicho en este post). No desde un lado egoísta, sino de una especie de salvavidas individual, con el cual no intentas ni hundir, ni ahogar a los demás para sobrevivir, sino que bastante tienes con dirigirte, como una embarcación, a ti mismo, a salvo de cualquier tormenta, y eligiendo siempre la mejor ruta para llegar al puerto que deseas.

La próxima vez, que espero que sea tarde, entre zapping y zapping, me cruce con la Esteban, estoy seguro de que tendré la sensación de que me mira fijamente. Lo de que me pondrá mala cara, ni lo menciono, porque eso ya, le viene de serie.
 
*FOTO: DE LA RED

viernes, 30 de diciembre de 2016

AQUELLA NOCHE QUE NO TE DEJARÁN OLVIDAR...


Es como si los últimos días del año, desde el punto de vista de “relaciones públicas” se nos amontonara el trabajo. ¡Es agotador! Porque la mayoría de las veces, a no ser que la otra persona sea muy íntima, y hayas quedado para la mismísima Nochevieja, para el resto de amigos y conocidos varios, cuando faltan tres o cuatro días, ya te vas despidiendo de ellos de manera cuidadosa, con abrazos y besos incluidos, por aquello de si no les vuelves a ver en lo que queda de año, eso sí, bajo la apariencia de que es para siempre jamás. Y se han dado casos, sobre todo si ella es guapa, tirando a rompedora, que uno tiende a intentar volver a verla, para despedirse efusivamente otra vez, y volver a abrazarla y, naturalmente, besarla, por si se hace verdad aquello de que “el roce hace el cariño”.

Este vecino del mundo está convencido de que en estas últimas madrugadas, las calles de nuestras ciudades están llenas de gente buscándose unos a otros, con el secreto deseo de orgías llenas de abrazos, besos y… lo que surja.

 Y eso, antes de terminar cualquier año, incluso éste, con lo mal, en general, que se ha comportado, porque el día después y sucesivos, sin fecha de caducidad, incluso hasta casi el fin del próximo, si optas por salir a la calle tras la opípara, se supone, cena y te tomas unos cuantos tragos hasta alcanzar el grado de trompa, borrachera, merluza, o cualquiera de los estados que indican que estás empapado en alcohol, tú no habrás visto a nadie, pero llegarás a la conclusión, al cabo del tiempo, de que no solo los allegados te vieron en un estado lamentable del que solo se salvaba tu amplísima sonrisa y tus ojos que parecían mirar a la lejanía. Pero, visto lo visto, tus ojos no debían de detectar nada, porque al parecer, y por la mucha gente que te vio esa noche, debiste de poner el cartel de “no hay billetes” en el teatro más grande de tu ciudad, aunque tu actuación, por lo que se desprende, debió de ser lamentable. Y te reafirmas, íntimamente, en lo mucho que a la gente le gusta el morbo, incluso a ti, pero que desgraciadamente esa vez, como si te hubieran sacado cuernos, has sido el último en enterarse…

Ya para terminar por hoy, por si no nos vemos, o no os puedo ver, hasta el año que viene…

¡Muchas felicidades, y Feliz Año Nuevo!
 
*FOTO: DE LA RED
*TEXTO EN FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

 

viernes, 1 de enero de 2016

POR UNA VEZ... A TROCHE Y PEDROCHE



Este año, los asiduos se darán cuenta, que al contrario de otros años, no he comentado nada de propósitos a realizar, no en el año nuevo, sino desde el año nuevo, que los hay, y unos cuantos.  Lo que ocurre es que uno va aprendiendo, y mucho, de sus errores, y lo mismo que se nos llena la boca en las comilonas de estos días, defendiendonos a bocado limpio, de las viandas que nos rodean por todas partes, también se nos llena de hablar y hablar, y como el mal cava (lo del champán, o champagne, se lo quedaron los gabachos), el gas dura lo que dura.


Por de pronto, hoy me he levantado con ganas de hacer cosas, y no con la sensación de haber salido de un agujero. Y, no, para los malpensados, no me refiero al alcohol, porque uno bebe tan poco, que en cuanto lee la etiqueta con los grados de la bebida ya se queda medio colocado. Porque hay veces que te levantas, tras una comilona de esas que no te esperas,  como si fueras Iñaki Perurena, el levantador de piedra, pero con la piedra de 300 kilos incluida, y eso no es plan.


Suelen decir, siempre se ha dicho, que el ánimo alegre embellece el rostro (tampoco hace milagros, no nos equivoquemos), y hoy me he levantado riéndome, ya que me han informado que, por una vez, en esa playa inmensa que es twitter, y que cada grano de arena es un tweet, que normalmente pasará desapercibido, un mensaje mío, un comentario, es tenido en cuenta en un diario, de esos que se dice, o se decía, antes al menos, “de gran tirada (http://www.larazon.es/lifestyle/gente/cristina-pedroche-vuelve-a-dar-la-campanada-e-incendia-las-redes-DM11596555). Aunque de eso que dice la noticia, de “incendiar las redes”, al menos este vecino del mundo, no tiene cerillas, ni encendedores, ya que no fuma, ni es pirómano.


