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lunes, 28 de septiembre de 2015

EL INFLUJO DE LA LUNA ROJA, O DOS POLÍTICOS Y PICO...




Quizás, después de todo, lo de que las elecciones catalanas  hayan coincidido con la luna roja no ha sido una coincidencia. Pareciera que, como mínimo, hasta la luna hubiera llegado el coñazo de una campaña presentada como si no hubiera un mañana, la madre de todas las elecciones o facha el último, y nuestro satélite se llenó de ira y se convirtió de la noche a la mañana en la luna roja o luna de sangre.

Esperemos que a partir de hoy, o de mañana, podamos, aunque suene a fúnebre, descansar en paz, porque al menos este vecino del mundo ya está bastante saturado de todo.

Hoy más que nunca no ha ganado nadie, porque ni los separatistas pueden seguir en su huida hacia adelante ni Rajoy y sus chicos tienen más fuerza que un tinto de verano en otoño.

Y algunas veces los buenos momentos, o un poco de luz, porque ya nos conformamos con poco, viene de un programa concurso de la cadena alegre, o Telecinco, en contraposición a la cadena triste, Antena 3, término con lo que los alegres señalaban a los otros.

Pues eso, que en un programa tan proclive a peleas como Gran Hermano 16, ha aparecido un soplo de aire fresco con el comentario de Niedziela, artista circense de familia circense, sobre el concursante vasco Aritz: Cuando veo sonreír a Aritz sé que el día va a ir bien.
Un poco de amor entre amigos, o simplemente de inocente bondad, es como lluvia fresca en la cara del alma.

Nos solemos acostumbrar a cualquier cosa, y últimamente todo es hablar y desprestigiar a todo aquel que se pone en el punto de mira, porque todos somos muy listos y aprovechamos las redes sociales e internet para destacar por lo que sea, y siempre es más fácil hacerlo por la mala leche. Por eso cuando alguien habla tan bien de uno de sus compañeros, especialmente cuando éste no está presente, sin decir que su comportamiento obedece a una estrategia ni que va directamente a ganar el botín del premio, nos puede sugerir que en lo nuestro, cuando menos respecto a la mala leche interna, entre tormenta perfecta y tormenta perfecta de sentimientos alterados, algunas veces nacen rayos de sol y de buenos gestos que salen del corazón sin pasar por el cerebro, que últimamente tiene magnificas vistas al bolsillo.

¿Para cuándo un gesto de amor, o simplemente de amistad entre dos políticos de diferentes tendencias, quizás un pico entre Mariano Rajoy y Raúl Romeva? Visto lo visto, quizás a los políticos en lugar de reunirse por ejemplo en el Congreso, o muy de vez en cuando en un plató, deberían de juntarlos en una especie de Gran Hermano de la Politica y que en lugar de llevarse el trabajo a casa, se lleven su vida a una convivencia y que no les dejen salir hasta que lleguen a un entente cordial, o para no complicarlo más a un simple entente.

Basta ya de mirarse en el espejo, y cuidar más por todos esos a los que representan. Menos pitos a los opositores y más picos. Más amor, o al menos más entendimiento con las otras maneras de entender la política,  y menos intransigencia.

Y como hubiera dicho la tía de Gila que se presentaba a todas las bodas esperando a que alguna novia no se decidiera a decir que sí, y ella por lo bajini siempre decía el celebre: “…Y si no pa mí.”, diremos "y si no el pico para mí", porque la mala leche que gastan los políticos siempre es contagiosa, y a ellos. al menos, les sale rentable con lo que ganan, pero de eso nosotros no vemos ni un euro, solo malas caras, o cuando menos, estreñidas.


Si Aritz, el vizcaíno de Gran Hermano, no quiere las buenas palabras y caricias de Niedziela, ya me sacrifico, y me las quedo yo. Todo sea para que la vida, así en general, fluya. Da gusto el comprobar que no todo se hace con vistas a un fin crematÍstico. Sentir algo por alguien puede ser el mejor de los tesoros.

*FOTO: DE LA RED