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miércoles, 24 de septiembre de 2014

RUIZ-GALLARDÓN, BAJO EL ESTIGMA DE BÉCQUER

Este vecino no es analista político, pero visto lo visto con respecto a lo ocurrido con el Señor Ruiz-Gallardón, el fracaso de su reforma de la ley del  aborto, y su posterior dimisión y abandono de la política, en mi pueblo existe una explicación para todo ésto,  que te pueden dar en cualquier reunión de amigos en torno a un txikito: al Señor Gallardón le han hecho la cusqui. Tan simple como eso, la cusqui. En otros ámbitos se dirán otros sinónimos como: la envolvente, o la cama, pero todas estas palabras, en el fondo, quieren decir que sus propios colegas de partido le han abandonado a los pies de los caballos. A nadie le ha importado que acabara destrozado mientras todos miraban para otro lado.
Y es que por la manera de ser, y de lo que transmite el Señor Ruiz Gallardón, que quizás es lo más importante, mientras otros niños al nacer, lo hacen, el que puede naturalmente, con un pan debajo del brazo, éste, Albertito, seguro que al nacer habló con el médico para comentarle los posibles fallos y falta de profesionalidad que había observado durante el parto.
Y es que el Señor Ruiz–Gallardón por su manera de proceder siempre ha transmitido la idea de que ha sido el primero de la clase, de su clase, de la derecha naturalmente. Es más, por sus ademanes y manera de hablar siempre ha parecido más mayor de lo que era, y además llevado a su máximo exponente. Por eso, si con veintitantos años, y al comienzo de su carrera política, asombraba hasta a los compañeros de partido de su padre, ahora se ha vuelto tan extremista, a la derecha, que parece una figura de otra época. Es curioso se avanza tanto en una manera de pensar que al final se queda atrás.
Mientras otras figuras de su partido siempre han sido más “complicadas” en su manera de proceder, y nunca sabes si van o vienen, como la Señora Aguirre, que cada vez que se habla de algo, parece que está de acuerdo en todo, con su eterna y exagerada sonrisa, aunque después haga lo que le salga de su peineta, el Señor Ruiz-Gallardón nunca se ha arrugado ante ningún situación, y se ha granjeado enemigos en su propio partido que le han estado “buscando las vueltas” durante años, y al final se la han jugado.
Y es que, en realidad, el Señor Ruiz-Gallardón ha sido víctima del famoso y conocido timo de la estampita dentro de su propio partido. Le vendieron una ley que él tenía que defender para “salvar” a España. Y la defendió también que puso por medio su honor, por lo que ya su viaje, en política, no tiene vuelta atrás, mientras, los demás miembros de su partido han debido de hacer cálculos electorales, y como no les salen las cuentas, le han dejado solo junto con unos papeles que a lo postre, no valen nada. Lo dicho, como en el timo de la estampita, en el que los timadores juegan con el ego del timado: soy tan listo que a mí no me la dan.
Quizás, si nos acercáramos al ahora solitario Ruiz-Gallardón, le pudiéramos oír rumiar esa poesía de Gustavo Adolfo Bécquer que dicha por él tomaría una nueva dimensión:
De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba...
que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

miércoles, 12 de febrero de 2014

FOTOS BUMERÁN

Quizás, la felicidad solo sea ese plato de lentejas…
Eso pensaba hace un rato mientras preparaba la comida para hoy. Antes de que más de uno intente cortarse las venas ante el futuro que le pinto, no me refiero a las lentejas en sí, sino que como normalmente se dice, hay que vivir el momento, y si dentro de un rato tocará “atizarse” un plato, o dos, de lentejas de esas que quitan el hipo, esta noche tocará hacer la “épica”, porque “eso” es lo que hacen los equipos grandes,  y no solo la Real Sociedad debe ganarle al Barça, sino dejarle fuera de la Copa.
Y sino, tampoco pasa nada, porque basándome en aquella gran película: Siempre nos quedarán las lentejas…e incluso París, que por lo que dijo alguien solo vale una misa.
Lo importante, y eso te vas dando cuenta cuando ya no cumples primaveras, sino otoños, es vivir el momento. Como lo vivió ayer el Señor Ruiz-Gallardón al ganar la votación sobre su ley del aborto. Esa foto, y no sabe por qué, a este vecino le recuerda a la famosa “foto de las Azores” pero a la española, sin elementos extranjeros, a los que luego endilgarles toda  la culpa.  Aunque se echaba de menos a Rouco Varela, su larga sombra se notaba en el hemiciclo.
Ese tipo de fotos, son fotos-bumerán porque van y vienen, tardan mucho en volver, quizás años, pero al hacerlo hay que andar con mucho cuidado porque normalmente golpean en toda la boca. Y al final, todo se sigue resumiendo en ese plato de lentejas, o en su caso, en el de Ruiz-Gallardón y su coro, naturalmente, de caviar.
Este vecino siempre se ha preguntado si las señoras políticas del PP son de otro mundo, y no tienen los mismos problemas que el resto de las mujeres. A lo mejor, como están tan ocupadas, no tienen a sus propios hijos, porque delegan, y no son conscientes de la problemática de otras mujeres. Y este vecino se pregunta, si “no tener conciencia de” es lo mismo que “ser inconsciente”. Y ha llegado a la conclusión de que no. Porque una piedra, de esas que por ejemplo “viaja” con las lentejas, no tiene conciencia, pero lo de ser inconsciente le queda grande. Y muchos de nuestros políticos deben de tener el corazón y el alma como la piedra.