Por cierto, el ser “recogido” en este artículo, me ha servido para algo, para preguntarme que tal como está escrito el mismo, mi opinión cómo se vende. ¿Estoy a favor o en contra de Cristina Pedroche? Por supuesto, y he dado muestras claras de ello (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/08/el-caso-cristina-pedroche.html), siempre a favor. Porque una persona que juega con la ironía, como lo hace ella, dentro y fuera de un programa, puede ser de todo, menos tonta.


Digamos, que ya que se me incluye en una guerra que no me la he buscado, sino que solo quería hacer una “gracieta”, digamos que a mí me gustaba más el vestido del año pasado por aquello de que era más sugerente, y éste es más “evidente”, de ahí mi comentario recogido ahora por ese periódico. Eso sí, vaya por delante que este vecino del mundo no ha visto, y debe de ser muy, muy bonita, la capa que acompañaba al vestido, y que seguro, o al menos es posible, que me hiciera variar la opinión.


Por lo demás, y esa era la primera intención de mi texto de hoy, desear un Muy Buen Año Nuevo a todos, pese a los pesados políticos de siempre, que viven en mundos “para-lelos”.

En esta época de crisis, y que lo que es peor, no se quiere reconocer ya como tal, un año es una carretera, mala carretera, llena de curvas, y siempre pobremente señalizada. Esperemos que al final del trayecto, estemos todos otra vez, y siempre con esa misma sonrisa. No nos la pueden, ni deben, quitar.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 23 de diciembre de 2013

EL OTRO ÁRBOL DE NAVIDAD

Para todos aquellos que en realidad piensen que las Navidades empiezan mañana, 24 de Diciembre, hoy será una especie de día de reflexión, como cuando hay que votar. Un día en el que intentamos olvidar que estas fiestas son como un terreno minado, y en cualquier momento algo puede explotar llenándonos de problemas o de discusiones familiares. Y nos vamos a proponer que los días venideros vamos a pasarlos muy bien, y hacer muy feliz al prójimo, en forma de suegra o cuñado, especialmente durante las comidas y cenas que nos esperan.
Recordaremos todo lo bueno y lo malo que nos ha pasado, y nos plantearemos nuevos propósitos para el nuevo año, que en realidad son los mismos que los planteados el año pasado, y que por culpa de otros, como siempre, no los hemos podido cumplir. Pero del año que viene, seguro que no pasa.
Esa "tripita", dicho con mucho cariño, porque es la tuya, tiene que desaparecer, y como en el calcetín que tienes guardado en casa con los ahorros (por aquello de que hace tiempo que te planteaste que con los bancos y cajas de ahorro, lo justo y necesario, para pagar el recibo de la luz, que un día pensaste que por la cuantía era el de toda la comunidad, pero que al final se demostró que solo era el tuyo) no te llega ni para una ronda de agua del grifo, tendrás que quemar grasas en el gimnasio ese, que aunque sigues pagando por él, vas tan poco, que cada vez que lo haces, te saluda todo el mundo pensando que has estado dando la vuelta al mundo.
Este vecino nunca se ha sentido como "enseñante" de doctrinas, sino solo como comentarista de todo aquello que le gusta o le disgusta, y que cree que al comentarlo puede ayudar a que todo tipo de asuntos puedan ser considerados desde otro punto de vista, y si al final en la cara del lector se ha dibujado una sonrisa, mejor que mejor.
Os desvelaré que este vecino, aunque no lo haya dicho hasta ahora, a parte del árbol navideño que ponen en casa, que siempre es más barato que un belén bien montado, "planta" otro árbol, este virtual en su cabeza. Y en él va colgando todo aquello que quiere ir olvidando. Esas relaciones tóxicas que te van excitando más que el mejor de los sexos que has practicado nunca. Esas noticias que te han irritado durante el año, las tristes no, porque esas es probable que las quieras ir recordando de vez en cuando porque seguro que están ligadas a los sentimientos.
Hay que procurar, y recordando que estamos hablando utópicamente claro, no colgar a personas, virtualmente claro, porque entonces en lugar de un árbol de Navidad, sería el árbol del ahorcado, y eso como mínimo no está ni bien. Y el último día, el de Reyes, prendes fuego, también virtualmente, claro, a ese árbol, y es una manera de que el fin de las Navidades sea menos nostálgico y te hará sentir incluso más ligero, porque dejarás atrás más de una carga que no debiste coger nunca.

*FOTO: DE LA RED
 TEXTO: PATXIPE