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miércoles, 6 de agosto de 2014

MAGALUF, ¿LA SODOMA MODERNA?


Esta mañana al repasar los diarios digitales, este vecino del mundo ha comprobado tristemente que el amanecer se ha cobrado otra víctima en Magaluf. En este caso un joven francés "que se ha caído" de un sexto piso. Magaluf es una localidad turística española situada en el término municipal de Calviá, en la isla de Mallorca. En realidad viene a ser un complejo turístico alrededor de una playa de unos 1.600 metros de largo por unos 60 de ancho.


Desde hace unos años esta localidad mallorquina está tristemente “especializada” en turismo joven británico que debido al tipo de publicidad que recibe en origen,  viene a una especie de Sodoma de trago barato, música desenfrenada y huida de todo tipo de modales.
Las imágenes que este vecino pudo ver ayer en el informativo televisivo de las tres de la tarde, y teniendo en cuenta de que estaba obviamente “aligerado” porque lo pueden ver niños, fueron más que elocuentes. Una especie de película mezcla del más vicioso Visconti y el más descarnado Kubrick. Un joven totalmente noqueado por el alcohol, caído más que tumbado en un banco de la calle, mientras sus amigos le hacían mofa moviendo su mano a modo de saludo para la televisión que le estaba grabando. Otro joven paseando sus vergüenzas, y al final las de todos, por una calle que comenzaba a ser transitada, y la parte de atrás de una joven con los mini-shorts metidos entre las nalgas,y que aunque llevaba los zapatos en la mano, mostraba, incluso vista desde atrás, evidentes problemas para andar.


Se nos aportaba, además, el dato de que  ese turismo produce más de doce toneladas de basura diarias, y la porquería se queda tan incrustada en el asfalto que tiene que ser regada con agua a presión a más de cien grados de temperatura. Y no nos olvidemos que mientras las ganancias van para unos pocos, estos gastos salen de las arcas de todos.


No nos engañemos, ésto no es turismo, es una especie de visita a terreno conquistado en el que no ha hecho falta usar la espada, como nuevos conquistadores, sino simplemente el poder del dinero.
Para los británicos cuando van a cualquiera de los “magaluf” que existen en las zonas costeras del mediterráneo español, en realidad van al equivalente de lo que eran sus colonias a finales del siglo XIX.
Muchas veces nuestro subconsciente juega con nosotros, por eso este vecino al ver las imágenes del informativo se acordó de la película de 1979 “Amanecer zulú”, que especialmente narra la derrota británica en la Batalla de Isandhlwana en 1879 en Sudáfrica.


Cuando al todavía gobierno en el poder se le llena la boca de la “MARCA ESPAÑA”, no nos engañemos, habría que recordarle que eso también lo es. Y lo mismo que hablamos del poder británico en nuestras costas, no debemos de olvidarnos también de que la mayor parte de Mallorca, y Canarias, es terreno conquistado por los alemanes.


España ha vuelto a resurgir en lo que al turismo se refiere, no por nuestras instalaciones, que también, por nuestra simpatía y hospitalidad (especialmente el servilismo), que también, sino porque ciertos países al Norte de África no se pueden visitar tranquilamente ahora.


Las muertes de jóvenes turistas británicos que caen un día sí y el otro también, y dicho con todos los respetos, no se debe considerar como un sirimiri de daños colaterales, sino como una lluvia tóxica que cae sobre el logotipo de la “MARCA ESPAÑA”, y sobre todas nuestras conciencias, y especialmente por esos que en muchos despachos y detrás de barras de más de un negocio, hacen la vista gorda, muy gorda. Ganan uno pocos para perder todos.


*FOTO: DE LA RED

martes, 20 de agosto de 2013

UN AMERICANO EN DONOSTI

Siempre se ha dicho que la cara es el espejo del alma, lo que ocurre es que muchos intentan trucar ese espejo, más que nada para crear confusión sobre cuándo fue realizado, es decir, para aparentar ser bastante más joven de lo que se es.
Cada uno puede hacer con su cuerpo, o con su vida, lo que quiera, o más bien lo que pueda, eso está más claro que la cuenta bancaria de un parado de larga duración, sin embargo, la persona que le observa también podrá sacar sus propias conclusiones.
Nunca he hablado en estas líneas de mi vecino donostiarra José Martinez, más conocido entre nosotros por “El americano”, y consecuentemente habiendo americanizado su nombre a un más que distinguido Josh Mc Tinez.
Su nueva identidad, no se la otorgamos en su día, ni por su cuenta corriente, ni por sus frecuentes viajes, sino por su manera, muy personal, de entender la moda, y como ésta va reñida sin ningún tipo de excepción, con la del resto del vecindario, y este vecino del mundo añadiría aún más radicalmente, con todo aquel que tenga un poco de criterio sobre el vestir o la manera de prepararse, se le bautizo como “El americano” por suponerse a aquellas tierras como el lugar donde todo puede ocurrir, e incluso vestirse, y que más de una vez se han visto imágenes, especialmente en las películas, de presentadores de informativos con chaqueta verde, camisa roja, y una impagable corbata rosa.
Como se diría antiguamente, el guardarropa de Mr. Mc Tinez, siendo benevolentes, es de una amplísima paleta de colores, donde se combinan colores fríos y calientes, sin ningún tipo de norma, solo la apetencia del momento.
Más de una de mis lectoras, especialmente ellas, se preguntarán lo que opina su mujer del tema. Ella no opina, al menos en público, ni tampoco es “sospechosa” de ser la inspiradora de sus elecciones, ya que su manera de vestir es la antítesis de la de su marido, siempre tan “correcta” y clásica, y sin intentar sacar partido a su percha que la tiene, pese a que los dos ya están entraditos en los cincuenta.
Las malas lenguas murmuran que la americana, no la prenda, sino la mujer del americano, está loquita por sus huesos, y en realidad le induce a vestir así, para evitar malas tentaciones de las demás mujeres, “pécoras” les llamaría ella. Personalmente este vecino nunca ha pensado que esta teoría tenga ningún viso de ser cierta.
De todas maneras, lo que más chirría del “look” del, sin embargo, querido Josh, es su pelo negro como el carbón, a todas luces fruto del tinte. Este vecino siempre ha pensado que la naturaleza es sabia, y que hay que dejarle a ella, en múltiples ocasiones, manejar nuestros destinos, y que no hay nada más elegante que unas buenas canas en las sienes.
Nunca ha podido estar este vecino más de acuerdo con un eslogan publicitario, que “el de la arruga es bella” de la compañía de Adolfo Dominguez. Además, alguien dijo alguna vez, que las arrugas son medallas que nos pone el tiempo, y sin embargo Josh pasa su tiempo en intentar quitarselas, sus medallas y sus arrugas.
Cada vez que en un día de fuerte sol, le veo ese pelo, que más de un aficionado taurino, denominaría como “negro zaino”, me acuerdo de la película, estéticamente perfecta, “Muerte en Venecia”, de Visconti, cuando al protagonista, gran sufridor por otra parte, del paso de los años, se le empieza a correr el tinte del pelo por la cara, y lo desgarrador del momento.
Afortunadamente, ni Donosti es Venecia, ni Josh sufre por el amor de ningún jovencito, como en la citada película. Además, qué será de nuestras vidas, cuando no deseemos que llegue el nuevo día para ser, como siempre, sorprendidos por nuestro marcador de tendencias particular.

*FOTO: FOTOGRAMA DE "MUERTE EN VENECIA"