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martes, 28 de abril de 2020

CONFINADOS A SU PRESENTE



Seguro que, como en todo, al final habrá confinados de primera y de segunda. Ya se está viendo, confinados que trabajan en la tele y que, en teoría, vuelven a casa, a la suya, pero va cambiando la amante del momento. Como para mear y no echar ni gota. 

Bastantes problemas se pueden tener con una relación oficial como para que en tiempos de coronavirus nos la juguemos, además en varios sentidos, en vertical y en horizontal.
Que por cierto, visto lo visto este fin de semana en el Canal Alegre, del Deluxe, ahora parece que si quieres encontrar trabajo, y tienes un novio con posibles, influencias, de derechas de toda la vida, te vas a tener que poner mirando a Murcia, que puede ser como el nuevo El Dorado, o “El timo de la estampita 3.0.” vaya usted a saber.

He de confesar, que este fin de semana opté por no llorar por cifras oficiales que te matan el alma, y me recluí en un mundo guionizado, como el mundo real, que se estaba escribiendo en cada momento, pero bajo la etiqueta “Sálvame Deluxe”. Y me reí como lo que debo de ser, un loco. Por "figuras" que se creen listos y que tienen la salvación ganada porque allí, en el más allá, ya creen conocer a alguien, que como siempre, intentara hacerles un apaño.

Partiendo de la premisa de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, qué bien te lo puedes pasar. Y además, ya concienciado, no pasas ni vergüenza ajena, porque sabes que los sujetos activos en unos momentos, y pasivos en otros, tampoco conocen la vergüenza, ni quieren saber de ella.

De todas maneras, en una sociedad que se supone que ha cambiado tanto, y ya se habla más en femenino que en masculino, al final, en cuestión de cuernos, se sigue el manual. Las mujeres se despellejan entre ellas,  aunque empiecen su discurso con “es la última vez que hablo del tema, y además no tengo nada en contra de ella”, y el presunto macho, ni está ni se le espera.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 25 de diciembre de 2017

CUANDO, INOPINADAMENTE, NO ES UN FELIZ DÍA DE NAVIDAD...


Como si de una película se tratara diré que lo que voy a relatar ahora me acaba de pasar y por supuesto … ESTÁ BASADO EN HECHOS REALES.

Mañana de Navidad, 25 de Diciembre, atrás ha quedado una Nochebuena llena de comida y muchos recuerdos que hemos intentado sobrellevar de la mejor manera posible. Por delante, antes de la embestida de otra comida copiosa, unas dos horas de relax que intento endulzarlo con buena y tranquila música.

He puesto en el teléfono móvil, que tiene muy buen sonido, la grabación del CD “CINEMA”, de Andrea Bocelli, que como su propio nombre indica está dedicado a una docena de canciones que formaron, de alguna manera, parte de una película famosa, aunque en algún caso, solo se hizo famosa la canción.

Había oído un par de canciones, literal, y ya estaba viendo las puertas del gozo hecho Nirvana, faltaban pocos metros, y de pronto suena “Moon River”, de “Desayuno con diamantes” (“Breakfast at Tiffany´s”) cuando mi vuelo estratosférico acaba en desastre. ¿Motivo? En la retina de mi pensamiento, porque al menos el mío funciona como un ojo cuando recibe datos de ellos, aparece La María Teresa Campos de hace apenas 48 horas, en “Sálvame Deluxe”, disfrazada de Audrey Hepburn en la célebre escena de la película dirigida por Billy Wilder, y todo el momento glorioso se ha partido en mil cristales con forma de cuchillos.

Sólo la vi un momento este viernes pasado, en realidad era La Nuri mi sufrida quien estaba viendo el espectáculo de tres españolas (Maria Teresa y sus dos hijas), frikis, muy frikis, descubriendo Nueva York, en esa especie de reality insertado en “Sálvame Deluxe”, que les nutre, y se nutre de ellas. Y, en ese momento, me abstuve de dar mi opinión, pero se ve que fue tan negativa que mi subconsciente quedó en letargo y ha respondido esta mañana por la retaguardia, remedando a otra escena de película clásica, como la madre de Norman Bates, en Psicosis, asesinándome en esta ocasión, no dentro de una bañera, sino tras unas notas del clásico de Henry Mancini, con letra de Johnny Mercer, y que, al parecer, a partir de hoy, ha quedado vedado por mi sentido moral de la vida.

Quizás, el problema que tiene este vecino del mundo, es que nunca ha podido tener un gran tren de vida, y nunca podrá, ni quiere, comprender a unas personas que pueden hacer cualquier cosa para seguir en él. 

Es muy probable, que Las Campos, no sufran de eso, que quizás solo sufran los pobres, y que se llama “vergüenza ajena”, pero lo diré de la manera más fina que puedo… Cada vez entiendo mejor la manera que tuvo de vivir sus últimos años la ¿excentrica? Greta Garbo alejada de todos y …¿de todo? Porque te vas dando cuenta, en eso la vejez también es un grado, que nos vamos acordando de los demás por sus últimos momentos, aunque hayan sido grandes, o similares, en lo suyo.

