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jueves, 23 de octubre de 2014

UN MATRIMONIO NADA CONVENCIONAL (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)

Normalmente cuando ves algo interesante en el cine, y para referirte a ello puedes comenzar diciendo “He tenido la suerte de ver…”, lo que ocurre es que en este caso, tras visionar “Perdida”, dirigida por David Fincher, la palabra “suerte” quizás no sea la más afortunada. ¡Ojo! Con eso este vecino no quiere decir que la película es mala, muy al contrario, lo que ocurre es que es una película inquietante que no te deja de atosigar aunque aparezca la palabra “fin”, sino que ha pasado casi un día, y todavía este vecino tiene la sensación de que el mal le acecha.
En el  día en que se cumple el quinto aniversario de boda, Nick Dunne (Ben Affleck) tiene que informar que su esposa Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido sin aparentemente dejar rastro. Quizás, más debido a la presión mediática que policial, la película no servirá de orgullo para las academias de policía, la imagen de marido abnegado y a la vez preocupado comienza a desaparecer con su aparente extraña conducta y que sus vecinos, especialmente, comiencen a preguntarse si la persona que vive junto a ellos puede ser un asesino.
Una historia que habla sobre las apariencias, y la importancia de éstas a través de los medios de comunicación.
En esta película, más que en otras, la adjudicación de los papeles es clave, con una Rosamund Pike que da al papel lo que requiere, sensualidad e inquietud, con creces.
Aunque más de uno no va a estar de acuerdo en lo que voy a decir a continuación, la intervención de Ben Affleck en el film es un gran acierto por parte del director, ya que digamos que trae la controversia de serie, de casa, y eso es necesario para la película, y este vecino considera que el Señor Affleck ha sido muy listo y valiente al aceptar este papel que en teoría le podía quitar más que dar, y sale muy bien del envite.
No es una película de grandes alardes técnicos, no hace falta, porque tras un desarrollo aparente dulcemente tranquilo, lo que ocurre, pero sobre todo la atmósfera, te va atrapando hasta no poder moverte durante los más de ciento cuarenta minutos que dura la película.
David Fincher esta vez no juega con decorados y situaciones oscuras como lo pudo hacer en “Seven” o “El club de la lucha”, sino que bajo una dirección, digamos que sobria, especialmente teniendo en cuenta que él proviene del mundo de la publicidad y no intenta invadirnos con miles de imágenes por segundo, deja que sea la misma historia la que te atrape y te deje sin aliento.
El personaje de la rubia enigmática puede que tenga un ligero aroma a Hitchcock con respecto a lo que te puede sugerir una cara bonita.
Este vecino también quiere advertir que no se trata de una historia convencional, sino que es una vuelta de tuerca, en el que más de uno, con su final, puede que se sienta decepcionado, pero precisamente en él está el gran hallazgo de la película. Te sentirás incomodo incluso al salir del cine, con una sensación de desasosiego, porque estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho, y este vecino no puede decir más para no estropear la trama. Realmente durante todo el "post" he tenido que escoger las palabras para intentar no dar pistas sobre el desarrollo de la trama.
Solo un pequeño detalle, la película prácticamente comienza y termina con una misma escena, pero la manera de ver lo que ocurre en ella por parte del espectador ya ha cambiado para siempre, y lo que antes te inquietaba ahora ha cambiado de sentido.
Una gran película, aunque quizás te puedas arrepentir de haberla visto.

*FOTO: DE LA RED