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jueves, 18 de junio de 2015

A MÍ QUE ME REGISTREN


Me levanto a primera hora de la mañana con la bandera blanca de la inocencia enarbolada en lo más alto de mi mástil moral, y tras encender el ordenador para ver lo que me ofrece el día desde el punto de vista informativo, la primera imagen que he visto en el primer periódico digital no es que me agreda, sino que deja a este vecino del mundo k.o.


Abstraeros de todo y no tengáis en cuenta que sois españoles, el que lo sea, ni las identidades de los que están en la foto que acompaña a este post de hoy. Os encontráis dentro de una especie de paréntesis de identidades, ni sois quienes sois ni sabéis lo que sabéis: ¿Qué os trasmite la foto que acompaña a este post?


No sé por qué pero inmediatamente este vecino del mundo ha pensado que se trataba de un fotograma de una comedia francesa. Quizás por ese parecido del Señor Wert con un Louis de Funès un poco más estilizado. He inmediatamente, y por el gesto, entre admiración y asombro le he visto muy en su papel de gendarme de Saint-Tropez, esta vez de incógnito, sin su uniforme, y he creído, lleno de malicia, que instantes después de esta foto, detendría a la persona que le acompañaba.

Si hubiera que poner un pie de foto, el de este vecino del mundo sería: “A mí que me registren”.

Lo triste del caso, porque de gracioso no tiene nada, es que se trata de una comparecencia ante los medios de comunicación, ayer mismo, y es la cara que pone el Señor Rajoy ante la pregunta sobre los cambios que supuestamente iba a hacer en el gobierno, y que todos los indicios, inducidos por él mismo, apuntaban a que se iban a realizar ese mismo día.

Si algo necesita este país es un aire de seguridad, y esta instantánea en cambio, puede sugerir de todo menos optimismo.

Sinceramente, lo primero que he pensado tras ver la foto de marras, que dicho sea de paso no le hace ningún favor al Señor Rajoy, es que habría que resetear este país, y como si de un ordenador se tratara partir de cero. Es lo primero que puedes pensar cuando apenas unos minutos antes todavía navegabas entre los sueños y la realidad. Pero tenemos lo que tenemos.

Señor Rajoy, ponga a quien ponga, si pone, en lo que a caras nuevas se refiere, su actitud de trilero de ayer no ayuda mucho. Ahora hace falta seguridad en lo que se hace, y la única seguridad que se infunde de lo que el españolito de a pie ve y puede deducir es que su “globo” puede explotar en cualquier momento, con la que tiene montada en su partido.

Desde la misma noche electoral del 24 de Mayo usted ha pasado de que “todo va a seguir igual” a “me lo pensaré” y más tarde a “habrá cambios”. Y para más inri ahora la mismísima Asociación Nacional  de Perfumería y Cosmética se queja  de que el gobierno está hablando de “cambios cosméticos”, y eso naturalmente no viene bien a su negociado.

A lo mejor, y después de todo, lo del parecido de la foto con una comedia francesa no estaba muy desencaminada. Aunque, quizás, y puntualizando, le venga mejor el término “tragicomedia”.


*FOTO: DE LA RED