El problema, uno de ellos, viene cuando los que te tienen que aconsejar que “te cortes la coleta”…viven sino de ti, sí de tu sombra.


De todas maneras viendo lo mal que me ha sentado,  y parodiando ahora, el título de una película española, la sombra de un recuerdo, voy a tener que poner, en algún lugar del “chasis de la tele” el dibujo de una calavera con dos tibias cruzadas, para recordar el contenido de mucho, desgraciadamente, de lo que aparece por eso que se llamaba antes “caja tonta” y que ahora tiene más bien forma de ventana, aunque mucho del nuevo paisaje tiene el mismo cariz…

La imagen de la otra Audrey Hepburn por siempre me perseguirá, y de eso alguien debiera de hacerse responsable... pero, ya se sabe, en este país ... el último que cierre la puerta.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 14 de febrero de 2015

"TOTAL RECALL" A LA ESPAÑOLA, O CÓMO MONTARSE UNA PELÍCULA


Prácticamente a todos nos habrá pasado más de una vez, que tras excedernos en la cena, luego hemos pasado una noche con sueños raros con tendencia a la pesadilla,  o lo que se viene a denominar una noche toledana.
Ayer me pasó lo mismo pero tras un atracón, por darle una explicación, de imágenes. Por la tarde volví a ver Total Recall (Desafío Total), la primera versión, la de Arnold Schwarzenegger, y por la noche a modo de cena tuve una ración quizás excesivamente picante-amarga de Sálvame Deluxe, con una escena más bien dantesca en la que tanto el presentador como los colaboradores presentes en ese momento, se reían y hacían gracias de la presunta parquedad del miembro viril de uno de los concursantes de su producto estrella de la temporada, Gran Hermano Vip. Además, para que saliéramos de dudas, la fuente de la citada información tuvo la gentileza de mandar un mensaje para aclarar lo de la “brevedad del miembro”, expresándolo como “micróspico”, con lo cual los índices de cachondeo de los integrantes del programa subieron más todavía, dejando la imagen del concursante, no al ras del suelo, sino directamente en las antípodas.
Sea por ésto, o por una serie de circunstancias, o simplemente por el destino, que es así de puñetero, he soñado con un reino de fantasía nocturno en el que, para salir de dudas, unos grandes haces de luz formaban en el cielo azul oscuro la palabra inglesa PRINCESSTOWN, con lo cual he asumido que era el nombre del lugar. El protagonista, es decir este vecino del mundo, consigue escaparse de una especie de consulta de dentista futurista, pero intentando aplicarle a su cerebro un torrente mezcla de imágenes y pensamientos a conveniencia del sistema allí reinante.
Se da cuenta/me doy cuenta de que la única manera de viajar son una especie de taxi, negro con rayas amarillas, con taxista robot. Enseguida comprendo que estos conductores-máquinas que llevan a los diferentes barrios de la ciudad, llamados "programas",  tienen dos tipos de apariencia, curiosamente adoptan las identidades de Jorge Javier Vázquez y Sandra Barneda.
Los Vázquez son los encargados de viajar a los lugares más alejados y conflictivos de la ciudad. Tienen una conversación plagada de palabras gruesas, y risitas tontas, hasta que te dejan en el lugar convenido. Eso, si no te pasa como en el viaje de mi "sueñopesadilla", en el que se ha averiado; parece que en el futuro también existirán las averías. El resultado es que el conductor se ha vuelto loco, moviéndose para todas partes mientras un chisporreteo dejaba en evidencia un presunto cortocircuito, que lo ha dejado en llamas, mientras el robot disfrazado de taxista con su uniforme y su gorra de plato a juego, en azul azafata,  no paraba de reírse como un loco  mientras decía:- La tiene pequeña, la tiene pequeña.
En ese momento, y mientras seguía intentando escapar, pasaba un taxi modelo Sandra Barneda, con mejor tapicería y maneras exquisitas para un robot. Tras hablarme de usted y advertirme de que "ella" solo llevaba a los barrios-programas más clasistas e intelectuales de la ciudad, ha cerrado las puertas automáticamente, y se ha pasado todo el tiempo diciendo: -Tenemos muchos temas para hablar  y muy poco tiempo.

En uno de los recodos del camino, he comenzado a oír una especie de sirena persistente, y me he despertado lleno de sudor mientras paraba la función despertador de mi móvil.
Hay  momentos en que uno se alegra de estar en su casa, y éste ha sido uno de ellos, y como si fuera una nochevieja en la que me hago propósitos para el año nuevo, me he jurado cuidar mucho más mi dieta, especialmente la mental.

*FOTO: DE LA RED