*FOTO: DE LA RED


jueves, 6 de febrero de 2014

LA PLANCHA COMO MODELO DE REFLEXIÓN

Hay gente que para encontrarse con su “yo”, necesita crear un ambiente propicio, e incluso irse a algún sitio remoto, que, dicho sea de paso, le puede costar un potosí. Y en lugar de recordar, quiere olvidar la factura y lo que le llevó a ello.
Por la época que estamos viviendo, hay que amoldarse como el camaleón a los vientos que corren, y hoy el ambiente propicio, si se necesita, hay que saber encontrarlo en tu hábitat diario.
Hoy me ha tocado sesión de plancha, y he de confesar que ha sido un buen momento para, entre prenda y prenda, elevarme a las más altas cumbres.
Primero piensas en los ancestros de la persona que te ha fallado para que te hayas visto abocado a hacerlo tú mismo, pero tras este ramalazo egoísta, y entre humo y humo de la plancha en cuestión, se va creando una especie de tugurio mental donde corre el opio y el olvido, y entre arruga que borras y jersey que doblas, tu mente amodorrada, va destilando todo tipo de recuerdos, quizás sin orden ni concierto, pero va creando una especie de puzle desmontado, pero con todas las piezas que te preocupan. Es cuestión de ir ordenándolas, comprobando las aristas comunes, y que te van permitiendo el ir colocándolas unas con otras,  y haciendo una lectura, digamos que global.
Si llega  a manos de un psicólogo este post de hoy, cualquier día y tras mantener tumbado en la camilla al paciente correspondiente, le dirá que ya vale de estar tumbado, y que hay que enfrentarse a los miedos. Y para ello tendrá preparado al efecto una buena ración de ropa para que la vaya planchando, mientras comienza a sonar en la sala, una música taimada y sugerente.    
Por experiencia y mientras planchaba hoy, le he quitado las arrugas a la funde de la almohada Rajoy, que dicho sea de paso está bastante ajada, y pidiendo recambio, y especialmente a Ruiz-Gallardón, intentando que le desaparezcan esas arrugas disonantes en cuanto a la cuestión del aborto, y que no concuerdan con la realidad actual.
Mientras intentaba planchar una sábana Cospedal, he comprobado lo deshilachada que estaba, y aunque en apariencia nueva y cara, en realidad está pasada de moda, siendo una burda imitación del ajuar de una mujer bien preparada, pero solo en apariencia diferida.       
Ya para terminar, y al relacionar parte de la ropa con el hoy todavía gobierno, he dejado el montón correspondiente, en el balcón, para que se airee un poco, e incluso si coge pulmonía no importa, porque así probará en primera mano, lo que han repercutido los recortes en la atención hospitalaria.                                                                                                                           
*CUADRO: PLANCHANDO, PINTURA HIPERREALISTA CESAR SANTOS. 

sábado, 18 de enero de 2014

GAMONAL O LA CRIPTONITA PARA EL GOBIERNO

Ese dicho tan español de “cuando menos te lo esperas, salta la liebre”, está más que de moda en la sociedad española. Todos atentos a esos dimes y diretes entre los grupos independentistas catalanes y el gobierno central encabezado por el Señor Rajoy, que para los más pesimistas o realistas, vaya usted a saber, huele a cisma total, y de repente una ciudad, en teoría tranquila, estalla de hartazgo y dejadez por un ayuntamiento que entiende que ganar unas elecciones es tener carta blanca para ponerse la peineta en el Gamonal que le da la gana.
Lo único que han sabido decir estos días, tanto el alcalde de Burgos, como su segundo, ante el levantamiento de un barrio es que los burgaleses, al votarles, acataban su programa electoral. Como si no hubiera habido ninguna diferencia entre las promesas de su jefe, el Señor Rajoy, antes de llegar al gobierno, y lo que está haciendo ahora.
Todos sabemos que en la mayoría de los casos, se diferencia muy poco un programa electoral de un ovni, que muchos piensan que existe, pero que la realidad es muy otra. España ha sido, y es, poco de mostrar su programa, y más de ponerse vaqueros, o pantalones de pana si se es socialista, y darse una vuelta por el mercado para comprobar si desde las anteriores elecciones en las que también visitó el mismo mercado ha habido algún cambio.
No hace falta ser muy perspicaz para pensar que la orden de “envainársela” al primer edil burgalés proviene de Madrid, y que ahora desde allí mismo intentarán cantarnos nanas tranquilizadoras para que prosigamos, más que durmiendo, en estado cataléptico.
Sin embargo las cosas han cambiado, y ya hemos descubierto que el Partido Popular, disfrazado de un Superman Rajoy, sufre también con su criptonita particular.
Este vecino está seguro de que a partir de ahora ni la actitud de Ruiz-Gallardón sobre su ley del aborto va a ser igual, y cada vez que oigan la palabra “Gamonal”, como si fuera el hombre del saco, se les va a aflojar los esfínteres, porque ya han pasado la mitad de su legislatura, y ahora hay que ir aflojando las riendas.
Sin ser futurólogo, a partir de ahora intentarán hacerse “amiguitos” del electorado otra vez, bajando los impuestos, mientras ponen cara de “solo-ha-sido-un-malentendido”.

*FOTO: DE LA RED